Preguntas de estudio del Libro de 2 Reyes ©2013-2016 by Arlo E. Moehlenpah |
2 Reyes 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19
2 Reyes
Este libro muestra la decadencia y caída de los reinos. Todos los reyes de Israel hicieron lo malo e Israel fue llevado cautivo por Asiria. Judá tuvo buenos y malos reyes. Más de cien años después, Judá fue llevado cautivo por Babilonia. El libro da los últimos días de Elías y tiene mucho con respecto al ministerio de Eliseo.
1:1
Después de la muerte de Acab, se rebeló Moab contra Israel.
2 Y Ocozías cayó por la ventana de
una sala de la casa que tenía en Samaria; y estando enfermo,
envió mensajeros, y les dijo: Id y consultad a Baal-zebub dios
de Ecrón, si he de sanar de esta mi enfermedad.
3 Entonces el ángel de Jehová
habló a Elías tisbita, diciendo: Levántate, y sube a
encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria, y diles:
¿No hay Dios en Israel, que vais a consultar a Baal-zebub dios
de Ecrón?
4 Por tanto, así ha dicho Jehová:
Del lecho en que estás no te levantarás, sino que ciertamente
morirás. Y Elías se fue.
5 Cuando los mensajeros se
volvieron al rey, él les dijo: ¿Por qué os habéis vuelto?
6 Ellos le respondieron:
Encontramos a un varón que nos dijo: Id, y volveos al rey que
os envió, y decidle: Así ha dicho Jehová: ¿No hay Dios en
Israel, que tú envías a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón?
Por tanto, del lecho en que estás no te levantarás; de cierto
morirás.
7 Entonces él les dijo: ¿Cómo era
aquel varón que encontrasteis, y os dijo tales palabras?
8 Y ellos le respondieron: Un
varón que tenía vestido de pelo, y ceñía sus lomos con un
cinturón de cuero. Entonces él dijo: Es Elías tisbita.
9 Luego envió a él un capitán de
cincuenta con sus cincuenta, el cual subió a donde él estaba;
y he aquí que él estaba sentado en la cumbre del monte. Y el
capitán le dijo: Varón de Dios, el rey ha dicho que desciendas.
10 Y Elías respondió y dijo al
capitán de cincuenta: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego
del cielo, y consúmate con tus cincuenta. Y descendió fuego
del cielo, que lo consumió a él y a sus cincuenta.
11 Volvió el rey a enviar a él
otro capitán de cincuenta con sus cincuenta; y le habló y dijo:
Varón de Dios, el rey ha dicho así: Desciende pronto.
12 Y le respondió Elías y dijo: Si
yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate
con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo, y lo consumió
a él y a sus cincuenta.
13 Volvió a enviar al tercer
capitán de cincuenta con sus cincuenta; y subiendo aquel
tercer capitán de cincuenta, se puso de rodillas delante de
Elías y le rogó, diciendo: Varón de Dios, te ruego que sea de
valor delante de tus ojos mi vida, y la vida de estos tus
cincuenta siervos.
14 He aquí ha descendido fuego del
cielo, y ha consumido a los dos primeros capitanes de
cincuenta con sus cincuenta; sea estimada ahora mi vida
delante de tus ojos.
15 Entonces el ángel de Jehová
dijo a Elías: Desciende con él; no tengas miedo de él. Y él se
levantó, y descendió con él al rey.
16 Y le dijo: Así ha dicho Jehová:
Por cuanto enviaste mensajeros a consultar a Baal-zebub dios
de Ecrón, ¿no hay Dios en Israel para consultar en su palabra?
No te levantarás, por tanto, del lecho en que estás, sino que
de cierto morirás.
17 Y murió conforme a la palabra
de Jehová, que había hablado Elías. Reinó en su lugar Joram,
en el segundo año de Joram hijo de Josafat, rey de Judá;
porque Ocozías no tenía hijo.
18 Los demás hechos de Ocozías,
¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de
Israel?
1. ¿Qué mensaje tenía
Elías para Ocozías rey de Israel? (6,16-17)
2. ¿Qué pasó con los
primeros dos grupos de cincuenta que fueron a Elías? (9-12)
3. ¿Cómo se escapó de
morir el tercer grupo de cincuenta? (13-15)
2:1
Aconteció que cuando quiso Jehová alzar a Elías en un
torbellino al cielo, Elías venía con Eliseo de Gilgal.
2 Y dijo Elías a Eliseo: Quédate
ahora aquí, porque Jehová me ha enviado a Bet-el. Y Eliseo
dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré.
Descendieron, pues, a Bet-el.
3 Y saliendo a Eliseo los hijos de
los profetas que estaban en Bet-el, le dijeron: ¿Sabes que
Jehová te quitará hoy a tu señor de sobre ti? Y él dijo: Sí,
yo lo sé; callad.
4 Y Elías le volvió a decir:
Eliseo, quédate aquí ahora, porque Jehová me ha enviado a
Jericó. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te
dejaré. Vinieron, pues, a Jericó.
5 Y se acercaron a Eliseo los
hijos de los profetas que estaban en Jericó, y le dijeron: ¿Sabes
que Jehová te quitará hoy a tu señor de sobre ti? El respondió:
Sí, yo lo sé; callad.
6 Y Elías le dijo: Te ruego que te
quedes aquí, porque Jehová me ha enviado al Jordán. Y él dijo:
Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Fueron, pues,
ambos.
7 Y vinieron cincuenta varones de
los hijos de los profetas, y se pararon delante a lo lejos; y
ellos dos se pararon junto al Jordán.
8 Tomando entonces Elías su manto,
lo dobló, y golpeó las aguas, las cuales se apartaron a uno y
a otro lado, y pasaron ambos por lo seco.
9 Cuando habían pasado, Elías dijo
a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo
sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble
porción de tu espíritu sea sobre mí.
10 El le dijo: Cosa difícil has
pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho
así; mas si no, no.
11 Y aconteció que yendo ellos y
hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego
apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.
12 Viéndolo Eliseo, clamaba:
!!Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a
caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los
rompió en dos partes.
13 Alzó luego el manto de Elías
que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del
Jordán.
14 Y tomando el manto de Elías que
se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está
Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo
modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó
Eliseo.
15 Viéndole los hijos de los
profetas que estaban en Jericó al otro lado, dijeron: El
espíritu de Elías reposó sobre Eliseo. Y vinieron a recibirle,
y se postraron delante de él.
16 Y dijeron: He aquí hay con tus
siervos cincuenta varones fuertes; vayan ahora y busquen a tu
señor; quizá lo ha levantado el Espíritu de Jehová, y lo ha
echado en algún monte o en algún valle. Y él les dijo: No
enviéis.
17 Mas ellos le importunaron,
hasta que avergonzándose dijo: Enviad. Entonces ellos enviaron
cincuenta hombres, los cuales lo buscaron tres días, mas no lo
hallaron.
18 Y cuando volvieron a Eliseo,
que se había quedado en Jericó, él les dijo: ¿No os dije yo
que no fueseis?
19 Y los hombres de la ciudad
dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en donde está colocada
esta ciudad es bueno, como mi señor ve; mas las aguas son
malas, y la tierra es estéril.
20 Entonces él dijo: Traedme una
vasija nueva, y poned en ella sal. Y se la trajeron.
21 Y saliendo él a los manantiales
de las aguas, echó dentro la sal, y dijo: Así ha dicho Jehová:
Yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas muerte ni
enfermedad.
22 Y fueron sanas las aguas hasta
hoy, conforme a la palabra que habló Eliseo.
23 Después subió de allí a Bet-el;
y subiendo por el camino, salieron unos muchachos de la
ciudad, y se burlaban de él, diciendo: !!Calvo, sube! !!calvo,
sube!
24 Y mirando él atrás, los vio, y
los maldijo en el nombre de Jehová. Y salieron dos osos del
monte, y despedazaron de ellos a cuarenta y dos muchachos.
25 De allí fue al monte Carmelo, y
de allí volvió a Samaria.
1. ¿De qué se dieron
cuenta los profetas en Bet-el y Jericó? (3-5)
2. ¿Cómo cruzaron Elías y
Eliseo el Jordán? (8)
3. ¿Qué le pidió Eliseo a
Elías? (9-10)
4. ¿Cómo fue llevado Elías
al cielo? (11)
5. ¿Qué hizo Eliseo con el
manto de Elías? (14)
6. ¿Cómo sanó Eliseo las
aguas? (19-22)
7. ¿Qué pasó con los
muchachos que se burlaron de Eliseo? (23-24)
3:1
Joram hijo de Acab comenzó a reinar en Samaria sobre Israel el
año dieciocho de Josafat rey de Judá; y reinó doce años.
2 E hizo lo malo ante los ojos de
Jehová, aunque no como su padre y su madre; porque quitó las
estatuas de Baal que su padre había hecho.
3 Pero se entregó a los pecados de
Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel, y no se
apartó de ellos.
4 Entonces
Mesa rey de Moab era propietario de ganados, y pagaba al rey
de Israel cien mil corderos y cien mil carneros con sus
vellones.
5 Pero muerto Acab, el rey de Moab
se rebeló contra el rey de Israel.
6 Salió entonces de Samaria el rey
Joram, y pasó revista a todo Israel.
7 Y fue y envió a decir a Josafat
rey de Judá: El rey de Moab se ha rebelado contra mí: ¿irás tú
conmigo a la guerra contra Moab? Y él respondió: Iré, porque
yo soy como tú; mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como
los tuyos.
8 Y dijo: ¿Por qué camino iremos?
Y él respondió: Por el camino del desierto de Edom.
9 Salieron, pues, el rey de
Israel, el rey de Judá, y el rey de Edom; y como anduvieron
rodeando por el desierto siete días de camino, les faltó agua
para el ejército, y para las bestias que los seguían.
10 Entonces el rey de Israel dijo:
!!Ah! que ha llamado Jehová a estos tres reyes para
entregarlos en manos de los moabitas.
11 Mas Josafat dijo: ¿No hay aquí
profeta de Jehová, para que consultemos a Jehová por medio de
él? Y uno de los siervos del rey de Israel respondió y dijo:
Aquí está Eliseo hijo de Safat, que servía a Elías.
12 Y Josafat dijo: Este tendrá
palabra de Jehová. Y descendieron a él el rey de Israel, y
Josafat, y el rey de Edom.
13 Entonces Eliseo dijo al rey de
Israel: ¿Qué tengo yo contigo? Ve a los profetas de tu padre,
y a los profetas de tu madre. Y el rey de Israel le respondió:
No; porque Jehová ha reunido a estos tres reyes para
entregarlos en manos de los moabitas.
14 Y Eliseo dijo: Vive Jehová de
los ejércitos, en cuya presencia estoy, que si no tuviese
respeto al rostro de Josafat rey de Judá, no te mirara a ti,
ni te viera.
15 Mas ahora traedme un tañedor. Y
mientras el tañedor tocaba, la mano de Jehová vino sobre
Eliseo,
16 quien dijo: Así ha dicho Jehová:
Haced en este valle muchos estanques.
17 Porque Jehová ha dicho así: No
veréis viento, ni veréis lluvia; pero este valle será lleno de
agua, y beberéis vosotros, y vuestras bestias y vuestros
ganados.
18 Y esto es cosa ligera en los
ojos de Jehová; entregará también a los moabitas en vuestras
manos.
19 Y destruiréis toda ciudad
fortificada y toda villa hermosa, y talaréis todo buen árbol,
cegaréis todas las fuentes de aguas, y destruiréis con piedras
toda tierra fértil.
20 Aconteció, pues, que por la
mañana, cuando se ofrece el sacrificio, he aquí vinieron aguas
por el camino de Edom, y la tierra se llenó de aguas.
21 Cuanto todos los de Moab oyeron
que los reyes subían a pelear contra ellos, se juntaron desde
los que apenas podían ceñir armadura en adelante, y se
pusieron en la frontera.
22 Cuando se levantaron por la
mañana, y brilló el sol sobre las aguas, vieron los de Moab
desde lejos las aguas rojas como sangre;
23 y dijeron: !!Esto es sangre de
espada! Los reyes se han vuelto uno contra otro, y cada uno ha
dado muerte a su compañero. Ahora, pues, !!Moab, al botín!
24 Pero cuando llegaron al
campamento de Israel, se levantaron los israelitas y atacaron
a los de Moab, los cuales huyeron de delante de ellos; pero
los persiguieron matando a los de Moab.
25 Y asolaron las ciudades, y en
todas las tierras fértiles echó cada uno su piedra, y las
llenaron; cegaron también todas las fuentes de las aguas, y
derribaron todos los buenos árboles; hasta que en Kir-hareset
solamente dejaron piedras, porque los honderos la rodearon y
la destruyeron.
26 Y cuando el rey de Moab vio que
era vencido en la batalla, tomó consigo setecientos hombres
que manejaban espada, para atacar al rey de Edom; mas no
pudieron.
27 Entonces arrebató a su
primogénito que había de reinar en su lugar, y lo sacrificó en
holocausto sobre el muro. Y hubo grande enojo contra Israel; y
se apartaron de él, y se volvieron a su tierra.
1. ¿Por qué Joram rey de
Israel le pidió a Josafat rey de Judá que le ayudara? (7)
2. ¿Qué quería hacer
Josafat? (11)
3. ¿A quién mandó a traer
Eliseo antes de darles la respuesta a los reyes? (15)
4. ¿Qué pensaban los
moabitas cuando vieron el reflejo del sol en el agua? (22-23)
5. ¿Qué hizo el rey de
Moab cuando vio que había perdido la batalla? (26-27)
4:1
Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó
a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes
que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor
para tomarse dos hijos míos por siervos.
2 Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré
yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva
ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.
3 El le dijo: Ve y pide para ti
vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no
pocas.
4 Entra luego, y enciérrate tú y
tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté
llena, ponla aparte.
5 Y se fue la mujer, y cerró la
puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las
vasijas, y ella echaba del aceite.
6 Cuando las vasijas estuvieron
llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él
dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.
7 Vino ella luego, y lo contó al
varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a
tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.
8 Aconteció
también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una
mujer importante, que le invitaba insistentemente a que
comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella
a comer.
9 Y ella dijo a su marido: He aquí
ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa,
es varón santo de Dios.
10 Yo te ruego que hagamos un
pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla
y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede
en él.
11 Y aconteció que un día vino él
por allí, y se quedó en aquel aposento, y allí durmió.
12 Entonces dijo a Giezi su criado:
Llama a esta sunamita. Y cuando la llamó, vino ella delante de
él.
13 Dijo él entonces a Giezi: Dile:
He aquí tú has estado solícita por nosotros con todo este
esmero; ¿qué quieres que haga por ti? ¿Necesitas que hable por
ti al rey, o al general del ejército? Y ella respondió: Yo
habito en medio de mi pueblo.
14 Y él dijo: ¿Qué, pues, haremos
por ella? Y Giezi respondió: He aquí que ella no tiene hijo, y
su marido es viejo.
15 Dijo entonces: Llámala. Y él la
llamó, y ella se paró a la puerta.
16 Y él le dijo: El año que viene,
por este tiempo, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío,
varón de Dios, no hagas burla de tu sierva.
17 Mas la mujer concibió, y dio a
luz un hijo el año siguiente, en el tiempo que Eliseo le había
dicho.
18 Y el niño creció. Pero
aconteció un día, que vino a su padre, que estaba con los
segadores;
19 y dijo a su padre: !!Ay, mi
cabeza, mi cabeza! Y el padre dijo a un criado: Llévalo a su
madre.
20 Y habiéndole él tomado y traído
a su madre, estuvo sentado en sus rodillas hasta el mediodía,
y murió.
21 Ella entonces subió, y lo puso
sobre la cama del varón de Dios, y cerrando la puerta, se
salió.
22 Llamando luego a su marido, le
dijo: Te ruego que envíes conmigo a alguno de los criados y
una de las asnas, para que yo vaya corriendo al varón de Dios,
y regrese.
23 El dijo: ¿Para qué vas a verle
hoy? No es nueva luna, ni día de reposo. Y ella respondió:
Paz.
24 Después hizo enalbardar el asna,
y dijo al criado: Guía y anda; y no me hagas detener en el
camino, sino cuando yo te lo dijere.
25 Partió, pues, y vino al varón
de Dios, al monte Carmelo.
Y cuando el varón de Dios la vio
de lejos, dijo a su criado Giezi: He aquí la sunamita.
26 Te ruego que vayas ahora
corriendo a recibirla, y le digas: ¿Te va bien a ti? ¿Le va
bien a tu marido, y a tu hijo? Y ella dijo: Bien.
27 Luego que llegó a donde estaba
el varón de Dios en el monte, se asió de sus pies. Y se acercó
Giezi para quitarla; pero el varón de Dios le dijo: Déjala,
porque su alma está en amargura, y Jehová me ha encubierto el
motivo, y no me lo ha revelado.
28 Y ella dijo: ¿Pedí yo hijo a mi
señor? ¿No dije yo que no te burlases de mí?
29 Entonces dijo él a Giezi: Ciñe
tus lomos, y toma mi báculo en tu mano, y ve; si alguno te
encontrare, no lo saludes, y si alguno te saludare, no le
respondas; y pondrás mi báculo sobre el rostro del niño.
30 Y dijo la madre del niño: Vive
Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré.
31 El entonces se levantó y la
siguió. Y Giezi había ido delante de ellos, y había puesto el
báculo sobre el rostro del niño; pero no tenía voz ni sentido,
y así se había vuelto para encontrar a Eliseo, y se lo declaró,
diciendo: El niño no despierta.
32 Y venido Eliseo a la casa, he
aquí que el niño estaba muerto tendido sobre su cama.
33 Entrando él entonces, cerró la
puerta tras ambos, y oró a Jehová.
34 Después subió y se tendió sobre
el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, y sus ojos
sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas; así se
tendió sobre él, y el cuerpo del niño entró en calor.
35 Volviéndose luego, se paseó por
la casa a una y otra parte, y después subió, y se tendió sobre
él nuevamente, y el niño estornudó siete veces, y abrió sus
ojos.
36 Entonces llamó él a Giezi, y le
dijo: Llama a esta sunamita. Y él la llamó. Y entrando ella,
él le dijo: Toma tu hijo.
37 Y así que ella entró, se echó a
sus pies, y se inclinó a tierra; y después tomó a su hijo, y
salió.
38 Eliseo
volvió a Gilgal cuando había una grande hambre en la tierra. Y
los hijos de los profetas estaban con él, por lo que dijo a su
criado: Pon una olla grande, y haz potaje para los hijos de
los profetas.
39 Y salió uno al campo a recoger
hierbas, y halló una como parra montés, y de ella llenó su
falda de calabazas silvestres; y volvió, y las cortó en la
olla del potaje, pues no sabía lo que era.
40 Después sirvió para que
comieran los hombres; pero sucedió que comiendo ellos de aquel
guisado, gritaron diciendo: !!Varón de Dios, hay muerte en esa
olla! Y no lo pudieron comer.
41 El entonces dijo: Traed harina.
Y la esparció en la olla, y dijo: Da de comer a la gente. Y no
hubo más mal en la olla.
42 Vino entonces un hombre de
Baal-salisa, el cual trajo al varón de Dios panes de primicias,
veinte panes de cebada, y trigo nuevo en su espiga. Y él dijo:
Da a la gente para que coma.
43 Y respondió su sirviente: ¿Cómo
pondré esto delante de cien hombres? Pero él volvió a decir:
Da a la gente para que coma, porque así ha dicho Jehová:
Comerán, y sobrará.
44 Entonces lo puso delante de
ellos, y comieron, y les sobró, conforme a la palabra de
Jehová.
1. ¿En qué forma milagrosa
la viuda pagó su deudas? (1-7)
2. ¿Qué hicieron la mujer
sunamita y su marido para Eliseo? (10)
3. ¿Qué milagro fue hecho
para la mujer sunamita? (16-17)
4. ¿Qué dijo la mujer
sunamita que mostraba su fe? (23-26)
5. ¿Qué le dijo Eliseo a
Giezi que hiciera? (29-31)
6. ¿Qué milagro fue hecho
para el hijo la mujer sunamita? (34-35)
7. ¿Qué pasó con la olla
de potaje? (38-41)
8. ¿Cómo se alimentaron
los cien hombres? (42-44)
5:1
Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón
grande delante de su señor, y lo tenía en alta estima, porque
por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este
hombre valeroso en extremo, pero leproso.
2 Y de Siria habían salido bandas
armadas, y habían llevado cautiva de la tierra de Israel a una
muchacha, la cual servía a la mujer de Naamán.
3 Esta dijo a su señora: Si rogase
mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su
lepra.
4 Entrando Naamán a su señor, le
relató diciendo: Así y así ha dicho una muchacha que es de la
tierra de Israel.
5 Y le dijo el rey de Siria: Anda,
ve, y yo enviaré cartas al rey de Israel.
Salió, pues, él, llevando consigo
diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas
de vestidos.
6 Tomó también cartas para el rey
de Israel, que decían así: Cuando lleguen a ti estas cartas,
sabe por ellas que yo envío a ti mi siervo Naamán, para que lo
sanes de su lepra.
7 Luego que el rey de Israel leyó
las cartas, rasgó sus vestidos, y dijo: ¿Soy yo Dios, que mate
y dé vida, para que éste envíe a mí a que sane un hombre de su
lepra? Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión contra mí.
8 Cuando Eliseo el varón de Dios
oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió a
decir al rey: ¿Por qué has rasgado tus vestidos? Venga ahora a
mí, y sabrá que hay profeta en Israel.
9 Y vino Naamán con sus caballos y
con su carro, y se paró a las puertas de la casa de Eliseo.
10 Entonces Eliseo le envió un
mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y
tu carne se te restaurará, y serás limpio.
11 Y Naamán se fue enojado,
diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando
en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano
y tocará el lugar, y sanará la lepra.
12 Abana y Farfar, ríos de Damasco,
¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en
ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado.
13 Mas sus criados se le acercaron
y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara
alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote:
Lávate, y serás limpio?
14 El entonces descendió, y se
zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del
varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño,
y quedó limpio.
15 Y volvió al varón de Dios, él y
toda su compañía, y se puso delante de él, y dijo: He aquí
ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en
Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu siervo.
16 Mas él dijo: Vive Jehová, en
cuya presencia estoy, que no lo aceptaré. Y le instaba que
aceptara alguna cosa, pero él no quiso.
17 Entonces Naamán dijo: Te ruego,
pues, ¿de esta tierra no se dará a tu siervo la carga de un
par de mulas? Porque de aquí en adelante tu siervo no
sacrificará holocausto ni ofrecerá sacrificio a otros dioses,
sino a Jehová.
18 En esto perdone Jehová a tu
siervo: que cuando mi señor el rey entrare en el templo de
Rimón para adorar en él, y se apoyare sobre mi brazo, si yo
también me inclinare en el templo de Rimón; cuando haga tal,
Jehová perdone en esto a tu siervo.
19 Y él le dijo: Ve en paz. Se fue,
pues, y caminó como media legua de tierra.
20 Entonces Giezi, criado de
Eliseo el varón de Dios, dijo entre sí: He aquí mi señor
estorbó a este sirio Naamán, no tomando de su mano las cosas
que había traído. Vive Jehová, que correré yo tras él y tomaré
de él alguna cosa.
21 Y siguió Giezi a Naamán; y
cuando vio Naamán que venía corriendo tras él, se bajó del
carro para recibirle, y dijo: ¿Va todo bien?
22 Y él dijo: Bien. Mi señor me
envía a decirte: He aquí vinieron a mí en esta hora del monte
de Efraín dos jóvenes de los hijos de los profetas; te ruego
que les des un talento de plata, y dos vestidos nuevos.
23 Dijo Naamán: Te ruego que tomes
dos talentos. Y le insistió, y ató dos talentos de plata en
dos bolsas, y dos vestidos nuevos, y lo puso todo a cuestas a
dos de sus criados para que lo llevasen delante de él.
24 Y así que llegó a un lugar
secreto, él lo tomó de mano de ellos, y lo guardó en la casa;
luego mandó a los hombres que se fuesen.
25 Y él entró, y se puso delante
de su señor. Y Eliseo le dijo: ¿De dónde vienes, Giezi? Y él
dijo: Tu siervo no ha ido a ninguna parte.
26 El entonces le dijo: ¿No estaba
también allí mi corazón, cuando el hombre volvió de su carro a
recibirte? ¿Es tiempo de tomar plata, y de tomar vestidos,
olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas?
27 Por tanto, la lepra de Naamán
se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre. Y salió de
delante de él leproso, blanco como la nieve.
2. ¿Qué le dijo Eliseo a
Naamán que hiciera? (10)
3. ¿Quién convenció a
Naamán de que él debería obedecer a Eliseo? (13)
4. ¿Qué hizo Eliseo cuando
Naamán quería darle un presente? (16)
5. ¿Qué hizo Giezi?
(20-24)
6. ¿Qué le pasó a Giezi?
(27)
6:1
Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar
en que moramos contigo nos es estrecho.
2 Vamos ahora al Jordán, y tomemos
de allí cada uno una viga, y hagamos allí lugar en que
habitemos. Y él dijo: Andad.
3 Y dijo uno: Te rogamos que
vengas con tus siervos. Y él respondió: Yo iré.
4 Se fue, pues, con ellos; y
cuando llegaron al Jordán, cortaron la madera.
5 Y aconteció que mientras uno
derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó
diciendo: !!Ah, señor mío, era prestada!
6 El varón de Dios preguntó: ¿Dónde
cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo
echó allí; e hizo flotar el hierro.
7 Y dijo: Tómalo. Y él extendió la
mano, y lo tomó.
8 Tenía
el rey de Siria guerra contra Israel, y consultando con sus
siervos, dijo: En tal y tal lugar estará mi campamento.
9 Y el varón de Dios envió a decir
al rey de Israel: Mira que no pases por tal lugar, porque los
sirios van allí.
10 Entonces el rey de Israel envió
a aquel lugar que el varón de Dios había dicho; y así lo hizo
una y otra vez con el fin de cuidarse.
11 Y el corazón del rey de Siria
se turbó por esto; y llamando a sus siervos, les dijo: ¿No me
declararéis vosotros quién de los nuestros es del rey de
Israel?
12 Entonces uno de los siervos
dijo: No, rey señor mío, sino que el profeta Eliseo está en
Israel, el cual declara al rey de Israel las palabras que tú
hablas en tu cámara más secreta.
13 Y él dijo: Id, y mirad dónde
está, para que yo envíe a prenderlo. Y le fue dicho: He aquí
que él está en Dotán.
14 Entonces envió el rey allá
gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los cuales
vinieron de noche, y sitiaron la ciudad.
15 Y se levantó de mañana y salió
el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que
tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros.
Entonces su criado le dijo: !!Ah, señor mío! ¿qué haremos?
16 El le dijo: No tengas miedo,
porque más son los que están con nosotros que los que están
con ellos.
17 Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego,
oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová
abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte
estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego
alrededor de Eliseo.
18 Y luego que los sirios
descendieron a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que
hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera,
conforme a la petición de Eliseo.
19 Después les dijo Eliseo: No es
este el camino, ni es esta la ciudad; seguidme, y yo os guiaré
al hombre que buscáis. Y los guió a Samaria.
20 Y cuando llegaron a Samaria,
dijo Eliseo: Jehová, abre los ojos de éstos, para que vean. Y
Jehová abrió sus ojos, y miraron, y se hallaban en medio de
Samaria.
21 Cuando el rey de Israel los
hubo visto, dijo a Eliseo: ¿Los mataré, padre mío?
22 El le respondió: No los mates.
¿Matarías tú a los que tomaste cautivos con tu espada y con tu
arco? Pon delante de ellos pan y agua, para que coman y beban,
y vuelvan a sus señores.
23 Entonces se les preparó una
gran comida; y cuando habían comido y bebido, los envió, y
ellos se volvieron a su señor. Y nunca más vinieron bandas
armadas de Siria a la tierra de Israel.
24 Después
de esto aconteció que Ben-adad rey de Siria reunió todo su
ejército, y subió y sitió a Samaria.
25 Y hubo gran hambre en Samaria,
a consecuencia de aquel sitio; tanto que la cabeza de un asno
se vendía por ochenta piezas de plata, y la cuarta parte de un
cab de estiércol de palomas por cinco piezas de plata.
26 Y pasando el rey de Israel por
el muro, una mujer le gritó, y dijo: Salva, rey señor mío.
27 Y él dijo: Si no te salva
Jehová, ¿de dónde te puedo salvar yo? ¿Del granero, o del
lagar?
28 Y le dijo el rey: ¿Qué tienes?
Ella respondió: Esta mujer me dijo: Da acá tu hijo, y
comámoslo hoy, y mañana comeremos el mío.
29 Cocimos, pues, a mi hijo, y lo
comimos. El día siguiente yo le dije: Da acá tu hijo, y
comámoslo. Mas ella ha escondido a su hijo.
30 Cuando el rey oyó las palabras
de aquella mujer, rasgó sus vestidos, y pasó así por el muro;
y el pueblo vio el cilicio que traía interiormente sobre su
cuerpo.
31 Y él dijo: Así me haga Dios, y
aun me añada, si la cabeza de Eliseo hijo de Safat queda sobre
él hoy.
32 Y Eliseo estaba sentado en su
casa, y con él estaban sentados los ancianos; y el rey envió a
él un hombre. Mas antes que el mensajero viniese a él, dijo él
a los ancianos: ¿No habéis visto cómo este hijo de homicida
envía a cortarme la cabeza? Mirad, pues, y cuando viniere el
mensajero, cerrad la puerta, e impedidle la entrada. ¿No se
oye tras él el ruido de los pasos de su amo?
33 Aún estaba él hablando con
ellos, y he aquí el mensajero que descendía a él; y dijo:
Ciertamente este mal de Jehová viene. ¿Para qué he de esperar
más a Jehová?
2. ¿Por qué el rey de
Siria quería capturar a Eliseo? (12-14)
3. ¿Qué dijo Eliseo cuando
su siervo estaba atemorizado? (16)
4. ¿Qué les pasó a los
hombres enviados a capturar a Eliseo? (18-23)
5. ¿Cómo sufrió Israel
cuando Ben-adad sitió a Samaria? (25)
7:1 Dijo entonces Eliseo: Oíd
palabra de Jehová: Así dijo Jehová: Mañana a estas horas
valdrá el seah de flor de harina un siclo, y dos seahs de
cebada un siclo, a la puerta de Samaria.
2 Y un príncipe sobre cuyo brazo
el rey se apoyaba, respondió al varón de Dios, y dijo: Si
Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y
él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de
ello.
3 Había a la entrada de la puerta
cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron el uno al otro:
¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?
4 Si tratáremos de entrar en la
ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella;
y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos, pues, ahora,
y pasemos al campamento de los sirios; si ellos nos dieren la
vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.
5 Se levantaron, pues, al
anochecer, para ir al campamento de los sirios; y llegando a
la entrada del campamento de los sirios, no había allí nadie.
6 Porque Jehová había hecho que en
el campamento de los sirios se oyese estruendo de carros,
ruido de caballos, y estrépito de gran ejército; y se dijeron
unos a otros: He aquí, el rey de Israel ha tomado a sueldo
contra nosotros a los reyes de los heteos y a los reyes de los
egipcios, para que vengan contra nosotros.
7 Y así se levantaron y huyeron al
anochecer, abandonando sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y
el campamento como estaba; y habían huido para salvar sus
vidas.
8 Cuando los leprosos llegaron a
la entrada del campamento, entraron en una tienda y comieron y
bebieron, y tomaron de allí plata y oro y vestidos, y fueron y
lo escondieron; y vueltos, entraron en otra tienda, y de allí
también tomaron, y fueron y lo escondieron.
9 Luego se dijeron el uno al otro:
No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva, y
nosotros callamos; y si esperamos hasta el amanecer, nos
alcanzará nuestra maldad. Vamos pues, ahora, entremos y demos
la nueva en casa del rey.
10 Vinieron, pues, y gritaron a
los guardas de la puerta de la ciudad, y les declararon,
diciendo: Nosotros fuimos al campamento de los sirios, y he
aquí que no había allí nadie, ni voz de hombre, sino caballos
atados, asnos también atados, y el campamento intacto.
11 Los porteros gritaron, y lo
anunciaron dentro, en el palacio del rey.
12 Y se levantó el rey de noche, y
dijo a sus siervos: Yo os declararé lo que nos han hecho los
sirios. Ellos saben que tenemos hambre, y han salido de las
tiendas y se han escondido en el campo, diciendo: Cuando hayan
salido de la ciudad, los tomaremos vivos, y entraremos en la
ciudad.
13 Entonces respondió uno de sus
siervos y dijo: Tomen ahora cinco de los caballos que han
quedado en la ciudad (porque los que quedan acá también
perecerán como toda la multitud de Israel que ya ha perecido),
y enviemos y veamos qué hay.
14 Tomaron, pues, dos caballos de
un carro, y envió el rey al campamento de los sirios, diciendo:
Id y ved.
15 Y ellos fueron, y los siguieron
hasta el Jordán; y he aquí que todo el camino estaba lleno de
vestidos y enseres que los sirios habían arrojado por la
premura. Y volvieron los mensajeros y lo hicieron saber al rey.
16 Entonces el pueblo salió, y
saqueó el campamento de los sirios. Y fue vendido un seah de
flor de harina por un siclo, y dos seahs de cebada por un
siclo, conforme a la palabra de Jehová.
17 Y el rey puso a la puerta a
aquel príncipe sobre cuyo brazo él se apoyaba; y lo atropelló
el pueblo a la entrada, y murió, conforme a lo que había dicho
el varón de Dios, cuando el rey descendió a él.
18 Aconteció, pues, de la manera
que el varón de Dios había hablado al rey, diciendo: Dos seahs
de cebada por un siclo, y el seah de flor de harina será
vendido por un siclo mañana a estas horas, a la puerta de
Samaria.
19 A lo cual aquel príncipe había
respondido al varón de Dios, diciendo: Si Jehová hiciese
ventanas en el cielo, ¿pudiera suceder esto? Y él dijo: He
aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello.
20 Y le sucedió así; porque el
pueblo le atropelló a la entrada, y murió.
1. ¿Qué profetizó Eliseo
que pasaría en Samaria? (1-2)
2. ¿Qué decidieron hacer
los cuatro leprosos? (3-5)
3. ¿Por qué huyeron los
sirios? (6-7)
4. ¿Por qué los hombres
leprosos decidieron contarles la nueva a los guardas de la puerta de la
ciudad? (9)
5. ¿Por qué tenía dudas el
rey de Samaria? (12)
6. ¿Qué le pasó al hombre
que no creyó la profecía de Eliseo? (16-20)
8:1
Habló Eliseo a aquella mujer a cuyo hijo él había hecho vivir,
diciendo: Levántate, vete tú y toda tu casa a vivir donde
puedas; porque Jehová ha llamado el hambre, la cual vendrá
sobre la tierra por siete años.
2 Entonces la mujer se levantó, e
hizo como el varón de Dios le dijo; y se fue ella con su
familia, y vivió en tierra de los filisteos siete años.
3 Y cuando habían pasado los siete
años, la mujer volvió de la tierra de los filisteos; después
salió para implorar al rey por su casa y por sus tierras.
4 Y había el rey hablado con Giezi,
criado del varón de Dios, diciéndole: Te ruego que me cuentes
todas las maravillas que ha hecho Eliseo.
5 Y mientras él estaba contando al
rey cómo había hecho vivir a un muerto, he aquí que la mujer,
a cuyo hijo él había hecho vivir, vino para implorar al rey
por su casa y por sus tierras. Entonces dijo Giezi: Rey señor
mío, esta es la mujer, y este es su hijo, al cual Eliseo hizo
vivir.
6 Y preguntando el rey a la mujer,
ella se lo contó. Entonces el rey ordenó a un oficial, al cual
dijo: Hazle devolver todas las cosas que eran suyas, y todos
los frutos de sus tierras desde el día que dejó el país hasta
ahora.
7 Eliseo
se fue luego a Damasco; y Ben-adad rey de Siria estaba enfermo,
al cual dieron aviso, diciendo: El varón de Dios ha venido
aquí.
8 Y el rey dijo a Hazael: Toma en
tu mano un presente, y ve a recibir al varón de Dios, y
consulta por él a Jehová, diciendo: ¿Sanaré de esta enfermedad?
9 Tomó, pues, Hazael en su mano un
presente de entre los bienes de Damasco, cuarenta camellos
cargados, y fue a su encuentro, y llegando se puso delante de
él, y dijo: Tu hijo Ben-adad rey de Siria me ha enviado a ti,
diciendo: ¿Sanaré de esta enfermedad?
10 Y Eliseo le dijo: Ve, dile:
Seguramente sanarás. Sin embargo, Jehová me ha mostrado que él
morirá ciertamente.
11 Y el varón de Dios le miró
fijamente, y estuvo así hasta hacerlo ruborizarse; luego lloró
el varón de Dios.
12 Entonces le dijo Hazael: ¿Por
qué llora mi señor? Y él respondió: Porque sé el mal que harás
a los hijos de Israel; a sus fortalezas pegarás fuego, a sus
jóvenes matarás a espada, y estrellarás a sus niños, y abrirás
el vientre a sus mujeres que estén encintas.
13 Y Hazael dijo: Pues, ¿qué es tu
siervo, este perro, para que haga tan grandes cosas? Y
respondió Eliseo: Jehová me ha mostrado que tú serás rey de
Siria.
14 Y Hazael se fue, y vino a su
señor, el cual le dijo: ¿Qué te ha dicho Eliseo? Y él
respondió: Me dijo que seguramente sanarás.
15 El día siguiente, tomó un paño
y lo metió en agua, y lo puso sobre el rostro de Ben-adad, y
murió; y reinó Hazael en su lugar.
16 En
el quinto año de Joram hijo de Acab, rey de Israel, y siendo
Josafat rey de Judá, comenzó a reinar Joram hijo de Josafat,
rey de Judá.
17 De treinta y dos años era
cuando comenzó a reinar, y ocho años reinó en Jerusalén.
18 Y anduvo en el camino de los
reyes de Israel, como hizo la casa de Acab, porque una hija de
Acab fue su mujer; e hizo lo malo ante los ojos de Jehová.
19 Con todo eso, Jehová no quiso
destruir a Judá, por amor a David su siervo, porque había
prometido darle lámpara a él y a sus hijos perpetuamente.
20 En el tiempo de él se rebeló
Edom contra el dominio de Judá, y pusieron rey sobre ellos.
21 Joram, por tanto, pasó a Zair,
y todos sus carros con él; y levantándose de noche atacó a los
de Edom, los cuales le habían sitiado, y a los capitanes de
los carros; y el pueblo huyó a sus tiendas.
22 No obstante, Edom se libertó
del dominio de Judá, hasta hoy. También se rebeló Libna en el
mismo tiempo.
23 Los demás hechos de Joram, y
todo lo que hizo, ¿no están escritos en el libro de las
crónicas de los reyes de Judá?
24 Y durmió Joram con sus padres,
y fue sepultado con ellos en la ciudad de David; y reinó en
lugar suyo Ocozías, su hijo.
25 En
el año doce de Joram hijo de Acab, rey de Israel, comenzó a
reinar Ocozías hijo de Joram, rey de Judá.
26 De veintidós años era Ocozías
cuando comenzó a reinar, y reinó un año en Jerusalén. El
nombre de su madre fue Atalía, hija de Omri rey de Israel.
27 Anduvo en el camino de la casa
de Acab, e hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como la casa
de Acab; porque era yerno de la casa de Acab.
28 Y fue a la guerra con Joram
hijo de Acab a Ramot de Galaad, contra Hazael rey de Siria; y
los sirios hirieron a Joram.
29 Y el rey Joram se volvió a
Jezreel para curarse de las heridas que los sirios le hicieron
frente a Ramot, cuando peleó contra Hazael rey de Siria. Y
descendió Ocozías hijo de Joram rey de Judá, a visitar a Joram
hijo de Acab en Jezreel, porque estaba enfermo.
2. ¿Cómo llegó Hazael a
ser rey de Siria? (15)
3. ¿Con quién se casó
Joram rey de Judá? (18)
4. ¿Quién reinó después de
Joram rey de Judá? (25)
9:1
Entonces el profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los
profetas, y le dijo: Ciñe tus lomos, y toma esta redoma de
aceite en tu mano, y ve a Ramot de Galaad.
2 Cuando llegues allá, verás allí
a Jehú hijo de Josafat hijo de Nimsi; y entrando, haz que se
levante de entre sus hermanos, y llévalo a la cámara.
3 Toma luego la redoma de aceite,
y derrámala sobre su cabeza y di: Así dijo Jehová: Yo te he
ungido por rey sobre Israel. Y abriendo la puerta, echa a huir,
y no esperes.
4 Fue, pues, el joven, el profeta,
a Ramot de Galaad.
5 Cuando él entró, he aquí los
príncipes del ejército que estaban sentados. Y él dijo:
Príncipe, una palabra tengo que decirte. Jehú dijo: ¿A cuál de
todos nosotros? Y él dijo: A ti, príncipe.
6 Y él se levantó, y entró en
casa; y el otro derramó el aceite sobre su cabeza, y le dijo:
Así dijo Jehová Dios de Israel: Yo te he ungido por rey sobre
Israel, pueblo de Jehová.
7 Herirás la casa de Acab tu señor,
para que yo vengue la sangre de mis siervos los profetas, y la
sangre de todos los siervos de Jehová, de la mano de Jezabel.
8 Y perecerá toda la casa de Acab,
y destruiré de Acab todo varón, así al siervo como al libre en
Israel.
9 Y yo pondré la casa de Acab como
la casa de Jeroboam hijo de Nabat, y como la casa de Baasa
hijo de Ahías.
10 Y a Jezabel la comerán los
perros en el campo de Jezreel, y no habrá quien la sepulte. En
seguida abrió la puerta, y echó a huir.
11 Después salió Jehú a los
siervos de su señor, y le dijeron: ¿Hay paz? ¿Para qué vino a
ti aquel loco? Y él les dijo: Vosotros conocéis al hombre y
sus palabras.
12 Ellos dijeron: Mentira;
decláranoslo ahora. Y él dijo: Así y así me habló, diciendo:
Así ha dicho Jehová: Yo te he ungido por rey sobre Israel.
13 Entonces cada uno tomó
apresuradamente su manto, y lo puso debajo de Jehú en un trono
alto, y tocaron corneta, y dijeron: Jehú es rey.
14 Así
conspiró Jehú hijo de Josafat, hijo de Nimsi, contra Joram. (Estaba
entonces Joram guardando a Ramot de Galaad con todo Israel,
por causa de Hazael rey de Siria;
15 pero se había vuelto el rey
Joram a Jezreel, para curarse de las heridas que los sirios le
habían hecho, peleando contra Hazael rey de Siria.) Y Jehú
dijo: Si es vuestra voluntad, ninguno escape de la ciudad,
para ir a dar las nuevas en Jezreel.
16 Entonces Jehú cabalgó y fue a
Jezreel, porque Joram estaba allí enfermo. También estaba
Ocozías rey de Judá, que había descendido a visitar a Joram.
17 Y el atalaya que estaba en la
torre de Jezreel vio la tropa de Jehú que venía, y dijo: Veo
una tropa. Y Joram dijo: Ordena a un jinete que vaya a
reconocerlos, y les diga: ¿Hay paz?
18 Fue, pues, el jinete a
reconocerlos, y dijo: El rey dice así: ¿Hay paz? Y Jehú le
dijo: ¿Qué tienes tú que ver con la paz? Vuélvete conmigo. El
atalaya dio luego aviso, diciendo: El mensajero llegó hasta
ellos, y no vuelve.
19 Entonces envió otro jinete, el
cual llegando a ellos, dijo: El rey dice así: ¿Hay paz? Y Jehú
respondió: ¿Qué tienes tú que ver con la paz? Vuélvete conmigo.
20 El atalaya volvió a decir:
También éste llegó a ellos y no vuelve; y el marchar del que
viene es como el marchar de Jehú hijo de Nimsi, porque viene
impetuosamente.
21 Entonces Joram dijo: Unce el
carro. Y cuando estaba uncido su carro, salieron Joram rey de
Israel y Ocozías rey de Judá, cada uno en su carro, y salieron
a encontrar a Jehú, al cual hallaron en la heredad de Nabot de
Jezreel.
22 Cuando vio Joram a Jehú, dijo:
¿Hay paz, Jehú? Y él respondió: ¿Qué paz, con las
fornicaciones de Jezabel tu madre, y sus muchas hechicerías?
23 Entonces Joram volvió las
riendas y huyó, y dijo a Ocozías: !!Traición, Ocozías!
24 Pero Jehú entesó su arco, e
hirió a Joram entre las espaldas; y la saeta salió por su
corazón, y él cayó en su carro.
25 Dijo luego Jehú a Bidcar su
capitán: Tómalo, y échalo a un extremo de la heredad de Nabot
de Jezreel. Acuérdate que cuando tú y yo íbamos juntos con la
gente de Acab su padre, Jehová pronunció esta sentencia sobre
él, diciendo:
26 Que yo he visto ayer la sangre
de Nabot, y la sangre de sus hijos, dijo Jehová; y te daré la
paga en esta heredad, dijo Jehová. Tómalo pues, ahora, y
échalo en la heredad de Nabot, conforme a la palabra de Jehová.
27 Viendo
esto Ocozías rey de Judá, huyó por el camino de la casa del
huerto. Y lo siguió Jehú, diciendo: Herid también a éste en el
carro. Y le hirieron a la subida de Gur, junto a Ibleam. Y
Ocozías huyó a Meguido, pero murió allí.
28 Y sus siervos le llevaron en un
carro a Jerusalén, y allá le sepultaron con sus padres, en su
sepulcro en la ciudad de David.
29 En el undécimo año de Joram
hijo de Acab, comenzó a reinar Ocozías sobre Judá.
30 Vino
después Jehú a Jezreel; y cuando Jezabel lo oyó, se pintó los
ojos con antimonio, y atavió su cabeza, y se asomó a una
ventana.
31 Y cuando entraba Jehú por la
puerta, ella dijo: ¿Sucedió bien a Zimri, que mató a su señor?
32 Alzando él entonces su rostro
hacia la ventana, dijo: ¿Quién está conmigo? ¿quién? Y se
inclinaron hacia él dos o tres eunucos.
33 Y él les dijo: Echadla abajo. Y
ellos la echaron; y parte de su sangre salpicó en la pared, y
en los caballos; y él la atropelló.
34 Entró luego, y después que
comió y bebió, dijo: Id ahora a ver a aquella maldita, y
sepultadla, pues es hija de rey.
35 Pero cuando fueron para
sepultarla, no hallaron de ella más que la calavera, y los
pies, y las palmas de las manos.
36 Y volvieron, y se lo dijeron. Y
él dijo: Esta es la palabra de Dios, la cual él habló por
medio de su siervo Elías tisbita, diciendo: En la heredad de
Jezreel comerán los perros las carnes de Jezabel,
37 y el cuerpo de Jezabel será
como estiércol sobre la faz de la tierra en la heredad de
Jezreel, de manera que nadie pueda decir: Esta es Jezabel.
2. ¿Qué se profetizó en
contra de Jezabel? (10)
3. ¿Cómo manejó Jehú su
carro? (20)
4. ¿Qué le hizo Jehú a
Joram? (24-26)
5. ¿Qué hizo Jezabel
cuando Jehú vino a Jezreel? (30)
6. ¿Qué le pasó a Jezabel?
(33-35)
10:1
Tenía Acab en Samaria setenta hijos; y Jehú escribió cartas y
las envió a Samaria a los principales de Jezreel, a los
ancianos y a los ayos de Acab, diciendo:
2 Inmediatamente que lleguen estas
cartas a vosotros los que tenéis a los hijos de vuestro señor,
y los que tienen carros y gente de a caballo, la ciudad
fortificada, y las armas,
3 escoged al mejor y al más recto
de los hijos de vuestro señor, y ponedlo en el trono de su
padre, y pelead por la casa de vuestro señor.
4 Pero ellos tuvieron gran temor,
y dijeron: He aquí, dos reyes no pudieron resistirle; ¿cómo le
resistiremos nosotros?
5 Y el mayordomo, el gobernador de
la ciudad, los ancianos y los ayos enviaron a decir a Jehú:
Siervos tuyos somos, y haremos todo lo que nos mandes; no
elegiremos por rey a ninguno, haz lo que bien te parezca.
6 El entonces les escribió la
segunda vez, diciendo: Si sois míos, y queréis obedecerme,
tomad las cabezas de los hijos varones de vuestro señor, y
venid a mí mañana a esta hora, a Jezreel. Y los hijos del rey,
setenta varones, estaban con los principales de la ciudad, que
los criaban.
7 Cuando las cartas llegaron a
ellos, tomaron a los hijos del rey, y degollaron a los setenta
varones, y pusieron sus cabezas en canastas, y se las enviaron
a Jezreel.
8 Y vino un mensajero que le dio
las nuevas, diciendo: Han traído las cabezas de los hijos del
rey. Y él le dijo: Ponedlas en dos montones a la entrada de la
puerta hasta la mañana.
9 Venida la mañana, salió él, y
estando en pie dijo a todo el pueblo: Vosotros sois justos; he
aquí yo he conspirado contra mi señor, y le he dado muerte;
pero ¿quién ha dado muerte a todos éstos?
10 Sabed ahora que de la palabra
que Jehová habló sobre la casa de Acab, nada caerá en tierra;
y que Jehová ha hecho lo que dijo por su siervo Elías.
11 Mató entonces Jehú a todos los
que habían quedado de la casa de Acab en Jezreel, a todos sus
príncipes, a todos sus familiares, y a sus sacerdotes, hasta
que no quedó ninguno.
12 Luego se levantó de allí para
ir a Samaria; y en el camino llegó a una casa de esquileo de
pastores.
13 Y halló allí a los hermanos de
Ocozías rey de Judá, y les dijo: ¿Quiénes sois vosotros? Y
ellos dijeron: Somos hermanos de Ocozías, y hemos venido a
saludar a los hijos del rey, y a los hijos de la reina.
14 Entonces él dijo: Prendedlos
vivos. Y después que los tomaron vivos, los degollaron junto
al pozo de la casa de esquileo, cuarenta y dos varones, sin
dejar ninguno de ellos.
15 Yéndose luego de allí, se
encontró con Jonadab hijo de Recab; y después que lo hubo
saludado, le dijo: ¿Es recto tu corazón, como el mío es recto
con el tuyo? Y Jonadab dijo: Lo es. Pues que lo es, dame la
mano. Y él le dio la mano. Luego lo hizo subir consigo en el
carro,
16 y le dijo: Ven conmigo, y verás
mi celo por Jehová. Lo pusieron, pues, en su carro.
17 Y luego que Jehú hubo llegado a
Samaria, mató a todos los que habían quedado de Acab en
Samaria, hasta exterminarlos, conforme a la palabra de Jehová,
que había hablado por Elías.
18 Después
reunió Jehú a todo el pueblo, y les dijo: Acab sirvió poco a
Baal, mas Jehú lo servirá mucho.
19 Llamadme, pues, luego a todos
los profetas de Baal, a todos sus siervos y a todos sus
sacerdotes; que no falte uno, porque tengo un gran sacrificio
para Baal; cualquiera que faltare no vivirá. Esto hacía Jehú
con astucia, para exterminar a los que honraban a Baal.
20 Y dijo Jehú: Santificad un día
solemne a Baal. Y ellos convocaron.
21 Y envió Jehú por todo Israel, y
vinieron todos los siervos de Baal, de tal manera que no hubo
ninguno que no viniese. Y entraron en el templo de Baal, y el
templo de Baal se llenó de extremo a extremo.
22 Entonces dijo al que tenía el
cargo de las vestiduras: Saca vestiduras para todos los
siervos de Baal. Y él les sacó vestiduras.
23 Y entró Jehú con Jonadab hijo
de Recab en el templo de Baal, y dijo a los siervos de Baal:
Mirad y ved que no haya aquí entre vosotros alguno de los
siervos de Jehová, sino sólo los siervos de Baal.
24 Y cuando ellos entraron para
hacer sacrificios y holocaustos, Jehú puso fuera a ochenta
hombres, y les dijo: Cualquiera que dejare vivo a alguno de
aquellos hombres que yo he puesto en vuestras manos, su vida
será por la del otro.
25 Y después que acabaron ellos de
hacer el holocausto, Jehú dijo a los de su guardia y a los
capitanes: Entrad, y matadlos; que no escape ninguno. Y los
mataron a espada, y los dejaron tendidos los de la guardia y
los capitanes. Y fueron hasta el lugar santo del templo de
Baal,
26 y sacaron las estatuas del
templo de Baal, y las quemaron.
27 Y quebraron la estatua de Baal,
y derribaron el templo de Baal, y lo convirtieron en letrinas
hasta hoy.
28 Así exterminó Jehú a Baal de
Israel.
29 Con todo eso, Jehú no se apartó
de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar a
Israel; y dejó en pie los becerros de oro que estaban en
Bet-el y en Dan.
30 Y Jehová dijo a Jehú: Por
cuanto has hecho bien ejecutando lo recto delante de mis ojos,
e hiciste a la casa de Acab conforme a todo lo que estaba en
mi corazón, tus hijos se sentarán sobre el trono de Israel
hasta la cuarta generación.
31 Mas Jehú no cuidó de andar en
la ley de Jehová Dios de Israel con todo su corazón, ni se
apartó de los pecados de Jeroboam, el que había hecho pecar a
Israel.
32 En aquellos días comenzó Jehová
a cercenar el territorio de Israel; y los derrotó Hazael por
todas las fronteras,
33 desde el Jordán al nacimiento
del sol, toda la tierra de Galaad, de Gad, de Rubén y de
Manasés, desde Aroer que está junto al arroyo de Arnón, hasta
Galaad y Basán.
34 Los demás hechos de Jehú, y
todo lo que hizo, y toda su valentía, ¿no está escrito en el
libro de las crónicas de los reyes de Israel?
35 Y durmió Jehú con sus padres, y
lo sepultaron en Samaria; y reinó en su lugar Joacaz su hijo.
36 El tiempo que reinó Jehú sobre
Israel en Samaria fue de veintiocho años.
2. ¿Cómo destruyó Jehú a
los siervos de Baal? (18-28)
3. ¿De qué no se apartó
Jehú? (29)
11:1
Cuando Atalía madre de Ocozías vio que su hijo era muerto, se
levantó y destruyó toda la descendencia real.
2 Pero Josaba hija del rey Joram,
hermana de Ocozías, tomó a Joás hijo de Ocozías y lo sacó
furtivamente de entre los hijos del rey a quienes estaban
matando, y lo ocultó de Atalía, a él y a su ama, en la cámara
de dormir, y en esta forma no lo mataron.
3 Y estuvo con ella escondido en
la casa de Jehová seis años; y Atalía fue reina sobre el país.
4 Mas al séptimo año envió Joiada
y tomó jefes de centenas, capitanes, y gente de la guardia, y
los metió consigo en la casa de Jehová, e hizo con ellos
alianza, juramentándolos en la casa de Jehová; y les mostró el
hijo del rey.
5 Y les mandó diciendo: Esto es lo
que habéis de hacer: la tercera parte de vosotros tendrá la
guardia de la casa del rey el día de reposo.
6 Otra tercera parte estará a la
puerta de Shur, y la otra tercera parte a la puerta del
postigo de la guardia; así guardaréis la casa, para que no sea
allanada.
7 Mas las dos partes de vosotros
que salen el día de reposo tendréis la guardia de la casa de
Jehová junto al rey.
8 Y estaréis alrededor del rey por
todos lados, teniendo cada uno sus armas en las manos; y
cualquiera que entrare en las filas, sea muerto. Y estaréis
con el rey cuando salga, y cuando entre.
9 Los jefes de centenas, pues,
hicieron todo como el sacerdote Joiada les mandó; y tomando
cada uno a los suyos, esto es, los que entraban el día de
reposo y los que salían el día de reposo, vinieron al
sacerdote Joiada.
10 Y el sacerdote dio a los jefes
de centenas las lanzas y los escudos que habían sido del rey
David, que estaban en la casa de Jehová.
11 Y los de la guardia se pusieron
en fila, teniendo cada uno sus armas en sus manos, desde el
lado derecho de la casa hasta el lado izquierdo, junto al
altar y el templo, en derredor del rey.
12 Sacando luego Joiada al hijo
del rey, le puso la corona y el testimonio, y le hicieron rey
ungiéndole; y batiendo las manos dijeron: !!Viva el rey!
13 Oyendo Atalía el estruendo del
pueblo que corría, entró al pueblo en el templo de Jehová.
14 Y cuando miró, he aquí que el
rey estaba junto a la columna, conforme a la costumbre, y los
príncipes y los trompeteros junto al rey; y todo el pueblo del
país se regocijaba, y tocaban las trompetas. Entonces Atalía,
rasgando sus vestidos, clamó a voz en cuello: !!Traición,
traición!
15 Mas el sacerdote Joiada mandó a
los jefes de centenas que gobernaban el ejército, y les dijo:
Sacadla fuera del recinto del templo, y al que la siguiere,
matadlo a espada. (Porque el sacerdote dijo que no la matasen
en el templo de Jehová.)
16 Le abrieron, pues, paso; y en
el camino por donde entran los de a caballo a la casa del rey,
allí la mataron.
17 Entonces Joiada hizo pacto
entre Jehová y el rey y el pueblo, que serían pueblo de Jehová;
y asimismo entre el rey y el pueblo.
18 Y todo el pueblo de la tierra
entró en el templo de Baal, y lo derribaron; asimismo
despedazaron enteramente sus altares y sus imágenes, y mataron
a Matán sacerdote de Baal delante de los altares. Y el
sacerdote puso guarnición sobre la casa de Jehová.
19 Después tomó a los jefes de
centenas, los capitanes, la guardia y todo el pueblo de la
tierra, y llevaron al rey desde la casa de Jehová, y vinieron
por el camino de la puerta de la guardia a la casa del rey; y
se sentó el rey en el trono de los reyes.
20 Y todo el pueblo de la tierra
se regocijó, y la ciudad estuvo en reposo, habiendo sido
Atalía muerta a espada junto a la casa del rey.
21 Era Joás de siete años cuando
comenzó a reinar.
2. ¿A quién escondió
Josaba? (2-3)
3. ¿Qué hizo Joiada para
Joás? (4-12)
4. ¿Qué le mandó a hacer
Joiada a Atalía? (13-16)
5. ¿Cuántos años tenía
Joás cuando empezó a reinar? (21)
12:1
En el séptimo año de Jehú comenzó a reinar Joás, y reinó
cuarenta años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Sibia,
de Beerseba.
2 Y Joás hizo lo recto ante los
ojos de Jehová todo el tiempo que le dirigió el sacerdote
Joiada.
3 Con todo eso, los lugares altos
no se quitaron, porque el pueblo aún sacrificaba y quemaba
incienso en los lugares altos.
4 Y Joás dijo a los sacerdotes:
Todo el dinero consagrado que se suele traer a la casa de
Jehová, el dinero del rescate de cada persona según está
estipulado, y todo el dinero que cada uno de su propia
voluntad trae a la casa de Jehová,
5 recíbanlo los sacerdotes, cada
uno de mano de sus familiares, y reparen los portillos del
templo dondequiera que se hallen grietas.
6 Pero en el año veintitrés del
rey Joás aún no habían reparado los sacerdotes las grietas del
templo.
7 Llamó entonces el rey Joás al
sumo sacerdote Joiada y a los sacerdotes, y les dijo: ¿Por qué
no reparáis las grietas del templo? Ahora, pues, no toméis más
el dinero de vuestros familiares, sino dadlo para reparar las
grietas del templo.
8 Y los sacerdotes consintieron en
no tomar más dinero del pueblo, ni tener el cargo de reparar
las grietas del templo.
9 Mas el sumo sacerdote Joiada
tomó un arca e hizo en la Volver arriba un agujero, y la puso junto al
altar, a la mano derecha así que se entra en el templo de
Jehová; y los sacerdotes que guardaban la puerta ponían allí
todo el dinero que se traía a la casa de Jehová.
10 Y cuando veían que había mucho
dinero en el arca, venía el secretario del rey y el sumo
sacerdote, y contaban el dinero que hallaban en el templo de
Jehová, y lo guardaban.
11 Y daban el dinero suficiente a
los que hacían la obra, y a los que tenían a su cargo la casa
de Jehová; y ellos lo gastaban en pagar a los carpinteros y
maestros que reparaban la casa de Jehová,
12 y a los albañiles y canteros; y
en comprar la madera y piedra de cantería para reparar las
grietas de la casa de Jehová, y en todo lo que se gastaba en
la casa para repararla.
13 Mas de aquel dinero que se
traía a la casa de Jehová, no se hacían tazas de plata, ni
despabiladeras, ni jofainas, ni trompetas; ni ningún otro
utensilio de oro ni de plata se hacía para el templo de Jehová;
14 porque lo daban a los que
hacían la obra, y con él reparaban la casa de Jehová.
15 Y no se tomaba cuenta a los
hombres en cuyas manos el dinero era entregado, para que ellos
lo diesen a los que hacían la obra; porque lo hacían ellos
fielmente.
16 El dinero por el pecado, y el
dinero por la culpa, no se llevaba a la casa de Jehová; porque
era de los sacerdotes.
17 Entonces subió Hazael rey de
Siria, y peleó contra Gat, y la tomó. Y se propuso Hazael
subir contra Jerusalén;
18 por lo cual tomó Joás rey de
Judá todas las ofrendas que habían dedicado Josafat y Joram y
Ocozías sus padres, reyes de Judá, y las que él había dedicado,
y todo el oro que se halló en los tesoros de la casa de Jehová
y en la casa del rey, y lo envió a Hazael rey de Siria; y él
se retiró de Jerusalén.
19 Los demás hechos de Joás, y
todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas
de los reyes de Judá?
20 Y se levantaron sus siervos, y
conspiraron en conjuración, y mataron a Joás en la casa de
Milo, cuando descendía él a Sila;
21 pues Josacar hijo de Simeat y
Jozabad hijo de Somer, sus siervos, le hirieron, y murió. Y lo
sepultaron con sus padres en la ciudad de David, y reinó en su
lugar Amasías su hijo.
1. ¿Cuándo hizo justicia
Joaz a los ojos del Señor? (2)
2. ¿Qué sucedía con el
dinero que se depositaba en el arca de Joiada? (9-14)
3. ¿Qué hizo Joás con
todos los objetos que habían sido dedicados por sus antepasados? (18)
4. ¿Cómo murió Joás? (20)
13:1
En el año veintitrés de Joás hijo de Ocozías, rey de Judá,
comenzó a reinar Joacaz hijo de Jehú sobre Israel en Samaria;
y reinó diecisiete años.
2 E hizo lo malo ante los ojos de
Jehová, y siguió en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el
que hizo pecar a Israel; y no se apartó de ellos.
3 Y se encendió el furor de Jehová
contra Israel, y los entregó en mano de Hazael rey de Siria, y
en mano de Ben-adad hijo de Hazael, por largo tiempo.
4 Mas Joacaz oró en presencia de
Jehová, y Jehová lo oyó; porque miró la aflicción de Israel,
pues el rey de Siria los afligía.
5 (Y dio Jehová salvador a Israel,
y salieron del poder de los sirios; y habitaron los hijos de
Israel en sus tiendas, como antes.
6 Con todo eso, no se apartaron de
los pecados de la casa de Jeroboam, el que hizo pecar a
Israel; en ellos anduvieron; y también la imagen de Asera
permaneció en Samaria.)
7 Porque no le había quedado gente
a Joacaz, sino cincuenta hombres de a caballo, diez carros, y
diez mil hombres de a pie; pues el rey de Siria los había
destruido, y los había puesto como el polvo para hollar.
8 El resto de los hechos de Joacaz,
y todo lo que hizo, y sus valentías, ¿no está escrito en el
libro de las crónicas de los reyes de Israel?
9 Y durmió Joacaz con sus padres,
y lo sepultaron en Samaria, y reinó en su lugar Joás su hijo.
10 El
año treinta y siete de Joás rey de Judá, comenzó a reinar Joás
hijo de Joacaz sobre Israel en Samaria; y reinó dieciséis años.
11 E hizo lo malo ante los ojos de
Jehová; no se apartó de todos los pecados de Jeroboam hijo de
Nabat, el que hizo pecar a Israel; en ellos anduvo.
12 Los demás hechos de Joás, y
todo lo que hizo, y el esfuerzo con que guerreó contra Amasías
rey de Judá, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de
los reyes de Israel?
13 Y durmió Joás con sus padres, y
se sentó Jeroboam sobre su trono; y Joás fue sepultado en
Samaria con los reyes de Israel.
14 Estaba
Eliseo enfermo de la enfermedad de que murió. Y descendió a él
Joás rey de Israel, y llorando delante de él, dijo: !!Padre
mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo!
15 Y le dijo Eliseo: Toma un arco
y unas saetas. Tomó él entonces un arco y unas saetas.
16 Luego dijo Eliseo al rey de
Israel: Pon tu mano sobre el arco. Y puso él su mano sobre el
arco. Entonces puso Eliseo sus manos sobre las manos del rey,
17 y dijo: Abre la ventana que da
al oriente. Y cuando él la abrió, dijo Eliseo: Tira. Y tirando
él, dijo Eliseo: Saeta de salvación de Jehová, y saeta de
salvación contra Siria; porque herirás a los sirios en Afec
hasta consumirlos.
18 Y le volvió a decir: Toma las
saetas. Y luego que el rey de Israel las hubo tomado, le dijo:
Golpea la tierra. Y él la golpeó tres veces, y se detuvo.
19 Entonces el varón de Dios,
enojado contra él, le dijo: Al dar cinco o seis golpes,
hubieras derrotado a Siria hasta no quedar ninguno; pero ahora
sólo tres veces derrotarás a Siria.
20 Y murió Eliseo, y lo sepultaron.
Entrado el año, vinieron bandas armadas de moabitas a la
tierra.
21 Y aconteció que al sepultar
unos a un hombre, súbitamente vieron una banda armada, y
arrojaron el cadáver en el sepulcro de Eliseo; y cuando llegó
a tocar el muerto los huesos de Eliseo, revivió, y se levantó
sobre sus pies.
22 Hazael, pues, rey de Siria,
afligió a Israel todo el tiempo de Joacaz.
23 Mas Jehová tuvo misericordia de
ellos, y se compadeció de ellos y los miró, a causa de su
pacto con Abraham, Isaac y Jacob; y no quiso destruirlos ni
echarlos de delante de su presencia hasta hoy.
24 Y murió Hazael rey de Siria, y
reinó en su lugar Ben-adad su hijo.
25 Y volvió Joás hijo de Joacaz y
tomó de mano de Ben-adad hijo de Hazael las ciudades que éste
había tomado en guerra de mano de Joacaz su padre. Tres veces
lo derrotó Joás, y restituyó las ciudades a Israel.
1. ¿En las manos de
quién fue entregado Israel durante el reino de Joacaz hijo de Jehú? (3)
2. ¿Qué le dijo Eliseo a
Joás rey de Israel que hiciera? (14-18)
3. ¿Por qué estaba
Eliseo enojado? (19)
4. ¿Qué sucedió cuando
arrojaron el cadáver en el sepulcro de Eliseo? (20-21)
5. ¿Cuántos veces
derrotó Joás a Ben-adad rey de Siria? (25)
14:1
En el año segundo de Joás hijo de Joacaz rey de Israel,
comenzó a reinar Amasías hijo de Joás rey de Judá.
2 Cuando comenzó a reinar era de
veinticinco años, y veintinueve años reinó en Jerusalén; el
nombre de su madre fue Joadán, de Jerusalén.
3 Y él hizo lo recto ante los ojos
de Jehová, aunque no como David su padre; hizo conforme a
todas las cosas que había hecho Joás su padre.
4 Con todo eso, los lugares altos
no fueron quitados, porque el pueblo aún sacrificaba y quemaba
incienso en esos lugares altos.
5 Y cuando hubo afirmado en sus
manos el reino, mató a los siervos que habían dado muerte al
rey su padre.
6 Pero no mató a los hijos de los
que le dieron muerte, conforme a lo que está escrito en el
libro de la ley de Moisés, donde Jehová mandó diciendo: No
matarán a los padres por los hijos, ni a los hijos por los
padres, sino que cada uno morirá por su propio pecado.
7 Este mató asimismo a diez mil
edomitas en el Valle de la Sal, y tomó a Sela en batalla, y la
llamó Jocteel, hasta hoy.
8 Entonces Amasías envió
mensajeros a Joás hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel,
diciendo: Ven, para que nos veamos las caras.
9 Y Joás rey de Israel envió a
Amasías rey de Judá esta respuesta: El cardo que está en el
Líbano envió a decir al cedro que está en el Líbano: Da tu
hija por mujer a mi hijo. Y pasaron las fieras que están en el
Líbano, y hollaron el cardo.
10 Ciertamente has derrotado a
Edom, y tu corazón se ha envanecido; gloríate pues, mas
quédate en tu casa. ¿Para qué te metes en un mal, para que
caigas tú y Judá contigo?
11 Pero Amasías no escuchó; por lo
cual subió Joás rey de Israel, y se vieron las caras él y
Amasías rey de Judá, en Bet-semes, que es de Judá.
12 Y Judá cayó delante de Israel,
y huyeron, cada uno a su tienda.
13 Además Joás rey de Israel tomó
a Amasías rey de Judá, hijo de Joás hijo de Ocozías, en Bet-semes;
y vino a Jerusalén, y rompió el muro de Jerusalén desde la
puerta de Efraín hasta la puerta de la esquina, cuatrocientos
codos.
14 Y tomó todo el oro, y la plata,
y todos los utensilios que fueron hallados en la casa de
Jehová, y en los tesoros de la casa del rey, y a los hijos
tomó en rehenes, y volvió a Samaria.
15 Los demás hechos que ejecutó
Joás, y sus hazañas, y cómo peleó contra Amasías rey de Judá,
¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de
Israel?
16 Y durmió Joás con sus padres, y
fue sepultado en Samaria con los reyes de Israel; y reinó en
su lugar Jeroboam su hijo.
17 Y Amasías hijo de Joás, rey de
Judá, vivió después de la muerte de Joás hijo de Joacaz, rey
de Israel, quince años.
18 Los demás hechos de Amasías,
¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de
Judá?
19 Conspiraron contra él en
Jerusalén, y él huyó a Laquis; pero le persiguieron hasta
Laquis, y allá lo mataron.
20 Lo trajeron luego sobre
caballos, y lo sepultaron en Jerusalén con sus padres, en la
ciudad de David.
21 Entonces todo el pueblo de Judá
tomó a Azarías, que era de dieciséis años, y lo hicieron rey
en lugar de Amasías su padre.
22 Reedificó él a Elat, y la
restituyó a Judá, después que el rey durmió con sus padres.
23 El
año quince de Amasías hijo de Joás rey de Judá, comenzó a
reinar Jeroboam hijo de Joás sobre Israel en Samaria; y reinó
cuarenta y un años.
24 E hizo lo malo ante los ojos de
Jehová, y no se apartó de todos los pecados de Jeroboam hijo
de Nabat, el que hizo pecar a Israel.
25 El restauró los límites de
Israel desde la entrada de Hamat hasta el mar del Arabá,
conforme a la palabra de Jehová Dios de Israel, la cual él
había hablado por su siervo Jonás hijo de Amitai, profeta que
fue de Gat-hefer.
26 Porque Jehová miró la muy
amarga aflicción de Israel; que no había siervo ni libre, ni
quien diese ayuda a Israel;
27 y Jehová no había determinado
raer el nombre de Israel de debajo del cielo; por tanto, los
salvó por mano de Jeroboam hijo de Joás.
28 Los demás hechos de Jeroboam, y
todo lo que hizo, y su valentía, y todas las guerras que hizo,
y cómo restituyó al dominio de Israel a Damasco y Hamat, que
habían pertenecido a Judá, ¿no está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Israel?
29 Y durmió Jeroboam con sus
padres, los reyes de Israel, y reinó en su lugar Zacarías su
hijo.
1. ¿Qué hizo Amasías a los
hombres que habían matado a su padre Joás rey de Judá? (5)
2. ¿Qué hizo Joás rey de
Israel a Amasías rey de Judá? (13-14)
3. ¿Cómo terminó el reino
de Amasías? (18-19)
4. ¿Qué restauró Jeroboam
para Israel? (25-28)
15:1
En el año veintisiete de Jeroboam rey de Israel, comenzó a
reinar Azarías hijo de Amasías, rey de Judá.
2 Cuando comenzó a reinar era de
dieciséis años, y cincuenta y dos años reinó en Jerusalén; el
nombre de su madre fue Jecolías, de Jerusalén.
3 E hizo lo recto ante los ojos de
Jehová, conforme a todas las cosas que su padre Amasías había
hecho.
4 Con todo eso, los lugares altos
no se quitaron, porque el pueblo sacrificaba aún y quemaba
incienso en los lugares altos.
5 Mas Jehová hirió al rey con
lepra, y estuvo leproso hasta el día de su muerte, y habitó en
casa separada, y Jotam hijo del rey tenía el cargo del palacio,
gobernando al pueblo.
6 Los demás hechos de Azarías, y
todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas
de los reyes de Judá?
7 Y durmió Azarías con sus padres,
y lo sepultaron con ellos en la ciudad de David, y reinó en su
lugar Jotam su hijo.
8 En
el año treinta y ocho de Azarías rey de Judá, reinó Zacarías
hijo de Jeroboam sobre Israel seis meses.
9 E hizo lo malo ante los ojos de
Jehová, como habían hecho sus padres; no se apartó de los
pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel.
10 Contra él conspiró Salum hijo
de Jabes, y lo hirió en presencia de su pueblo, y lo mató, y
reinó en su lugar.
11 Los demás hechos de Zacarías,
he aquí que están escritos en el libro de las crónicas de los
reyes de Israel.
12 Y esta fue la palabra de Jehová
que había hablado a Jehú, diciendo: Tus hijos hasta la cuarta
generación se sentarán en el trono de Israel. Y fue así.
13 Salum
hijo de Jabes comenzó a reinar en el año treinta y nueve de
Uzías rey de Judá, y reinó un mes en Samaria;
14 porque Manahem hijo de Gadi
subió de Tirsa y vino a Samaria, e hirió a Salum hijo de Jabes
en Samaria y lo mató, y reinó en su lugar.
15 Los demás hechos de Salum, y la
conspiración que tramó, he aquí que están escritos en el libro
de las crónicas de los reyes de Israel.
16 Entonces Manahem saqueó a Tifsa,
y a todos los que estaban en ella, y también sus alrededores
desde Tirsa; la saqueó porque no le habían abierto las puertas,
y abrió el vientre a todas sus mujeres que estaban encintas.
17 En
el año treinta y nueve de Azarías rey de Judá, reinó Manahem
hijo de Gadi sobre Israel diez años, en Samaria.
18 E hizo lo malo ante los ojos de
Jehová; en todo su tiempo no se apartó de los pecados de
Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel.
19 Y vino Pul rey de Asiria a
atacar la tierra; y Manahem dio a Pul mil talentos de plata
para que le ayudara a confirmarse en el reino.
20 E impuso Manahem este dinero
sobre Israel, sobre todos los poderosos y opulentos; de cada
uno cincuenta siclos de plata, para dar al rey de Asiria; y el
rey de Asiria se volvió, y no se detuvo allí en el país.
21 Los demás hechos de Manahem, y
todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas
de los reyes de Israel?
22 Y durmió Manahem con sus
padres, y reinó en su lugar Pekaía su hijo.
23 En
el año cincuenta de Azarías rey de Judá, reinó Pekaía hijo de
Manahem sobre Israel en Samaria, dos años.
24 E hizo lo malo ante los ojos de
Jehová; no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat,
el que hizo pecar a Israel.
25 Y conspiró contra él Peka hijo
de Remalías, capitán suyo, y lo hirió en Samaria, en el
palacio de la casa real, en compañía de Argob y de Arie, y de
cincuenta hombres de los hijos de los galaaditas; y lo mató, y
reinó en su lugar.
26 Los demás hechos de Pekaía, y
todo lo que hizo, he aquí que está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Israel.
27 En
el año cincuenta y dos de Azarías rey de Judá, reinó Peka hijo
de Remalías sobre Israel en Samaria; y reinó veinte años.
28 E hizo lo malo ante los ojos de
Jehová; no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat,
el que hizo pecar a Israel.
29 En los días de Peka rey de
Israel, vino Tiglat-pileser rey de los asirios, y tomó a Ijón,
Abel-bet-maaca, Janoa, Cedes, Hazor, Galaad, Galilea, y toda
la tierra de Neftalí; y los llevó cautivos a Asiria.
30 Y Oseas hijo de Ela conspiró
contra Peka hijo de Remalías, y lo hirió y lo mató, y reinó en
su lugar, a los veinte años de Jotam hijo de Uzías.
31 Los demás hechos de Peka, y
todo lo que hizo, he aquí que está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Israel.
32 En
el segundo año de Peka hijo de Remalías rey de Israel, comenzó
a reinar Jotam hijo de Uzías rey de Judá.
33 Cuando comenzó a reinar era de
veinticinco años, y reinó dieciséis años en Jerusalén. El
nombre de su madre fue Jerusa hija de Sadoc.
34 Y él hizo lo recto ante los
ojos de Jehová; hizo conforme a todas las cosas que había
hecho su padre Uzías.
35 Con todo eso, los lugares altos
no fueron quitados, porque el pueblo sacrificaba aún, y
quemaba incienso en los lugares altos. Edificó él la puerta
más alta de la casa de Jehová.
36 Los demás hechos de Jotam, y
todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas
de los reyes de Judá?
37 En aquel tiempo comenzó Jehová
a enviar contra Judá a Rezín rey de Siria, y a Peka hijo de
Remalías.
38 Y durmió Jotam con sus padres,
y fue sepultado con ellos en la ciudad de David su padre, y
reinó en su lugar Acaz su hijo.
2. ¿Quién hirió a Zacarías
y llegó a ser rey de Israel? (8-10)
3. ¿Quién destronó a Salum
y llegó a ser rey de Israel? (14)
4. ¿Qué impuesto les
exigió a Israel Pul rey de Asiria? (19-20)
5. ¿Cómo terminó el reino
de Pekaía? (23-25)
6. ¿Qué le pasó a Peka rey
de Israel? (30)
7. ¿Qué se puede decir
acerca del reino de Jotam rey de Judá? (32-35)
16:1
En el año diecisiete de Peka hijo de Remalías, comenzó a
reinar Acaz hijo de Jotam rey de Judá.
2 Cuando comenzó a reinar Acaz era
de veinte años, y reinó en Jerusalén dieciséis años; y no hizo
lo recto ante los ojos de Jehová su Dios, como David su padre.
3 Antes anduvo en el camino de los
reyes de Israel, y aun hizo pasar por fuego a su hijo, según
las prácticas abominables de las naciones que Jehová echó de
delante de los hijos de Israel.
4 Asimismo sacrificó y quemó
incienso en los lugares altos, y sobre los collados, y debajo
de todo árbol frondoso.
5 Entonces Rezín rey de Siria y
Peka hijo de Remalías, rey de Israel, subieron a Jerusalén
para hacer guerra y sitiar a Acaz; mas no pudieron tomarla.
6 En aquel tiempo el rey de Edom
recobró Elat para Edom, y echó de Elat a los hombres de Judá;
y los de Edom vinieron a Elat y habitaron allí hasta hoy.
7 Entonces Acaz envió embajadores
a Tiglat-pileser rey de Asiria, diciendo: Yo soy tu siervo y
tu hijo; sube, y defiéndeme de mano del rey de Siria, y de
mano del rey de Israel, que se han levantado contra mí.
8 Y tomando Acaz la plata y el oro
que se halló en la casa de Jehová, y en los tesoros de la casa
real, envió al rey de Asiria un presente.
9 Y le atendió el rey de Asiria;
pues subió el rey de Asiria contra Damasco, y la tomó, y llevó
cautivos a los moradores a Kir, y mató a Rezín.
10 Después fue el rey Acaz a
encontrar a Tiglat-pileser rey de Asiria en Damasco; y cuando
vio el rey Acaz el altar que estaba en Damasco, envió al
sacerdote Urías el diseño y la descripción del altar, conforme
a toda su hechura.
11 Y el sacerdote Urías edificó el
altar; conforme a todo lo que el rey Acaz había enviado de
Damasco, así lo hizo el sacerdote Urías, entre tanto que el
rey Acaz venía de Damasco.
12 Y luego que el rey vino de
Damasco, y vio el altar, se acercó el rey a él, y ofreció
sacrificios en él;
13 y encendió su holocausto y su
ofrenda, y derramó sus libaciones, y esparció la sangre de sus
sacrificios de paz junto al altar.
14 E hizo acercar el altar de
bronce que estaba delante de Jehová, en la parte delantera de
la casa, entre el altar y el templo de Jehová, y lo puso al
lado del altar hacia el norte.
15 Y mandó el rey Acaz al
sacerdote Urías, diciendo: En el gran altar encenderás el
holocausto de la mañana y la ofrenda de la tarde, y el
holocausto del rey y su ofrenda, y asimismo el holocausto de
todo el pueblo de la tierra y su ofrenda y sus libaciones; y
esparcirás sobre él toda la sangre del holocausto, y toda la
sangre del sacrificio. El altar de bronce será mío para
consultar en él.
16 E hizo el sacerdote Urías
conforme a todas las cosas que el rey Acaz le mandó.
17 Y cortó el rey Acaz los
tableros de las basas, y les quitó las fuentes; y quitó
también el mar de sobre los bueyes de bronce que estaban
debajo de él, y lo puso sobre el suelo de piedra.
18 Asimismo el pórtico para los
días de reposo, que habían edificado en la casa, y el pasadizo
de afuera, el del rey, los quitó del templo de Jehová, por
causa del rey de Asiria.
19 Los demás hechos que puso por
obra Acaz, ¿no están todos escritos en el libro de las
crónicas de los reyes de Judá?
20 Y durmió el rey Acaz con sus
padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de David, y
reinó en su lugar su hijo Ezequías.
1. ¿Cómo vivió Acaz rey de
Judá? (1-4)
2. ¿Quién vino a hacer
guerra contra Acaz? (5)
3. ¿A quién pagó Acaz para
ayudarle a defenderse? (7-9)
4. ¿Qué le mandó a hacer
Acaz al sacerdote Urías? (10-16)
17:1
En el año duodécimo de Acaz rey de Judá, comenzó a reinar
Oseas hijo de Ela en Samaria sobre Israel; y reinó nueve años.
2 E hizo lo malo ante los ojos de
Jehová, aunque no como los reyes de Israel que habían sido
antes de él.
3 Contra éste subió Salmanasar rey
de los asirios; y Oseas fue hecho su siervo, y le pagaba
tributo.
4 Mas el rey de Asiria descubrió
que Oseas conspiraba; porque había enviado embajadores a So,
rey de Egipto, y no pagaba tributo al rey de Asiria, como lo
hacía cada año; por lo que el rey de Asiria le detuvo, y le
aprisionó en la casa de la cárcel.
5 Y el rey de Asiria invadió todo
el país, y sitió a Samaria, y estuvo sobre ella tres años.
6 En el año nueve de Oseas, el rey
de Asiria tomó Samaria, y llevó a Israel cautivo a Asiria, y
los puso en Halah, en Habor junto al río Gozán, y en las
ciudades de los medos.
7 Porque los hijos de Israel
pecaron contra Jehová su Dios, que los sacó de tierra de
Egipto, de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y temieron a
dioses ajenos,
8 y anduvieron en los estatutos de
las naciones que Jehová había lanzado de delante de los hijos
de Israel, y en los estatutos que hicieron los reyes de
Israel.
9 Y los hijos de Israel hicieron
secretamente cosas no rectas contra Jehová su Dios,
edificándose lugares altos en todas sus ciudades, desde las
torres de las atalayas hasta las ciudades fortificadas,
10 y levantaron estatuas e
imágenes de Asera en todo collado alto, y debajo de todo árbol
frondoso,
11 y quemaron allí incienso en
todos los lugares altos, a la manera de la naciones que Jehová
había traspuesto de delante de ellos, e hicieron cosas muy
malas para provocar a ira a Jehová.
12 Y servían a los ídolos, de los
cuales Jehová les había dicho: Vosotros no habéis de hacer
esto.
13 Jehová amonestó entonces a
Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todos los
videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y
guardad mis mandamientos y mis ordenanzas, conforme a todas
las leyes que yo prescribí a vuestros padres, y que os he
enviado por medio de mis siervos los profetas.
14 Mas ellos no obedecieron, antes
endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los
cuales no creyeron en Jehová su Dios.
15 Y desecharon sus estatutos, y
el pacto que él había hecho con sus padres, y los testimonios
que él había prescrito a ellos; y siguieron la vanidad, y se
hicieron vanos, y fueron en pos de las naciones que estaban
alrededor de ellos, de las cuales Jehová les había mandado que
no hiciesen a la manera de ellas.
16 Dejaron todos los mandamientos
de Jehová su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos
becerros, y también imágenes de Asera, y adoraron a todo el
ejército de los cielos, y sirvieron a Baal;
17 e hicieron pasar a sus hijos y
a sus hijas por fuego; y se dieron a adivinaciones y ag:ueros,
y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová,
provocándole a ira.
18 Jehová, por tanto, se airó en
gran manera contra Israel, y los quitó de delante de su rostro;
y no quedó sino sólo la tribu de Judá.
19 Mas ni aun Judá guardó los
mandamientos de Jehová su Dios, sino que anduvieron en los
estatutos de Israel, los cuales habían ellos hecho.
20 Y desechó Jehová a toda la
descendencia de Israel, y los afligió, y los entregó en manos
de saqueadores, hasta echarlos de su presencia.
21 Porque separó a Israel de la
casa de David, y ellos hicieron rey a Jeroboam hijo de Nabat;
y Jeroboam apartó a Israel de en pos de Jehová, y les hizo
cometer gran pecado.
22 Y los hijos de Israel
anduvieron en todos los pecados de Jeroboam que él hizo, sin
apartarse de ellos,
23 hasta que Jehová quitó a Israel
de delante de su rostro, como él lo había dicho por medio de
todos los profetas sus siervos; e Israel fue llevado cautivo
de su tierra a Asiria, hasta hoy.
24 Y
trajo el rey de Asiria gente de Babilonia, de Cuta, de Ava, de
Hamat y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria,
en lugar de los hijos de Israel; y poseyeron a Samaria, y
habitaron en sus ciudades.
25 Y aconteció al principio,
cuando comenzaron a habitar allí, que no temiendo ellos a
Jehová, envió Jehová contra ellos leones que los mataban.
26 Dijeron, pues, al rey de Asiria:
Las gentes que tú trasladaste y pusiste en las ciudades de
Samaria, no conocen la ley del Dios de aquella tierra, y él ha
echado leones en medio de ellos, y he aquí que los leones los
matan, porque no conocen la ley del Dios de la tierra.
27 Y el rey de Asiria mandó,
diciendo: Llevad allí a alguno de los sacerdotes que
trajisteis de allá, y vaya y habite allí, y les enseñe la ley
del Dios del país.
28 Y vino uno de los sacerdotes
que habían llevado cautivo de Samaria, y habitó en Bet-el, y
les enseñó cómo habían de temer a Jehová.
29 Pero cada nación se hizo sus
dioses, y los pusieron en los templos de los lugares altos que
habían hecho los de Samaria; cada nación en su ciudad donde
habitaba.
30 Los de Babilonia hicieron a
Sucot-benot, los de Cuta hicieron a Nergal, y los de Hamat
hicieron a Asima.
31 Los aveos hicieron a Nibhaz y a
Tartac, y los de Sefarvaim quemaban sus hijos en el fuego para
adorar a Adramelec y a Anamelec, dioses de Sefarvaim.
32 Temían a Jehová, e hicieron del
bajo pueblo sacerdotes de los lugares altos, que sacrificaban
para ellos en los templos de los lugares altos.
33 Temían a Jehová, y honraban a
sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían
sido trasladados.
34 Hasta hoy hacen como antes: ni
temen a Jehová, ni guardan sus estatutos ni sus ordenanzas, ni
hacen según la ley y los mandamientos que prescribió Jehová a
los hijos de Jacob, al cual puso el nombre de Israel;
35 con los cuales Jehová había
hecho pacto, y les mandó diciendo: No temeréis a otros dioses,
ni los adoraréis, ni les serviréis, ni les haréis sacrificios.
36 Mas a Jehová, que os sacó de
tierra de Egipto con grande poder y brazo extendido, a éste
temeréis, y a éste adoraréis, y a éste haréis sacrificio.
37 Los estatutos y derechos y ley
y mandamientos que os dio por escrito, cuidaréis siempre de
ponerlos por obra, y no temeréis a dioses ajenos.
38 No olvidaréis el pacto que hice
con vosotros, ni temeréis a dioses ajenos;
39 mas temed a Jehová vuestro Dios,
y él os librará de mano de todos vuestros enemigos.
40 Pero ellos no escucharon; antes
hicieron según su costumbre antigua.
41 Así temieron a Jehová aquellas
gentes, y al mismo tiempo sirvieron a sus ídolos; y también
sus hijos y sus nietos, según como hicieron sus padres, así
hacen hasta hoy.
1. ¿Qué hizo el rey de
Asiria a Israel durante el reino de Oseas? (5-6)
2. ¿Cómo respondió Israel
a las palabras de los profetas que fueron enviados a ellos? (13-17)
3. ¿A quiénes puso el rey
de Asiria en las ciudades de Samaria? (24)
18:1
En el tercer año de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, comenzó
a reinar Ezequías hijo de Acaz rey de Judá.
2 Cuando comenzó a reinar era de
veinticinco años, y reinó en Jerusalén veintinueve años. El
nombre de su madre fue Abi hija de Zacarías.
3 Hizo lo recto ante los ojos de
Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su
padre.
4 El quitó los lugares altos, y
quebró las imágenes, y cortó los símbolos de Asera, e hizo
pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque
hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la
llamó Nehustán.
5 En Jehová Dios de Israel puso su
esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre
todos los reyes de Judá.
6 Porque siguió a Jehová, y no se
apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová
prescribió a Moisés.
7 Y Jehová estaba con él; y
adondequiera que salía, prosperaba. El se rebeló contra el rey
de Asiria, y no le sirvió.
8 Hirió también a los filisteos
hasta Gaza y sus fronteras, desde las torres de las atalayas
hasta la ciudad fortificada.
9 En
el cuarto año del rey Ezequías, que era el año séptimo de
Oseas hijo de Ela, rey de Israel, subió Salmanasar rey de los
asirios contra Samaria, y la sitió,
10 y la tomaron al cabo de tres
años. En el año sexto de Ezequías, el cual era el año noveno
de Oseas rey de Israel, fue tomada Samaria.
11 Y el rey de Asiria llevó
cautivo a Israel a Asiria, y los puso en Halah, en Habor junto
al río Gozán, y en las ciudades de los medos;
12 por cuanto no habían atendido a
la voz de Jehová su Dios, sino que habían quebrantado su pacto;
y todas las cosas que Moisés siervo de Jehová había mandado,
no las habían escuchado, ni puesto por obra.
13 A
los catorce años del rey Ezequías, subió Senaquerib rey de
Asiria contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las
tomó.
14 Entonces Ezequías rey de Judá
envió a decir al rey de Asiria que estaba en Laquis: Yo he
pecado; apártate de mí, y haré todo lo que me impongas. Y el
rey de Asiria impuso a Ezequías rey de Judá trescientos
talentos de plata, y treinta talentos de oro.
15 Dio, por tanto, Ezequías toda
la plata que fue hallada en la casa de Jehová, y en los
tesoros de la casa real.
16 Entonces Ezequías quitó el oro
de las puertas del templo de Jehová y de los quiciales que el
mismo rey Ezequías había cubierto de oro, y lo dio al rey de
Asiria.
17 Después el rey de Asiria envió
contra el rey Ezequías al Tartán, al Rabsaris y al Rabsaces,
con un gran ejército, desde Laquis contra Jerusalén, y
subieron y vinieron a Jerusalén. Y habiendo subido, vinieron y
acamparon junto al acueducto del estanque de arriba, en el
camino de la heredad del Lavador.
18 Llamaron luego al rey, y salió
a ellos Eliaquim hijo de Hilcías, mayordomo, y Sebna escriba,
y Joa hijo de Asaf, canciller.
19 Y les dijo el Rabsaces: Decid
ahora a Ezequías: Así dice el gran rey de Asiria: ¿Qué
confianza es esta en que te apoyas?
20 Dices (pero son palabras vacías):
Consejo tengo y fuerzas para la guerra. Mas ¿en qué confías,
que te has rebelado contra mí?
21 He aquí que confías en este
báculo de caña cascada, en Egipto, en el cual si alguno se
apoyare, se le entrará por la mano y la traspasará. Tal es
Faraón rey de Egipto para todos los que en él confían.
22 Y si me decís: Nosotros
confiamos en Jehová nuestro Dios, ¿no es éste aquel cuyos
lugares altos y altares ha quitado Ezequías, y ha dicho a Judá
y a Jerusalén: Delante de este altar adoraréis en Jerusalén?
23 Ahora, pues, yo te ruego que
des rehenes a mi señor, el rey de Asiria, y yo te daré dos mil
caballos, si tú puedes dar jinetes para ellos.
24 ¿Cómo, pues, podrás resistir a
un capitán, al menor de los siervos de mi señor, aunque estés
confiado en Egipto con sus carros y su gente de a caballo?
25 ¿Acaso he venido yo ahora sin
Jehová a este lugar, para destruirlo? Jehová me ha dicho: Sube
a esta tierra, y destrúyela.
26 Entonces dijo Eliaquim hijo de
Hilcías, y Sebna y Joa, al Rabsaces: Te rogamos que hables a
tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos, y no
hables con nosotros en lengua de Judá a oídos del pueblo que
está sobre el muro.
27 Y el Rabsaces les dijo: ¿Me ha
enviado mi señor para decir estas palabras a ti y a tu señor,
y no a los hombres que están sobre el muro, expuestos a comer
su propio estiércol y beber su propia orina con vosotros?
28 Entonces el Rabsaces se puso en
pie y clamó a gran voz en lengua de Judá, y habló diciendo:
Oíd la palabra del gran rey, el rey de Asiria.
29 Así ha dicho el rey: No os
engañe Ezequías, porque no os podrá librar de mi mano.
30 Y no os haga Ezequías confiar
en Jehová, diciendo: Ciertamente nos librará Jehová, y esta
ciudad no será entregada en mano del rey de Asiria.
31 No escuchéis a Ezequías, porque
así dice el rey de Asiria: Haced conmigo paz, y salid a mí, y
coma cada uno de su vid y de su higuera, y beba cada uno las
aguas de su pozo,
32 hasta que yo venga y os lleve a
una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra
de pan y de viñas, tierra de olivas, de aceite, y de miel; y
viviréis, y no moriréis. No oigáis a Ezequías, porque os
engaña cuando dice: Jehová nos librará.
33 ¿Acaso alguno de los dioses de
las naciones ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria?
34 ¿Dónde está el dios de Hamat y
de Arfad? ¿Dónde está el dios de Sefarvaim, de Hena, y de Iva?
¿Pudieron éstos librar a Samaria de mi mano?
35 ¿Qué dios de todos los dioses
de estas tierras ha librado su tierra de mi mano, para que
Jehová libre de mi mano a Jerusalén?
36 Pero el pueblo calló, y no le
respondió palabra; porque había mandamiento del rey, el cual
había dicho: No le respondáis.
37 Entonces Eliaquim hijo de
Hilcías, mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf,
canciller, vinieron a Ezequías, rasgados sus vestidos, y le
contaron las palabras del Rabsaces.
1. ¿Cómo vivió Ezequías
rey de Judá? (1-6)
2. ¿Qué le dio Ezequías al
rey de Asiria? (13-16)
3. ¿A quién envió el rey
de Asiria contra Jerusalén? (17)
4. ¿En quiénes dijo
Rabsaces que Judá no debía confiar? (19-22,29-31) 5. ¿Qué razonamiento
usó Rabsaces para tratar de mostrar que el Señor no podría salvar al
pueblo de Judá? (33-35)
19:1
Cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus vestidos y se cubrió
de cilicio, y entró en la casa de Jehová.
2 Y envió a Eliaquim mayordomo, a
Sebna escriba y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de
cilicio, al profeta Isaías hijo de Amoz,
3 para que le dijesen: Así ha
dicho Ezequías: Este día es día de angustia, de reprensión y
de blasfemia; porque los hijos están a punto de nacer, y la
que da a luz no tiene fuerzas.
4 Quizá oirá Jehová tu Dios todas
las palabras del Rabsaces, a quien el rey de los asirios su
señor ha enviado para blasfemar al Dios viviente, y para
vituperar con palabras, las cuales Jehová tu Dios ha oído; por
tanto, eleva oración por el remanente que aún queda.
5 Vinieron, pues, los siervos del
rey Ezequías a Isaías.
6 E Isaías les respondió: Así
diréis a vuestro señor: Así ha dicho Jehová: No temas por las
palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los
siervos del rey de Asiria.
7 He aquí pondré yo en él un
espíritu, y oirá rumor, y volverá a su tierra; y haré que en
su tierra caiga a espada.
8 Y regresando el Rabsaces, halló
al rey de Asiria combatiendo contra Libna; porque oyó que se
había ido de Laquis.
9 Y oyó decir que Tirhaca rey de
Etiopía había salido para hacerle guerra. Entonces volvió él y
envió embajadores a Ezequías, diciendo:
10 Así diréis a Ezequías rey de
Judá: No te engañe tu Dios en quien tú confías, para decir:
Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria.
11 He aquí tú has oído lo que han
hecho los reyes de Asiria a todas las tierras, destruyéndolas;
¿y escaparás tú?
12 ¿Acaso libraron sus dioses a
las naciones que mis padres destruyeron, esto es, Gozán, Harán,
Resef, y los hijos de Edén que estaban en Telasar?
13 ¿Dónde está el rey de Hamat, el
rey de Arfad, y el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de
Iva?
14 Y tomó Ezequías las cartas de
mano de los embajadores; y después que las hubo leído, subió a
la casa de Jehová, y las extendió Ezequías delante de Jehová.
15 Y oró Ezequías delante de
Jehová, diciendo: Jehová Dios de Israel, que moras entre los
querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra;
tú hiciste el cielo y la tierra.
16 Inclina, oh Jehová, tu oído, y
oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira; y oye las palabras de
Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente.
17 Es verdad, oh Jehová, que los
reyes de Asiria han destruido las naciones y sus tierras;
18 y que echaron al fuego a sus
dioses, por cuanto ellos no eran dioses, sino obra de manos de
hombres, madera o piedra, y por eso los destruyeron.
19 Ahora, pues, oh Jehová Dios
nuestro, sálvanos, te ruego, de su mano, para que sepan todos
los reinos de la tierra que sólo tú, Jehová, eres Dios.
20 Entonces Isaías hijo de Amoz
envió a decir a Ezequías: Así ha dicho Jehová, Dios de Israel:
Lo que me pediste acerca de Senaquerib rey de Asiria, he oído.
21 Esta es la palabra que Jehová
ha pronunciado acerca de él: La virgen hija de Sion te
menosprecia, te escarnece; detrás de ti mueve su cabeza la
hija de Jerusalén.
22 ¿A quién has vituperado y
blasfemado? ¿y contra quién has alzado la voz, y levantado en
alto tus ojos? Contra el Santo de Israel.
23 Por mano de tus mensajeros has
vituperado a Jehová, y has dicho: Con la multitud de mis
carros he subido a las alturas de los montes, a lo más
inaccesible del Líbano; cortaré sus altos cedros, sus cipreses
más escogidos; me alojaré en sus más remotos lugares, en el
bosque de sus feraces campos.
24 Yo he cavado y bebido las aguas
extrañas, he secado con las plantas de mis pies todos los ríos
de Egipto.
25 ¿Nunca has oído que desde
tiempos antiguos yo lo hice, y que desde los días de la
antig:uedad lo tengo ideado? Y ahora lo he hecho venir, y tú
serás para hacer desolaciones, para reducir las ciudades
fortificadas a montones de escombros.
26 Sus moradores fueron de corto
poder; fueron acobardados y confundidos; vinieron a ser como
la hierba del campo, y como hortaliza verde, como heno de los
terrados, marchitado antes de su madurez.
27 He conocido tu situación, tu
salida y tu entrada, y tu furor contra mí.
28 Por cuanto te has airado contra
mí, por cuanto tu arrogancia ha subido a mis oídos, yo pondré
mi garfio en tu nariz, y mi freno en tus labios, y te haré
volver por el camino por donde viniste.
29 Y esto te daré por señal, oh
Ezequías: Este año comeréis lo que nacerá de suyo, y el
segundo año lo que nacerá de suyo; y el tercer año sembraréis,
y segaréis, y plantaréis viñas, y comeréis el fruto de ellas.
30 Y lo que hubiere escapado, lo
que hubiere quedado de la casa de Judá, volverá a echar raíces
abajo, y llevará fruto arriba.
31 Porque saldrá de Jerusalén
remanente, y del monte de Sion los que se salven. El celo de
Jehová de los ejércitos hará esto.
32 Por tanto, así dice Jehová
acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni echará
saeta en ella; ni vendrá delante de ella con escudo, ni
levantará contra ella baluarte.
33 Por el mismo camino que vino,
volverá, y no entrará en esta ciudad, dice Jehová.
34 Porque yo ampararé esta ciudad
para salvarla, por amor a mí mismo, y por amor a David mi
siervo.
35 Y aconteció que aquella misma
noche salió el ángel de Jehová, y mató en el campamento de los
asirios a ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron
por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos.
36 Entonces Senaquerib rey de
Asiria se fue, y volvió a Nínive, donde se quedó.
37 Y aconteció que mientras él
adoraba en el templo de Nisroc su dios, Adramelec y Sarezer
sus hijos lo hirieron a espada, y huyeron a tierra de Ararat.
Y reinó en su lugar Esar-hadón su hijo.
1. ¿Qué hizo Ezequías
cuando oyó la palabras de Rabsaces? (1)
2. ¿A quién envió Ezequías
su siervos? (2)
3. ¿Qué profetizó Isaías?
(6-7)
4. ¿Qué hizo Ezequías con
la carta que recibió de los mensajeros de Rabsaces? (14)
5. ¿Qué quería Ezequías
que todos las reinos de la tierra supieran? (19)
6. ¿Qué dijo Isaías con
respecto a la oración de Ezequías? (20)
7. ¿Cómo haría volver el
Señor a Asiria? (28)
8. ¿Cuántos asirios mató
el ángel del Señor? (35)
9. ¿Cómo murió Senaquerib
rey de Asiria? (36-37)
20:1
En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él
el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así:
Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.
2 Entonces él volvió su rostro a
la pared, y oró a Jehová y dijo:
3 Te ruego, oh Jehová, te ruego
que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y
con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan.
Y lloró Ezequías con gran lloro.
4 Y antes que Isaías saliese hasta
la mitad del patio, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo:
5 Vuelve, y di a Ezequías,
príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu
padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí
que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová.
6 Y añadiré a tus días quince años,
y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y
ampararé esta ciudad por amor a mí mismo, y por amor a David
mi siervo.
7 Y dijo Isaías: Tomad masa de
higos. Y tomándola, la pusieron sobre la llaga, y sanó.
8 Y Ezequías había dicho a Isaías:
¿Qué señal tendré de que Jehová me sanará, y que subiré a la
casa de Jehová al tercer día?
9 Respondió Isaías: Esta señal
tendrás de Jehová, de que hará Jehová esto que ha dicho: ¿Avanzará
la sombra diez grados, o retrocederá diez grados?
10 Y Ezequías respondió: Fácil
cosa es que la sombra decline diez grados; pero no que la
sombra vuelva atrás diez grados.
11 Entonces el profeta Isaías
clamó a Jehová; e hizo volver la sombra por los grados que
había descendido en el reloj de Acaz, diez grados atrás.
12 En
aquel tiempo Merodac-baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia,
envió mensajeros con cartas y presentes a Ezequías, porque
había oído que Ezequías había caído enfermo.
13 Y Ezequías los oyó, y les
mostró toda la casa de sus tesoros, plata, oro, y especias, y
ung:uentos preciosos, y la casa de sus armas, y todo lo que
había en sus tesoros; ninguna cosa quedó que Ezequías no les
mostrase, así en su casa como en todos sus dominios.
14 Entonces el profeta Isaías vino
al rey Ezequías, y le dijo: ¿Qué dijeron aquellos varones, y
de dónde vinieron a ti? Y Ezequías le respondió: De lejanas
tierras han venido, de Babilonia.
15 Y él le volvió a decir: ¿Qué
vieron en tu casa? Y Ezequías respondió: Vieron todo lo que
había en mi casa; nada quedó en mis tesoros que no les
mostrase.
16 Entonces Isaías dijo a Ezequías:
Oye palabra de Jehová:
17 He aquí vienen días en que todo
lo que está en tu casa, y todo lo que tus padres han atesorado
hasta hoy, será llevado a Babilonia, sin quedar nada, dijo
Jehová.
18 Y de tus hijos que saldrán de
ti, que habrás engendrado, tomarán, y serán eunucos en el
palacio del rey de Babilonia.
19 Entonces Ezequías dijo a Isaías:
La palabra de Jehová que has hablado, es buena. Después dijo:
Habrá al menos paz y seguridad en mis días.
20 Los
demás hechos de Ezequías, y todo su poderío, y cómo hizo el
estanque y el conducto, y metió las aguas en la ciudad, ¿no
está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
21 Y durmió Ezequías con sus
padres, y reinó en su lugar Manasés su hijo.
1. ¿Qué le dijo Isaías a
Ezequías Cuándo Ezequías estaba para morir? (1)
2. ¿Qué le concedió el
Señor a Ezequías después de que oró? (5-6)
3. ¿Cómo fue sanado
Ezequías? (7)
4. ¿Qué pasó con la sombra?
(11)
5. ¿Qué les mostró
Ezequías a los de Babilonia? (13)
6. ¿Qué profetizó Isaías
que los babilonios harían? (17-18)
7. ¿Qué construyó Ezequías?
(20)
21:1
De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar, y reinó en
Jerusalén cincuenta y cinco años; el nombre de su madre fue
Hepsiba.
2 E hizo lo malo ante los ojos de
Jehová, según las abominaciones de las naciones que Jehová
había echado de delante de los hijos de Israel.
3 Porque volvió a edificar los
lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó
altares a Baal, e hizo una imagen de Asera, como había hecho
Acab rey de Israel; y adoró a todo el ejército de los cielos,
y rindió culto a aquellas cosas.
4 Asimismo edificó altares en la
casa de Jehová, de la cual Jehová había dicho: Yo pondré mi
nombre en Jerusalén.
5 Y edificó altares para todo el
ejército de los cielos en los dos atrios de la casa de Jehová.
6 Y pasó a su hijo por fuego, y se
dio a observar los tiempos, y fue agorero, e instituyó
encantadores y adivinos, multiplicando así el hacer lo malo
ante los ojos de Jehová, para provocarlo a ira.
7 Y puso una imagen de Asera que
él había hecho, en la casa de la cual Jehová había dicho a
David y a Salomón su hijo: Yo pondré mi nombre para siempre en
esta casa, y en Jerusalén, a la cual escogí de todas las
tribus de Israel;
8 y no volveré a hacer que el pie
de Israel sea movido de la tierra que di a sus padres, con tal
que guarden y hagan conforme a todas las cosas que yo les he
mandado, y conforme a toda la ley que mi siervo Moisés les
mandó.
9 Mas ellos no escucharon; y
Manasés los indujo a que hiciesen más mal que las naciones que
Jehová destruyó delante de los hijos de Israel.
10 Habló, pues, Jehová por medio
de sus siervos los profetas, diciendo:
11 Por cuanto Manasés rey de Judá
ha hecho estas abominaciones, y ha hecho más mal que todo lo
que hicieron los amorreos que fueron antes de él, y también ha
hecho pecar a Judá con sus ídolos;
12 por tanto, así ha dicho Jehová
el Dios de Israel: He aquí yo traigo tal mal sobre Jerusalén y
sobre Judá, que al que lo oyere le retiñirán ambos oídos.
13 Y extenderé sobre Jerusalén el
cordel de Samaria y la plomada de la casa de Acab; y limpiaré
a Jerusalén como se limpia un plato, que se friega y se vuelve
boca abajo.
14 Y desampararé el resto de mi
heredad, y lo entregaré en manos de sus enemigos; y serán para
presa y despojo de todos sus adversarios;
15 por cuanto han hecho lo malo
ante mis ojos, y me han provocado a ira, desde el día que sus
padres salieron de Egipto hasta hoy.
16 Fuera de esto, derramó Manasés
mucha sangre inocente en gran manera, hasta llenar a Jerusalén
de extremo a extremo; además de su pecado con que hizo pecar a
Judá, para que hiciese lo malo ante los ojos de Jehová.
17 Los demás hechos de Manasés, y
todo lo que hizo, y el pecado que cometió, ¿no está todo
escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
18 Y durmió Manasés con sus
padres, y fue sepultado en el huerto de su casa, en el huerto
de Uza, y reinó en su lugar Amón su hijo.
19 De
veintidós años era Amón cuando comenzó a reinar, y reinó dos
años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Mesulemet hija de
Haruz, de Jotba.
20 E hizo lo malo ante los ojos de
Jehová, como había hecho Manasés su padre.
21 Y anduvo en todos los caminos
en que su padre anduvo, y sirvió a los ídolos a los cuales
había servido su padre, y los adoró;
22 y dejó a Jehová el Dios de sus
padres, y no anduvo en el camino de Jehová.
23 Y los siervos de Amón
conspiraron contra él, y mataron al rey en su casa.
24 Entonces el pueblo de la tierra
mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón; y
puso el pueblo de la tierra por rey en su lugar a Josías su
hijo.
25 Los demás hechos de Amón, ¿no
están todos escritos en el libro de las crónicas de los reyes
de Judá?
26 Y fue sepultado en su sepulcro
en el huerto de Uza, y reinó en su lugar Josías su hijo.
2. ¿Qué dijeron los
profetas que le pasaría a Judá? (12-14)
3. ¿Cómo tuvo fin el reino
de Amón hijo de Manasés? (23)
22:1
Cuando Josías comenzó a reinar era de ocho años, y reinó en
Jerusalén treinta y un años. El nombre de su madre fue Jedida
hija de Adaía, de Boscat.
2 E hizo lo recto ante los ojos de
Jehová, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin
apartarse a derecha ni a izquierda.
3 A
los dieciocho años del rey Josías, envió el rey a Safán hijo
de Azalía, hijo de Mesulam, escriba, a la casa de Jehová,
diciendo:
4 Ve al sumo sacerdote Hilcías, y
dile que recoja el dinero que han traído a la casa de Jehová,
que han recogido del pueblo los guardianes de la puerta,
5 y que lo pongan en manos de los
que hacen la obra, que tienen a su cargo el arreglo de la casa
de Jehová, y que lo entreguen a los que hacen la obra de la
casa de Jehová, para reparar las grietas de la casa;
6 a los carpinteros, maestros y
albañiles, para comprar madera y piedra de cantería para
reparar la casa;
7 y que no se les tome cuenta del
dinero cuyo manejo se les confiare, porque ellos proceden con
honradez.
8 Entonces dijo el sumo sacerdote
Hilcías al escriba Safán: He hallado el libro de la ley en la
casa de Jehová. E Hilcías dio el libro a Safán, y lo leyó.
9 Viniendo luego el escriba Safán
al rey, dio cuenta al rey y dijo: Tus siervos han recogido el
dinero que se halló en el templo, y lo han entregado en poder
de los que hacen la obra, que tienen a su cargo el arreglo de
la casa de Jehová.
10 Asimismo el escriba Safán
declaró al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me ha dado un
libro. Y lo leyó Safán delante del rey.
11 Y cuando el rey hubo oído las
palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos.
12 Luego el rey dio orden al
sacerdote Hilcías, a Ahicam hijo de Safán, a Acbor hijo de
Micaías, al escriba Safán y a Asaías siervo del rey, diciendo:
13 Id y preguntad a Jehová por mí,
y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de
este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de
Jehová que se ha encendido contra nosotros, por cuanto
nuestros padres no escucharon las palabras de este libro, para
hacer conforme a todo lo que nos fue escrito.
14 Entonces fueron el sacerdote
Hilcías, y Ahicam, Acbor, Safán y Asaías, a la profetisa Hulda,
mujer de Salum hijo de Ticva, hijo de Harhas, guarda de las
vestiduras, la cual moraba en Jerusalén en la segunda parte de
la ciudad, y hablaron con ella.
15 Y ella les dijo: Así ha dicho
Jehová el Dios de Israel: Decid al varón que os envió a mí:
16 Así dijo Jehová: He aquí yo
traigo sobre este lugar, y sobre los que en él moran, todo el
mal de que habla este libro que ha leído el rey de Judá;
17 por cuanto me dejaron a mí, y
quemaron incienso a dioses ajenos, provocándome a ira con toda
la obra de sus manos; mi ira se ha encendido contra este lugar,
y no se apagará.
18 Mas al rey de Judá que os ha
enviado para que preguntaseis a Jehová, diréis así: Así ha
dicho Jehová el Dios de Israel: Por cuanto oíste las palabras
del libro,
19 y tu corazón se enterneció, y
te humillaste delante de Jehová, cuando oíste lo que yo he
pronunciado contra este lugar y contra sus moradores, que
vendrán a ser asolados y malditos, y rasgaste tus vestidos, y
lloraste en mi presencia, también yo te he oído, dice Jehová.
20 Por tanto, he aquí yo te
recogeré con tus padres, y serás llevado a tu sepulcro en paz,
y no verán tus ojos todo el mal que yo traigo sobre este lugar.
Y ellos dieron al rey la respuesta.
1. ¿Cuántos años tenía
Josías cuando empezó a reinar? (1)
2. ¿Qué reparó Josías?
(5-6)
3. ¿Qué se encontró en la
casa de Jehová? (8)
4. ¿Qué era la reacción de
Josías a la palabra de ? (10-13)
5. ¿Qué dijo Hulda el
profetisa acerca de Josías? (14-20)
23:1 Entonces el rey mandó
reunir con él a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén.
2 Y subió el rey a la casa de
Jehová con todos los varones de Judá, y con todos los
moradores de Jerusalén, con los sacerdotes y profetas y con
todo el pueblo, desde el más chico hasta el más grande; y leyó,
oyéndolo ellos, todas las palabras del libro del pacto que
había sido hallado en la casa de Jehová.
3 Y poniéndose el rey en pie junto
a la columna, hizo pacto delante de Jehová, de que irían en
pos de Jehová, y guardarían sus mandamientos, sus testimonios
y sus estatutos, con todo el corazón y con toda el alma, y que
cumplirían las palabras del pacto que estaban escritas en
aquel libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto.
4 Entonces
mandó el rey al sumo sacerdote Hilcías, a los sacerdotes de
segundo orden, y a los guardianes de la puerta, que sacasen
del templo de Jehová todos los utensilios que habían sido
hechos para Baal, para Asera y para todo el ejército de los
cielos; y los quemó fuera de Jerusalén en el campo del Cedrón,
e hizo llevar las cenizas de ellos a Bet-el.
5 Y quitó a los sacerdotes
idólatras que habían puesto los reyes de Judá para que
quemasen incienso en los lugares altos en las ciudades de Judá,
y en los alrededores de Jerusalén; y asimismo a los que
quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna, y a los signos
del zodíaco, y a todo el ejército de los cielos.
6 Hizo también sacar la imagen de
Asera fuera de la casa de Jehová, fuera de Jerusalén, al valle
del Cedrón, y la quemó en el valle del Cedrón, y la convirtió
en polvo, y echó el polvo sobre los sepulcros de los hijos del
pueblo.
7 Además derribó los lugares de
prostitución idolátrica que estaban en la casa de Jehová, en
los cuales tejían las mujeres tiendas para Asera.
8 E hizo venir todos los
sacerdotes de las ciudades de Judá, y profanó los lugares
altos donde los sacerdotes quemaban incienso, desde Geba hasta
Beerseba; y derribó los altares de las puertas que estaban a
la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad, que
estaban a la mano izquierda, a la puerta de la ciudad.
9 Pero los sacerdotes de los
lugares altos no subían al altar de Jehová en Jerusalén, sino
que comían panes sin levadura entre sus hermanos.
10 Asimismo profanó a Tofet, que
está en el valle del hijo de Hinom, para que ninguno pasase su
hijo o su hija por fuego a Moloc.
11 Quitó también los caballos que
los reyes de Judá habían dedicado al sol a la entrada del
templo de Jehová, junto a la cámara de Natán-melec eunuco, el
cual tenía a su cargo los ejidos; y quemó al fuego los carros
del sol.
12 Derribó además el rey los
altares que estaban sobre la azotea de la sala de Acaz, que
los reyes de Judá habían hecho, y los altares que había hecho
Manasés en los dos atrios de la casa de Jehová; y de allí
corrió y arrojó el polvo al arroyo del Cedrón.
13 Asimismo profanó el rey los
lugares altos que estaban delante de Jerusalén, a la mano
derecha del monte de la destrucción, los cuales Salomón rey de
Israel había edificado a Astoret ídolo abominable de los
sidonios, a Quemos ídolo abominable de Moab, y a Milcom ídolo
abominable de los hijos de Amón.
14 Y quebró las estatuas, y
derribó las imágenes de Asera, y llenó el lugar de ellos de
huesos de hombres.
15 Igualmente el altar que estaba
en Bet-el, y el lugar alto que había hecho Jeroboam hijo de
Nabat, el que hizo pecar a Israel; aquel altar y el lugar alto
destruyó, y lo quemó, y lo hizo polvo, y puso fuego a la
imagen de Asera.
16 Y se volvió Josías, y viendo
los sepulcros que estaban allí en el monte, envió y sacó los
huesos de los sepulcros, y los quemó sobre el altar para
contaminarlo, conforme a la palabra de Jehová que había
profetizado el varón de Dios, el cual había anunciado esto.
17 Después dijo: ¿Qué monumento es
este que veo? Y los de la ciudad le respondieron: Este es el
sepulcro del varón de Dios que vino de Judá, y profetizó estas
cosas que tú has hecho sobre el altar de Bet-el.
18 Y él dijo: Dejadlo; ninguno
mueva sus huesos; y así fueron preservados sus huesos, y los
huesos del profeta que había venido de Samaria.
19 Y todas las casas de los
lugares altos que estaban en las ciudades de Samaria, las
cuales habían hecho los reyes de Israel para provocar a ira,
las quitó también Josías, e hizo de ellas como había hecho en
Bet-el.
20 Mató además sobre los altares a
todos los sacerdotes de los lugares altos que allí estaban, y
quemó sobre ellos huesos de hombres, y volvió a Jerusalén.
21 Entonces
mandó el rey a todo el pueblo, diciendo: Haced la pascua a
Jehová vuestro Dios, conforme a lo que está escrito en el
libro de este pacto.
22 No había sido hecha tal pascua
desde los tiempos en que los jueces gobernaban a Israel, ni en
todos los tiempos de los reyes de Israel y de los reyes de
Judá.
23 A los dieciocho años del rey
Josías fue hecha aquella pascua a Jehová en Jerusalén.
24 Asimismo
barrió Josías a los encantadores, adivinos y terafines, y
todas las abominaciones que se veían en la tierra de Judá y en
Jerusalén, para cumplir las palabras de la ley que estaban
escritas en el libro que el sacerdote Hilcías había hallado en
la casa de Jehová.
25 No hubo otro rey antes de él,
que se convirtiese a Jehová de todo su corazón, de toda su
alma y de todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés;
ni después de él nació otro igual.
26 Con todo eso, Jehová no
desistió del ardor con que su gran ira se había encendido
contra Judá, por todas las provocaciones con que Manasés le
había irritado.
27 Y dijo Jehová: También quitaré
de mi presencia a Judá, como quité a Israel, y desecharé a
esta ciudad que había escogido, a Jerusalén, y a la casa de la
cual había yo dicho: Mi nombre estará allí.
28 Los
demás hechos de Josías, y todo lo que hizo, ¿no está todo
escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
29 En aquellos días Faraón Necao
rey de Egipto subió contra el rey de Asiria al río Eufrates, y
salió contra él el rey Josías; pero aquél, así que le vio, lo
mató en Meguido.
30 Y sus siervos lo pusieron en un
carro, y lo trajeron muerto de Meguido a Jerusalén, y lo
sepultaron en su sepulcro. Entonces el pueblo de la tierra
tomó a Joacaz hijo de Josías, y lo ungieron y lo pusieron por
rey en lugar de su padre.
31 De
veintitrés años era Joacaz cuando comenzó a reinar, y reinó
tres meses en Jerusalén. El nombre de su madre fue Hamutal
hija de Jeremías, de Libna.
32 Y él hizo lo malo ante los ojos
de Jehová, conforme a todas las cosas que sus padres habían
hecho.
33 Y lo puso preso Faraón Necao en
Ribla en la provincia de Hamat, para que no reinase en
Jerusalén; e impuso sobre la tierra una multa de cien talentos
de plata, y uno de oro.
34 Entonces Faraón Necao puso por
rey a Eliaquim hijo de Josías, en lugar de Josías su padre, y
le cambió el nombre por el de Joacim; y tomó a Joacaz y lo
llevó a Egipto, y murió allí.
35 Y Joacim pagó a Faraón la plata
y el oro; mas hizo avaluar la tierra para dar el dinero
conforme al mandamiento de Faraón, sacando la plata y el oro
del pueblo de la tierra, de cada uno según la estimación de su
hacienda, para darlo a Faraón Necao.
36 De
veinticinco años era Joacim cuando comenzó a reinar, y once
años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Zebuda hija
de Pedaías, de Ruma.
37 E hizo lo malo ante los ojos de
Jehová, conforme a todas las cosas que sus padres habían hecho.
2. ¿Cuáles son algunas de
las cosas que Josías removió del templo? (4-14)
3. ¿Qué hizo Josías en
Bet-el? (15-18)
4. ¿Cómo era el pascua que
Josías hizo comparado con lo que habían hecho los demás reyes? (21-25)
5. ¿Cómo murió Josías?
(29-30)
6. ¿Quién puso fin al
reino de Joacaz rey de Judá? (31-33)
7. ¿Qué nombre le dio
Faraón a Eliaquim? (34)
24:1 En su tiempo subió en
campaña Nabucodonosor rey de Babilonia. Joacim vino a ser su
siervo por tres años, pero luego volvió y se rebeló contra él.
2 Pero Jehová envió contra Joacim
tropas de caldeos, tropas de sirios, tropas de moabitas y
tropas de amonitas, los cuales envió contra Judá para que la
destruyesen, conforme a la palabra de Jehová que había hablado
por sus siervos los profetas.
3 Ciertamente vino esto contra
Judá por mandato de Jehová, para quitarla de su presencia, por
los pecados de Manasés, y por todo lo que él hizo;
4 asimismo por la sangre inocente
que derramó, pues llenó a Jerusalén de sangre inocente; Jehová,
por tanto, no quiso perdonar.
5 Los demás hechos de Joacim, y
todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas
de los reyes de Judá?
6 Y durmió Joacim con sus padres,
y reinó en su lugar Joaquín su hijo.
7 Y nunca más el rey de Egipto
salió de su tierra; porque el rey de Babilonia le tomó todo lo
que era suyo desde el río de Egipto hasta el río Eufrates.
8 De
dieciocho años era Joaquín cuando comenzó a reinar, y reinó en
Jerusalén tres meses. El nombre de su madre fue Nehusta hija
de Elnatán, de Jerusalén.
9 E hizo lo malo ante los ojos de
Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho su padre.
10 En aquel tiempo subieron contra
Jerusalén los siervos de Nabucodonosor rey de Babilonia, y la
ciudad fue sitiada.
11 Vino también Nabucodonosor rey
de Babilonia contra la ciudad, cuando sus siervos la tenían
sitiada.
12 Entonces salió Joaquín rey de
Judá al rey de Babilonia, él y su madre, sus siervos, sus
príncipes y sus oficiales; y lo prendió el rey de Babilonia en
el octavo año de su reinado.
13 Y sacó de allí todos los
tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa real, y
rompió en pedazos todos los utensilios de oro que había hecho
Salomón rey de Israel en la casa de Jehová, como Jehová había
dicho.
14 Y llevó en cautiverio a toda
Jerusalén, a todos los príncipes, y a todos los hombres
valientes, hasta diez mil cautivos, y a todos los artesanos y
herreros; no quedó nadie, excepto los pobres del pueblo de la
tierra.
15 Asimismo llevó cautivos a
Babilonia a Joaquín, a la madre del rey, a las mujeres del rey,
a sus oficiales y a los poderosos de la tierra; cautivos los
llevó de Jerusalén a Babilonia.
16 A todos los hombres de guerra,
que fueron siete mil, y a los artesanos y herreros, que fueron
mil, y a todos los valientes para hacer la guerra, llevó
cautivos el rey de Babilonia.
17 Y el rey de Babilonia puso por
rey en lugar de Joaquín a Matanías su tío, y le cambió el
nombre por el de Sedequías.
18 De
veintiún años era Sedequías cuando comenzó a reinar, y reinó
en Jerusalén once años. El nombre de su madre fue Hamutal hija
de Jeremías, de Libna.
19 E hizo lo malo ante los ojos de
Jehová, conforme a todo lo que había hecho Joacim.
20 Vino, pues, la ira de Jehová
contra Jerusalén y Judá, hasta que los echó de su presencia. Y
Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia.
1. ¿Quién invadió Judá
durante el reino Joacim? (1-7)
2. ¿Qué removió
Nabucodonosor del templo? (13)
3. ¿A quién llevó
Nabucodonosor en cautiverio? (14-16)
4. ¿A quién puso
Nabucodonosor como rey de Judá? (17)
25:1
Aconteció a los nueve años de su reinado, en el mes décimo, a
los diez días del mes, que Nabucodonosor rey de Babilonia vino
con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitió, y levantó
torres contra ella alrededor.
2 Y estuvo la ciudad sitiada hasta
el año undécimo del rey Sedequías.
3 A los nueve días del cuarto mes
prevaleció el hambre en la ciudad, hasta que no hubo pan para
el pueblo de la tierra.
4 Abierta ya una brecha en el muro
de la ciudad, huyeron de noche todos los hombres de guerra por
el camino de la puerta que estaba entre los dos muros, junto a
los huertos del rey, estando los caldeos alrededor de la
ciudad; y el rey se fue por el camino del Arabá.
5 Y el ejército de los caldeos
siguió al rey, y lo apresó en las llanuras de Jericó, habiendo
sido dispersado todo su ejército.
6 Preso, pues, el rey, le trajeron
al rey de Babilonia en Ribla, y pronunciaron contra él
sentencia.
7 Degollaron a los hijos de
Sedequías en presencia suya, y a Sedequías le sacaron los ojos,
y atado con cadenas lo llevaron a Babilonia.
8 En
el mes quinto, a los siete días del mes, siendo el año
diecinueve de Nabucodonosor rey de Babilonia, vino a Jerusalén
Nabuzaradán, capitán de la guardia, siervo del rey de
Babilonia.
9 Y quemó la casa de Jehová, y la
casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y todas las
casas de los príncipes quemó a fuego.
10 Y todo el ejército de los
caldeos que estaba con el capitán de la guardia, derribó los
muros alrededor de Jerusalén.
11 Y a los del pueblo que habían
quedado en la ciudad, a los que se habían pasado al rey de
Babilonia, y a los que habían quedado de la gente común, los
llevó cautivos Nabuzaradán, capitán de la guardia.
12 Mas de los pobres de la tierra
dejó Nabuzaradán, capitán de la guardia, para que labrasen las
viñas y la tierra.
13 Y quebraron los caldeos las
columnas de bronce que estaban en la casa de Jehová, y las
basas, y el mar de bronce que estaba en la casa de Jehová, y
llevaron el bronce a Babilonia.
14 Llevaron también los calderos,
las paletas, las despabiladeras, los cucharones, y todos los
utensilios de bronce con que ministraban;
15 incensarios, cuencos, los que
de oro, en oro, y los que de plata, en plata; todo lo llevó el
capitán de la guardia.
16 Las dos columnas, un mar, y las
basas que Salomón había hecho para la casa de Jehová; no fue
posible pesar todo esto.
17 La altura de una columna era de
dieciocho codos, y tenía encima un capitel de bronce; la
altura del capitel era de tres codos, y sobre el capitel había
una red y granadas alrededor, todo de bronce; e igual labor
había en la otra columna con su red.
18 Tomó entonces el capitán de la
guardia al primer sacerdote Seraías, al segundo sacerdote
Sofonías, y tres guardas de la vajilla;
19 y de la ciudad tomó un oficial
que tenía a su cargo los hombres de guerra, y cinco varones de
los consejeros del rey, que estaban en la ciudad, el principal
escriba del ejército, que llevaba el registro de la gente del
país, y sesenta varones del pueblo de la tierra, que estaban
en la ciudad.
20 Estos tomó Nabuzaradán, capitán
de la guardia, y los llevó a Ribla al rey de Babilonia.
21 Y el rey de Babilonia los hirió
y mató en Ribla, en tierra de Hamat. Así fue llevado cautivo
Judá de sobre su tierra.
22 Y
al pueblo que Nabucodonosor rey de Babilonia dejó en tierra de
Judá, puso por gobernador a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de
Safán.
23 Y oyendo todos los príncipes
del ejército, ellos y su gente, que el rey de Babilonia había
puesto por gobernador a Gedalías, vinieron a él en Mizpa;
Ismael hijo de Netanías, Johanán hijo de Carea, Seraías hijo
de Tanhumet netofatita, y Jaazanías hijo de un maacateo, ellos
con los suyos.
24 Entonces Gedalías les hizo
juramento a ellos y a los suyos, y les dijo: No temáis de ser
siervos de los caldeos; habitad en la tierra, y servid al rey
de Babilonia, y os irá bien.
25 Mas en el mes séptimo vino
Ismael hijo de Netanías, hijo de Elisama, de la estirpe real,
y con él diez varones, e hirieron a Gedalías, y murió; y
también a los de Judá y a los caldeos que estaban con él en
Mizpa.
26 Y levantándose todo el pueblo,
desde el menor hasta el mayor, con los capitanes del ejército,
se fueron a Egipto, por temor de los caldeos.
27 Aconteció
a los treinta y siete años del cautiverio de Joaquín rey de
Judá, en el mes duodécimo, a los veintisiete días del mes, que
Evil-merodac rey de Babilonia, en el primer año de su reinado,
libertó a Joaquín rey de Judá, sacándolo de la cárcel;
28 y le habló con benevolencia, y
puso su trono más alto que los tronos de los reyes que estaban
con él en Babilonia.
29 Y le cambió los vestidos de
prisionero, y comió siempre delante de él todos los días de su
vida.
30 Y diariamente le fue dada su
comida de parte del rey, de continuo, todos los días de su
vida.
1. ¿Qué le pasó a
Sedequías? (7)
2. ¿Qué hicieron los de
Babilonia al templo? (9)
3. ¿Qué hizo el ejercito
caldeo (de Babilonia) a los muros de Jerusalén? (10)
4. ¿Qué más fue llevado a
Babilonia? (13-17)
5. ¿Quién, siendo liberado
de la cárcel, fue invitado a comer en la mesa del rey de Babilonia?
(27-30) |
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