Preguntas
de estudio del Libro de Ezequiel 1-21 |
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Ezequiel Ezequiel ministró durante el período de setenta años de cautividad en Babilonia . Aunque Israel y Judá fueron como los huesos secos Dios dara vida a ellos de nuevo. Capitulo 1
1.¿Dónde estaba Ezequiel cuando escribió este libro? (1-3) 2.¿Qué salió del torbellino? (4-5) 3.¿Qué cuatro caras tenía cada uno? (6, 10) 4.¿Qué estaba en las ruedas? (16, 20-21) 5.¿Cuál era el parecer del que está en el trono? (26, 28) 6.¿Qué hizo Ezequiel cuando vio el aspecto de el que está en el trono? (28) Capitulo 2
1.¿Cómo describe Dios Israel a Ezequiel? (3-4) 2.¿Qué sabría Israel? (5) 3.¿De qué no debía Ezequiel tener miedo? (6) 4.¿Qué debía hacer Ezequiel ? (7) 5.¿Qué se envió a Ezequiel? (9-10)
Capitulo 3
2 Y
abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo.
3 Y
me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus
entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi
boca dulce como miel.
4 Luego
me dijo: Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y
habla a ellos con mis palabras.
5 Porque
no eres enviado a pueblo de habla profunda ni de lengua
difícil, sino a la casa de Israel.
6 No
a muchos pueblos de habla profunda ni de lengua difícil, cuyas
palabras no entiendas; y si a ellos te enviara, ellos te
oyeran.
7 Mas
la casa de Israel no te querrá oír, porque no me quiere oír a
mí; porque toda la casa de Israel es dura de frente y
obstinada de corazón.
8 He
aquí yo he hecho tu rostro fuerte contra los rostros de ellos,
y tu frente fuerte contra sus frentes.
9 Como
diamante, más fuerte que pedernal he hecho tu frente; no los
temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque son casa
rebelde.
10 Y
me dijo: Hijo de hombre, toma en tu corazón todas mis palabras
que yo te hablaré, y oye con tus oídos.
11 Y
ve y entra a los cautivos, a los hijos de tu pueblo, y
háblales y diles: Así ha dicho Jehová el Señor; escuchen, o
dejen de escuchar.
12 Y
me levantó el Espíritu, y oí detrás de mí una voz de gran
estruendo, que decía: Bendita sea la gloria de Jehová desde su
lugar.
13 Oí
también el sonido de las alas de los seres vivientes que se
juntaban la una con la otra, y el sonido de las ruedas delante
de ellos, y sonido de gran estruendo.
14 Me
levantó, pues, el Espíritu, y me tomó; y fui en amargura, en
la indignación de mi espíritu, pero la mano de Jehová era
fuerte sobre mí.
15 Y
vine a los cautivos en Tel-abib, que moraban junto al río
Quebar, y me senté donde ellos estaban sentados, y allí
permanecí siete días atónito entre ellos.
16 Y
aconteció que al cabo de los siete días vino a mí palabra de
Jehová, diciendo:
17 Hijo
de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel;
oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi
parte.
18 Cuando
yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares
ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal
camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero
su sangre demandaré de tu mano.
19 Pero
si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su
impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú
habrás librado tu alma.
20 Si
el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y
pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le
amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había
hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu
mano.
21 Pero
si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de
cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu
alma.
22 Vino
allí la mano de Jehová sobre mí, y me dijo: Levántate, y sal
al campo, y allí hablaré contigo.
23 Y
me levanté y salí al campo; y he aquí que allí estaba la
gloria de Jehová, como la gloria que había visto junto al río
Quebar; y me postré sobre mi rostro.
24 Entonces
entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y me habló,
y me dijo: Entra, y enciérrate dentro de tu casa.
25 Y
tú, oh hijo de hombre, he aquí que pondrán sobre ti cuerdas, y
con ellas te ligarán, y no saldrás entre ellos.
26 Y
haré que se pegue tu lengua a tu paladar, y estarás mudo, y no
serás a ellos varón que reprende; porque son casa rebelde.
27 Mas
cuando yo te hubiere hablado, abriré tu boca, y les dirás: Así
ha dicho Jehová el Señor: El que oye, oiga; y el que no quiera
oír, no oiga; porque casa rebelde son.
Capitulo 4
4:1
Tú, hijo de hombre, tómate un adobe, y ponlo delante de ti, y
diseña sobre él la ciudad de Jerusalén.
2 Y
pondrás contra ella sitio, y edificarás contra ella fortaleza,
y sacarás contra ella baluarte, y pondrás delante de ella
campamento, y colocarás contra ella arietes alrededor.
3 Tómate
también una plancha de hierro, y ponla en lugar de muro de
hierro entre ti y la ciudad; afirmarás luego tu rostro contra
ella, y será en lugar de cerco, y la sitiarás. Es señal a la
casa de Israel.
4 Y
tú te acostarás sobre tu lado izquierdo y pondrás sobre él la
maldad de la casa de Israel. El número de los días que duermas
sobre él, llevarás sobre ti la maldad de ellos.
5 Yo
te he dado los años de su maldad por el número de los días,
trescientos noventa días; y así llevarás tú la maldad de la
casa de Israel.
6 Cumplidos
éstos, te acostarás sobre tu lado derecho segunda vez, y
llevarás la maldad de la casa de Judá cuarenta días; día por
año, día por año te lo he dado.
7 Al
asedio de Jerusalén afirmarás tu rostro, y descubierto tu
brazo, profetizarás contra ella.
8 Y
he aquí he puesto sobre ti ataduras, y no te volverás de un
lado a otro, hasta que hayas cumplido los días de tu asedio.
9 Y
tú toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, millo y avena,
y ponlos en una vasija, y hazte pan de ellos el número de los
días que te acuestes sobre tu lado; trescientos noventa días
comerás de él.
10 La
comida que comerás será de peso de veinte siclos al día; de
tiempo en tiempo la comerás.
11 Y
beberás el agua por medida, la sexta parte de un hin; de
tiempo en tiempo la beberás.
12 Y
comerás pan de cebada cocido debajo de la ceniza; y lo cocerás
a vista de ellos al fuego de excremento humano.
13 Y
dijo Jehová: Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo,
entre las naciones a donde los arrojaré yo.
14 Y
dije: !!Ah, Señor Jehová! he aquí que mi alma no es inmunda,
ni nunca desde mi juventud hasta este tiempo comí cosa
mortecina ni despedazada, ni nunca en mi boca entró carne
inmunda.
15 Y
me respondió: He aquí te permito usar estiércol de bueyes en
lugar de excremento humano para cocer tu pan.
16 Me
dijo luego: Hijo de hombre, he aquí quebrantaré el sustento
del pan en Jerusalén; y comerán el pan por peso y con angustia,
y beberán el agua por medida y con espanto,
17 para
que al faltarles el pan y el agua, se miren unos a otros con
espanto, y se consuman en su maldad.
Capitulo 5
2 Una
tercera parte quemarás a fuego en medio de la ciudad, cuando
se cumplan los días del asedio; y tomarás una tercera parte y
la cortarás con espada alrededor de la ciudad; y una tercera
parte esparcirás al viento, y yo desenvainaré espada en pos de
ellos.
3 Tomarás
también de allí unos pocos en número, y los atarás en la falda
de tu manto.
4 Y
tomarás otra vez de ellos, y los echarás en medio del fuego, y
en el fuego los quemarás; de allí saldrá el fuego a toda la
casa de Israel.
5 Así
ha dicho Jehová el Señor: Esta es Jerusalén; la puse en medio
de las naciones y de las tierras alrededor de ella.
6 Y
ella cambió mis decretos y mis ordenanzas en impiedad más que
las naciones, y más que las tierras que están alrededor de
ella; porque desecharon mis decretos y mis mandamientos, y no
anduvieron en ellos.
7 Por
tanto, así ha dicho Jehová: ¿Por haberos multiplicado más que
las naciones que están alrededor de vosotros, no habéis andado
en mis mandamientos, ni habéis guardado mis leyes? Ni aun
según las leyes de las naciones que están alrededor de
vosotros habéis andado.
8 Así,
pues, ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti; sí,
yo, y haré juicios en medio de ti ante los ojos de las
naciones.
9 Y
haré en ti lo que nunca hice, ni jamás haré cosa semejante, a
causa de todas tus abominaciones.
10 Por
eso los padres comerán a los hijos en medio de ti, y los hijos
comerán a sus padres; y haré en ti juicios, y esparciré a
todos los vientos todo lo que quedare de ti.
11 Por
tanto, vivo yo, dice Jehová el Señor, ciertamente por haber
profanado mi santuario con todas tus abominaciones, te
quebrantaré yo también; mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré
yo misericordia.
12 Una
tercera parte de ti morirá de pestilencia y será consumida de
hambre en medio de ti; y una tercera parte caerá a espada
alrededor de ti; y una tercera parte esparciré a todos los
vientos, y tras ellos desenvainaré espada.
13 Y
se cumplirá mi furor y saciaré en ellos mi enojo, y tomaré
satisfacción; y sabrán que yo Jehová he hablado en mi celo,
cuando cumpla en ellos mi enojo.
14 Y
te convertiré en soledad y en oprobio entre las naciones que
están alrededor de ti, a los ojos de todo transeúnte.
15 Y
serás oprobio y escarnio y escarmiento y espanto a las
naciones que están alrededor de ti, cuando yo haga en ti
juicios con furor e indignación, y en reprensiones de ira. Yo
Jehová he hablado.
16 Cuando
arroje yo sobre ellos las perniciosas saetas del hambre, que
serán para destrucción, las cuales enviaré para destruiros,
entonces aumentaré el hambre sobre vosotros, y quebrantaré
entre vosotros el sustento del pan.
17 Enviaré,
pues, sobre vosotros hambre, y bestias feroces que te
destruyan; y pestilencia y sangre pasarán por en medio de ti,
y enviaré sobre ti espada. Yo Jehová he hablado.
Capitulo 6
6:1
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2 Hijo
de hombre, pon tu rostro hacia los montes de Israel, y
profetiza contra ellos.
3 Y
dirás: Montes de Israel, oíd palabra de Jehová el Señor: Así
ha dicho Jehová el Señor a los montes y a los collados, a los
arroyos y a los valles: He aquí que yo, yo haré venir sobre
vosotros espada, y destruiré vuestros lugares altos.
4 Vuestros
altares serán asolados, y vuestras imágenes del sol serán
quebradas; y haré que caigan vuestros muertos delante de
vuestros ídolos.
5 Y
pondré los cuerpos muertos de los hijos de Israel delante de
sus ídolos, y vuestros huesos esparciré en derredor de
vuestros altares.
6 Dondequiera
que habitéis, serán desiertas las ciudades, y los lugares
altos serán asolados, para que sean asolados y se hagan
desiertos vuestros altares; y vuestros ídolos serán quebrados
y acabarán, vuestras imágenes del sol serán destruidas, y
vuestras obras serán deshechas.
7 Y
los muertos caerán en medio de vosotros; y sabréis que yo soy
Jehová.
8 Mas
dejaré un resto, de modo que tengáis entre las naciones
algunos que escapen de la espada, cuando seáis esparcidos por
las tierras.
9 Y
los que de vosotros escaparen se acordarán de mí entre las
naciones en las cuales serán cautivos; porque yo me quebranté
a causa de su corazón fornicario que se apartó de mí, y a
causa de sus ojos que fornicaron tras sus ídolos; y se
avergonzarán de sí mismos, a causa de los males que hicieron
en todas sus abominaciones.
10 Y
sabrán que yo soy Jehová; no en vano dije que les había de
hacer este mal.
11 Así
ha dicho Jehová el Señor: Palmotea con tus manos, y golpea con
tu pie, y di: !!Ay, por todas las grandes abominaciones de la
casa de Israel! porque con espada y con hambre y con
pestilencia caerán.
12 El
que esté lejos morirá de pestilencia, el que esté cerca caerá
a espada, y el que quede y sea asediado morirá de hambre; así
cumpliré en ellos mi enojo.
13 Y
sabréis que yo soy Jehová, cuando sus muertos estén en medio
de sus ídolos, en derredor de sus altares, sobre todo collado
alto, en todas las cumbres de los montes, debajo de todo árbol
frondoso y debajo de toda encina espesa, lugares donde
ofrecieron incienso a todos sus ídolos.
14 Y
extenderé mi mano contra ellos, y dondequiera que habiten haré
la tierra más asolada y devastada que el desierto hacia Diblat;
y conocerán que yo soy Jehová.
Capitulo 7
7:1
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2 Tú,
hijo de hombre, así ha dicho Jehová el Señor a la tierra de
Israel: El fin, el fin viene sobre los cuatro extremos de la
tierra.
3 Ahora
será el fin sobre ti, y enviaré sobre ti mi furor, y te
juzgaré según tus caminos; y pondré sobre ti todas tus
abominaciones.
4 Y
mi ojo no te perdonará, ni tendré misericordia; antes pondré
sobre ti tus caminos, y en medio de ti estarán tus
abominaciones; y sabréis que yo soy Jehová.
5 Así
ha dicho Jehová el Señor: Un mal, he aquí que viene un mal.
6 Viene
el fin, el fin viene; se ha despertado contra ti; he aquí que
viene.
7 La
mañana viene para ti, oh morador de la tierra; el tiempo viene,
cercano está el día; día de tumulto, y no de alegría, sobre
los montes.
8 Ahora
pronto derramaré mi ira sobre ti, y cumpliré en ti mi furor, y
te juzgaré según tus caminos; y pondré sobre ti tus
abominaciones.
9 Y
mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia; según tus caminos
pondré sobre ti, y en medio de ti estarán tus abominaciones; y
sabréis que yo Jehová soy el que castiga.
10 He
aquí el día, he aquí que viene; ha salido la mañana; ha
florecido la vara, ha reverdecido la soberbia.
11 La
violencia se ha levantado en vara de maldad; ninguno quedará
de ellos, ni de su multitud, ni uno de los suyos, ni habrá
entre ellos quien se lamente.
12 El
tiempo ha venido, se acercó el día; el que compra, no se
alegre, y el que vende, no llore, porque la ira está sobre
toda la multitud.
13 Porque
el que vende no volverá a lo vendido, aunque queden vivos;
porque la visión sobre toda la multitud no se revocará, y a
causa de su iniquidad ninguno podrá amparar su vida.
14 Tocarán
trompeta, y prepararán todas las cosas, y no habrá quien vaya
a la batalla; porque mi ira está sobre toda la multitud.
15 De
fuera espada, de dentro pestilencia y hambre; el que esté en
el campo morirá a espada, y al que esté en la ciudad lo
consumirá el hambre y la pestilencia.
16 Y
los que escapen de ellos huirán y estarán sobre los montes
como palomas de los valles, gimiendo todos, cada uno por su
iniquidad.
17 Toda
mano se debilitará, y toda rodilla será débil como el agua.
18 Se
ceñirán también de cilicio, y les cubrirá terror; en todo
rostro habrá verg:uenza, y todas sus cabezas estarán rapadas.
19 Arrojarán
su plata en las calles, y su oro será desechado; ni su plata
ni su oro podrá librarlos en el día del furor de Jehová; no
saciarán su alma, ni llenarán sus entrañas, porque ha sido
tropiezo para su maldad.
20 Por
cuanto convirtieron la gloria de su ornamento en soberbia, e
hicieron de ello las imágenes de sus abominables ídolos, por
eso se lo convertí en cosa repugnante.
21 En
mano de extraños la entregué para ser saqueada, y será presa
de los impíos de la tierra, y la profanarán.
22 Y
apartaré de ellos mi rostro, y será violado mi lugar secreto;
pues entrarán en él invasores y lo profanarán.
23 Haz
una cadena, porque la tierra está llena de delitos de sangre,
y la ciudad está llena de violencia.
24 Traeré,
por tanto, los más perversos de las naciones, los cuales
poseerán las casas de ellos; y haré cesar la soberbia de los
poderosos, y sus santuarios serán profanados.
25 Destrucción
viene; y buscarán la paz, y no la habrá.
26 Quebrantamiento
vendrá sobre quebrantamiento, y habrá rumor sobre rumor; y
buscarán respuesta del profeta, mas la ley se alejará del
sacerdote, y de los ancianos el consejo.
27 El
rey se enlutará, y el príncipe se vestirá de tristeza, y las
manos del pueblo de la tierra temblarán; según su camino haré
con ellos, y con los juicios de ellos los juzgaré; y sabrán
que yo soy Jehová.
Capitulo 8
8:1
En el sexto año, en el mes sexto, a los cinco días del mes,
aconteció que estaba yo sentado en mi casa, y los ancianos de
Judá estaban sentados delante de mí, y allí se posó sobre mí
la mano de Jehová el Señor.
2 Y
miré, y he aquí una figura que parecía de hombre; desde sus
lomos para abajo, fuego; y desde sus lomos para arriba parecía
resplandor, el aspecto de bronce refulgente.
3 Y
aquella figura extendió la mano, y me tomó por las guedejas de
mi cabeza; y el Espíritu me alzó entre el cielo y la tierra, y
me llevó en visiones de Dios a Jerusalén, a la entrada de la
puerta de adentro que mira hacia el norte, donde estaba la
habitación de la imagen del celo, la que provoca a celos.
4 Y
he aquí, allí estaba la gloria del Dios de Israel, como la
visión que yo había visto en el campo.
5 Y
me dijo: Hijo de hombre, alza ahora tus ojos hacia el lado del
norte. Y alcé mis ojos hacia el norte, y he aquí al norte,
junto a la puerta del altar, aquella imagen del celo en la
entrada.
6 Me
dijo entonces: Hijo de hombre, ¿no ves lo que éstos hacen, las
grandes abominaciones que la casa de Israel hace aquí para
alejarme de mi santuario? Pero vuélvete aún, y verás
abominaciones mayores.
7 Y
me llevó a la entrada del atrio, y miré, y he aquí en la pared
un agujero.
8 Y
me dijo: Hijo de hombre, cava ahora en la pared. Y cavé en la
pared, y he aquí una puerta.
9 Me
dijo luego: Entra, y ve las malvadas abominaciones que éstos
hacen allí.
10 Entré,
pues, y miré; y he aquí toda forma de reptiles y bestias
abominables, y todos los ídolos de la casa de Israel, que
estaban pintados en la pared por todo alrededor.
11 Y
delante de ellos estaban setenta varones de los ancianos de la
casa de Israel, y Jaazanías hijo de Safán en medio de ellos,
cada uno con su incensario en su mano; y subía una nube espesa
de incienso.
12 Y
me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos
de la casa de Israel hacen en tinieblas, cada uno en sus
cámaras pintadas de imágenes? Porque dicen ellos: No nos ve
Jehová; Jehová ha abandonado la tierra.
13 Me
dijo después: Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que
hacen éstos.
14 Y
me llevó a la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que
está al norte; y he aquí mujeres que estaban allí sentadas
endechando a Tamuz.
15 Luego
me dijo: ¿No ves, hijo de hombre? Vuélvete aún, verás
abominaciones mayores que estas.
16 Y
me llevó al atrio de adentro de la casa de Jehová; y he aquí
junto a la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el
altar, como veinticinco varones, sus espaldas vueltas al
templo de Jehová y sus rostros hacia el oriente, y adoraban al
sol, postrándose hacia el oriente.
17 Y
me dijo: ¿No has visto, hijo de hombre? ¿Es cosa liviana para
la casa de Judá hacer las abominaciones que hacen aquí?
Después que han llenado de maldad la tierra, se volvieron a mí
para irritarme; he aquí que aplican el ramo a sus narices.
18 Pues
también yo procederé con furor; no perdonará mi ojo, ni tendré
misericordia; y gritarán a mis oídos con gran voz, y no los
oiré.
Capitulo 9
9:1
Clamó en mis oídos con gran voz, diciendo: Los verdugos de la
ciudad han llegado, y cada uno trae en su mano su instrumento
para destruir.
2 Y
he aquí que seis varones venían del camino de la puerta de
arriba que mira hacia el norte, y cada uno traía en su mano su
instrumento para destruir. Y entre ellos había un varón
vestido de lino, el cual traía a su cintura un tintero de
escribano; y entrados, se pararon junto al altar de bronce.
3 Y
la gloria del Dios de Israel se elevó de encima del querubín,
sobre el cual había estado, al umbral de la casa; y llamó
Jehová al varón vestido de lino, que tenía a su cintura el
tintero de escribano,
4 y
le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio
de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres
que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que
se hacen en medio de ella.
5 Y
a los otros dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad en pos de
él, y matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia.
6 Matad
a viejos, jóvenes y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no
quede ninguno; pero a todo aquel sobre el cual hubiere señal,
no os acercaréis; y comenzaréis por mi santuario. Comenzaron,
pues, desde los varones ancianos que estaban delante del
templo.
7 Y
les dijo: Contaminad la casa, y llenad los atrios de muertos;
salid. Y salieron, y mataron en la ciudad.
8 Aconteció
que cuando ellos iban matando y quedé yo solo, me postré sobre
mi rostro, y clamé y dije: !!Ah, Señor Jehová! ¿destruirás a
todo el remanente de Israel derramando tu furor sobre
Jerusalén?
9 Y
me dijo: La maldad de la casa de Israel y de Judá es grande
sobremanera, pues la tierra está llena de sangre, y la ciudad
está llena de perversidad; porque han dicho: Ha abandonado
Jehová la tierra, y Jehová no ve.
10 Así,
pues, haré yo; mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia;
haré recaer el camino de ellos sobre sus propias cabezas.
11 Y
he aquí que el varón vestido de lino, que tenía el tintero a
su cintura, respondió una palabra, diciendo: He hecho conforme
a todo lo que me mandaste.
Capitulo 10
10:1
Miré, y he aquí en la expansión que había sobre la cabeza de
los querubines como una piedra de zafiro, que parecía como
semejanza de un trono que se mostró sobre ellos.
2 Y
habló al varón vestido de lino, y le dijo: Entra en medio de
las ruedas debajo de los querubines, y llena tus manos de
carbones encendidos de entre los querubines, y espárcelos
sobre la ciudad. Y entró a vista mía.
3 Y
los querubines estaban a la mano derecha de la casa cuando
este varón entró; y la nube llenaba el atrio de adentro.
4 Entonces
la gloria de Jehová se elevó de encima del querubín al umbral
de la puerta; y la casa fue llena de la nube, y el atrio se
llenó del resplandor de la gloria de Jehová.
5 Y
el estruendo de las alas de los querubines se oía hasta el
atrio de afuera, como la voz del Dios Omnipotente cuando habla.
6 Aconteció,
pues, que al mandar al varón vestido de lino, diciendo: Toma
fuego de entre las ruedas, de entre los querubines, él entró y
se paró entre las ruedas.
7 Y
un querubín extendió su mano de en medio de los querubines al
fuego que estaba entre ellos, y tomó de él y lo puso en las
manos del que estaba vestido de lino, el cual lo tomó y salió.
8 Y
apareció en los querubines la figura de una mano de hombre
debajo de sus alas.
9 Y
miré, y he aquí cuatro ruedas junto a los querubines, junto a
cada querubín una rueda; y el aspecto de las ruedas era como
de crisólito.
10 En
cuanto a su apariencia, las cuatro eran de una misma forma,
como si estuviera una en medio de otra.
11 Cuando
andaban, hacia los cuatro frentes andaban; no se volvían
cuando andaban, sino que al lugar adonde se volvía la primera,
en pos de ella iban; ni se volvían cuando andaban.
12 Y
todo su cuerpo, sus espaldas, sus manos, sus alas y las ruedas
estaban llenos de ojos alrededor en sus cuatro ruedas.
13 A
las ruedas, oyéndolo yo, se les gritaba: !!Rueda!
14 Y
cada uno tenía cuatro caras. La primera era rostro de querubín;
la segunda, de hombre; la tercera, cara de león; la cuarta,
cara de águila.
15 Y
se levantaron los querubines; este es el ser viviente que vi
en el río Quebar.
16 Y
cuando andaban los querubines, andaban las ruedas junto con
ellos; y cuando los querubines alzaban sus alas para
levantarse de la tierra, las ruedas tampoco se apartaban de
ellos.
17 Cuando
se paraban ellos, se paraban ellas, y cuando ellos se alzaban,
se alzaban con ellos; porque el espíritu de los seres
vivientes estaba en ellas.
18 Entonces
la gloria de Jehová se elevó de encima del umbral de la casa,
y se puso sobre los querubines.
19 Y
alzando los querubines sus alas, se levantaron de la tierra
delante de mis ojos; cuando ellos salieron, también las ruedas
se alzaron al lado de ellos; y se pararon a la entrada de la
puerta oriental de la casa de Jehová, y la gloria del Dios de
Israel estaba por encima sobre ellos.
20 Estos
eran los mismos seres vivientes que vi debajo del Dios de
Israel junto al río Quebar; y conocí que eran querubines.
21 Cada
uno tenía cuatro caras y cada uno cuatro alas, y figuras de
manos de hombre debajo de sus alas.
22 Y
la semejanza de sus rostros era la de los rostros que vi junto
al río Quebar, su misma apariencia y su ser; cada uno caminaba
derecho hacia adelante.
Answers to Ezekiel
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Capitulo 11
11:1
El Espíritu me elevó, y me llevó por la puerta oriental de la
casa de Jehová, la cual mira hacia el oriente; y he aquí a la
entrada de la puerta veinticinco hombres, entre los cuales vi
a Jaazanías hijo de Azur y a Pelatías hijo de Benaía,
principales del pueblo.
2 Y
me dijo: Hijo de hombre, estos son los hombres que maquinan
perversidad, y dan en esta ciudad mal consejo;
3 los
cuales dicen: No será tan pronto; edifiquemos casas; esta será
la olla, y nosotros la carne.
4 Por
tanto profetiza contra ellos; profetiza, hijo de hombre.
5 Y
vino sobre mí el Espíritu de Jehová, y me dijo: Di: Así ha
dicho Jehová: Así habéis hablado, oh casa de Israel, y las
cosas que suben a vuestro espíritu, yo las he entendido.
6 Habéis
multiplicado vuestros muertos en esta ciudad, y habéis llenado
de muertos sus calles.
7 Por
tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Vuestros muertos que
habéis puesto en medio de ella, ellos son la carne, y ella es
la olla; mas yo os sacaré a vosotros de en medio de ella.
8 Espada
habéis temido, y espada traeré sobre vosotros, dice Jehová el
Señor.
9 Y
os sacaré de en medio de ella, y os entregaré en manos de
extraños, y haré juicios entre vosotros.
10 A
espada caeréis; en los límites de Israel os juzgaré, y sabréis
que yo soy Jehová.
11 La
ciudad no os será por olla, ni vosotros seréis en medio de
ella la carne; en los límites de Israel os juzgaré.
12 Y
sabréis que yo soy Jehová; porque no habéis andado en mis
estatutos, ni habéis obedecido mis decretos, sino según las
costumbres de las naciones que os rodean habéis hecho.
13 Y
aconteció que mientras yo profetizaba, aquel Pelatías hijo de
Benaía murió. Entonces me postré rostro a tierra y clamé con
gran voz, y dije: !!Ah, Señor Jehová! ¿Destruirás del todo al
remanente de Israel?
14 Y
vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
15 Hijo
de hombre, tus hermanos, tus hermanos, los hombres de tu
parentesco y toda la casa de Israel, toda ella son aquellos a
quienes dijeron los moradores de Jerusalén: Alejaos de Jehová;
a nosotros es dada la tierra en posesión.
16 Por
tanto, di: Así ha dicho Jehová el Señor: Aunque les he
arrojado lejos entre las naciones, y les he esparcido por las
tierras, con todo eso les seré por un pequeño santuario en las
tierras adonde lleguen.
17 Di,
por tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: Yo os recogeré de los
pueblos, y os congregaré de las tierras en las cuales estáis
esparcidos, y os daré la tierra de Israel.
18 Y
volverán allá, y quitarán de ella todas sus idolatrías y todas
sus abominaciones.
19 Y
les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de
ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne,
y les daré un corazón de carne,
20 para
que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los
cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios.
21 Mas
a aquellos cuyo corazón anda tras el deseo de sus idolatrías y
de sus abominaciones, yo traigo su camino sobre sus propias
cabezas, dice Jehová el Señor.
22 Después
alzaron los querubines sus alas, y las ruedas en pos de ellos;
y la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos.
23 Y
la gloria de Jehová se elevó de en medio de la ciudad, y se
puso sobre el monte que está al oriente de la ciudad.
24 Luego
me levantó el Espíritu y me volvió a llevar en visión del
Espíritu de Dios a la tierra de los caldeos, a los cautivos. Y
se fue de mí la visión que había visto.
25 Y
hablé a los cautivos todas las cosas que Jehová me había
mostrado.
Capitulo 12
12:1
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2 Hijo
de hombre, tú habitas en medio de casa rebelde, los cuales
tienen ojos para ver y no ven, tienen oídos para oír y no oyen,
porque son casa rebelde.
3 Por
tanto tú, hijo de hombre, prepárate enseres de marcha, y parte
de día delante de sus ojos; y te pasarás de tu lugar a otro
lugar a vista de ellos, por si tal vez atienden, porque son
casa rebelde.
4 Y
sacarás tus enseres de día delante de sus ojos, como enseres
de cautiverio; mas tú saldrás por la tarde a vista de ellos,
como quien sale en cautiverio.
5 Delante
de sus ojos te abrirás paso por entre la pared, y saldrás por
ella.
6 Delante
de sus ojos los llevarás sobre tus hombros, de noche los
sacarás; cubrirás tu rostro, y no mirarás la tierra; porque
por señal te he dado a la casa de Israel.
7 Y
yo hice así como me fue mandado; saqué mis enseres de día,
como enseres de cautiverio, y a la tarde me abrí paso por
entre la pared con mi propia mano; salí de noche, y los llevé
sobre los hombros a vista de ellos.
8 Y
vino a mí palabra de Jehová por la mañana, diciendo:
9 Hijo
de hombre, ¿no te ha dicho la casa de Israel, aquella casa
rebelde: ¿Qué haces?
10 Diles:
Así ha dicho Jehová el Señor: Esta profecía se refiere al
príncipe en Jerusalén, y a toda la casa de Israel que está en
medio de ella.
11 Diles:
Yo soy vuestra señal; como yo hice, así se hará con vosotros;
partiréis al destierro, en cautividad.
12 Y
al príncipe que está en medio de ellos llevarán a cuestas de
noche, y saldrán; por la pared abrirán paso para sacarlo por
ella; cubrirá su rostro para no ver con sus ojos la tierra.
13 Mas
yo extenderé mi red sobre él, y caerá preso en mi trampa, y
haré llevarlo a Babilonia, a tierra de caldeos, pero no la
verá, y allá morirá.
14 Y
a todos los que estuvieren alrededor de él para ayudarle, y a
todas sus tropas, esparciré a todos los vientos, y
desenvainaré espada en pos de ellos.
15 Y
sabrán que yo soy Jehová, cuando los esparciere entre las
naciones, y los dispersare por la tierra.
16 Y
haré que unos pocos de ellos escapen de la espada, del hambre
y de la peste, para que cuenten todas sus abominaciones entre
las naciones adonde llegaren; y sabrán que yo soy Jehová.
17 Vino
a mí palabra de Jehová, diciendo:
18 Hijo
de hombre, come tu pan con temblor, y bebe tu agua con
estremecimiento y con ansiedad.
19 Y
di al pueblo de la tierra: Así ha dicho Jehová el Señor sobre
los moradores de Jerusalén y sobre la tierra de Israel: Su pan
comerán con temor, y con espanto beberán su agua; porque su
tierra será despojada de su plenitud, por la maldad de todos
los que en ella moran.
20 Y
las ciudades habitadas quedarán desiertas, y la tierra será
asolada; y sabréis que yo soy Jehová.
21 Vino
a mí palabra de Jehová, diciendo:
22 Hijo
de hombre, ¿qué refrán es este que tenéis vosotros en la
tierra de Israel, que dice: Se van prolongando los días, y
desaparecerá toda visión?
23 Diles,
por tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: Haré cesar este
refrán, y no repetirán más este refrán en Israel. Diles, pues:
Se han acercado aquellos días, y el cumplimiento de toda
visión.
24 Porque
no habrá más visión vana, ni habrá adivinación de lisonjeros
en medio de la casa de Israel.
25 Porque
yo Jehová hablaré, y se cumplirá la palabra que yo hable; no
se tardará más, sino que en vuestros días, oh casa rebelde,
hablaré palabra y la cumpliré, dice Jehová el Señor.
26 Y
vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
27 Hijo
de hombre, he aquí que los de la casa de Israel dicen: La
visión que éste ve es para de aquí a muchos días, para lejanos
tiempos profetiza éste.
28 Diles,
por tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: No se tardará más
ninguna de mis palabras, sino que la palabra que yo hable se
cumplirá, dice Jehová el Señor.
Capitulo 13
13:1
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2 Hijo
de hombre, profetiza contra los profetas de Israel que
profetizan, y di a los que profetizan de su propio corazón:
Oíd palabra de Jehová.
3 Así
ha dicho Jehová el Señor: !!Ay de los profetas insensatos, que
andan en pos de su propio espíritu, y nada han visto!
4 Como
zorras en los desiertos fueron tus profetas, oh Israel.
5 No
habéis subido a las brechas, ni habéis edificado un muro
alrededor de la casa de Israel, para que resista firme en la
batalla en el día de Jehová.
6 Vieron
vanidad y adivinación mentirosa. Dicen: Ha dicho Jehová, y
Jehová no los envió; con todo, esperan que él confirme la
palabra de ellos.
7 ¿No
habéis visto visión vana, y no habéis dicho adivinación
mentirosa, pues que decís: Dijo Jehová, no habiendo yo hablado?
8 Por
tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto vosotros
habéis hablado vanidad, y habéis visto mentira, por tanto, he
aquí yo estoy contra vosotros, dice Jehová el Señor.
9 Estará
mi mano contra los profetas que ven vanidad y adivinan mentira;
no estarán en la congregación de mi pueblo, ni serán inscritos
en el libro de la casa de Israel, ni a la tierra de Israel
volverán; y sabréis que yo soy Jehová el Señor.
10 Sí,
por cuanto engañaron a mi pueblo, diciendo: Paz, no habiendo
paz; y uno edificaba la pared, y he aquí que los otros la
recubrían con lodo suelto,
11 di
a los recubridores con lodo suelto, que caerá; vendrá lluvia
torrencial, y enviaré piedras de granizo que la hagan caer, y
viento tempestuoso la romperá.
12 Y
he aquí cuando la pared haya caído, ¿no os dirán: ¿Dónde está
la embarradura con que la recubristeis?
13 Por
tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Haré que la rompa viento
tempestuoso con mi ira, y lluvia torrencial vendrá con mi
furor, y piedras de granizo con enojo para consumir.
14 Así
desbarataré la pared que vosotros recubristeis con lodo suelto,
y la echaré a tierra, y será descubierto su cimiento, y caerá,
y seréis consumidos en medio de ella; y sabréis que yo soy
Jehová.
15 Cumpliré
así mi furor en la pared y en los que la recubrieron con lodo
suelto; y os diré: No existe la pared, ni los que la
recubrieron,
16 los
profetas de Israel que profetizan acerca de Jerusalén, y ven
para ella visión de paz, no habiendo paz, dice Jehová el Señor.
17 Y
tú, hijo de hombre, pon tu rostro contra las hijas de tu
pueblo que profetizan de su propio corazón, y profetiza contra
ellas,
18 y
di: Así ha dicho Jehová el Señor: !!Ay de aquellas que cosen
vendas mágicas para todas las manos, y hacen velos mágicos
para la cabeza de toda edad, para cazar las almas! ¿Habéis de
cazar las almas de mi pueblo, para mantener así vuestra propia
vida?
19 ¿Y
habéis de profanarme entre mi pueblo por puñados de cebada y
por pedazos de pan, matando a las personas que no deben morir,
y dando vida a las personas que no deben vivir, mintiendo a mi
pueblo que escucha la mentira?
20 Por
tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra
vuestras vendas mágicas, con que cazáis las almas al vuelo; yo
las libraré de vuestras manos, y soltaré para que vuelen como
aves las almas que vosotras cazáis volando.
21 Romperé
asimismo vuestros velos mágicos, y libraré a mi pueblo de
vuestra mano, y no estarán más como presa en vuestra mano; y
sabréis que yo soy Jehová.
22 Por
cuanto entristecisteis con mentiras el corazón del justo, al
cual yo no entristecí, y fortalecisteis las manos del impío,
para que no se apartase de su mal camino, infundiéndole ánimo,
23 por
tanto, no veréis más visión vana, ni practicaréis más
adivinación; y libraré mi pueblo de vuestra mano, y sabréis
que yo soy Jehová.
Capitulo 14
14:1
Vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel, y se sentaron
delante de mí.
2 Y
vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
3 Hijo
de hombre, estos hombres han puesto sus ídolos en su corazón,
y han establecido el tropiezo de su maldad delante de su
rostro. ¿Acaso he de ser yo en modo alguno consultado por
ellos?
4 Háblales,
por tanto, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Cualquier
hombre de la casa de Israel que hubiere puesto sus ídolos en
su corazón, y establecido el tropiezo de su maldad delante de
su rostro, y viniere al profeta, yo Jehová responderé al que
viniere conforme a la multitud de sus ídolos,
5 para
tomar a la casa de Israel por el corazón, ya que se han
apartado de mí todos ellos por sus ídolos.
6 Por
tanto, di a la casa de Israel: Así dice Jehová el Señor:
Convertíos, y volveos de vuestros ídolos, y apartad vuestro
rostro de todas vuestras abominaciones.
7 Porque
cualquier hombre de la casa de Israel, y de los extranjeros
que moran en Israel, que se hubiere apartado de andar en pos
de mí, y hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y
establecido delante de su rostro el tropiezo de su maldad, y
viniere al profeta para preguntarle por mí, yo Jehová le
responderé por mí mismo;
8 y
pondré mi rostro contra aquel hombre, y le pondré por señal y
por escarmiento, y lo cortaré de en medio de mi pueblo; y
sabréis que yo soy Jehová.
9 Y
cuando el profeta fuere engañado y hablare palabra, yo Jehová
engañé al tal profeta; y extenderé mi mano contra él, y lo
destruiré de en medio de mi pueblo Israel.
10 Y
llevarán ambos el castigo de su maldad; como la maldad del que
consultare, así será la maldad del profeta,
11 para
que la casa de Israel no se desvíe más de en pos de mí, ni se
contamine más en todas sus rebeliones; y me sean por pueblo, y
yo les sea por Dios, dice Jehová el Señor.
12 Vino
a mí palabra de Jehová, diciendo:
13 Hijo
de hombre, cuando la tierra pecare contra mí rebelándose
pérfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella, y le
quebrantare el sustento del pan, y enviare en ella hambre, y
cortare de ella hombres y bestias,
14 si
estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y
Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias
vidas, dice Jehová el Señor.
15 Y
si hiciere pasar bestias feroces por la tierra y la asolaren,
y quedare desolada de modo que no haya quien pase a causa de
las fieras,
16 y
estos tres varones estuviesen en medio de ella, vivo yo, dice
Jehová el Señor, ni a sus hijos ni a sus hijas librarían;
ellos solos serían librados, y la tierra quedaría desolada.
17 O
si yo trajere espada sobre la tierra, y dijere: Espada, pasa
por la tierra; e hiciere cortar de ella hombres y bestias,
18 y
estos tres varones estuviesen en medio de ella, vivo yo, dice
Jehová el Señor, no librarían a sus hijos ni a sus hijas;
ellos solos serían librados.
19 O
si enviare pestilencia sobre esa tierra y derramare mi ira
sobre ella en sangre, para cortar de ella hombres y bestias,
20 y
estuviesen en medio de ella Noé, Daniel y Job, vivo yo, dice
Jehová el Señor, no librarían a hijo ni a hija; ellos por su
justicia librarían solamente sus propias vidas.
21 Por
lo cual así ha dicho Jehová el Señor: ¿Cuánto más cuando yo
enviare contra Jerusalén mis cuatro juicios terribles, espada,
hambre, fieras y pestilencia, para cortar de ella hombres y
bestias?
22 Sin
embargo, he aquí quedará en ella un remanente, hijos e hijas,
que serán llevados fuera; he aquí que ellos vendrán a vosotros,
y veréis su camino y sus hechos, y seréis consolados del mal
que hice venir sobre Jerusalén, de todas las cosas que traje
sobre ella.
23 Y
os consolarán cuando viereis su camino y sus hechos, y
conoceréis que no sin causa hice todo lo que he hecho en ella,
dice Jehová el Señor.
Capitulo 15
15:1
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2 Hijo
de hombre, ¿qué es la madera de la vid más que cualquier otra
madera? ¿Qué es el sarmiento entre los árboles del bosque?
3 ¿Tomarán
de ella madera para hacer alguna obra? ¿Tomarán de ella una
estaca para colgar en ella alguna cosa?
4 He
aquí, es puesta en el fuego para ser consumida; sus dos
extremos consumió el fuego, y la parte de en medio se quemó; ¿servirá
para obra alguna?
5 He
aquí que cuando estaba entera no servía para obra alguna; ¿cuánto
menos después que el fuego la hubiere consumido, y fuere
quemada? ¿Servirá más para obra alguna?
6 Por
tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Como la madera de la vid
entre los árboles del bosque, la cual di al fuego para que la
consumiese, así haré a los moradores de Jerusalén.
7 Y
pondré mi rostro contra ellos; aunque del fuego se escaparon,
fuego los consumirá; y sabréis que yo soy Jehová, cuando
pusiere mi rostro contra ellos.
8 Y
convertiré la tierra en asolamiento, por cuanto cometieron
prevaricación, dice Jehová el Señor.
Capitulo 16
16:1
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2 Hijo
de hombre, notifica a Jerusalén sus abominaciones,
3 y
di: Así ha dicho Jehová el Señor sobre Jerusalén: Tu origen,
tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo,
y tu madre hetea.
4 Y
en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado
tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni
salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas.
5 No
hubo ojo que se compadeciese de ti para hacerte algo de esto,
teniendo de ti misericordia; sino que fuiste arrojada sobre la
faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que
naciste.
6 Y
yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando
estabas en tus sangres te dije: !!Vive! Sí, te dije, cuando
estabas en tus sangres: !!Vive!
7 Te
hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te
hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se
habían formado, y tu pelo había crecido; pero estabas desnuda
y descubierta.
8 Y
pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu
tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y
cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo,
dice Jehová el Señor, y fuiste mía.
9 Te
lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí
con aceite;
10 y
te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te
cubrí de seda.
11 Te
atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a
tu cuello.
12 Puse
joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa
diadema en tu cabeza.
13 Así
fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino
fino, seda y bordado; comiste flor de harina de trigo, miel y
aceite; y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta
llegar a reinar.
14 Y
salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura;
porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre
ti, dice Jehová el Señor.
15 Pero
confiaste en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu
renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron;
suya eras.
16 Y
tomaste de tus vestidos, y te hiciste diversos lugares altos,
y fornicaste sobre ellos; cosa semejante nunca había sucedido,
ni sucederá más.
17 Tomaste
asimismo tus hermosas alhajas de oro y de plata que yo te
había dado, y te hiciste imágenes de hombre y fornicaste con
ellas;
18 y
tomaste tus vestidos de diversos colores y las cubriste; y mi
aceite y mi incienso pusiste delante de ellas.
19 Mi
pan también, que yo te había dado, la flor de la harina, el
aceite y la miel, con que yo te mantuve, pusiste delante de
ellas para olor agradable; y fue así, dice Jehová el Señor.
20 Además
de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que habías dado a luz
para mí, y los sacrificaste a ellas para que fuesen consumidos.
¿Eran poca cosa tus fornicaciones,
21 para
que degollases también a mis hijos y los ofrecieras a aquellas
imágenes como ofrenda que el fuego consumía?
22 Y
con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has
acordado de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y
descubierta, cuando estabas envuelta en tu sangre.
23 Y
sucedió que después de toda tu maldad (!!ay, ay de ti! dice
Jehová el Señor),
24 te
edificaste lugares altos, y te hiciste altar en todas las
plazas.
25 En
toda cabeza de camino edificaste lugar alto, e hiciste
abominable tu hermosura, y te ofreciste a cuantos pasaban, y
multiplicaste tus fornicaciones.
26 Y
fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, gruesos de
carnes; y aumentaste tus fornicaciones para enojarme.
27 Por
tanto, he aquí que yo extendí contra ti mi mano, y disminuí tu
provisión ordinaria, y te entregué a la voluntad de las hijas
de los filisteos, que te aborrecen, las cuales se averg:uenzan
de tu camino deshonesto.
28 Fornicaste
también con los asirios, por no haberte saciado; y fornicaste
con ellos y tampoco te saciaste.
29 Multiplicaste
asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán y de los
caldeos, y tampoco con esto te saciaste.
30 !!Cuán
inconstante es tu corazón, dice Jehová el Señor, habiendo
hecho todas estas cosas, obras de una ramera desvergonzada,
31 edificando
tus lugares altos en toda cabeza de camino, y haciendo tus
altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante a ramera,
en que menospreciaste la paga,
32 sino
como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos.
33 A
todas las rameras les dan dones; mas tú diste tus dones a
todos tus enamorados; y les diste presentes, para que de todas
partes se llegasen a ti en tus fornicaciones.
34 Y
ha sucedido contigo, en tus fornicaciones, lo contrario de las
demás mujeres: porque ninguno te ha solicitado para fornicar,
y tú das la paga, en lugar de recibirla; por esto has sido
diferente.
35 Por
tanto, ramera, oye palabra de Jehová.
36 Así
ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto han sido descubiertas tus
desnudeces en tus fornicaciones, y tu confusión ha sido
manifestada a tus enamorados, y a los ídolos de tus
abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les
diste;
37 por
tanto, he aquí que yo reuniré a todos tus enamorados con los
cuales tomaste placer, y a todos los que amaste, con todos los
que aborreciste; y los reuniré alrededor de ti y les
descubriré tu desnudez, y ellos verán toda tu desnudez.
38 Y
yo te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que
derraman sangre; y traeré sobre ti sangre de ira y de celos.
39 Y
te entregaré en manos de ellos; y destruirán tus lugares
altos, y derribarán tus altares, y te despojarán de tus ropas,
se llevarán tus hermosas alhajas, y te dejarán desnuda y
descubierta.
40 Y
harán subir contra ti muchedumbre de gente, y te apedrearán, y
te atravesarán con sus espadas.
41 Quemarán
tus casas a fuego, y harán en ti juicios en presencia de
muchas mujeres; y así haré que dejes de ser ramera, y que
ceses de prodigar tus dones.
42 Y
saciaré mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y
descansaré y no me enojaré más.
43 Por
cuanto no te acordaste de los días de tu juventud, y me
provocaste a ira en todo esto, por eso, he aquí yo también
traeré tu camino sobre tu cabeza, dice Jehová el Señor; pues
ni aun has pensado sobre toda tu lujuria.
44 He
aquí, todo el que usa de refranes te aplicará a ti el refrán
que dice: Cual la madre, tal la hija.
45 Hija
eres tú de tu madre, que desechó a su marido y a sus hijos; y
hermana eres tú de tus hermanas, que desecharon a sus maridos
y a sus hijos; vuestra madre fue hetea, y vuestro padre
amorreo.
46 Y
tu hermana mayor es Samaria, ella y sus hijas, que habitan al
norte de ti; y tu hermana menor es Sodoma con sus hijas, la
cual habita al sur de ti.
47 Ni
aun anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus
abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco, te
corrompiste más que ellas en todos tus caminos.
48 Vivo
yo, dice Jehová el Señor, que Sodoma tu hermana y sus hijas no
han hecho como hiciste tú y tus hijas.
49 He
aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia,
saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus
hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso.
50 Y
se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí,
y cuando lo vi las quité.
51 Y
Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú
multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has
justificado a tus hermanas con todas las abominaciones que tú
hiciste.
52 Tú
también, que juzgaste a tus hermanas, lleva tu verg:uenza en
los pecados que tú hiciste, más abominables que los de ellas;
más justas son que tú; averg:uénzate, pues, tú también, y
lleva tu confusión, por cuanto has justificado a tus hermanas.
53 Yo,
pues, haré volver a sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de
sus hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y haré
volver los cautivos de tus cautiverios entre ellas,
54 para
que lleves tu confusión, y te averg:uences de todo lo que has
hecho, siendo tú motivo de consuelo para ellas.
55 Y
tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas,
volverán a su primer estado; tú también y tus hijas volveréis
a vuestro primer estado.
56 No
era tu hermana Sodoma digna de mención en tu boca en el tiempo
de tus soberbias,
57 antes
que tu maldad fuese descubierta. Así también ahora llevas tú
la afrenta de las hijas de Siria y de todas las hijas de los
filisteos, las cuales por todos lados te desprecian.
58 Sufre
tú el castigo de tu lujuria y de tus abominaciones, dice
Jehová.
59 Pero
más ha dicho Jehová el Señor: ¿Haré yo contigo como tú hiciste,
que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto?
60 Antes
yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días
de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno.
61 Y
te acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibas
a tus hermanas, las mayores que tú y las menores que tú, las
cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto,
62 sino
por mi pacto que yo confirmaré contigo; y sabrás que yo soy
Jehová;
63 para
que te acuerdes y te averg:uences, y nunca más abras la boca,
a causa de tu verg:uenza, cuando yo perdone todo lo que
hiciste, dice Jehová el Señor.
17:1
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2 Hijo
de hombre, propón una figura, y compón una parábola a la casa
de Israel.
3 Y
dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: Una gran águila, de
grandes alas y de largos miembros, llena de plumas de diversos
colores, vino al Líbano, y tomó el cogollo del cedro.
4 Arrancó
el principal de sus renuevos y lo llevó a tierra de mercaderes,
y lo puso en una ciudad de comerciantes.
5 Tomó
también de la simiente de la tierra, y la puso en un campo
bueno para sembrar, la plantó junto a aguas abundantes, la
puso como un sauce.
6 Y
brotó, y se hizo una vid de mucho ramaje, de poca altura, y
sus ramas miraban al águila, y sus raíces estaban debajo de
ella; así que se hizo una vid, y arrojó sarmientos y echó
mugrones.
7 Había
también otra gran águila, de grandes alas y de muchas plumas;
y he aquí que esta vid juntó cerca de ella sus raíces, y
extendió hacia ella sus ramas, para ser regada por ella por
los surcos de su plantío.
8 En
un buen campo, junto a muchas aguas, fue plantada, para que
hiciese ramas y diese fruto, y para que fuese vid robusta.
9 Diles:
Así ha dicho Jehová el Señor: ¿Será prosperada? ¿No arrancará
sus raíces, y destruirá su fruto, y se secará? Todas sus hojas
lozanas se secarán; y eso sin gran poder ni mucha gente para
arrancarla de sus raíces.
10 Y
he aquí está plantada; ¿será prosperada? ¿No se secará del
todo cuando el viento solano la toque? En los surcos de su
verdor se secará.
11 Y
vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
12 Di
ahora a la casa rebelde: ¿No habéis entendido qué significan
estas cosas? Diles: He aquí que el rey de Babilonia vino a
Jerusalén, y tomó a tu rey y a sus príncipes, y los llevó
consigo a Babilonia.
13 Tomó
también a uno de la descendencia real e hizo pacto con él, y
le hizo prestar juramento; y se llevó consigo a los poderosos
de la tierra,
14 para
que el reino fuese abatido y no se levantase, a fin de que
guardando el pacto, permaneciese en pie.
15 Pero
se rebeló contra él, enviando embajadores a Egipto para que le
diese caballos y mucha gente. ¿Será prosperado, escapará el
que estas cosas hizo? El que rompió el pacto, ¿podrá escapar?
16 Vivo
yo, dice Jehová el Señor, que morirá en medio de Babilonia, en
el lugar donde habita el rey que le hizo reinar, cuyo
juramento menospreció, y cuyo pacto hecho con él rompió.
17 Y
ni con gran ejército ni con mucha compañía hará Faraón nada
por él en la batalla, cuando se levanten vallados y se
edifiquen torres para cortar muchas vidas.
18 Por
cuanto menospreció el juramento y quebrantó el pacto, cuando
he aquí que había dado su mano, y ha hecho todas estas cosas,
no escapará.
19 Por
tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Vivo yo, que el juramento
mío que menospreció, y mi pacto que ha quebrantado, lo traeré
sobre su misma cabeza.
20 Extenderé
sobre él mi red, y será preso en mi lazo, y lo haré venir a
Babilonia, y allí entraré en juicio con él por su
prevaricación con que contra mí se ha rebelado.
21 Y
todos sus fugitivos, con todas sus tropas, caerán a espada, y
los que queden serán esparcidos a todos los vientos; y sabréis
que yo Jehová he hablado.
22 Así
ha dicho Jehová el Señor: Tomaré yo del cogollo de aquel alto
cedro, y lo plantaré; del principal de sus renuevos cortaré un
tallo, y lo plantaré sobre el monte alto y sublime.
23 En
el monte alto de Israel lo plantaré, y alzará ramas, y dará
fruto, y se hará magnífico cedro; y habitarán debajo de él
todas las aves de toda especie; a la sombra de sus ramas
habitarán.
24 Y
sabrán todos los árboles del campo que yo Jehová abatí el
árbol sublime, levanté el árbol bajo, hice secar el árbol
verde, e hice reverdecer el árbol seco. Yo Jehová lo he dicho,
y lo haré.
Capitulo 18
18:1
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2 ¿Qué
pensáis vosotros, los que usáis este refrán sobre la tierra de
Israel, que dice: Los padres comieron las uvas agrias, y los
dientes de los hijos tienen la dentera?
3 Vivo
yo, dice Jehová el Señor, que nunca más tendréis por qué usar
este refrán en Israel.
4 He
aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así
el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.
5 Y
el hombre que fuere justo, e hiciere según el derecho y la
justicia;
6 que
no comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos a los ídolos
de la casa de Israel, ni violare la mujer de su prójimo, ni se
llegare a la mujer menstruosa,
7 ni
oprimiere a ninguno; que al deudor devolviere su prenda, que
no cometiere robo, y que diere de su pan al hambriento y
cubriere al desnudo con vestido,
8 que
no prestare a interés ni tomare usura; que de la maldad
retrajere su mano, e hiciere juicio verdadero entre hombre y
hombre,
9 en
mis ordenanzas caminare, y guardare mis decretos para hacer
rectamente, éste es justo; éste vivirá, dice Jehová el Señor.
10 Mas
si engendrare hijo ladrón, derramador de sangre, o que haga
alguna cosa de estas,
11 y
que no haga las otras, sino que comiere sobre los montes, o
violare la mujer de su prójimo,
12 al
pobre y menesteroso oprimiere, cometiere robos, no devolviere
la prenda, o alzare sus ojos a los ídolos e hiciere
abominación,
13 prestare
a interés y tomare usura; ¿vivirá éste? No vivirá. Todas estas
abominaciones hizo; de cierto morirá, su sangre será sobre él.
14 Pero
si éste engendrare hijo, el cual viere todos los pecados que
su padre hizo, y viéndolos no hiciere según ellos;
15 no
comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos a los ídolos de
la casa de Israel; la mujer de su prójimo no violare,
16 ni
oprimiere a nadie, la prenda no retuviere, ni cometiere robos;
al hambriento diere de su pan, y cubriere con vestido al
desnudo;
17 apartare
su mano del pobre, interés y usura no recibiere; guardare mis
decretos y anduviere en mis ordenanzas; éste no morirá por la
maldad de su padre; de cierto vivirá.
18 Su
padre, por cuanto hizo agravio, despojó violentamente al
hermano, e hizo en medio de su pueblo lo que no es bueno, he
aquí que él morirá por su maldad.
19 Y
si dijereis: ¿Por qué el hijo no llevará el pecado de su
padre? Porque el hijo hizo según el derecho y la justicia,
guardó todos mis estatutos y los cumplió, de cierto vivirá.
20 El
alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del
padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del
justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él.
21 Mas
el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y
guardare todos mis estatutos e hiciere según el derecho y la
justicia, de cierto vivirá; no morirá.
22 Todas
las transgresiones que cometió, no le serán recordadas; en su
justicia que hizo vivirá.
23 ¿Quiero
yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si
se apartare de sus caminos?
24 Mas
si el justo se apartare de su justicia y cometiere maldad, e
hiciere conforme a todas las abominaciones que el impío hizo,
¿vivirá él? Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas
en cuenta; por su rebelión con que prevaricó, y por el pecado
que cometió, por ello morirá.
25 Y
si dijereis: No es recto el camino del Señor; oíd ahora, casa
de Israel: ¿No es recto mi camino? ¿no son vuestros caminos
torcidos?
26 Apartándose
el justo de su justicia, y haciendo iniquidad, él morirá por
ello; por la iniquidad que hizo, morirá.
27 Y
apartándose el impío de su impiedad que hizo, y haciendo según
el derecho y la justicia, hará vivir su alma.
28 Porque
miró y se apartó de todas sus transgresiones que había
cometido, de cierto vivirá; no morirá.
29 Si
aún dijere la casa de Israel: No es recto el camino del Señor;
¿no son rectos mis caminos, casa de Israel? Ciertamente,
vuestros caminos no son rectos.
30 Por
tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de
Israel, dice Jehová el Señor. Convertíos, y apartaos de todas
vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de
ruina.
31 Echad
de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis
pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por
qué moriréis, casa de Israel?
32 Porque
no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor;
convertíos, pues, y viviréis.
Capitulo 19
19:1
Y tú, levanta endecha sobre los príncipes de Israel.
2 Dirás:
!!Cómo se echó entre los leones tu madre la leona! Entre los
leoncillos crió sus cachorros,
3 e
hizo subir uno de sus cachorros; vino a ser leoncillo, y
aprendió a arrebatar la presa, y a devorar hombres.
4 Y
las naciones oyeron de él; fue tomado en la trampa de ellas, y
lo llevaron con grillos a la tierra de Egipto.
5 Viendo
ella que había esperado mucho tiempo, y que se perdía su
esperanza, tomó otro de sus cachorros, y lo puso por leoncillo.
6 Y
él andaba entre los leones; se hizo leoncillo, aprendió a
arrebatar la presa, devoró hombres.
7 Saqueó
fortalezas, y asoló ciudades; y la tierra fue desolada, y
cuanto había en ella, al estruendo de sus rugidos.
8 Arremetieron
contra él las gentes de las provincias de alrededor, y
extendieron sobre él su red, y en el foso fue apresado.
9 Y
lo pusieron en una jaula y lo llevaron con cadenas, y lo
llevaron al rey de Babilonia; lo pusieron en las fortalezas,
para que su voz no se oyese más sobre los montes de Israel.
10 Tu
madre fue como una vid en medio de la viña, plantada junto a
las aguas, dando fruto y echando vástagos a causa de las
muchas aguas.
11 Y
ella tuvo varas fuertes para cetros de reyes; y se elevó su
estatura por encima entre las ramas, y fue vista por causa de
su altura y la multitud de sus sarmientos.
12 Pero
fue arrancada con ira, derribada en tierra, y el viento solano
secó su fruto; sus ramas fuertes fueron quebradas y se secaron;
las consumió el fuego.
13 Y
ahora está plantada en el desierto, en tierra de sequedad y de
aridez.
14 Y
ha salido fuego de la vara de sus ramas, que ha consumido su
fruto, y no ha quedado en ella vara fuerte para cetro de rey.
Endecha es
esta, y de endecha servirá.
Capitulo 20
20:1
Aconteció en el año séptimo, en el mes quinto, a los diez días
del mes, que vinieron algunos de los ancianos de Israel a
consultar a Jehová, y se sentaron delante de mí.
2 Y
vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
3 Hijo
de hombre, habla a los ancianos de Israel, y diles: Así ha
dicho Jehová el Señor: ¿A consultarme venís vosotros? Vivo yo,
que no os responderé, dice Jehová el Señor.
4 ¿Quieres
tú juzgarlos? ¿Los quieres juzgar tú, hijo de hombre? Hazles
conocer las abominaciones de sus padres,
5 y
diles: Así ha dicho Jehová el Señor: El día que escogí a
Israel, y que alcé mi mano para jurar a la descendencia de la
casa de Jacob, cuando me di a conocer a ellos en la tierra de
Egipto, cuando alcé mi mano y les juré diciendo: Yo soy Jehová
vuestro Dios;
6 aquel
día que les alcé mi mano, jurando así que los sacaría de la
tierra de Egipto a la tierra que les había provisto, que fluye
leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las tierras;
7 entonces
les dije: Cada uno eche de sí las abominaciones de delante de
sus ojos, y no os contaminéis con los ídolos de Egipto. Yo soy
Jehová vuestro Dios.
8 Mas
ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron obedecerme; no
echó de sí cada uno las abominaciones de delante de sus ojos,
ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi ira
sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en medio de la
tierra de Egipto.
9 Con
todo, a causa de mi nombre, para que no se infamase ante los
ojos de las naciones en medio de las cuales estaban, en cuyos
ojos fui conocido, actué para sacarlos de la tierra de Egipto.
10 Los
saqué de la tierra de Egipto, y los traje al desierto,
11 y
les di mis estatutos, y les hice conocer mis decretos, por los
cuales el hombre que los cumpliere vivirá.
12 Y
les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal
entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los
santifico.
13 Mas
se rebeló contra mí la casa de Israel en el desierto; no
anduvieron en mis estatutos, y desecharon mis decretos, por
los cuales el hombre que los cumpliere, vivirá; y mis días de
reposo profanaron en gran manera; dije, por tanto, que
derramaría sobre ellos mi ira en el desierto para
exterminarlos.
14 Pero
actué a causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista
de las naciones ante cuyos ojos los había sacado.
15 También
yo les alcé mi mano en el desierto, jurando que no los traería
a la tierra que les había dado, que fluye leche y miel, la
cual es la más hermosa de todas las tierras;
16 porque
desecharon mis decretos, y no anduvieron en mis estatutos, y
mis días de reposo profanaron, porque tras sus ídolos iba su
corazón.
17 Con
todo, los perdonó mi ojo, pues no los maté, ni los exterminé
en el desierto;
18 antes
dije en el desierto a sus hijos: No andéis en los estatutos de
vuestros padres, ni guardéis sus leyes, ni os contaminéis con
sus ídolos.
19 Yo
soy Jehová vuestro Dios; andad en mis estatutos, y guardad mis
preceptos, y ponedlos por obra;
20 y
santificad mis días de reposo, y sean por señal entre mí y
vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios.
21 Mas
los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis
estatutos, ni guardaron mis decretos para ponerlos por obra,
por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá; profanaron
mis días de reposo.
Dije entonces
que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en
ellos en el desierto.
22 Mas
retraje mi mano a causa de mi nombre, para que no se infamase
a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado.
23 También
les alcé yo mi mano en el desierto, jurando que los esparciría
entre las naciones, y que los dispersaría por las tierras,
24 porque
no pusieron por obra mis decretos, sino que desecharon mis
estatutos y profanaron mis días de reposo, y tras los ídolos
de sus padres se les fueron los ojos.
25 Por
eso yo también les di estatutos que no eran buenos, y decretos
por los cuales no podrían vivir.
26 Y
los contaminé en sus ofrendas cuando hacían pasar por el fuego
a todo primogénito, para desolarlos y hacerles saber que yo
soy Jehová.
27 Por
tanto, hijo de hombre, habla a la casa de Israel, y diles: Así
ha dicho Jehová el Señor: Aun en esto me afrentaron vuestros
padres cuando cometieron rebelión contra mí.
28 Porque
yo los traje a la tierra sobre la cual había alzado mi mano
jurando que había de dársela, y miraron a todo collado alto y
a todo árbol frondoso, y allí sacrificaron sus víctimas, y
allí presentaron ofrendas que me irritan, allí pusieron
también su incienso agradable, y allí derramaron sus
libaciones.
29 Y
yo les dije: ¿Qué es ese lugar alto adonde vosotros vais? Y
fue llamado su nombre Bama hasta el día de hoy.
30 Di,
pues, a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿No
os contamináis vosotros a la manera de vuestros padres, y
fornicáis tras sus abominaciones?
31 Porque
ofreciendo vuestras ofrendas, haciendo pasar vuestros hijos
por el fuego, os habéis contaminado con todos vuestros ídolos
hasta hoy; ¿y he de responderos yo, casa de Israel? Vivo yo,
dice Jehová el Señor, que no os responderé.
32 Y
no ha de ser lo que habéis pensado. Porque vosotros decís:
Seamos como las naciones, como las demás familias de la tierra,
que sirven al palo y a la piedra.
33 Vivo
yo, dice Jehová el Señor, que con mano fuerte y brazo
extendido, y enojo derramado, he de reinar sobre vosotros;
34 y
os sacaré de entre los pueblos, y os reuniré de las tierras en
que estáis esparcidos, con mano fuerte y brazo extendido, y
enojo derramado;
35 y
os traeré al desierto de los pueblos, y allí litigaré con
vosotros cara a cara.
36 Como
litigué con vuestros padres en el desierto de la tierra de
Egipto, así litigaré con vosotros, dice Jehová el Señor.
37 Os
haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en los vínculos del
pacto;
38 y
apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se
rebelaron contra mí; de la tierra de sus peregrinaciones los
sacaré, mas a la tierra de Israel no entrarán; y sabréis que
yo soy Jehová.
39 Y
a vosotros, oh casa de Israel, así ha dicho Jehová el Señor:
Andad cada uno tras sus ídolos, y servidles, si es que a mí no
me obedecéis; pero no profanéis más mi santo nombre con
vuestras ofrendas y con vuestros ídolos.
40 Pero
en mi santo monte, en el alto monte de Israel, dice Jehová el
Señor, allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella en la
tierra; allí los aceptaré, y allí demandaré vuestras ofrendas,
y las primicias de vuestros dones, con todas vuestras cosas
consagradas.
41 Como
incienso agradable os aceptaré, cuando os haya sacado de entre
los pueblos, y os haya congregado de entre las tierras en que
estáis esparcidos; y seré santificado en vosotros a los ojos
de las naciones.
42 Y
sabréis que yo soy Jehová, cuando os haya traído a la tierra
de Israel, la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la
daría a vuestros padres.
43 Y
allí os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros
hechos en que os contaminasteis; y os aborreceréis a vosotros
mismos a causa de todos vuestros pecados que cometisteis.
44 Y
sabréis que yo soy Jehová, cuando haga con vosotros por amor
de mi nombre, no según vuestros caminos malos ni según
vuestras perversas obras, oh casa de Israel, dice Jehová el
Señor.
45 Vino
a mí palabra de Jehová, diciendo:
46 Hijo
de hombre, pon tu rostro hacia el sur, derrama tu palabra
hacia la parte austral, profetiza contra el bosque del Neguev.
47 Y
dirás al bosque del Neguev: Oye la palabra de Jehová: Así ha
dicho Jehová el Señor: He aquí que yo enciendo en ti fuego, el
cual consumirá en ti todo árbol verde y todo árbol seco; no se
apagará la llama del fuego; y serán quemados en ella todos los
rostros, desde el sur hasta el norte.
48 Y
verá toda carne que yo Jehová lo encendí; no se apagará.
49 Y
dije: !!Ah, Señor Jehová! ellos dicen de mí: ¿No profiere éste
parábolas?
Answers to Ezekiel
Study Questions
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Capitulo 21
21:1
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2 Hijo
de hombre, pon tu rostro contra Jerusalén, y derrama palabra
sobre los santuarios, y profetiza contra la tierra de Israel.
3 Dirás
a la tierra de Israel: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo
estoy contra ti, y sacaré mi espada de su vaina, y cortaré de
ti al justo y al impío.
4 Y
por cuanto he de cortar de ti al justo y al impío, por tanto,
mi espada saldrá de su vaina contra toda carne, desde el sur
hasta el norte.
5 Y
sabrá toda carne que yo Jehová saqué mi espada de su vaina; no
la envainaré más.
6 Y
tú, hijo de hombre, gime con quebrantamiento de tus lomos y
con amargura; gime delante de los ojos de ellos.
7 Y
cuando te dijeren: ¿Por qué gimes tú? dirás: Por una noticia
que cuando llegue hará que desfallezca todo corazón, y toda
mano se debilitará, y se angustiará todo espíritu, y toda
rodilla será débil como el agua; he aquí que viene, y se hará,
dice Jehová el Señor.
8 Vino
a mí palabra de Jehová, diciendo:
9 Hijo
de hombre, profetiza, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: Di:
La espada, la espada está afilada, y también pulida.
10 Para
degollar víctimas está afilada, pulida está para que relumbre.
¿Hemos de alegrarnos? Al cetro de mi hijo ha despreciado como
a un palo cualquiera.
11 Y
la dio a pulir para tenerla a mano; la espada está afilada, y
está pulida para entregarla en mano del matador.
12 Clama
y lamenta, oh hijo de hombre; porque ésta será sobre mi
pueblo, será ella sobre todos los príncipes de Israel; caerán
ellos a espada juntamente con mi pueblo; hiere, pues, tu muslo;
13 porque
está probado. ¿Y qué, si la espada desprecia aun al cetro? El
no será más, dice Jehová el Señor.
14 Tú,
pues, hijo de hombre, profetiza, y bate una mano contra otra,
y duplíquese y triplíquese el furor de la espada homicida;
esta es la espada de la gran matanza que los traspasará,
15 para
que el corazón desmaye, y los estragos se multipliquen; en
todas las puertas de ellos he puesto espanto de espada. !!Ah!
dispuesta está para que relumbre, y preparada para degollar.
16 Corta
a la derecha, hiere a la izquierda, adonde quiera que te
vuelvas.
17 Y
yo también batiré mi mano contra mi mano, y haré reposar mi
ira. Yo Jehová he hablado.
18 Vino
a mí palabra de Jehová, diciendo:
19 Tú,
hijo de hombre, traza dos caminos por donde venga la espada
del rey de Babilonia; de una misma tierra salgan ambos; y pon
una señal al comienzo de cada camino, que indique la ciudad
adonde va.
20 El
camino señalarás por donde venga la espada a Rabá de los hijos
de Amón, y a Judá contra Jerusalén, la ciudad fortificada.
21 Porque
el rey de Babilonia se ha detenido en una encrucijada, al
principio de los dos caminos, para usar de adivinación; ha
sacudido las saetas, consultó a sus ídolos, miró el hígado.
22 La
adivinación señaló a su mano derecha, sobre Jerusalén, para
dar la orden de ataque, para dar comienzo a la matanza, para
levantar la voz en grito de guerra, para poner arietes contra
las puertas, para levantar vallados, y edificar torres de
sitio.
23 Mas
para ellos esto será como adivinación mentirosa, ya que les ha
hecho solemnes juramentos; pero él trae a la memoria la maldad
de ellos, para apresarlos.
24 Por
tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto habéis hecho
traer a la memoria vuestras maldades, manifestando vuestras
traiciones, y descubriendo vuestros pecados en todas vuestras
obras; por cuanto habéis venido en memoria, seréis entregados
en su mano.
25 Y
tú, profano e impío príncipe de Israel, cuyo día ha llegado ya,
el tiempo de la consumación de la maldad,
26 así
ha dicho Jehová el Señor: Depón la tiara, quita la corona;
esto no será más así; sea exaltado lo bajo, y humillado lo
alto.
27 A
ruina, a ruina, a ruina lo reduciré, y esto no será más, hasta
que venga aquel cuyo es el derecho, y yo se lo entregaré.
28 Y
tú, hijo de hombre, profetiza, y di: Así ha dicho Jehová el
Señor acerca de los hijos de Amón, y de su oprobio. Dirás,
pues: La espada, la espada está desenvainada para degollar;
para consumir está pulida con resplandor.
29 Te
profetizan vanidad, te adivinan mentira, para que la emplees
sobre los cuellos de los malos sentenciados a muerte, cuyo día
vino en el tiempo de la consumación de la maldad.
30 ¿La
volveré a su vaina? En el lugar donde te criaste, en la tierra
donde has vivido, te juzgaré,
31 y
derramaré sobre ti mi ira; el fuego de mi enojo haré encender
sobre ti, y te entregaré en mano de hombres temerarios,
artífices de destrucción.
32 Serás
pasto del fuego, se empapará la tierra de tu sangre; no habrá
más memoria de ti, porque yo Jehová he hablado.
Gracias a Jennifer Rangel de Morales por
Cuestionario de Ezequiel Capitulos 1-21
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