Capítulo 22
Deuteronomio 22
1
Si vieres extraviado el buey de tu hermano, o su cordero, no le
negarás tu ayuda; lo volverás a tu hermano.
2 Y si tu hermano no
fuere tu vecino, o no lo conocieres, lo recogerás en tu casa, y estará
contigo hasta que tu hermano lo busque, y se lo devolverás.
3 Así harás con su
asno, así harás también con su vestido, y lo mismo harás con toda cosa
de tu hermano que se le perdiere y tú la hallares; no podrás negarle
tu ayuda.
4 Si vieres el asno de
tu hermano, o su buey, caído en el camino, no te apartarás de él; le
ayudarás a levantarlo.
5 No vestirá la mujer
traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque
abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.
6 Cuando encuentres
por el camino algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra,
con pollos o huevos, y la madre echada sobre los pollos o sobre los
huevos, no tomarás la madre con los hijos.
7 Dejarás ir a la
madre, y tomarás los pollos para ti, para que te vaya bien, y
prolongues tus días.
8 Cuando edifiques
casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no eches culpa de
sangre sobre tu casa, si de él cayere alguno.
9 No sembrarás tu viña
con semillas diversas, no sea que se pierda todo, tanto la semilla que
sembraste como el fruto de la viña.
10 No ararás con buey
y con asno juntamente.
11 No vestirás ropa de
lana y lino juntamente.
12 Te harás flecos en
las cuatro puntas de tu manto con que te cubras.
Leyes sobre la castidad
13 Cuando alguno tomare
mujer, y después de haberse llegado a ella la aborreciere,
14 y le atribuyere
faltas que den que hablar, y dijere: A esta mujer tomé, y me llegué a
ella, y no la hallé virgen;
15 entonces el padre
de la joven y su madre tomarán y sacarán las señales de la virginidad
de la doncella a los ancianos de la ciudad, en la puerta;
16 y dirá el padre de
la joven a los ancianos: Yo di mi hija a este hombre por mujer, y él
la aborrece;
17 y he aquí, él le
atribuye faltas que dan que hablar, diciendo: No he hallado virgen a
tu hija; pero ved aquí las señales de la virginidad de mi hija. Y
extenderán la vestidura delante de los ancianos de la ciudad.
18 Entonces los
ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán;
19 y le multarán en
cien piezas de plata, las cuales darán al padre de la joven, por
cuanto esparció mala fama sobre una virgen de Israel; y la tendrá por
mujer, y no podrá despedirla en todos sus días.
20 Mas si resultare
ser verdad que no se halló virginidad en la joven,
21 entonces la sacarán
a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su
ciudad, y morirá, por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa
de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti.
22 Si fuere
sorprendido alguno acostado con una mujer casada con marido, ambos
morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer también; así
quitarás el mal de Israel.
23 Si hubiere una
muchacha virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la
ciudad, y se acostare con ella;
24 entonces los
sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad, y los apedrearéis, y
morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque
humilló a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de
ti.
25 Mas si un hombre
hallare en el campo a la joven desposada, y la forzare aquel hombre,
acostándose con ella, morirá solamente el hombre que se acostó con
ella;
26 mas a la joven no
le harás nada; no hay en ella culpa de muerte; pues como cuando alguno
se levanta contra su prójimo y le quita la vida, así es en este caso.
27 Porque él la halló
en el campo; dio voces la joven desposada, y no hubo quien la librase.
28 Cuando algún hombre
hallare a una joven virgen que no fuere desposada, y la tomare y se
acostare con ella, y fueren descubiertos;
29 entonces el hombre
que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de
plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló; no la podrá
despedir en todos sus días.
30 Ninguno tomará la
mujer de su padre, ni profanará el lecho de su padre. |
-
¿Qué
podía hacer una persona con un animal o artículo que ellos habían
encontrado? (1-4)
-
¿Qué
no podia vestir una persona? (5,11)
-
¿Cómo
era construída una nueva casa? (8)
-
¿Con
qué no debían arar? (10)
-
¿Qué
le pasaba a una mujer si su marido encontraba después de casarse que
ella no era virgen? (13-21)
-
¿Qué
le pasaba a un hombre y a
la mujer encontrados en adulterio? (22)
-
¿Qué
debe hacer un hombre que se acuesta con una virgen y son descubiertos?
(28-30)
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Capítulo 23
Deuteronomio 23
Los excluidos de la congregación
1 No entrará en la
congregación de Jehová el que tenga magullados los testículos, o
amputado su miembro viril.
2 No entrará bastardo
en la congregación de Jehová; ni hasta la décima generación no
entrarán en la congregación de Jehová.
3 No entrará amonita
ni moabita en la congregación de Jehová, ni hasta la décima generación
de ellos; no entrarán en la congregación de Jehová para siempre,
4 por cuanto no os
salieron a recibir con pan y agua al camino, cuando salisteis de
Egipto, y porque alquilaron contra ti a Balaam hijo de Beor, de Petor
en Mesopotamia, para maldecirte.
5 Mas no quiso Jehová
tu Dios oír a Balaam; y Jehová tu Dios te convirtió la maldición en
bendición, porque Jehová tu Dios te amaba.
6 No procurarás la paz
de ellos ni su bien en todos los días para siempre.
7 No aborrecerás al
edomita, porque es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque
forastero fuiste en su tierra.
8 Los hijos que
nacieren de ellos, en la tercera generación entrarán en la
congregación de Jehová.
Leyes sanitarias
9 Cuando salieres a
campaña contra tus enemigos, te guardarás de toda cosa mala.
10 Si hubiere en medio
de ti alguno que no fuere limpio, por razón de alguna impureza
acontecida de noche, saldrá fuera del campamento, y no entrará en él.
11 Pero al caer la
noche se lavará con agua, y cuando se hubiere puesto el sol, podrá
entrar en el campamento.
12 Tendrás un lugar
fuera del campamento adonde salgas;
13 tendrás también
entre tus armas una estaca; y cuando estuvieres allí fuera, cavarás
con ella, y luego al volverte cubrirás tu excremento;
14 porque Jehová tu
Dios anda en medio de tu campamento, para librarte y para entregar a
tus enemigos delante de ti; por tanto, tu campamento ha de ser santo,
para que él no vea en ti cosa inmunda, y se vuelva de en pos de ti.
Leyes humanitarias
15 No entregarás a su
señor el siervo que se huyere a ti de su amo.
16 Morará contigo, en
medio de ti, en el lugar que escogiere en alguna de tus ciudades,
donde a bien tuviere; no le oprimirás.
17 No haya ramera de
entre las hijas de Israel, ni haya sodomita de entre los hijos de
Israel.
18 No traerás la paga
de una ramera ni el precio de un perro a la casa de Jehová tu Dios por
ningún voto; porque abominación es a Jehová tu Dios tanto lo uno como
lo otro.
19 No exigirás de tu
hermano interés de dinero, ni interés de comestibles, ni de cosa
alguna de que se suele exigir interés.
20 Del extraño podrás
exigir interés, mas de tu hermano no lo exigirás, para que te bendiga
Jehová tu Dios en toda obra de tus manos en la tierra adonde vas para
tomar posesión de ella.
21 Cuando haces voto a
Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará
Jehová tu Dios de ti, y sería pecado en ti.
22 Mas cuando te
abstengas de prometer, no habrá en ti pecado.
23 Pero lo que hubiere
salido de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, conforme lo
prometiste a Jehová tu Dios, pagando la ofrenda voluntaria que
prometiste con tu boca.
24 Cuando entres en la
viña de tu prójimo, podrás comer uvas hasta saciarte; mas no pondrás
en tu cesto.
25 Cuando entres en la
mies de tu prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano; mas no
aplicarás hoz a la mies de tu prójimo. |
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¿Quién
no era permitido en la asamblea del SEÑOR hasta la décima generación?
(1-8)
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¿Qué
regla de higiene fue dada? (12-14)
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¿A
quienes ellos no debían cobrar interés? (19-20)
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¿Qué
se dijo acerca de los votos? (21-23)
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¿Qué
les fue permitido comer de la tierra de su vecino? (24-25)
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Capítulo 24
Deuteronomio 24
1 Cuando alguno tomare
mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en
ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la
entregará en su mano, y la despedirá de su casa.
2 Y salida de su casa,
podrá ir y casarse con otro hombre.
3 Pero si la
aborreciere este último, y le escribiere carta de divorcio, y se la
entregare en su mano, y la despidiere de su casa; o si hubiere muerto
el postrer hombre que la tomó por mujer,
4 no podrá su primer
marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer,
después que fue envilecida; porque es abominación delante de Jehová, y
no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.
5 Cuando alguno fuere
recién casado, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará;
libre estará en su casa por un año, para alegrar a la mujer que tomó.
6 No tomarás en prenda
la muela del molino, ni la de abajo ni la de arriba; porque sería
tomar en prenda la vida del hombre.
7 Cuando fuere hallado
alguno que hubiere hurtado a uno de sus hermanos los hijos de Israel,
y le hubiere esclavizado, o le hubiere vendido, morirá el tal ladrón,
y quitarás el mal de en medio de ti.
8 En cuanto a la plaga
de la lepra, ten cuidado de observar diligentemente y hacer según todo
lo que os enseñaren los sacerdotes levitas; según yo les he mandado,
así cuidaréis de hacer.
9 Acuérdate de lo que
hizo Jehová tu Dios a María en el camino, después que salisteis de
Egipto.
10 Cuando entregares a
tu prójimo alguna cosa prestada, no entrarás en su casa para tomarle
prenda.
11 Te quedarás fuera,
y el hombre a quien prestaste te sacará la prenda.
12 Y si el hombre
fuere pobre, no te acostarás reteniendo aún su prenda.
13 Sin falta le
devolverás la prenda cuando el sol se ponga, para que pueda dormir en
su ropa, y te bendiga; y te será justicia delante de Jehová tu Dios.
14 No oprimirás al
jornalero pobre y menesteroso, ya sea de tus hermanos o de los
extranjeros que habitan en tu tierra dentro de tus ciudades.
15 En su día le darás
su jornal, y no se pondrá el sol sin dárselo; pues es pobre, y con él
sustenta su vida; para que no clame contra ti a Jehová, y sea en ti
pecado.
16 Los padres no
morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá
por su pecado.
17 No torcerás el
derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda la ropa
de la viuda,
18 sino que te
acordarás que fuiste siervo en Egipto, y que de allí te rescató Jehová
tu Dios; por tanto, yo te mando que hagas esto.
19 Cuando siegues tu
mies en tu campo, y olvides alguna gavilla en el campo, no volverás
para recogerla; será para el extranjero, para el huérfano y para la
viuda; para que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra de tus manos.
20 Cuando sacudas tus
olivos, no recorrerás las ramas que hayas dejado tras de ti; serán
para el extranjero, para el huérfano y para la viuda.
21 Cuando vendimies tu
viña, no rebuscarás tras de ti; será para el extranjero, para el
huérfano y para la viuda.
22
Y acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto; por tanto, yo te
mando que hagas esto. |
-
¿A
quién no debería de tomar para ser su esposa? (1-4)
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¿Cuánto
tiempo después de el matrimonio era libre un hombre para no ir a la
guerra? (5)
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¿Qué
se le haría a los secuestradores? (7)
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¿Qué
tán a menudo debe usted pagar a un siervo que es pobre? (14-15)
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¿Por
el pecado de quién,una persona recibía la pena de muerte? (16)
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¿Qué
les era permitido comer al extraño, al huérfano y las viudas?
(19-22)
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Capítulo 25
Deuteronomio 25
1 Si hubiere pleito entre
algunos, y acudieren al tribunal para que los jueces los juzguen,
éstos absolverán al justo, y condenarán al culpable.
2 Y si el delincuente
mereciere ser azotado, entonces el juez le hará echar en tierra, y le
hará azotar en su presencia; según su delito será el número de azotes.
3 Se podrá dar
cuarenta azotes, no más; no sea que, si lo hirieren con muchos azotes
más que éstos, se sienta tu hermano envilecido delante de tus ojos.
4 No pondrás bozal al
buey cuando trillare.
5 Cuando hermanos
habitaren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la
mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño; su cuñado se
llegará a ella, y la tomará por su mujer, y hará con ella parentesco.
6 Y el primogénito que
ella diere a luz sucederá en el nombre de su hermano muerto, para que
el nombre de éste no sea borrado de Israel.
7 Y si el hombre no
quisiere tomar a su cuñada, irá entonces su cuñada a la puerta, a los
ancianos, y dirá: Mi cuñado no quiere suscitar nombre en Israel a su
hermano; no quiere emparentar conmigo.
8 Entonces los
ancianos de aquella ciudad lo harán venir, y hablarán con él; y si él
se levantare y dijere: No quiero tomarla,
9 se acercará entonces
su cuñada a él delante de los ancianos, y le quitará el calzado del
pie, y le escupirá en el rostro, y hablará y dirá: Así será hecho al
varón que no quiere edificar la casa de su hermano.
10 Y se le dará este
nombre en Israel: La casa del descalzado.
11 Si algunos riñeren
uno con otro, y se acercare la mujer de uno para librar a su marido de
mano del que le hiere, y alargando su mano asiere de sus partes
vergonzosas,
12 le cortarás
entonces la mano; no la perdonarás.
13 No tendrás en tu
bolsa pesa grande y pesa chica,
14ni tendrás en tu
casa efa grande y efa pequeño.
15 Pesa exacta y justa
tendrás; efa cabal y justo tendrás, para que tus días sean prolongados
sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.
16 Porque abominación
es a Jehová tu Dios cualquiera que hace esto, y cualquiera que hace
injusticia.
Orden de exterminar a Amalec
17 Acuérdate de lo que
hizo Amalec contigo en el camino, cuando salías de Egipto;
18 de cómo te salió al
encuentro en el camino, y te desbarató la retaguardia de todos los
débiles que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y trabajado;
y no tuvo ningún temor de Dios.
19
Por tanto, cuando Jehová tu Dios te dé descanso de todos tus enemigos
alrededor, en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad para que
la poseas, borrarás la memoria de Amalec de debajo del cielo; no lo
olvides. |
-
¿Cuál
fue el número máximo de azotes que un hombre podría recibir durante
una pelea? (1-3)
-
¿A
qué no amordazarían ellos? (4)
-
¿Cuál
era el deber político de un hermano sobreviviente? (5-10)
-
¿Cuál
era la ley con respecto al peso y medidas? (12-16)
-
¿Qué
tenían que hacer los Israelitas a los Amalecitas? (17-19)
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Capítulo 26
Deuteronomio 26
Primicias y diezmos
1 Cuando hayas entrado en
la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de
ella y la habites,
2 entonces tomarás de
las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jehová
tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que
Jehová tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre.
3 Y te presentarás al
sacerdote que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a
Jehová tu Dios, que he entrado en la tierra que juró Jehová a nuestros
padres que nos daría.
4 Y el sacerdote
tomará la canasta de tu mano, y la pondrá delante del altar de Jehová
tu Dios.
5 Entonces hablarás y
dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi
padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y
allí creció y llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa;
6 y los egipcios nos
maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura
servidumbre.
7 Y clamamos a Jehová
el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra
aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión;
8 y Jehová nos sacó de
Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con
señales y con milagros;
9 y nos trajo a este
lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel.
10 Y ahora, he aquí he
traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y
lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu
Dios.
11 Y te alegrarás en
todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú
como el levita y el extranjero que está en medio de ti.
12 Cuando acabes de
diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del
diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la
viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán.
13 Y dirás delante de
Jehová tu Dios: He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he
dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a
todo lo que me has mandado; no he transgredido tus mandamientos, ni me
he olvidado de ellos.
14 No he comido de
ello en mi luto, ni he gastado de ello estando yo inmundo, ni de ello
he ofrecido a los muertos; he obedecido a la voz de Jehová mi Dios, he
hecho conforme a todo lo que me has mandado.
15 Mira desde tu
morada santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la
tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que
fluye leche y miel.
16 Jehová tu Dios te
manda hoy que cumplas estos estatutos y decretos; cuida, pues, de
ponerlos por obra con todo tu corazón y con toda tu alma.
17 Has declarado
solemnemente hoy que Jehová es tu Dios, y que andarás en sus caminos,
y guardarás sus estatutos, sus mandamientos y sus decretos, y que
escucharás su voz.
18 Y Jehová ha
declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como
te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos;
19 a fin de exaltarte
sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para
que seas un pueblo santo a Jehová tu Dios, como él ha dicho. |
-
¿Que
traían los Israelitas al sacerdote en una canasta? (1-15)
-
¿Qué
clase de posesión deberían de ser los Israelitas para el SEÑOR?
(16-19)
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Capítulo 27
Deuteronomio 27
Orden de escribir la ley en piedras
sobre el Monte Ebal
1 Ordenó Moisés, con los
ancianos de Israel, al pueblo, diciendo: Guardaréis todos los
mandamientos que yo os prescribo hoy.
2 Y el día que pases
el Jordán a la tierra que Jehová tu Dios te da, levantarás piedras
grandes, y las revocarás con cal;
3 y escribirás en
ellas todas las palabras de esta ley, cuando hayas pasado para entrar
en la tierra que Jehová tu Dios te da, tierra que fluye leche y miel,
como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho.
4 Cuando, pues, hayas
pasado el Jordán, levantarás estas piedras que yo os mando hoy, en el
monte Ebal, y las revocarás con cal;
5 y edificarás allí un
altar a Jehová tu Dios, altar de piedras; no alzarás sobre ellas
instrumento de hierro.
6 De piedras enteras
edificarás el altar de Jehová tu Dios, y ofrecerás sobre él holocausto
a Jehová tu Dios;
7 y sacrificarás
ofrendas de paz, y comerás allí, y te alegrarás delante de Jehová tu
Dios.
8 Y escribirás muy
claramente en las piedras todas las palabras de esta ley.
9 Y Moisés, con los
sacerdotes levitas, habló a todo Israel, diciendo: Guarda silencio y
escucha, oh Israel; hoy has venido a ser pueblo de Jehová tu Dios.
10 Oirás, pues, la voz
de Jehová tu Dios, y cumplirás sus mandamientos y sus estatutos, que
yo te ordeno hoy.
Las maldiciones en el monte Ebal
11 Y mandó Moisés al
pueblo en aquel día, diciendo:
12 Cuando hayas pasado
el Jordán, éstos estarán sobre el monte Gerizim para bendecir al
pueblo: Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín.
13 Y éstos estarán
sobre el monte Ebal para pronunciar la maldición: Rubén, Gad, Aser,
Zabulón, Dan y Neftalí.
14 Y hablarán los
levitas, y dirán a todo varón de Israel en alta voz:
15 Maldito el hombre
que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a Jehová,
obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo
responderá y dirá: Amén.
16 Maldito el que
deshonrare a su padre o a su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
17 Maldito el que
redujere el límite de su prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén.
18 Maldito el que
hiciere errar al ciego en el camino. Y dirá todo el pueblo: Amén.
19 Maldito el que
pervirtiere el derecho del extranjero, del huérfano y de la viuda. Y
dirá todo el pueblo: Amén.
20 Maldito el que se
acostare con la mujer de su padre, por cuanto descubrió el regazo de
su padre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
21 Maldito el que se
ayuntare con cualquier bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén.
22 Maldito el que se
acostare con su hermana, hija de su padre, o hija de su madre. Y dirá
todo el pueblo: Amén.
23 Maldito el que se
acostare con su suegra. Y dirá todo el pueblo: Amén.
24 Maldito el que
hiriere a su prójimo ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
25 Maldito el que
recibiere soborno para quitar la vida al inocente. Y dirá todo el
pueblo: Amén.
26 Maldito el que no
confirmare las palabras de esta ley para hacerlas. Y dirá todo el
pueblo: Amén. |
-
¿Que
tenían que escribir los Israelitas en las piedras grandes? (1-10)
-
¿Qué
no usarían ellos cuando construyeran un altar de estas piedras? (5-6)
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¿De
qué monte se pronunciarían las maldiciones? (11-26)
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Capítulo 28
Deuteronomio 28
Bendiciones de la obediencia
1 Acontecerá que si
oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por
obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu
Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.
2 Y vendrán sobre ti
todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová
tu Dios.
3 Bendito serás tú en
la ciudad, y bendito tú en el campo.
4 Bendito el fruto de
tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de
tus vacas y los rebaños de tus ovejas.
5 Benditas serán tu
canasta y tu artesa de amasar.
6 Bendito serás en tu
entrar, y bendito en tu salir.
7 Jehová derrotará a
tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra
ti, y por siete caminos huirán de delante de ti.
8 Jehová te enviará su
bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu
mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da.
9 Te confirmará Jehová
por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los
mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos.
10 Y verán todos los
pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y
te temerán.
11 Y te hará Jehová
sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu
bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus
padres que te había de dar.
12 Te abrirá Jehová su
buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo,
y para bendecir toda obra de tus manos.Y prestarás a muchas naciones,
y tú no pedirás prestado.
13 Te pondrá Jehová
por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás
debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te
ordeno hoy, para que los guardes y cumplas,
14 y si no te
apartares de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a
siniestra, para ir tras dioses ajenos y servirles.
Consecuencias de la desobediencia
15 Pero acontecerá, si no
oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus
mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre
ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.
16 Maldito serás tú en
la ciudad, y maldito en el campo.
17 Maldita tu canasta,
y tu artesa de amasar.
18 Maldito el fruto de
tu vientre, el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas, y los rebaños
de tus ovejas.
19 Maldito serás en tu
entrar, y maldito en tu salir.
20 Y Jehová enviará
contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres
mano e hicieres, hasta que seas destruido, y perezcas pronto a causa
de la maldad de tus obras por las cuales me habrás dejado.
21 Jehová traerá sobre
ti mortandad, hasta que te consuma de la tierra a la cual entras para
tomar posesión de ella.
22 Jehová te herirá de
tisis, de fiebre, de inflamación y de ardor, con sequía, con calamidad
repentina y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas.
23 Y los cielos que
están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de
ti, de hierro.
24 Dará Jehová por
lluvia a tu tierra polvo y ceniza; de los cielos descenderán sobre ti
hasta que perezcas.
25 Jehová te entregará
derrotado delante de tus enemigos; por un camino saldrás contra ellos,
y por siete caminos huirás delante de ellos; y serás vejado por todos
los reinos de la tierra.
26 Y tus cadáveres
servirán de comida a toda ave del cielo y fiera de la tierra, y no
habrá quien las espante.
27 Jehová te herirá
con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón de que
no puedas ser curado.
28 Jehová te herirá
con locura, ceguera y turbación de espíritu;
29 y palparás a
mediodía como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en
tus caminos; y no serás sino oprimido y robado todos los días, y no
habrá quien te salve.
30 Te desposarás con
mujer, y otro varón dormirá con ella; edificarás casa, y no habitarás
en ella; plantarás viña, y no la disfrutarás.
31 Tu buey será matado
delante de tus ojos, y tú no comerás de él; tu asno será arrebatado de
delante de ti, y no te será devuelto; tus ovejas serán dadas a tus
enemigos, y no tendrás quien te las rescate.
32 Tus hijos y tus
hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos lo verán, y
desfallecerán por ellos todo el día; y no habrá fuerza en tu mano.
33 El fruto de tu
tierra y de todo tu trabajo comerá pueblo que no conociste; y no serás
sino oprimido y quebrantado todos los días.
34 Y enloquecerás a
causa de lo que verás con tus ojos.
35 Te herirá Jehová
con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, desde la planta
de tu pie hasta tu coronilla, sin que puedas ser curado.
36 Jehová te llevará a
ti, y al rey que hubieres puesto sobre ti, a nación que no conociste
ni tú ni tus padres; y allá servirás a dioses ajenos, al palo y a la
piedra.
37 Y serás motivo de
horror, y servirás de refrán y de burla a todos los pueblos a los
cuales te llevará Jehová.
38 Sacarás mucha
semilla al campo, y recogerás poco, porque la langosta lo consumirá.
39 Plantarás viñas y
labrarás, pero no beberás vino, ni recogerás uvas, porque el gusano se
las comerá.
40 Tendrás olivos en
todo tu territorio, mas no te ungirás con el aceite, porque tu
aceituna se caerá.
41 Hijos e hijas
engendrarás, y no serán para ti, porque irán en cautiverio.
42 Toda tu arboleda y
el fruto de tu tierra serán consumidos por la langosta.
43 El extranjero que
estará en medio de ti se elevará sobre ti muy alto, y tú descenderás
muy abajo.
44 El te prestará a ti,
y tú no le prestarás a él; él será por cabeza, y tú serás por cola.
45 Y vendrán sobre ti
todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que
perezcas; por cuanto no habrás atendido a la voz de Jehová tu Dios,
para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó;
46 y serán en ti por
señal y por maravilla, y en tu descendencia para siempre.
47 Por cuanto no
serviste a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la
abundancia de todas las cosas,
48 servirás, por tanto,
a tus enemigos que enviare Jehová contra ti, con hambre y con sed y
con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de
hierro sobre tu cuello, hasta destruirte.
49 Jehová traerá
contra ti una nación de lejos, del extremo de la tierra, que vuele
como águila, nación cuya lengua no entiendas;
50 gente fiera de
rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño;
51 y comerá el fruto
de tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas; y no te
dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los
rebaños de tus ovejas, hasta destruirte.
52 Pondrá sitio a
todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y fortificados en
que tú confías, en toda tu tierra; sitiará, pues, todas tus ciudades y
toda la tierra que Jehová tu Dios te hubiere dado.
53 Y comerás el fruto
de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios
te dio, en el sitio y en el apuro con que te angustiará tu enemigo.
54 El hombre tierno en
medio de ti, y el muy delicado, mirará con malos ojos a su hermano, y
a la mujer de su seno, y al resto de sus hijos que le quedaren;
55 para no dar a
alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comiere, por no
haberle quedado nada, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te
oprimirá en todas tus ciudades.
56 La tierna y la
delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie intentaría
sentar sobre la tierra, de pura delicadeza y ternura, mirará con malos
ojos al marido de su seno, a su hijo, a su hija,
57 al recién nacido
que sale de entre sus pies, y a sus hijos que diere a luz; pues los
comerá ocultamente, por la carencia de todo, en el asedio y en el
apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.
58 Si no cuidares de
poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en
este libro, temiendo este nombre glorioso y temible: JEHOVÁ TU DIOS,
59 entonces Jehová
aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu descendencia,
plagas grandes y permanentes, y enfermedades malignas y duraderas;
60 y traerá sobre ti
todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te
dejarán.
61 Asimismo toda
enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley,
Jehová la enviará sobre ti, hasta que seas destruido.
62 Y quedaréis pocos
en número, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en
multitud, por cuanto no obedecisteis a la voz de Jehová tu Dios.
63 Así como Jehová se
gozaba en haceros bien y en multiplicaros, así se gozará Jehová en
arruinaros y en destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra a
la cual entráis para tomar posesión de ella.
64 Y Jehová te
esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta
el otro extremo; y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú
ni tus padres, al leño y a la piedra.
65 Y ni aun entre
estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues
allí te dará Jehová corazón temeroso, y desfallecimiento de ojos, y
tristeza de alma;
66 y tendrás tu vida
como algo que pende delante de ti, y estarás temeroso de noche y de
día, y no tendrás seguridad de tu vida.
67 Por la mañana dirás:
!!Quién diera que fuese la tarde! y a la tarde dirás: !!Quién diera
que fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás
amedrentado, y por lo que verán tus ojos.
68
Y Jehová te hará volver a Egipto en naves, por el camino del cual te
ha dicho: Nunca más volverás; y allí seréis vendidos a vuestros
enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre. |
-
¿Que
vendrán sobre los Israelitas si ellos observaban los mandamientos de
JEHOVA? (1-14)
-
¿Que
vendrán sobre los Israelitas si ellos no obedecieren los mandamientos
de JEHOVA? (15-48)
-
¿Cómo
será la nación que será traída contra ellos? (49-63)
-
¿Dónde
serán ellos esparcidos? (64-68)
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Capítulo 29
Deuteronomio 29
Pacto de Jehová con Israel en Moab
1 Estas son las palabras
del pacto que Jehová mandó a Moisés que celebrase con los hijos de
Israel en la tierra de Moab, además del pacto que concertó con ellos
en Horeb.
2 Moisés, pues, llamó
a todo Israel, y les dijo: Vosotros habéis visto todo lo que Jehová ha
hecho delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a
todos sus siervos, y a toda su tierra,
3 las grandes pruebas
que vieron vuestros ojos, las señales y las grandes maravillas.
4 Pero hasta hoy
Jehová no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos
para oír.
5 Y yo os he traído
cuarenta años en el desierto; vuestros vestidos no se han envejecido
sobre vosotros, ni vuestro calzado se ha envejecido sobre vuestro pie.
6 No habéis comido
pan, ni bebisteis vino ni sidra; para que supierais que yo soy Jehová
vuestro Dios.
7 Y llegasteis a este
lugar, y salieron Sehón rey de Hesbón y Og rey de Basán delante de
nosotros para pelear, y los derrotamos;
8 y tomamos su tierra,
y la dimos por heredad a Rubén y a Gad y a la media tribu de Manasés.
9 Guardaréis, pues,
las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que
prosperéis en todo lo que hiciereis.
10 Vosotros todos
estáis hoy en presencia de Jehová vuestro Dios; los cabezas de
vuestras tribus, vuestros ancianos y vuestros oficiales, todos los
varones de Israel;
11 vuestros niños,
vuestras mujeres, y tus extranjeros que habitan en medio de tu
campamento, desde el que corta tu leña hasta el que saca tu agua;
12 para que entres en
el pacto de Jehová tu Dios, y en su juramento, que Jehová tu Dios
concierta hoy contigo,
13 para confirmarte
hoy como su pueblo, y para que él te sea a ti por Dios, de la manera
que él te ha dicho, y como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y
Jacob.
14 Y no solamente con
vosotros hago yo este pacto y este juramento,
15 sino con los que
están aquí presentes hoy con nosotros delante de Jehová nuestro Dios,
y con los que no están aquí hoy con nosotros.
16 Porque vosotros
sabéis cómo habitamos en la tierra de Egipto, y cómo hemos pasado por
en medio de las naciones por las cuales habéis pasado;
17 y habéis visto sus
abominaciones y sus ídolos de madera y piedra, de plata y oro, que
tienen consigo.
18 No sea que haya
entre vosotros varón o mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se
aparte hoy de Jehová nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de
esas naciones; no sea que haya en medio de vosotros raíz que produzca
hiel y ajenjo,
19 y suceda que al oír
las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo:
Tendré paz, aunque ande en la dureza de mi corazón, a fin de que con
la embriaguez quite la sed.
20 No querrá Jehová
perdonarlo, sino que entonces humeará la ira de Jehová y su celo sobre
el tal hombre, y se asentará sobre él toda maldición escrita en este
libro, y Jehová borrará su nombre de debajo del cielo;
21 y lo apartará
Jehová de todas las tribus de Israel para mal, conforme a todas las
maldiciones del pacto escrito en este libro de la ley.
22 Y dirán las
generaciones venideras, vuestros hijos que se levanten después de
vosotros, y el extranjero que vendrá de lejanas tierras, cuando vieren
las plagas de aquella tierra, y sus enfermedades de que Jehová la
habrá hecho enfermar
23 (azufre y sal,
abrasada toda su tierra; no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en
ella hierba alguna, como sucedió en la destrucción de Sodoma y de
Gomorra, de Adma y de Zeboim, las cuales Jehová destruyó en su furor y
en su ira);
24 más aún, todas las
naciones dirán: ¿Por qué hizo esto Jehová a esta tierra? ¿Qué
significa el ardor de esta gran ira?
25 Y responderán: Por
cuanto dejaron el pacto de Jehová el Dios de sus padres, que él
concertó con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto,
26 y fueron y
sirvieron a dioses ajenos, y se inclinaron a ellos, dioses que no
conocían, y que ninguna cosa les habían dado.
27 Por tanto, se
encendió la ira de Jehová contra esta tierra, para traer sobre ella
todas las maldiciones escritas en este libro;
28 y Jehová los
desarraigó de su tierra con ira, con furor y con grande indignación, y
los arrojó a otra tierra, como hoy se ve.
29
Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas
son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que
cumplamos todas las palabras de esta ley. |
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¿Cómo
puede una persona engañarse a sí mismo? (19-21)
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¿Qué
maldición vendría a la tierra si ellos dejaban el pacto de Dios?
(22-28)
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