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Oprima-el numero del Capítulo Que USTED DESEA Estudiar
1
Reyes | 1-11 |
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18 19
20 21
22
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preguntas de estudio relacionadas.
1 Reyes
Capítulo
12
Rebelión de Israel
(2 Cr. 10.1--11.4)
12:1
Roboam fue a Siquem, porque todo Israel había venido a Siquem para
hacerle rey.
2 Y aconteció que cuando lo oyó Jeroboam
hijo de Nabat, que aún estaba en Egipto, adonde había huido de delante
del rey Salomón, y habitaba en Egipto,
3 enviaron a llamarle. Vino, pues,
Jeroboam, y toda la congregación de Israel, y hablaron a Roboam,
diciendo:
4 Tu padre agravó nuestro yugo, mas ahora
disminuye tú algo de la dura servidumbre de tu padre, y del yugo
pesado que puso sobre nosotros, y te serviremos.
5 Y él les dijo: Idos, y de aquí a tres
días volved a mí. Y el pueblo se fue.
6 Entonces el rey Roboam pidió consejo de
los ancianos que habían estado delante de Salomón su padre cuando
vivía, y dijo: ¿Cómo aconsejáis vosotros que responda a este pueblo?
7 Y ellos le hablaron diciendo: Si tú
fueres hoy siervo de este pueblo y lo sirvieres, y respondiéndoles
buenas palabras les hablares, ellos te servirán para siempre.
8 Pero él dejó el consejo que los ancianos
le habían dado, y pidió consejo de los jóvenes que se habían criado
con él, y estaban delante de él.
9 Y les dijo: ¿Cómo aconsejáis vosotros
que respondamos a este pueblo, que me ha hablado diciendo: Disminuye
algo del yugo que tu padre puso sobre nosotros?
10 Entonces los jóvenes que se habían
criado con él le respondieron diciendo: Así hablarás a este pueblo que
te ha dicho estas palabras: Tu padre agravó nuestro yugo, mas tú
disminúyenos algo; así les hablarás: El menor dedo de los míos es más
grueso que los lomos de mi padre.
11 Ahora, pues, mi padre os cargó de
pesado yugo, mas yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con
azotes, mas yo os castigaré con escorpiones.
12 Al tercer día vino Jeroboam con todo el
pueblo a Roboam, según el rey lo había mandado, diciendo: Volved a mí
al tercer día.
13 Y el rey respondió al pueblo duramente,
dejando el consejo que los ancianos le habían dado;
14 y les habló conforme al consejo de los
jóvenes, diciendo: Mi padre agravó vuestro yugo, pero yo añadiré a
vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, mas yo os castigaré con
escorpiones.
15 Y no oyó el rey al pueblo; porque era
designio de Jehová para confirmar la palabra que Jehová había hablado
por medio de Ahías silonita a Jeroboam hijo de Nabat.
16 Cuando todo el pueblo vio que el rey no
les había oído, le respondió estas palabras, diciendo: ¿Qué parte
tenemos nosotros con David? No tenemos heredad en el hijo de Isaí.
!!Israel, a tus tiendas! !!Provee ahora en tu casa, David! Entonces
Israel se fue a sus tiendas.
17 Pero reinó Roboam sobre los hijos de
Israel que moraban en las ciudades de Judá.
18 Y el rey Roboam envió a Adoram, que
estaba sobre los tributos; pero lo apedreó todo Israel, y murió.
Entonces el rey Roboam se apresuró a subirse en un carro y huir a
Jerusalén.
19 Así se apartó Israel de la casa de
David hasta hoy.
20 Y aconteció que oyendo todo Israel que
Jeroboam había vuelto, enviaron a llamarle a la congregación, y le
hicieron rey sobre todo Israel, sin quedar tribu alguna que siguiese
la casa de David, sino sólo la tribu de Judá.
21 Y cuando Roboam vino a Jerusalén,
reunió a toda la casa de Judá y a la tribu de Benjamín, ciento ochenta
mil hombres, guerreros escogidos, con el fin de hacer guerra a la casa
de Israel, y hacer volver el reino a Roboam hijo de Salomón.
22 Pero vino palabra de Jehová a Semaías
varón de Dios, diciendo:
23 Habla a Roboam hijo de Salomón, rey de
Judá, y a toda la casa de Judá y de Benjamín, y a los demás del
pueblo, diciendo:
24 Así ha dicho Jehová: No vayáis, ni
peleéis contra vuestros hermanos los hijos de Israel; volveos cada uno
a su casa, porque esto lo he hecho yo. Y ellos oyeron la palabra de
Dios, y volvieron y se fueron, conforme a la palabra de Jehová.
El pecado de
Jeroboam
25 Entonces
reedificó Jeroboam a Siquem en el monte de Efraín, y habitó en ella; y
saliendo de allí, reedificó a Penuel.
26 Y dijo Jeroboam en su corazón: Ahora se
volverá el reino a la casa de David,
27 si este pueblo subiere a ofrecer
sacrificios en la casa de Jehová en Jerusalén; porque el corazón de
este pueblo se volverá a su señor Roboam rey de Judá, y me matarán a
mí, y se volverán a Roboam rey de Judá.
28 Y habiendo tenido consejo, hizo el rey
dos becerros de oro, y dijo al pueblo: Bastante habéis subido a
Jerusalén; he aquí tus dioses, oh Israel, los cuales te hicieron subir
de la tierra de Egipto.
29 Y puso uno en Bet-el, y el otro en Dan.
30 Y esto fue causa de pecado; porque el
pueblo iba a adorar delante de uno hasta Dan.
31 Hizo también casas sobre los lugares
altos, e hizo sacerdotes de entre el pueblo, que no eran de los hijos
de Leví.
32 Entonces instituyó Jeroboam fiesta
solemne en el mes octavo, a los quince días del mes, conforme a la
fiesta solemne que se celebraba en Judá; y sacrificó sobre un altar.
Así hizo en Bet-el, ofreciendo sacrificios a los becerros que había
hecho. Ordenó también en Bet-el sacerdotes para los lugares altos que
él había fabricado.
33 Sacrificó, pues, sobre el altar que él
había hecho en Bet-el, a los quince días del mes octavo, el mes que él
había inventado de su propio corazón; e hizo fiesta a los hijos de
Israel, y subió al altar para quemar incienso. |
1. ¿Qué le pidió Jeroboam a Roboam? (4)
2. ¿De quién rechazó el consejo Roboam? (8)
3. ¿Qué consejo siguió Roboam? (9-15)
4. ¿Qué hizo Israel a Adoram quien estaba sobre los tributos? (18)
5. ¿A quién hizo Israel como su rey? (20)
6. ¿Por qué Jeroboam puso becerros de oro en Bet-el y Dan? (27-28)
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Capítulo 13
Un profeta de Judá
amonesta a Jeroboam
13:1 He
aquí que un varón de Dios por palabra de Jehová vino de Judá a Bet-el;
y estando Jeroboam junto al altar para quemar incienso,
2 aquél clamó contra el altar por palabra
de Jehová y dijo: Altar, altar, así ha dicho Jehová: He aquí que a la
casa de David nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará sobre
ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman sobre ti incienso,
y sobre ti quemarán huesos de hombres.
3 Y aquel mismo día dio una señal,
diciendo: Esta es la señal de que Jehová ha hablado: he aquí que el
altar se quebrará, y la ceniza que sobre él está se derramará.
4 Cuando el rey Jeroboam oyó la palabra
del varón de Dios, que había clamado contra el altar de Bet-el,
extendiendo su mano desde el altar, dijo: !!Prendedle! Mas la mano que
había extendido contra él, se le secó, y no la pudo enderezar.
5 Y el altar se rompió, y se derramó la
ceniza del altar, conforme a la señal que el varón de Dios había dado
por palabra de Jehová.
6 Entonces respondiendo el rey, dijo al
varón de Dios: Te pido que ruegues ante la presencia de Jehová tu Dios,
y ores por mí, para que mi mano me sea restaurada. Y el varón de Dios
oró a Jehová, y la mano del rey se le restauró, y quedó como era
antes.
7 Y el rey dijo al varón de Dios: Ven
conmigo a casa, y comerás, y yo te daré un presente.
8 Pero el varón de Dios dijo al rey:
Aunque me dieras la mitad de tu casa, no iría contigo, ni comería pan
ni bebería agua en este lugar.
9 Porque así me está ordenado por palabra
de Jehová, diciendo: No comas pan, ni bebas agua, ni regreses por el
camino que fueres.
10 Regresó, pues, por otro camino, y no
volvió por el camino por donde había venido a Bet-el.
11 Moraba entonces en Bet-el un viejo
profeta, al cual vino su hijo y le contó todo lo que el varón de Dios
había hecho aquel día en Bet-el; le contaron también a su padre las
palabras que había hablado al rey.
12 Y su padre les dijo: ¿Por qué camino se
fue? Y sus hijos le mostraron el camino por donde había regresado el
varón de Dios que había venido de Judá.
13 Y él dijo a sus hijos: Ensilladme el
asno. Y ellos le ensillaron el asno, y él lo montó.
14 Y yendo tras el varón de Dios, le halló
sentado debajo de una encina, y le dijo: ¿Eres tú el varón de Dios que
vino de Judá? El dijo: Yo soy.
15 Entonces le dijo: Ven conmigo a casa, y
come pan.
16 Mas él respondió: No podré volver
contigo, ni iré contigo, ni tampoco comeré pan ni beberé agua contigo
en este lugar.
17 Porque por palabra de Dios me ha sido
dicho: No comas pan ni bebas agua allí, ni regreses por el camino por
donde fueres.
18 Y el otro le dijo, mintiéndole: Yo
también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por palabra de
Jehová, diciendo: Tráele contigo a tu casa, para que coma pan y beba
agua.
19 Entonces volvió con él, y comió pan en
su casa, y bebió agua.
20 Y aconteció que estando ellos en la
mesa, vino palabra de Jehová al profeta que le había hecho volver.
21 Y clamó al varón de Dios que había
venido de Judá, diciendo: Así dijo Jehová: Por cuanto has sido rebelde
al mandato de Jehová, y no guardaste el mandamiento que Jehová tu Dios
te había prescrito,
22 sino que volviste, y comiste pan y
bebiste agua en el lugar donde Jehová te había dicho que no comieses
pan ni bebieses agua, no entrará tu cuerpo en el sepulcro de tus
padres.
23 Cuando había comido pan y bebido, el
que le había hecho volver le ensilló el asno.
24 Y yéndose, le topó un león en el camino,
y le mató; y su cuerpo estaba echado en el camino, y el asno junto a
él, y el león también junto al cuerpo.
25 Y he aquí unos que pasaban, y vieron el
cuerpo que estaba echado en el camino, y el león que estaba junto al
cuerpo; y vinieron y lo dijeron en la ciudad donde el viejo profeta
habitaba.
26 Oyéndolo el profeta que le había hecho
volver del camino, dijo: El varón de Dios es, que fue rebelde al
mandato de Jehová; por tanto, Jehová le ha entregado al león, que le
ha quebrantado y matado, conforme a la palabra de Jehová que él le
dijo.
27 Y habló a sus hijos, y les dijo:
Ensilladme un asno. Y ellos se lo ensillaron.
28 Y él fue, y halló el cuerpo tendido en
el camino, y el asno y el león que estaban junto al cuerpo; el león no
había comido el cuerpo, ni dañado al asno.
29 Entonces tomó el profeta el cuerpo del
varón de Dios, y lo puso sobre el asno y se lo llevó. Y el profeta
viejo vino a la ciudad, para endecharle y enterrarle.
30 Y puso el cuerpo en su sepulcro; y le
endecharon, diciendo: !!Ay, hermano mío!
31 Y después que le hubieron enterrado,
habló a sus hijos, diciendo: Cuando yo muera, enterradme en el
sepulcro en que está sepultado el varón de Dios; poned mis huesos
junto a los suyos.
32 Porque sin duda vendrá lo que él dijo a
voces por palabra de Jehová contra el altar que está en Bet-el, y
contra todas las casas de los lugares altos que están en las ciudades
de Samaria.
33 Con todo esto, no se apartó Jeroboam de
su mal camino, sino que volvió a hacer sacerdotes de los lugares altos
de entre el pueblo, y a quien quería lo consagraba para que fuese de
los sacerdotes de los lugares altos.
34 Y esto fue causa de pecado a la casa de
Jeroboam, por lo cual fue cortada y raída de sobre la faz de la tierra.
|
1. ¿Qué profetizó el hombre de Dios, proveniente de Judá, contra el altar de Jeroboam? (1-3)
2. ¿Qué le pasó a Jeroboam cuando ordenó que le prendiesen al hombre de Dios? (4)
3. ¿Por qué el hombre de Dios rechazó la invitación de Jeroboam? (8-9)
4. ¿Cómo persuadió el viejo profeta en Bet-el al varón de Dios que fuera a su casa? (18-19)
5. ¿Qué le pasó al hombre de Dios? (24)
6. ¿Cuál fue el pecado de la casa de Jeroboam que llegó a su destrucción? (33-34)
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Capítulo 14
Profecía de Ahías
contra Jeroboam
14:1 En
aquel tiempo Abías hijo de Jeroboam cayó enfermo.
2 Y dijo Jeroboam a su mujer: Levántate
ahora y disfrázate, para que no te conozcan que eres la mujer de
Jeroboam, y ve a Silo; porque allá está el profeta Ahías, el que me
dijo que yo había de ser rey sobre este pueblo.
3 Y toma en tu mano diez panes, y tortas,
y una vasija de miel, y ve a él, para que te declare lo que ha de ser
de este niño.
4 Y la mujer de Jeroboam lo hizo así; y se
levantó y fue a Silo, y vino a casa de Ahías. Y ya no podía ver Ahías,
porque sus ojos se habían oscurecido a causa de su vejez.
5 Mas Jehová había dicho a Ahías: He aquí
que la mujer de Jeroboam vendrá a consultarte por su hijo, que está
enfermo; así y así le responderás, pues cuando ella viniere, vendrá
disfrazada.
6 Cuando Ahías oyó el sonido de sus pies,
al entrar ella por la puerta, dijo: Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué
te finges otra? He aquí yo soy enviado a ti con revelación dura.
7 Ve y di a Jeroboam: Así dijo Jehová Dios
de Israel: Por cuanto yo te levanté de en medio del pueblo, y te hice
príncipe sobre mi pueblo Israel,
8 y rompí el reino de la casa de David y
te lo entregué a ti; y tú no has sido como David mi siervo, que guardó
mis mandamientos y anduvo en pos de mí con todo su corazón, haciendo
solamente lo recto delante de mis ojos,
9 sino que hiciste lo malo sobre todos los
que han sido antes de ti, pues fuiste y te hiciste dioses ajenos e
imágenes de fundición para enojarme, y a mí me echaste tras tus
espaldas;
10 por tanto, he aquí que yo traigo mal
sobre la casa de Jeroboam, y destruiré de Jeroboam todo varón, así el
siervo como el libre en Israel; y barreré la posteridad de la casa de
Jeroboam como se barre el estiércol, hasta que sea acabada.
11 El que muera de los de Jeroboam en la
ciudad, lo comerán los perros, y el que muera en el campo, lo comerán
las aves del cielo; porque Jehová lo ha dicho.
12 Y tú levántate y vete a tu casa; y al
poner tu pie en la ciudad, morirá el niño.
13 Y todo Israel lo endechará, y le
enterrarán; porque de los de Jeroboam, sólo él será sepultado, por
cuanto se ha hallado en él alguna cosa buena delante de Jehová Dios de
Israel, en la casa de Jeroboam.
14 Y Jehová levantará para sí un rey sobre
Israel, el cual destruirá la casa de Jeroboam en este día; y lo hará
ahora mismo.
15 Jehová sacudirá a Israel al modo que la
caña se agita en las aguas; y él arrancará a Israel de esta buena
tierra que había dado a sus padres, y los esparcirá más allá del
Eufrates, por cuanto han hecho sus imágenes de Asera, enojando a
Jehová.
16 Y él entregará a Israel por los pecados
de Jeroboam, el cual pecó, y ha hecho pecar a Israel.
17 Entonces la mujer de Jeroboam se
levantó y se marchó, y vino a Tirsa; y entrando ella por el umbral de
la casa, el niño murió.
18 Y lo enterraron, y lo endechó todo
Israel, conforme a la palabra de Jehová, la cual él había hablado por
su siervo el profeta Ahías.
19 Los demás hechos de Jeroboam, las
guerras que hizo, y cómo reinó, todo está escrito en el libro de las
historias de los reyes de Israel.
20 El tiempo que reinó Jeroboam fue de
veintidós años; y habiendo dormido con sus padres, reinó en su lugar
Nadab su hijo.
Reinado de Roboam
(2 Cr. 12.1-16)
21 Roboam
hijo de Salomón reinó en Judá. De cuarenta y un años era Roboam cuando
comenzó a reinar, y diecisiete años reinó en Jerusalén, ciudad que
Jehová eligió de todas las tribus de Israel, para poner allí su nombre.
El nombre de su madre fue Naama, amonita.
22 Y Judá hizo lo malo ante los ojos de
Jehová, y le enojaron más que todo lo que sus padres habían hecho en
sus pecados que cometieron.
23 Porque ellos también se edificaron
lugares altos, estatuas, e imágenes de Asera, en todo collado alto y
debajo de todo árbol frondoso.
24 Hubo también sodomitas en la tierra, e
hicieron conforme a todas las abominaciones de las naciones que Jehová
había echado delante de los hijos de Israel.
25 Al quinto año del rey Roboam subió
Sisac rey de Egipto contra Jerusalén,
26 y tomó los tesoros de la casa de Jehová,
y los tesoros de la casa real, y lo saqueó todo; también se llevó
todos los escudos de oro que Salomón había hecho.
27 Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam
escudos de bronce, y los dio a los capitanes de los de la guardia,
quienes custodiaban la puerta de la casa real.
28 Cuando el rey entraba en la casa de
Jehová, los de la guardia los llevaban; y los ponían en la cámara de
los de la guardia.
29 Los demás hechos de Roboam, y todo lo
que hizo, ¿no está escrito en las crónicas de los reyes de Judá?
30 Y hubo guerra entre Roboam y Jeroboam
todos los días.
31 Y durmió Roboam con sus padres, y fue
sepultado con sus padres en la ciudad de David. El nombre de su madre
fue Naama, amonita. Y reinó en su lugar Abiam su hijo.
|
1. ¿Qué le dijo Jeroboam a su esposa que hiciera? (1-4)
2. ¿Qué reveló el Señor al profeta Ahías? (5-13)
3. ¿Cómo iba a castigar Dios a Israel? (14-16)
4. ¿Hasta qué punto llegó la corrupción de Judá? (22-24)
5. ¿Qué hizo Sisac rey de Egipto? (25-26)
6. ¿Qué sustituyó Roboam por los tesoros que fueron removido del templo? (27)
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Capítulo 15
Reinado de Abiam
(2 Cr. 13.1-22)
15:1 En
el año dieciocho del rey Jeroboam hijo de Nabat, Abiam comenzó a
reinar sobre Judá,
2 y reinó tres años en Jerusalén. El
nombre de su madre fue Maaca, hija de Abisalom.
3 Y anduvo en todos los pecados que su
padre había cometido antes de él; y no fue su corazón perfecto con
Jehová su Dios, como el corazón de David su padre.
4 Mas por amor a David, Jehová su Dios le
dio lámpara en Jerusalén, levantando a su hijo después de él, y
sosteniendo a Jerusalén;
5 por cuanto David había hecho lo recto
ante los ojos de Jehová, y de ninguna cosa que le mandase se había
apartado en todos los días de su vida, salvo en lo tocante a Urías
heteo.
6 Y hubo guerra entre Roboam, y Jeroboam
todos los días de su vida.
7 Los demás hechos de Abiam, y todo lo que
hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de
Judá? Y hubo guerra entre Abiam y Jeroboam.
8 Y durmió Abiam con sus padres, y lo
sepultaron en la ciudad de David; y reinó Asa su hijo en su lugar.
Reinado de Asa
(2 Cr. 14.1-5; 15.16-19)
9 En el año
veinte de Jeroboam rey de Israel, Asa comenzó a reinar sobre Judá.
10 Y reinó cuarenta y un años en Jerusalén;
el nombre de su madre fue Maaca, hija de Abisalom.
11 Asa hizo lo recto ante los ojos de
Jehová, como David su padre.
12 Porque quitó del país a los sodomitas,
y quitó todos los ídolos que sus padres habían hecho.
13 También privó a su madre Maaca de ser
reina madre, porque había hecho un ídolo de Asera. Además deshizo Asa
el ídolo de su madre, y lo quemó junto al torrente de Cedrón.
14 Sin embargo, los lugares altos no se
quitaron. Con todo, el corazón de Asa fue perfecto para con Jehová
toda su vida.
15 También metió en la casa de Jehová lo
que su padre había dedicado, y lo que él dedicó: oro, plata y alhajas.
Alianza de Asa con
Ben-adad
(2 Cr. 16.1-10)
16 Hubo
guerra entre Asa y Baasa rey de Israel, todo el tiempo de ambos.
17 Y subió Baasa rey de Israel contra Judá,
y edificó a Ramá, para no dejar a ninguno salir ni entrar a Asa rey de
Judá.
18 Entonces tomando Asa toda la plata y el
oro que había quedado en los tesoros de la casa de Jehová, y los
tesoros de la casa real, los entregó a sus siervos, y los envió el rey
Asa a Ben-adad hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, rey de Siria, el cual
residía en Damasco, diciendo:
19 Haya alianza entre nosotros, como entre
mi padre y el tuyo. He aquí yo te envío un presente de plata y de oro;
ve, y rompe tu pacto con Baasa rey de Israel, para que se aparte de mí.
20 Y Ben-adad consintió con el rey Asa, y
envió los príncipes de los ejércitos que tenía contra las ciudades de
Israel, y conquistó Ijón, Dan, Abel-bet-maaca, y toda Cineret, con
toda la tierra de Neftalí.
21 Oyendo esto Baasa, dejó de edificar a
Ramá, y se quedó en Tirsa.
22 Entonces el rey Asa convocó a todo Judá,
sin exceptuar a ninguno; y quitaron de Ramá la piedra y la madera con
que Baasa edificaba, y edificó el rey Asa con ello a Geba de Benjamín,
y a Mizpa.
Muerte de Asa
(2 Cr. 16.11-14)
23 Los demás
hechos de Asa, y todo su poderío, y todo lo que hizo, y las ciudades
que edificó, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los
reyes de Judá? Mas en los días de su vejez enfermó de los pies.
24 Y durmió Asa con sus padres, y fue
sepultado con ellos en la ciudad de David su padre; y reinó en su
lugar Josafat su hijo.
Reinado de Nadab
25 Nadab
hijo de Jeroboam comenzó a reinar sobre Israel en el segundo año de
Asa rey de Judá; y reinó sobre Israel dos años.
26 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová,
andando en el camino de su padre, y en los pecados con que hizo pecar
a Israel.
27 Y Baasa hijo de Ahías, el cual era de
la casa de Isacar, conspiró contra él, y lo hirió Baasa en Gibetón,
que era de los filisteos; porque Nadab y todo Israel tenían sitiado a
Gibetón.
28 Lo mató, pues, Baasa en el tercer año
de Asa rey de Judá, y reinó en lugar suyo.
29 Y cuando él vino al reino, mató a toda
la casa de Jeroboam, sin dejar alma viviente de los de Jeroboam, hasta
raerla, conforme a la palabra que Jehová habló por su siervo Ahías
silonita;
30 por los pecados que Jeroboam había
cometido, y con los cuales hizo pecar a Israel; y por su provocación
con que provocó a enojo a Jehová Dios de Israel.
31 Los demás hechos de Nadab, y todo lo
que hizo, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los
reyes de Israel?
32 Y hubo guerra entre Asa y Baasa rey de
Israel, todo el tiempo de ambos.
Reinado de Baasa
33 En el
tercer año de Asa rey de Judá, comenzó a reinar Baasa hijo de Ahías
sobre todo Israel en Tirsa; y reinó veinticuatro años.
34 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová,
y anduvo en el camino de Jeroboam, y en su pecado con que hizo pecar a
Israel.
|
1. ¿Qué se puede decir acerca de los tres años de Abiam como rey de Judá? (2-3)
2. ¿Cómo se conducía Asa durante los cuarenta y un años de su reino en Judá? (11-15)
3. ¿Cómo se conducía Nadab durante los dos años de su reino en Israel? (25-26)
4. ¿Cómo llegó Baasa a ser rey de Israel? (27-30)
5. ¿Qué se puede decir acerca de los veintecuatro años de Baasa como rey de Israel? (33-34)
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Capítulo 16
16:1 Y vino palabra de Jehová a Jehú
hijo de Hanani contra Baasa, diciendo:
2 Por cuanto yo te levanté del polvo y te
puse por príncipe sobre mi pueblo Israel, y has andado en el camino de
Jeroboam, y has hecho pecar a mi pueblo Israel, provocándome a ira con
tus pecados;
3 he aquí yo barreré la posteridad de
Baasa, y la posteridad de su casa; y pondré su casa como la casa de
Jeroboam hijo de Nabat.
4 El que de Baasa fuere muerto en la
ciudad, lo comerán los perros; y el que de él fuere muerto en el
campo, lo comerán las aves del cielo.
5 Los demás hechos de Baasa, y las cosas
que hizo, y su poderío, ¿no está todo escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Israel?
6 Y durmió Baasa con sus padres, y fue
sepultado en Tirsa, y reinó en su lugar Ela su hijo.
7 Pero la palabra de Jehová por el profeta
Jehú hijo de Hanani había sido contra Baasa y también contra su casa,
con motivo de todo lo malo que hizo ante los ojos de Jehová,
provocándole a ira con las obras de sus manos, para que fuese hecha
como la casa de Jeroboam; y porque la había destruido.
Reinados de Ela y de
Zimri
8 En el año
veintiséis de Asa rey de Judá comenzó a reinar Ela hijo de Baasa sobre
Israel en Tirsa; y reinó dos años.
9 Y conspiró contra él su siervo Zimri,
comandante de la mitad de los carros. Y estando él en Tirsa, bebiendo
y embriagado en casa de Arsa su mayordomo en Tirsa,
10 vino Zimri y lo hirió y lo mató, en el
año veintisiete de Asa rey de Judá; y reinó en lugar suyo.
11 Y luego que llegó a reinar y estuvo
sentado en su trono, mató a toda la casa de Baasa, sin dejar en ella
varón, ni parientes ni amigos.
12 Así exterminó Zimri a toda la casa de
Baasa, conforme a la palabra que Jehová había proferido contra Baasa
por medio del profeta Jehú,
13 por todos los pecados de Baasa y los
pecados de Ela su hijo, con los cuales ellos pecaron e hicieron pecar
a Israel, provocando a enojo con sus vanidades a Jehová Dios de
Israel.
14 Los demás hechos de Ela, y todo lo que
hizo, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes
de Israel?
15 En el año veintisiete de Asa rey de
Judá, comenzó a reinar Zimri, y reinó siete días en Tirsa; y el pueblo
había acampado contra Gibetón, ciudad de los filisteos.
16 Y el pueblo que estaba en el campamento
oyó decir: Zimri ha conspirado, y ha dado muerte al rey. Entonces todo
Israel puso aquel mismo día por rey sobre Israel a Omri, general del
ejército, en el campo de batalla.
17 Y subió Omri de Gibetón, y con él todo
Israel, y sitiaron a Tirsa.
18 Mas viendo Zimri tomada la ciudad, se
metió en el palacio de la casa real, y prendió fuego a la casa consigo;
y así murió,
19 por los pecados que había cometido,
haciendo lo malo ante los ojos de Jehová, y andando en los caminos de
Jeroboam, y en su pecado que cometió, haciendo pecar a Israel.
20 El resto de los hechos de Zimri, y la
conspiración que hizo, ¿no está todo escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Israel?
Reinado de Omri
21 Entonces
el pueblo de Israel fue dividido en dos partes: la mitad del pueblo
seguía a Tibni hijo de Ginat para hacerlo rey, y la otra mitad seguía
a Omri.
22 Mas el pueblo que seguía a Omri pudo
más que el que seguía a Tibni hijo de Ginat; y Tibni murió, y Omri fue
rey.
23 En el año treinta y uno de Asa rey de
Judá, comenzó a reinar Omri sobre Israel, y reinó doce años; en Tirsa
reinó seis años.
24 Y Omri compró a Semer el monte de
Samaria por dos talentos de plata, y edificó en el monte; y llamó el
nombre de la ciudad que edificó, Samaria, del nombre de Semer, que fue
dueño de aquel monte.
25 Y Omri hizo lo malo ante los ojos de
Jehová, e hizo peor que todos los que habían reinado antes de él;
26 pues anduvo en todos los caminos de
Jeroboam hijo de Nabat, y en el pecado con el cual hizo pecar a
Israel, provocando a ira a Jehová Dios de Israel con sus ídolos.
27 Los demás hechos de Omri, y todo lo que
hizo, y las valentías que ejecutó, ¿no está todo escrito en el libro
de las crónicas de los reyes de Israel?
28 Y Omri durmió con sus padres, y fue
sepultado en Samaria, y reinó en lugar suyo Acab su hijo.
Reinado de Acab
29 Comenzó a
reinar Acab hijo de Omri sobre Israel el año treinta y ocho de Asa rey
de Judá.
30 Y reinó Acab hijo de Omri sobre Israel
en Samaria veintidós años. Y Acab hijo de Omri hizo lo malo ante los
ojos de Jehová, más que todos los que reinaron antes de él.
31 Porque le fue ligera cosa andar en los
pecados de Jeroboam hijo de Nabat, y tomó por mujer a Jezabel, hija de
Et-baal rey de los sidonios, y fue y sirvió a Baal, y lo adoró.
32 E hizo altar a Baal, en el templo de
Baal que él edificó en Samaria.
33 Hizo también Acab una imagen de Asera,
haciendo así Acab más que todos los reyes de Israel que reinaron antes
que él, para provocar la ira de Jehová Dios de Israel.
34 En su tiempo Hiel de Bet-el reedificó a
Jericó. A precio de la vida de Abiram su primogénito echó el cimiento,
y a precio de la vida de Segub su hijo menor puso sus puertas,
conforme a la palabra que Jehová había hablado por Josué hijo de Nun. |
1. ¿Quién profetizó contra Baasa? (1)
2. ¿Cómo llegó Zimri a ser rey? (9-10)
3. ¿Cuántos días reinó Zimri como rey de Israel? (15)
4. ¿Cómo hizo Omri en su reino de doce años como rey de Israel? (25-26)
5. ¿Qué ciudad edificó Omri? (24)
6. ¿Cómo se conducía Acab durante los veintidós años de su reino en Israel? (30-33)
7. ¿Con quién se casó Acab? (31)
8. ¿Cómo se cumplió la profecía de Josué (en Josué 6:26) cuando Jericó fue reconstruido? (34)
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Capítulo 17
Elías predice la
sequía
17:1
Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a
Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no
habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.
2 Y vino a él palabra de Jehová, diciendo:
3 Apártate de aquí, y vuélvete al oriente,
y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán.
4 Beberás del arroyo; y yo he mandado a
los cuervos que te den allí de comer.
5 Y él fue e hizo conforme a la palabra de
Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente
al Jordán.
6 Y los cuervos le traían pan y carne por
la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.
7 Pasados algunos días, se secó el arroyo,
porque no había llovido sobre la tierra.
Elías y la viuda de
Sarepta
8 Vino luego
a él palabra de Jehová, diciendo:
9 Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y
mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te
sustente.
10 Entonces él se levantó y se fue a
Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer
viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te
ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba.
11 Y yendo ella para traérsela, él la
volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado
de pan en tu mano.
12 Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios,
que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la
tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños,
para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos,
y nos dejemos morir.
13 Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz
como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta
cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para
tu hijo.
14 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho
así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija
disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la
tierra.
15 Entonces ella fue e hizo como le dijo
Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días.
16 Y la harina de la tinaja no escaseó, ni
el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había
dicho por Elías.
17 Después de estas cosas aconteció que
cayó enfermo el hijo del ama de la casa; y la enfermedad fue tan grave
que no quedó en él aliento.
18 Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo
contigo, varón de Dios? ¿Has venido a mí para traer a memoria mis
iniquidades, y para hacer morir a mi hijo?
19 El le dijo: Dame acá tu hijo. Entonces
él lo tomó de su regazo, y lo llevó al aposento donde él estaba, y lo
puso sobre su cama.
20 Y clamando a Jehová, dijo: Jehová Dios
mío, ¿aun a la viuda en cuya casa estoy hospedado has afligido,
haciéndole morir su hijo?
21 Y se tendió sobre el niño tres veces, y
clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te ruego que hagas volver el
alma de este niño a él.
22 Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma
del niño volvió a él, y revivió.
23 Tomando luego Elías al niño, lo trajo
del aposento a la casa, y lo dio a su madre, y le dijo Elías: Mira, tu
hijo vive.
24 Entonces la mujer dijo a Elías: Ahora
conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es
verdad en tu boca.
|
1. ¿Qué dijo Elías que no sucedería por tres años? (1)
2. ¿Cómo se alimentó Elías durante este tiempo? (2-5)
3. ¿Qué le pidió Elías a la viuda de Sarepta? (10-13)
4. ¿Qué milagro hizo Jehová para proveer para la viuda? (14-16)
5. ¿Qué otro milagro hizo el Señor para la viuda? (20-22)
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Capítulo 18
Elías regresa a ver
a Acab
18:1
Pasados muchos días, vino palabra de Jehová a Elías en el tercer año,
diciendo: Ve, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la faz de la
tierra.
2 Fue, pues, Elías a mostrarse a Acab. Y
el hambre era grave en Samaria.
3 Y Acab llamó a Abdías su mayordomo.
Abdías era en gran manera temeroso de Jehová.
4 Porque cuando Jezabel destruía a los
profetas de Jehová, Abdías tomó a cien profetas y los escondió de
cincuenta en cincuenta en cuevas, y los sustentó con pan y agua.
5 Dijo, pues, Acab a Abdías: Ve por el
país a todas las fuentes de aguas, y a todos los arroyos, a ver si
acaso hallaremos hierba con que conservemos la vida a los caballos y a
las mulas, para que no nos quedemos sin bestias.
6 Y dividieron entre sí el país para
recorrerlo; Acab fue por un camino, y Abdías fue separadamente por
otro.
7 Y yendo Abdías por el camino, se
encontró con Elías; y cuando lo reconoció, se postró sobre su rostro y
dijo: ¿No eres tú mi señor Elías?
8 Y él respondió: Yo soy; ve, di a tu amo:
Aquí está Elías.
9 Pero él dijo: ¿En qué he pecado, para
que entregues a tu siervo en mano de Acab para que me mate?
10 Vive Jehová tu Dios, que no ha habido
nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarte, y todos
han respondido: No está aquí; y a reinos y a naciones él ha hecho
jurar que no te han hallado.
11 ¿Y ahora tú dices: Ve, di a tu amo:
Aquí está Elías?
12 Acontecerá que luego que yo me haya ido,
el Espíritu de Jehová te llevará adonde yo no sepa, y al venir yo y
dar las nuevas a Acab, al no hallarte él, me matará; y tu siervo teme
a Jehová desde su juventud.
13 ¿No ha sido dicho a mi señor lo que
hice, cuando Jezabel mataba a los profetas de Jehová; que escondí a
cien varones de los profetas de Jehová de cincuenta en cincuenta en
cuevas, y los mantuve con pan y agua?
14 ¿Y ahora dices tú: Ve, di a tu amo:
Aquí está Elías; para que él me mate?
15 Y le dijo Elías: Vive Jehová de los
ejércitos, en cuya presencia estoy, que hoy me mostraré a él.
16 Entonces Abdías fue a encontrarse con
Acab, y le dio el aviso; y Acab vino a encontrarse con Elías.
17 Cuando Acab vio a Elías, le dijo: ¿Eres
tú el que turbas a Israel?
18 Y él respondió: Yo no he turbado a
Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de
Jehová, y siguiendo a los baales.
19 Envía, pues, ahora y congrégame a todo
Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta profetas de
Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de
Jezabel.
Elías y los
profetas de Baal
20 Entonces
Acab convocó a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en
el monte Carmelo.
21 Y acercándose Elías a todo el pueblo,
dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si
Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no
respondió palabra.
22 Y Elías volvió a decir al pueblo: Sólo
yo he quedado profeta de Jehová; mas de los profetas de Baal hay
cuatrocientos cincuenta hombres.
23 Dénsenos, pues, dos bueyes, y escojan
ellos uno, y córtenlo en pedazos, y pónganlo sobre leña, pero no
pongan fuego debajo; y yo prepararé el otro buey, y lo pondré sobre
leña, y ningún fuego pondré debajo.
24 Invocad luego vosotros el nombre de
vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová; y el Dios que
respondiere por medio de fuego, ése sea Dios. Y todo el pueblo
respondió, diciendo: Bien dicho.
25 Entonces Elías dijo a los profetas de
Baal: Escogeos un buey, y preparadlo vosotros primero, pues que sois
los más; e invocad el nombre de vuestros dioses, mas no pongáis fuego
debajo.
26 Y ellos tomaron el buey que les fue
dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana
hasta el mediodía, diciendo: !!Baal, respóndenos! Pero no había voz,
ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del
altar que habían hecho.
27 Y aconteció al mediodía, que Elías se
burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque dios es; quizá
está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme,
y hay que despertarle.
28 Y ellos clamaban a grandes voces, y se
sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta
chorrear la sangre sobre ellos.
29 Pasó el mediodía, y ellos siguieron
gritando frenéticamente hasta la hora de ofrecerse el sacrificio, pero
no hubo ninguna voz, ni quien respondiese ni escuchase.
30 Entonces dijo Elías a todo el pueblo:
Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de
Jehová que estaba arruinado.
31 Y tomando Elías doce piedras, conforme
al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido dada
palabra de Jehová diciendo, Israel será tu nombre,
32 edificó con las piedras un altar en el
nombre de Jehová; después hizo una zanja alrededor del altar, en que
cupieran dos medidas de grano.
33 Preparó luego la leña, y cortó el buey
en pedazos, y lo puso sobre la leña.
34 Y dijo: Llenad cuatro cántaros de agua,
y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra
vez; y otra vez lo hicieron. Dijo aún: Hacedlo la tercera vez; y lo
hicieron la tercera vez,
35 de manera que el agua corría alrededor
del altar, y también se había llenado de agua la zanja.
36 Cuando llegó la hora de ofrecerse el
holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham,
de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y
que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas
cosas.
37 Respóndeme, Jehová, respóndeme, para
que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú
vuelves a ti el corazón de ellos.
38 Entonces cayó fuego de Jehová, y
consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió
el agua que estaba en la zanja.
39 Viéndolo todo el pueblo, se postraron y
dijeron: !!Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!
40 Entonces Elías les dijo: Prended a los
profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron;
y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló.
Elías ora por
lluvia
41 Entonces
Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque una lluvia grande se oye.
42 Acab subió a comer y a beber. Y Elías
subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro
entre las rodillas.
43 Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira
hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió
a decir: Vuelve siete veces.
44 A la séptima vez dijo: Yo veo una
pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar.
Y él dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la
lluvia no te ataje.
45 Y aconteció, estando en esto, que los
cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y
subiendo Acab, vino a Jezreel.
46 Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías,
el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a
Jezreel.
|
1. ¿Qué le dijo el Señor a Elías que hiciera? (1-2)
2. ¿Qué hizo Obadías cuando Jezabel estaba matando los profetas del Señor? (4)
3. ¿Por qué tenía miedo Obadías decirle a Acab que Elías estaba allí? (12)
4. ¿Cómo le llamó Acab a Elías? (17)
5. ¿Cuántos falsos profetas subieron en contra de Elías en el monte Carmelo? (19)
6. ¿Qué preguntó Elías al pueblo de Israel? (21)
7. ¿Qué señal indicaría quien era verdadero Dios? (24)
8. ¿Cuánto tiempo les dio Elías a los profetas de Baal para clamar a su dios? (25-29)
9. ¿Cuánto agua derramó Elías sobre el sacrificio y la madera? (33-35)
10. ¿Por qué Elías quiso que Dios le contestara su oración? (36-37)
11. ¿Qué les hiciereon a los profetas de Baal? (40)
12. ¿Qué oyó Elías? (41)
13. ¿Qué señal se le dio al siervo de Elías de que llovería? (44)
14. ¿Cuán rápido corrió Elías? (46)
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Capítulo 19
Elías huye a Horeb
19:1
Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de
cómo había matado a espada a todos los profetas.
2 Entonces envió Jezabel a Elías un
mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si
mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de
ellos.
3 Viendo, pues, el peligro, se levantó y
se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y
dejó allí a su criado.
4 Y él se fue por el desierto un día de
camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse,
dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que
mis padres.
5 Y echándose debajo del enebro, se quedó
dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come.
6 Entonces él miró, y he aquí a su
cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y
comió y bebió, y volvió a dormirse.
7 Y volviendo el ángel de Jehová la
segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino
te resta.
8 Se levantó, pues, y comió y bebió; y
fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches
hasta Horeb, el monte de Dios.
9 Y allí se metió en una cueva, donde pasó
la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces
aquí, Elías?
10 El respondió: He sentido un vivo celo
por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han
dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a
tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.
11 El le dijo: Sal fuera, y ponte en el
monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y
poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de
Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un
terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto.
12 Y tras el terremoto un fuego; pero
Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y
delicado.
13 Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro
con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí
vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?
14 El respondió: He sentido un vivo celo
por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han
dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a
tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.
15 Y le dijo Jehová: Ve, vuélvete por tu
camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por
rey de Siria.
16 A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey
sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para
que sea profeta en tu lugar.
17 Y el que escapare de la espada de
Hazael, Jehú lo matará; y el que escapare de la espada de Jehú, Eliseo
lo matará.
18 Y yo haré que queden en Israel siete
mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo
besaron.
Llamamiento de
Eliseo
19 Partiendo
él de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas
delante de sí, y él tenía la última. Y pasando Elías por delante de él,
echó sobre él su manto.
20 Entonces dejando él los bueyes, vino
corriendo en pos de Elías, y dijo: Te ruego que me dejes besar a mi
padre y a mi madre, y luego te seguiré. Y él le dijo: Ve, vuelve; ¿qué
te he hecho yo?
21 Y se volvió, y tomó un par de bueyes y
los mató, y con el arado de los bueyes coció la carne, y la dio al
pueblo para que comiesen. Después se levantó y fue tras Elías, y le
servía. |
1. ¿Por qué huyó Elías de Jezabel? (1-3)
2. ¿Por qué cosa oró Elías? (4)
3. ¿Quién le dio comida a Elías para tener fuerzas para llegar a Horeb? (5-8)
4. ¿Qué pregunta le hizo el Señor dos veces a Elías? (9,13)
5. Cuando Elías dijo que el era el único de los profetas que había quedado, ¿cómo respondió Jehová? (10,14,18)
6. ¿Cómo hablaba el Señor a Elías? (11-12)
7. ¿El Señor le dijo a Elías a ungiera a quién? (15-16)
8. ¿Qué hacía Eliseo cuando Elías le encontró? (19)
9. ¿Qué hizo Eliseo con su yugo de bueyes y el arado? (21)
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Capítulo 20
Acab derrota a los
sirios
20:1
Entonces Ben-adad rey de Siria juntó a todo su ejército, y con él a
treinta y dos reyes, con caballos y carros; y subió y sitió a Samaria,
y la combatió.
2 Y envió mensajeros a la ciudad a Acab
rey de Israel, diciendo:
3 Así ha dicho Ben-adad: Tu plata y tu oro
son míos, y tus mujeres y tus hijos hermosos son míos.
4 Y el rey de Israel respondió y dijo:
Como tú dices, rey señor mío, yo soy tuyo, y todo lo que tengo.
5 Volviendo los mensajeros otra vez,
dijeron: Así dijo Ben-adad: Yo te envié a decir: Tu plata y tu oro, y
tus mujeres y tus hijos me darás.
6 Además, mañana a estas horas enviaré yo
a ti mis siervos, los cuales registrarán tu casa, y las casas de tus
siervos; y tomarán y llevarán todo lo precioso que tengas.
7 Entonces el rey de Israel llamó a todos
los ancianos del país, y les dijo: Entended, y ved ahora cómo éste no
busca sino mal; pues ha enviado a mí por mis mujeres y mis hijos, y
por mi plata y por mi oro, y yo no se lo he negado.
8 Y todos los ancianos y todo el pueblo le
respondieron: No le obedezcas, ni hagas lo que te pide.
9 Entonces él respondió a los embajadores
de Ben-adad: Decid al rey mi señor: Haré todo lo que mandaste a tu
siervo al principio; mas esto no lo puedo hacer. Y los embajadores
fueron, y le dieron la respuesta.
10 Y Ben-adad nuevamente le envió a decir:
Así me hagan los dioses, y aun me añadan, que el polvo de Samaria no
bastará a los puños de todo el pueblo que me sigue.
11 Y el rey de Israel respondió y dijo:
Decidle que no se alabe tanto el que se ciñe las armas, como el que
las desciñe.
12 Y cuando él oyó esta palabra, estando
bebiendo con los reyes en las tiendas, dijo a sus siervos: Disponeos.
Y ellos se dispusieron contra la ciudad.
13 Y he aquí un profeta vino a Acab rey de
Israel, y le dijo: Así ha dicho Jehová: ¿Has visto esta gran multitud?
He aquí yo te la entregaré hoy en tu mano, para que conozcas que yo
soy Jehová.
14 Y respondió Acab: ¿Por mano de quién?
El dijo: Así ha dicho Jehová: Por mano de los siervos de los príncipes
de las provincias. Y dijo Acab: ¿Quién comenzará la batalla? Y él
respondió: Tú.
15 Entonces él pasó revista a los siervos
de los príncipes de las provincias, los cuales fueron doscientos
treinta y dos. Luego pasó revista a todo el pueblo, a todos los hijos
de Israel, que fueron siete mil.
16 Y salieron a mediodía. Y estaba Ben-adad
bebiendo y embriagándose en las tiendas, él y los reyes, los treinta y
dos reyes que habían venido en su ayuda.
17 Y los siervos de los príncipes de las
provincias salieron los primeros. Y Ben-adad había enviado quien le
dio aviso, diciendo: Han salido hombres de Samaria.
18 El entonces dijo: Si han salido por paz,
tomadlos vivos; y si han salido para pelear, tomadlos vivos.
19 Salieron, pues, de la ciudad los
siervos de los príncipes de las provincias, y en pos de ellos el
ejército.
20 Y mató cada uno al que venía contra él;
y huyeron los sirios, siguiéndoles los de Israel. Y el rey de Siria,
Ben-adad, se escapó en un caballo con alguna gente de caballería.
21 Y salió el rey de Israel, e hirió la
gente de a caballo, y los carros, y deshizo a los sirios causándoles
gran estrago.
22 Vino luego el profeta al rey de Israel
y le dijo: Ve, fortalécete, y considera y mira lo que hagas; porque
pasado un año, el rey de Siria vendrá contra ti.
23 Y los siervos del rey de Siria le
dijeron: Sus dioses son dioses de los montes, por eso nos han vencido;
mas si peleáremos con ellos en la llanura, se verá si no los vencemos.
24 Haz, pues, así: Saca a los reyes cada
uno de su puesto, y pon capitanes en lugar de ellos.
25 Y tú fórmate otro ejército como el
ejército que perdiste, caballo por caballo, y carro por carro; luego
pelearemos con ellos en campo raso, y veremos si no los vencemos. Y él
les dio oído, y lo hizo así.
26 Pasado un año, Ben-adad pasó revista al
ejército de los sirios, y vino a Afec para pelear contra Israel.
27 Los hijos de Israel fueron también
inspeccionados, y tomando provisiones fueron al encuentro de ellos; y
acamparon los hijos de Israel delante de ellos como dos rebañuelos de
cabras, y los sirios llenaban la tierra.
28 Vino entonces el varón de Dios al rey
de Israel, y le habló diciendo: Así dijo Jehová: Por cuanto los sirios
han dicho: Jehová es Dios de los montes, y no Dios de los valles, yo
entregaré toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcáis que
yo soy Jehová.
29 Siete días estuvieron acampados los
unos frente a los otros, y al séptimo día se dio la batalla; y los
hijos de Israel mataron de los sirios en un solo día cien mil hombres
de a pie.
30 Los demás huyeron a Afec, a la ciudad;
y el muro cayó sobre veintisiete mil hombres que habían quedado.
También Ben-adad vino huyendo a la ciudad, y se escondía de aposento
en aposento.
31 Entonces sus siervos le dijeron: He
aquí, hemos oído de los reyes de la casa de Israel, que son reyes
clementes; pongamos, pues, ahora cilicio en nuestros lomos, y sogas en
nuestros cuellos, y salgamos al rey de Israel, a ver si por ventura te
salva la vida.
32 Ciñeron, pues, sus lomos con cilicio, y
sogas a sus cuellos, y vinieron al rey de Israel y le dijeron: Tu
siervo Ben-adad dice: Te ruego que viva mi alma. Y él respondió: Si él
vive aún, mi hermano es.
33 Esto tomaron aquellos hombres por buen
augurio, y se apresuraron a tomar la palabra de su boca, y dijeron: Tu
hermano Ben-adad vive. Y él dijo: Id y traedle. Ben-adad entonces se
presentó a Acab, y él le hizo subir en un carro.
34 Y le dijo Ben-adad: Las ciudades que mi
padre tomó al tuyo, yo las restituiré; y haz plazas en Damasco para ti,
como mi padre las hizo en Samaria. Y yo, dijo Acab, te dejaré partir
con este pacto. Hizo, pues, pacto con él, y le dejó ir.
35 Entonces un varón de los hijos de los
profetas dijo a su compañero por palabra de Dios: Hiéreme ahora. Mas
el otro no quiso herirle.
36 El le dijo: Por cuanto no has obedecido
a la palabra de Jehová, he aquí que cuando te apartes de mí, te herirá
un león. Y cuando se apartó de él, le encontró un león, y le mató.
37 Luego se encontró con otro hombre, y le
dijo: Hiéreme ahora. Y el hombre le dio un golpe, y le hizo una herida.
38 Y el profeta se fue, y se puso delante
del rey en el camino, y se disfrazó, poniéndose una venda sobre los
ojos.
39 Y cuando el rey pasaba, él dio voces al
rey, y dijo: Tu siervo salió en medio de la batalla; y he aquí que se
me acercó un soldado y me trajo un hombre, diciéndome: Guarda a este
hombre, y si llegare a huir, tu vida será por la suya, o pagarás un
talento de plata.
40 Y mientras tu siervo estaba ocupado en
una y en otra cosa, el hombre desapareció. Entonces el rey de Israel
le dijo: Esa será tu sentencia; tú la has pronunciado.
41 Pero él se quitó de pronto la venda de
sobre sus ojos, y el rey de Israel conoció que era de los profetas.
42 Y él le dijo: Así ha dicho Jehová: Por
cuanto soltaste de la mano el hombre de mi anatema, tu vida será por
la suya, y tu pueblo por el suyo.
43 Y el rey de Israel se fue a su casa
triste y enojado, y llegó a Samaria.
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1. ¿Quién amenazó a Acab que le quitaría sus mujeres, sus hijos, su plata y su oro? (1-12)
2. ¿Por qué el Señor entregó a Ben-adad en la mano de Acab? (13,28)
3. ¿Por qué condenó el profeta a Acab? (34-42)
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Capítulo 21
Acab y la viña de
Nabot
21:1
Pasadas estas cosas, aconteció que Nabot de Jezreel tenía allí una
viña junto al palacio de Acab rey de Samaria.
2 Y Acab habló a Nabot, diciendo: Dame tu
viña para un huerto de legumbres, porque está cercana a mi casa, y yo
te daré por ella otra viña mejor que esta; o si mejor te pareciere, te
pagaré su valor en dinero.
3 Y Nabot respondió a Acab: Guárdeme
Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres.
4 Y vino Acab a su casa triste y enojado,
por la palabra que Nabot de Jezreel le había respondido, diciendo: No
te daré la heredad de mis padres. Y se acostó en su cama, y volvió su
rostro, y no comió.
5 Vino a él su mujer Jezabel, y le dijo: ¿Por
qué está tan decaído tu espíritu, y no comes?
6 El respondió: Porque hablé con Nabot de
Jezreel, y le dije que me diera su viña por dinero, o que si más
quería, le daría otra viña por ella; y él respondió: Yo no te daré mi
viña.
7 Y su mujer Jezabel le dijo: ¿Eres tú
ahora rey sobre Israel? Levántate, y come y alégrate; yo te daré la
viña de Nabot de Jezreel.
8 Entonces ella escribió cartas en nombre
de Acab, y las selló con su anillo, y las envió a los ancianos y a los
principales que moraban en la ciudad con Nabot.
9 Y las cartas que escribió decían así:
Proclamad ayuno, y poned a Nabot delante del pueblo;
10 y poned a dos hombres perversos delante
de él, que atestig:uen contra él y digan: Tú has blasfemado a Dios y
al rey. Y entonces sacadlo, y apedreadlo para que muera.
11 Y los de su ciudad, los ancianos y los
principales que moraban en su ciudad, hicieron como Jezabel les mandó,
conforme a lo escrito en las cartas que ella les había enviado.
12 Y promulgaron ayuno, y pusieron a Nabot
delante del pueblo.
13 Vinieron entonces dos hombres perversos,
y se sentaron delante de él; y aquellos hombres perversos atestiguaron
contra Nabot delante del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado a Dios
y al rey. Y lo llevaron fuera de la ciudad y lo apedrearon, y murió.
14 Después enviaron a decir a Jezabel:
Nabot ha sido apedreado y ha muerto.
15 Cuando Jezabel oyó que Nabot había sido
apedreado y muerto, dijo a Acab: Levántate y toma la viña de Nabot de
Jezreel, que no te la quiso dar por dinero; porque Nabot no vive, sino
que ha muerto.
16 Y oyendo Acab que Nabot era muerto, se
levantó para descender a la viña de Nabot de Jezreel, para tomar
posesión de ella.
17 Entonces vino palabra de Jehová a Elías
tisbita, diciendo:
18 Levántate, desciende a encontrarte con
Acab rey de Israel, que está en Samaria; he aquí él está en la viña de
Nabot, a la cual ha descendido para tomar posesión de ella.
19 Y le hablarás diciendo: Así ha dicho
Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? Y volverás a hablarle,
diciendo: Así ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los
perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu
misma sangre.
20 Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado,
enemigo mío? El respondió: Te he encontrado, porque te has vendido a
hacer lo malo delante de Jehová.
21 He aquí yo traigo mal sobre ti, y
barreré tu posteridad y destruiré hasta el último varón de la casa de
Acab, tanto el siervo como el libre en Israel.
22 Y pondré tu casa como la casa de
Jeroboam hijo de Nabat, y como la casa de Baasa hijo de Ahías, por la
rebelión con que me provocaste a ira, y con que has hecho pecar a
Israel.
23 De Jezabel también ha hablado Jehová,
diciendo: Los perros comerán a Jezabel en el muro de Jezreel.
24 El que de Acab fuere muerto en la
ciudad, los perros lo comerán, y el que fuere muerto en el campo, lo
comerán las aves del cielo.
25 (A la verdad ninguno fue como Acab, que
se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel
su mujer lo incitaba.
26 El fue en gran manera abominable,
caminando en pos de los ídolos, conforme a todo lo que hicieron los
amorreos, a los cuales lanzó Jehová de delante de los hijos de
Israel.)
27 Y sucedió que cuando Acab oyó estas
palabras, rasgó sus vestidos y puso cilicio sobre su carne, ayunó, y
durmió en cilicio, y anduvo humillado.
28 Entonces vino palabra de Jehová a Elías
tisbita, diciendo:
29 ¿No has visto cómo Acab se ha humillado
delante de mí? Pues por cuanto se ha humillado delante de mí, no
traeré el mal en sus días; en los días de su hijo traeré el mal sobre
su casa.
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1. ¿Por qué se rehusó Nabot en venderle su viña a Acab? (3)
2. ¿Qué le mandó a hacer Jezabel a Nabot? (8-10)
3. ¿Qué profetizó Elías acerca de Acab? (17-22)
4. ¿Qué profetizó Elías que le iba a suceder a Jezabel? (23)
5. ¿Quién tenía parte de la culpa por el vil comportamiento de Acab? (25)
6. ¿Por qué tardó en cumplirse el desastre profetizado contra Acab hasta el reino de su hijo? (27-29)
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Capítulo 22
Micaías profetiza la
derrota de Acab
(2 Cr. 18.1-34)
22:1
Tres años pasaron sin guerra entre los sirios e Israel.
2 Y aconteció al tercer año, que Josafat
rey de Judá descendió al rey de Israel.
3 Y el rey de Israel dijo a sus siervos:
¿No sabéis que Ramot de Galaad es nuestra, y nosotros no hemos hecho
nada para tomarla de mano del rey de Siria?
4 Y dijo a Josafat: ¿Quieres venir conmigo
a pelear contra Ramot de Galaad? Y Josafat respondió al rey de Israel:
Yo soy como tú, y mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como tus
caballos.
5 Dijo luego Josafat al rey de Israel: Yo
te ruego que consultes hoy la palabra de Jehová.
6 Entonces el rey de Israel reunió a los
profetas, como cuatrocientos hombres, a los cuales dijo: ¿Iré a la
guerra contra Ramot de Galaad, o la dejaré? Y ellos dijeron: Sube,
porque Jehová la entregará en mano del rey.
7 Y dijo Josafat: ¿Hay aún aquí algún
profeta de Jehová, por el cual consultemos?
8 El rey de Israel respondió a Josafat:
Aún hay un varón por el cual podríamos consultar a Jehová, Micaías
hijo de Imla; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza bien,
sino solamente mal. Y Josafat dijo: No hable el rey así.
9 Entonces el rey de Israel llamó a un
oficial, y le dijo: Trae pronto a Micaías hijo de Imla.
10 Y el rey de Israel y Josafat rey de
Judá estaban sentados cada uno en su silla, vestidos de sus ropas
reales, en la plaza junto a la entrada de la puerta de Samaria; y
todos los profetas profetizaban delante de ellos.
11 Y Sedequías hijo de Quenaana se había
hecho unos cuernos de hierro, y dijo: Así ha dicho Jehová: Con éstos
acornearás a los sirios hasta acabarlos.
12 Y todos los profetas profetizaban de la
misma manera, diciendo: Sube a Ramot de Galaad, y serás prosperado;
porque Jehová la entregará en mano del rey.
13 Y el mensajero que había ido a llamar a
Micaías, le habló diciendo: He aquí que las palabras de los profetas a
una voz anuncian al rey cosas buenas; sea ahora tu palabra conforme a
la palabra de alguno de ellos, y anuncia también buen éxito.
14 Y Micaías respondió: Vive Jehová, que
lo que Jehová me hablare, eso diré.
15 Vino, pues, al rey, y el rey le dijo:
Micaías, ¿iremos a pelear contra Ramot de Galaad, o la dejaremos? El
le respondió: Sube, y serás prosperado, y Jehová la entregará en mano
del rey.
16 Y el rey le dijo: ¿Hasta cuántas veces
he de exigirte que no me digas sino la verdad en el nombre de Jehová?
17 Entonces él dijo: Yo vi a todo Israel
esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor; y Jehová
dijo: Estos no tienen señor; vuélvase cada uno a su casa en paz.
18 Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿No
te lo había yo dicho? Ninguna cosa buena profetizará él acerca de mí,
sino solamente el mal.
19 Entonces él dijo: Oye, pues, palabra de
Jehová: Yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los
cielos estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda.
20 Y Jehová dijo: ¿Quién inducirá a Acab,
para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno decía de una manera, y
otro decía de otra.
21 Y salió un espíritu y se puso delante
de Jehová, y dijo: Yo le induciré. Y Jehová le dijo: ¿De qué manera?
22 El dijo: Yo saldré, y seré espíritu de
mentira en boca de todos sus profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun
lo conseguirás; ve, pues, y hazlo así.
23 Y ahora, he aquí Jehová ha puesto
espíritu de mentira en la boca de todos tus profetas, y Jehová ha
decretado el mal acerca de ti.
24 Entonces se acercó Sedequías hijo de
Quenaana y golpeó a Micaías en la mejilla, diciendo: ¿Por dónde se fue
de mí el Espíritu de Jehová para hablarte a ti?
25 Y Micaías respondió: He aquí tú lo
verás en aquel día, cuando te irás metiendo de aposento en aposento
para esconderte.
26 Entonces el rey de Israel dijo: Toma a
Micaías, y llévalo a Amón gobernador de la ciudad, y a Joás hijo del
rey;
27 y dirás: Así ha dicho el rey: Echad a
éste en la cárcel, y mantenedle con pan de angustia y con agua de
aflicción, hasta que yo vuelva en paz.
28 Y dijo Micaías: Si llegas a volver en
paz, Jehová no ha hablado por mí. En seguida dijo: Oíd, pueblos todos.
29 Subió, pues, el rey de Israel con
Josafat rey de Judá a Ramot de Galaad.
30 Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo
me disfrazaré, y entraré en la batalla; y tú ponte tus vestidos. Y el
rey de Israel se disfrazó, y entró en la batalla.
31 Mas el rey de Siria había mandado a sus
treinta y dos capitanes de los carros, diciendo: No peleéis ni con
grande ni con chico, sino sólo contra el rey de Israel.
32 Cuando los capitanes de los carros
vieron a Josafat, dijeron: Ciertamente éste es el rey de Israel; y
vinieron contra él para pelear con él; mas el rey Josafat gritó.
33 Viendo entonces los capitanes de los
carros que no era el rey de Israel, se apartaron de él.
34 Y un hombre disparó su arco a la
ventura e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura,
por lo que dijo él a su cochero: Da la vuelta, y sácame del campo,
pues estoy herido.
35 Pero la batalla había arreciado aquel
día, y el rey estuvo en su carro delante de los sirios, y a la tarde
murió; y la sangre de la herida corría por el fondo del carro.
36 Y a la puesta del sol salió un pregón
por el campamento, diciendo: !!Cada uno a su ciudad, y cada cual a su
tierra!
37 Murió, pues, el rey, y fue traído a
Samaria; y sepultaron al rey en Samaria.
38 Y lavaron el carro en el estanque de
Samaria; y los perros lamieron su sangre (y también las rameras se
lavaban allí), conforme a la palabra que Jehová había hablado.
39 El resto de los hechos de Acab, y todo
lo que hizo, y la casa de marfil que construyó, y todas las ciudades
que edificó, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes
de Israel?
40 Y durmió Acab con sus padres, y reinó
en su lugar Ocozías su hijo.
Reinado de Josafat
(2 Cr. 20.31-37)
41 Josafat
hijo de Asa comenzó a reinar sobre Judá en el cuarto año de Acab rey
de Israel.
42 Era Josafat de treinta y cinco años
cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. El
nombre de su madre fue Azuba hija de Silhi.
43 Y anduvo en todo el camino de Asa su
padre, sin desviarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová.
Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados; porque el pueblo
sacrificaba aún, y quemaba incienso en ellos.
44 Y Josafat hizo paz con el rey de
Israel.
45 Los demás hechos de Josafat, y sus
hazañas, y las guerras que hizo, ¿no están escritos en el libro de las
crónicas de los reyes de Judá?
46 Barrió también de la tierra el resto de
los sodomitas que había quedado en el tiempo de su padre Asa.
47 No había entonces rey en Edom; había
gobernador en lugar de rey.
48 Josafat había hecho naves de Tarsis,
las cuales habían de ir a Ofir por oro; mas no fueron, porque se
rompieron en Ezión-geber.
49 Entonces Ocozías hijo de Acab dijo a
Josafat: Vayan mis siervos con los tuyos en las naves. Mas Josafat no
quiso.
50 Y durmió Josafat con sus padres, y fue
sepultado con ellos en la ciudad de David su padre; y en su lugar
reinó Joram su hijo.
Reinado de Ocozías
de Israel
51 Ocozías
hijo de Acab comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, el año
diecisiete de Josafat rey de Judá; y reinó dos años sobre Israel.
52 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová,
y anduvo en el camino de su padre, y en el camino de su madre, y en el
camino de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel;
53 porque sirvió a Baal, y lo adoró, y
provocó a ira a Jehová Dios de Israel, conforme a todas las cosas que
había hecho su padre. |
1. ¿Qué le pidió Acab a Josafath que hiciera? (1-4)
2. ¿Qué quería hacer primero Josafat? (5)
3. ¿Qué le dijeron a Acab que hiciera sus cuatrocientos profetas? (6,10-12)
4. ¿Por qué odiaba Acab a Micaías? (7-8,18)
5. ¿Qué dijo Micaías que le pasaría a Israel? (17)
6. ¿Qué ordenó Acab que se le hiciera a Micaías? (26-27)
7. ¿Qué le pasó a Acab en la batalla? (34-37)
8. ¿A quiénes quitó Josafat de la tierra de Judá? (46)
9. ¿Qué pasó con las naves de Josafat? (48)
10. ¿Cómo se conducía Ocozías durante los dos años de su reino en Israel? (51-53)
Cuestionario de 1 Reyes Capitulos 12-22
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