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Efesios
Pablo también
visitó Éfeso en ambos su segundo y tercer viaje misionero. Su principal
tema de esta epístola es la unidad de los creyentes judíos y gentiles en
la iglesia. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, una esperanza, un solo
Señor, una sola fe y un solo bautismo. Esta carta muestra el propósito de
Dios para la iglesia por el tiempo y la eternidad.
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Efesios
1
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preguntas de estudio relacionadas.
Capítulo
1
Efesios
1 |
Ef 1:1 Pablo, apóstol
de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en
Cristo Jesús que están en Efeso:
2 Gracia y paz a
vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
3
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos
bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales
en Cristo,
4 según nos escogió
en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y
sin mancha delante de él,
5 en amor
habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio
de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
6 para alabanza de
la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,
7 en quien tenemos
redención por su sangre, el perdón de pecados según las
riquezas de su gracia,
8 que hizo
sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,
9 dándonos a
conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual
se había propuesto en sí mismo,
10 de reunir todas
las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los
tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la
tierra.
11 En él asimismo
tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al
propósito del que hace todas las cosas según el designio de su
voluntad,
12 a fin de que
seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente
esperábamos en Cristo.
13 En él también
vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de
vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con
el Espíritu Santo de la promesa,
14 que es las arras
de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida,
para alabanza de su gloria.
15
Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor
Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos,
16 no ceso de dar
gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis
oraciones,
17 para que el Dios
de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de
sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
18 alumbrando los
ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la
esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la
gloria de su herencia en los santos,
19 y cuál la
supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que
creemos, según la operación del poder de su fuerza,
20 la cual operó en
Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra
en los lugares celestiales,
21 sobre todo
principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que
se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;
22 y sometió todas
las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas
a la iglesia,
23 la cual es su
cuerpo,
la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
|
1.
¿Cómo hemos estado siendo bendecidos
por Dios? (3)
2. ¿Cuándo fuímos escogidos? (4-5,11)
3.
¿Qué tenémos en Jesucristo? (7-9,11)
4.
¿Cómo hemos sido sellados? (13-14)
5.
¿Porqué oró Pablo por los de Efeso?
(16-19)
6.
¿En qué posición está Cristo? (20-23)
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Capítulo
2
Efesios
2 |
2:1 Y él os dio vida a
vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
2 en los cuales
anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que
ahora opera en los hijos de desobediencia,
3 entre los cuales
también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de
nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los
pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que
los demás.
4 Pero Dios, que es
rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,
5 aun estando
nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo
(por gracia sois salvos),
6 y juntamente con
él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jesús,
7 para mostrar en
los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su
bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
8 Porque por gracia
sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios;
9 no por obras,
para que nadie se gloríe.
10 Porque somos
hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las
cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
11
Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles
en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada
circuncisión hecha con mano en la carne.
12 En aquel tiempo
estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos
a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
13 Pero ahora en
Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis
sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
14 Porque él es
nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared
intermedia de separación,
15 aboliendo en su
carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en
ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y
nuevo hombre, haciendo la paz,
16 y mediante la
cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo,
matando en ella las enemistades.
17 Y vino y anunció
las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los
que estaban cerca;
18 porque por medio
de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu
al Padre.
19 Así que ya no
sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos,
y miembros de la familia de Dios,
20 edificados sobre
el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal
piedra del ángulo Jesucristo mismo,
21 en quien todo el
edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo
en el Señor;
22 en quien
vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en
el Espíritu.
|
1.
¿Cómo estaba usted muerto anteriormente?
(1,5)
2.
¿Cómo andaba usted anteriormente? (1-3)
3.
¿Cómo era usted por naturaleza? (3)
4.
¿En qué es rico Dios? (4)
5.
¿Dónde usted ha sido sentado? (6)
6.
¿Qué quiere mostrar Dios en los siglos
venideros? (7)
7.
¿Porqué es usted salvó? (8-9)
8.
¿De quien es hechura usted ? (10)
9.
¿Qué era usted anteriormente? (11-13)
10.
¿Por qué medio usted ha sido traído
cerca de Dios? (13)
11.
¿Qué ha quebrantado Cristo? (14-16)
12.
¿Cómo nosotros tenemos el acceso al
Padre? (18)
13.
¿Qué somos nosotros ahora? (19)
14.
¿En qué estamos nosotros dificados?
(20)
15.
¿Quién la principal piedra angular?
(20)
16.
¿Para qué propósito estamos nosotros
juntamente edificados? (21-22)
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Capítulo
3
Efesios
3 |
3:1 Por esta causa yo
Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles;
2 si es que habéis
oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada
para con vosotros;
3 que por
revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito
brevemente,
4 leyendo lo cual
podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo,
5 misterio que en
otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres,
como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el
Espíritu:
6 que los gentiles
son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la
promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio,
7 del cual yo fui
hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado
según la operación de su poder.
8 A mí, que soy
menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta
gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las
inescrutables riquezas de Cristo,
9 y de aclarar a
todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los
siglos en Dios, que creó todas las cosas;
10 para que la
multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de
la iglesia a los principados y potestades en los lugares
celestiales,
11 conforme al
propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor,
12 en quien tenemos
seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él;
13 por lo cual pido
que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, las
cuales son vuestra gloria.
14
Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor
Jesucristo,
15 de quien toma
nombre toda familia en los cielos y en la tierra,
16 para que os dé,
conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con
poder en el hombre interior por su Espíritu;
17 para que habite
Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y
cimentados en amor,
18 seáis plenamente
capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la
longitud, la profundidad y la altura,
19 y de conocer el
amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis
llenos de toda la plenitud de Dios.
20 Y a Aquel que es
poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo
que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,
21 a él sea gloria
en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos
de los siglos. Amén.
|
1.
¿Qué indica que Pablo estaba en la
prisión cuándo escribió esta epístola? (1;4:1;6:20)
2.
¿Cuál es el misterio de Cristo que en
otras generaciones no fue conocido? (1-7)
3.
¿Qué predicó Pablo entre los Gentiles?
(8)
4.
¿Cómo tenemos nosotros la seguridad y
acceso a Cristo? (11-12)
5.
¿De quién toma nombre toda familia en
el cielo y tierra? (14-15)
6.
¿En qué debe usted arraigarse y
cimerntarse? (17)
7. ¿Qué es capaz de hacer Dios? (20)
Cuestionario de
Efesios 1-3
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Capítulo
4
Efesios
4:1-16 |
4:1 Yo pues, preso en
el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que
fuisteis llamados,
2 con toda humildad
y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en
amor,
3 solícitos en
guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;
4 un cuerpo, y un
Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de
vuestra vocación;
5 un Señor, una fe,
un bautismo,
6 un Dios y Padre
de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.
7 Pero a cada uno
de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de
Cristo.
8 Por lo cual dice:
Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad,
Y dio dones a los hombres.
9 Y eso de que
subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las
partes más bajas de la tierra?
10 El que descendió,
es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para
llenarlo todo.
11 Y él mismo
constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros,
12 a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo,
13 hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios,
a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de
Cristo;
14 para que ya no
seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de
doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con
astucia las artimañas del error,
15 sino que
siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la
cabeza, esto es, Cristo,
16 de quien todo el
cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas
que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada
miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
|
1.
¿Cómo debemos nosotros caminar? (1-2)
2.
¿Por guardar qué debemos esforzarnos
nosotros? (3)
3.
¿De qué dice Pablo que hay uno? (4-6)
4.
¿Qué hizo Cristo cuándo El ascendió a
lo alto? (7-10)
5.
¿Qué le dió Cristo a la iglesia? (11)
6.
¿Con qué propósito fueron dados estos
dones? (12)
7.
¿A qué condición venimos nosotros?
(13)
8. ¿Cómo no debemos ser más nosotros?
(14)
9.
¿Cómo nosotros debemos hablar la verdad?
(15)
10.
¿De quién es todo el cuerpo concertado
y unido entre sí? (15-16)
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Efesios
4:17-32 |
17 Esto, pues, digo y
requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles,
que andan en la vanidad de su mente,
18 teniendo el
entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la
ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
19 los cuales,
después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la
lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
20 Mas vosotros no
habéis aprendido así a Cristo,
21 si en verdad le
habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad
que está en Jesús.
22 En cuanto a la
pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que
está viciado conforme a los deseos engañosos,
23 y renovaos en el
espíritu de vuestra mente,
24 y vestíos del
nuevo hombre, creado según Dios
en la justicia y santidad de la verdad.
25 Por lo cual,
desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo;
porque somos miembros los unos de los otros.
26 Airaos, pero no
pequéis;
no se ponga el sol sobre vuestro enojo,
27 ni deis lugar al
diablo.
28 El que hurtaba,
no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno,
para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.
29 Ninguna palabra
corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
30 Y no contristéis
al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el
día de la redención.
31 Quítense de
vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y
toda malicia.
32 Antes sed
benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a
otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
|
11.
¿Cómo no debemos nosotros caminar más?
(17-19)
12.
¿Qué debemos nosotros dejar? (22)
13.
¿Qué debemos nosotros ponernos? (23-24)
14.
¿Qué debemos nosotros dejar? (25,31)
15
¿Qué se dice sobre el enojo y la íra?
(26)
16.
¿Qué lugar debe darse al diablo? (27)
17.
¿Qué debe hacer uno que hurtaba antes?
(28)
18.
¿Qué no debe salir de nuestras bocas?
(29)
19.
¿A quién no debemos afligir? (30)
20.
¿Cómo debemos nosotros tratar a otras
personas? (32)
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Capítulo
5
Efesios
5:1-21 |
5:1 Sed, pues,
imitadores de Dios como hijos amados.
2 Y andad en
amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por
nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
3 Pero
fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre
entre vosotros, como conviene a santos;
4 ni palabras
deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen,
sino antes bien acciones de gracias.
5 Porque sabéis
esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es
idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.
6 Nadie os
engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira
de Dios sobre los hijos de desobediencia.
7 No seáis,
pues, partícipes con ellos.
8 Porque en
otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor;
andad como hijos de luz
9 (porque el
fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad),
10 comprobando
lo que es agradable al Señor.
11 Y no
participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino
más bien reprendedlas;
12 porque
vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto.
13 Mas todas
las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son
hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo.
14 Por lo cual
dice:
Despiértate, tú que duermes,
Y levántate de los muertos,
Y te alumbrará Cristo.
15 Mirad, pues,
con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
16 aprovechando
bien el tiempo, porque los días son malos.
17 Por tanto,
no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad
del Señor.
18 No os
embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien
sed llenos del Espíritu,
19 hablando
entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales,
cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;
20 dando
siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de
nuestro Señor Jesucristo.
21
Someteos unos a otros en el temor de Dios.
|
1.
¿A quién debemos nosotros imitar? (1-2)
2.
¿Qué no debe nombrarse ni siquiera
entre ustedes? (3-4)
3.
¿Quiénes no tienen herencia en el reino
de Dios? (5)
4. ¿Qué viene sobre los hijos de
desobediencia? (6-7)
5.
¿Cómo debemos nosotros andar?
(8-10,15-16)
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Efesios
5:22-33 |
5:22 Las casadas estén
sujetas a sus propios maridos, como al Señor;
23 porque el marido es
cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual
es su cuerpo, y él es su Salvador.
24 Así que, como la
iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus
maridos en todo.
25 Maridos, amad a
vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se
entregó a sí mismo por ella,
26 para santificarla,
habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,
27 a fin de
presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha
ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
28 Así también los
maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama
a su mujer, a sí mismo se ama.
29 Porque nadie
aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida,
como también Cristo a la iglesia,
30 porque somos
miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
31 Por esto dejará el
hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán
una sola carne.
32 Grande es este
misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.
33 Por lo demás, cada
uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer
respete a su marido. |
6. ¿Qué debemos hacer nosotros con las
obras infructuosas de las tinieblas? (11-14)
7.
¿De qué debemos nosotros llenarnos?
(18)
8. ¿Cómo debemos hablar entre nosotros?
(19-20)
9.
¿Cómo debemos someternos entre nosotros?
(21)
10.
¿Cómo deben las esposas someterse a sus
maridos? (22-24)
11. ¿Quién es la cabeza de la iglesia? (23)
12.
¿Cómo deben los maridos amar a sus
esposas? (25,28-29,33))
13.
¿Cómo purifica Cristo la iglesia? (26)
14.
¿Cómo desea Cristo presentar la iglesia?
(27)
15.
¿Cuál es el misterio con respecto a
Cristo y la iglesia? (30-32)
16.
¿Quién debe respetar a una esposa? (33)
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Capítulo
6
Efesios
6 |
6:1 Hijos, obedeced en
el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.
2 Honra a tu padre
y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;
3 para que te vaya
bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
4 Y vosotros,
padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino
criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
5 Siervos, obedeced
a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de
vuestro corazón, como a Cristo;
6 no sirviendo al
ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos
de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios;
7 sirviendo de
buena voluntad, como al Señor y no a los hombres,
8 sabiendo que el
bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o
sea libre.
9 Y vosotros, amos,
haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el
Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para
él no hay acepción de personas.
10
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el
poder de su fuerza.
11 Vestíos de toda
la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las
asechanzas del diablo.
12 Porque no
tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados,
contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de
este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones
celestes.
13 Por tanto, tomad
toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo,
y habiendo acabado todo, estar firmes.
14 Estad, pues,
firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y
vestidos con la coraza de justicia,
15 y calzados los
pies con el apresto del evangelio de la paz.
16 Sobre todo,
tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos
de fuego del maligno.
17 Y tomad el yelmo
de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la
palabra de Dios;
18 orando en todo
tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en
ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
19 y por mí, a fin
de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con
denuedo el misterio del evangelio,
20 por el cual soy
embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo
hablar.
21
Para que también vosotros sepáis mis asuntos, y lo que hago, todo
os lo hará saber Tíquico, hermano amado y fiel ministro
en el Señor,
22 el cual envié a
vosotros para esto mismo, para que sepáis lo tocante a nosotros, y
que consuele vuestros corazones.
23 Paz sea a los
hermanos, y amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo.
24 La gracia sea
con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor
inalterable. Amén.
|
1. ¿A quién deben obedecer los niños? (1)
2.
¿Cuál es el primer mandamiento con
promesa? (2-3)
3. ¿Qué hacen los Padres? (4)
4.
¿Cómo deben relacionarse los siervos
con sus amos? (5-8)
5. ¿Cómo debemos nosotros servir? (6-7)
6. ¿Qué deben saber los amos? (9)
7. ¿Por qué debemos ponernos
toda la armadura de Dios? (11-13)
8.
¿En qué consisten los artículos de
toda la armadura de Dios? (14-17)
9.
¿Cuál es la única arma ofensiva en la
armadura de Dios? (17)
10. ¿Cómo estaban orando los Efesios? (18)
11.
¿Porqué quería Pablo que ellos oraran?
(19-20)
12. ¿Por qué Pablo envió a Tíquico donde
ellos? (21-22)
13. ¿Con qué palabras empezó y terminó
Pablo esta epístola? (23-24: 1:2)
Cuestionario de
Efesios 4-6
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Horario de la Lecture del NT
Guía de Estudio
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