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Oprima-el numero del Capítulo Que USTED DESEA Estudiar
1 Reyes 1
2 3
4 5
6 7
8 9
10
11
| 12-22 |
Después de leer cada capítulo, por favor responda las
preguntas de estudio relacionadas.
1 Reyes
La
primera parte de este libro registra el reinado de cuarenta años del rey
de Salomón. La segunda parte registra la división del reino unido en dos
reinos - Israel y Judá y los primeros ochenta años de los dos reinos.
Incluye el ministerio de Elías y el llamado de Eliseo.
Capítulo
1
Abisag sirve a David
1:1
Cuando el rey David era viejo y avanzado en días, le cubrían de ropas,
pero no se calentaba.
2 Le dijeron, por tanto, sus siervos:
Busquen para mi señor el rey una joven virgen, para que esté delante
del rey y lo abrigue, y duerma a su lado, y entrará en calor mi señor
el rey.
3 Y buscaron una joven hermosa por toda la
tierra de Israel, y hallaron a Abisag sunamita, y la trajeron al rey.
4 Y la joven era hermosa; y ella abrigaba
al rey, y le servía; pero el rey nunca la conoció.
Adonías usurpa el
trono
5 Entonces
Adonías hijo de Haguit se rebeló, diciendo: Yo reinaré. Y se hizo de
carros y de gente de a caballo, y de cincuenta hombres que corriesen
delante de él.
6 Y su padre nunca le había entristecido
en todos sus días con decirle: ¿Por qué haces así? Además, éste era de
muy hermoso parecer; y había nacido después de Absalón.
7 Y se había puesto de acuerdo con Joab
hijo de Sarvia y con el sacerdote Abiatar, los cuales ayudaban a
Adonías.
8 Pero el sacerdote Sadoc, y Benaía hijo
de Joiada, el profeta Natán, Simei, Rei y todos los grandes de David,
no seguían a Adonías.
9 Y matando Adonías ovejas y vacas y
animales gordos junto a la peña de Zohelet, la cual está cerca de la
fuente de Rogel, convidó a todos sus hermanos los hijos del rey, y a
todos los varones de Judá, siervos del rey;
10 pero no convidó al profeta Natán, ni a
Benaía, ni a los grandes, ni a Salomón su hermano.
11 Entonces habló Natán a Betsabé madre de
Salomón, diciendo: ¿No has oído que reina Adonías hijo de Haguit, sin
saberlo David nuestro señor?
12 Ven pues, ahora, y toma mi consejo,
para que conserves tu vida, y la de tu hijo Salomón.
13 Ve y entra al rey David, y dile: Rey
señor mío, ¿no juraste a tu sierva, diciendo: Salomón tu hijo reinará
después de mí, y él se sentará en mi trono? ¿Por qué, pues, reina
Adonías?
14 Y estando tú aún hablando con el rey,
yo entraré tras ti y reafirmaré tus razones.
15 Entonces Betsabé entró a la cámara del
rey; y el rey era muy viejo, y Abisag sunamita le servía.
16 Y Betsabé se inclinó, e hizo reverencia
al rey. Y el rey dijo: ¿Qué tienes?
17 Y ella le respondió: Señor mío, tú
juraste a tu sierva por Jehová tu Dios, diciendo: Salomón tu hijo
reinará después de mí, y él se sentará en mi trono.
18 Y he aquí ahora Adonías reina, y tú, mi
señor rey, hasta ahora no lo sabes.
19 Ha matado bueyes, y animales gordos, y
muchas ovejas, y ha convidado a todos los hijos del rey, al sacerdote
Abiatar, y a Joab general del ejército; mas a Salomón tu siervo no ha
convidado.
20 Entre tanto, rey señor mío, los ojos de
todo Israel están puestos en ti, para que les declares quién se ha de
sentar en el trono de mi señor el rey después de él.
21 De otra manera sucederá que cuando mi
señor el rey duerma con sus padres, yo y mi hijo Salomón seremos
tenidos por culpables.
22 Mientras aún hablaba ella con el rey,
he aquí vino el profeta Natán.
23 Y dieron aviso al rey, diciendo: He
aquí el profeta Natán; el cual, cuando entró al rey, se postró delante
del rey inclinando su rostro a tierra.
24 Y dijo Natán: Rey señor mío, ¿has dicho
tú: Adonías reinará después de mí, y él se sentará en mi trono?
25 Porque hoy ha descendido, y ha matado
bueyes y animales gordos y muchas ovejas, y ha convidado a todos los
hijos del rey, y a los capitanes del ejército, y también al sacerdote
Abiatar; y he aquí, están comiendo y bebiendo delante de él, y han
dicho: !!Viva el rey Adonías!
26 Pero ni a mí tu siervo, ni al sacerdote
Sadoc, ni a Benaía hijo de Joiada, ni a Salomón tu siervo, ha
convidado.
27 ¿Es este negocio ordenado por mi señor
el rey, sin haber declarado a tus siervos quién se había de sentar en
el trono de mi señor el rey después de él?
David proclama rey a
Salomón
28 Entonces
el rey David respondió y dijo: Llamadme a Betsabé. Y ella entró a la
presencia del rey, y se puso delante del rey.
29 Y el rey juró diciendo: Vive Jehová,
que ha redimido mi alma de toda angustia,
30 que como yo te he jurado por Jehová
Dios de Israel, diciendo: Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él
se sentará en mi trono en lugar mío; que así lo haré hoy.
31 Entonces Betsabé se inclinó ante el rey,
con su rostro a tierra, y haciendo reverencia al rey, dijo: Viva mi
señor el rey David para siempre.
32 Y el rey David dijo: Llamadme al
sacerdote Sadoc, al profeta Natán, y a Benaía hijo de Joiada. Y ellos
entraron a la presencia del rey.
33 Y el rey les dijo: Tomad con vosotros
los siervos de vuestro señor, y montad a Salomón mi hijo en mi mula, y
llevadlo a Gihón;
34 y allí lo ungirán el sacerdote Sadoc y
el profeta Natán como rey sobre Israel, y tocaréis trompeta, diciendo:
!!Viva el rey Salomón!
35 Después iréis vosotros detrás de él, y
vendrá y se sentará en mi trono, y él reinará por mí; porque a él he
escogido para que sea príncipe sobre Israel y sobre Judá.
36 Entonces Benaía hijo de Joiada
respondió al rey y dijo: Amén. Así lo diga Jehová, Dios de mi señor el
rey.
37 De la manera que Jehová ha estado con
mi señor el rey, así esté con Salomón, y haga mayor su trono que el
trono de mi señor el rey David.
38 Y descendieron el sacerdote Sadoc, el
profeta Natán, Benaía hijo de Joiada, y los cereteos y los peleteos, y
montaron a Salomón en la mula del rey David, y lo llevaron a Gihón.
39 Y tomando el sacerdote Sadoc el cuerno
del aceite del tabernáculo, ungió a Salomón; y tocaron trompeta, y
dijo todo el pueblo: !!Viva el rey Salomón!
40 Después subió todo el pueblo en pos de
él, y cantaba la gente con flautas, y hacían grandes alegrías, que
parecía que la tierra se hundía con el clamor de ellos.
41 Y lo oyó Adonías, y todos los
convidados que con él estaban, cuando ya habían acabado de comer. Y
oyendo Joab el sonido de la trompeta, dijo: ¿Por qué se alborota la
ciudad con estruendo?
42 Mientras él aún hablaba, he aquí vino
Jonatán hijo del sacerdote Abiatar, al cual dijo Adonías: Entra,
porque tú eres hombre valiente, y traerás buenas nuevas.
43 Jonatán respondió y dijo a Adonías:
Ciertamente nuestro señor el rey David ha hecho rey a Salomón;
44 y el rey ha enviado con él al sacerdote
Sadoc y al profeta Natán, y a Benaía hijo de Joiada, y también a los
cereteos y a los peleteos, los cuales le montaron en la mula del rey;
45 y el sacerdote Sadoc y el profeta Natán
lo han ungido por rey en Gihón, y de allí han subido con alegrías, y
la ciudad está llena de estruendo. Este es el alboroto que habéis oído.
46 También Salomón se ha sentado en el
trono del reino,
47 y aun los siervos del rey han venido a
bendecir a nuestro señor el rey David, diciendo: Dios haga bueno el
nombre de Salomón más que tu nombre, y haga mayor su trono que el tuyo.
Y el rey adoró en la cama.
48 Además el rey ha dicho así: Bendito sea
Jehová Dios de Israel, que ha dado hoy quien se siente en mi trono,
viéndolo mis ojos.
49 Ellos entonces se estremecieron, y se
levantaron todos los convidados que estaban con Adonías, y se fue cada
uno por su camino.
50 Mas Adonías, temiendo de la presencia
de Salomón, se levantó y se fue, y se asió de los cuernos del altar.
51 Y se lo hicieron saber a Salomón,
diciendo: He aquí que Adonías tiene miedo del rey Salomón, pues se ha
asido de los cuernos del altar, diciendo: Júreme hoy el rey Salomón
que no matará a espada a su siervo.
52 Y Salomón dijo: Si él fuere hombre de
bien, ni uno de sus cabellos caerá en tierra; mas si se hallare mal en
él, morirá.
53 Y envió el rey Salomón, y lo trajeron
del altar; y él vino, y se inclinó ante el rey Salomón. Y Salomón le
dijo: Vete a tu casa. |
1. ¿Qué problema físico tenía el rey
David? (1)
2. ¿Cómo sirvió Abisag al rey David?
(2-4)
3. ¿Quién se hizo rey sin saberlo David?
(5-6)
4. ¿Qué hizo Betsabé conforme al consejo
de Natán? (16-21,28-31)
5. Según las instracciones que dio David,
¿Quién fue nombrado rey de Israel? (38-40)
6. Al escuchar esto, ¿qué hizo Adonías?
(50-53)
Pregunta de discusión
1. Cuente en sus propias palabras lo que
sucedió en este capítulo. (1-53)
2. ¿Cómo hubiera evitado el rey David la
confusión sobre quién iba a ser el siguiente rey y así prevenir el
conflicto entre Salomón y Adonías? (1-53)
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Capítulo
2
Mandato de David a
Salomón
2:1
Llegaron los días en que David había de morir, y ordenó a Salomón su
hijo, diciendo:
2 Yo sigo el camino de todos en la tierra;
esfuérzate, y sé hombre.
3 Guarda los preceptos de Jehová tu Dios,
andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus
decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de
Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que
emprendas;
4 para que confirme Jehová la palabra que
me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante
de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma, jamás, dice,
faltará a ti varón en el trono de Israel.
5 Ya sabes tú lo que me ha hecho Joab hijo
de Sarvia, lo que hizo a dos generales del ejército de Israel, a Abner
hijo de Ner y a Amasa hijo de Jeter, a los cuales él mató, derramando
en tiempo de paz la sangre de guerra, y poniendo sangre de guerra en
el talabarte que tenía sobre sus lomos, y en los zapatos que tenía en
sus pies.
6 Tú, pues, harás conforme a tu sabiduría;
no dejarás descender sus canas al Seol en paz.
7 Mas a los hijos de Barzilai galaadita
harás misericordia, que sean de los convidados a tu mesa; porque ellos
vinieron de esta manera a mí, cuando iba huyendo de Absalón tu hermano.
8 También tienes contigo a Simei hijo de
Gera, hijo de Benjamín, de Bahurim, el cual me maldijo con una
maldición fuerte el día que yo iba a Mahanaim. Mas él mismo descendió
a recibirme al Jordán, y yo le juré por Jehová diciendo: Yo no te
mataré a espada.
9 Pero ahora no lo absolverás; pues hombre
sabio eres, y sabes cómo debes hacer con él; y harás descender sus
canas con sangre al Seol.
Muerte de David
(1 Cr. 29. 26-30)
10 Y durmió
David con sus padres, y fue sepultado en su ciudad.
11 Los días que reinó David sobre Israel
fueron cuarenta años; siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres
años reinó en Jerusalén.
12 Y se sentó Salomón en el trono de David
su padre, y su reino fue firme en gran manera.
Salomón afirma su
reino
13 Entonces
Adonías hijo de Haguit vino a Betsabé madre de Salomón; y ella le dijo:
¿Es tu venida de paz? El respondió: Sí, de paz.
14 En seguida dijo: Una palabra tengo que
decirte. Y ella dijo: Di.
15 El dijo: Tú sabes que el reino era mío,
y que todo Israel había puesto en mí su rostro para que yo reinara;
mas el reino fue traspasado, y vino a ser de mi hermano, porque por
Jehová era suyo.
16 Ahora yo te hago una petición; no me la
niegues. Y ella le dijo: Habla.
17 El entonces dijo: Yo te ruego que
hables al rey Salomón (porque él no te lo negará), para que me dé
Abisag sunamita por mujer.
18 Y Betsabé dijo: Bien; yo hablaré por ti
al rey.
19 Vino Betsabé al rey Salomón para
hablarle por Adonías. Y el rey se levantó a recibirla, y se inclinó
ante ella, y volvió a sentarse en su trono, e hizo traer una silla
para su madre, la cual se sentó a su diestra.
20 Y ella dijo: Una pequeña petición
pretendo de ti; no me la niegues. Y el rey le dijo: Pide, madre mía,
que yo no te la negaré.
21 Y ella dijo: Dése Abisag sunamita por
mujer a tu hermano Adonías.
22 El rey Salomón respondió y dijo a su
madre: ¿Por qué pides a Abisag sunamita para Adonías? Demanda también
para él el reino; porque él es mi hermano mayor, y ya tiene también al
sacerdote Abiatar, y a Joab hijo de Sarvia.
23 Y el rey Salomón juró por Jehová,
diciendo: Así me haga Dios y aun me añada, que contra su vida ha
hablado Adonías estas palabras.
24 Ahora, pues, vive Jehová, quien me ha
confirmado y me ha puesto sobre el trono de David mi padre, y quien me
ha hecho casa, como me había dicho, que Adonías morirá hoy.
25 Entonces el rey Salomón envió por mano
de Benaía hijo de Joiada, el cual arremetió contra él, y murió.
26 Y el rey dijo al sacerdote Abiatar:
Vete a Anatot, a tus heredades, pues eres digno de muerte; pero no te
mataré hoy, por cuanto has llevado el arca de Jehová el Señor delante
de David mi padre, y además has sido afligido en todas las cosas en
que fue afligido mi padre.
27 Así echó Salomón a Abiatar del
sacerdocio de Jehová, para que se cumpliese la palabra de Jehová que
había dicho sobre la casa de Elí en Silo.
28 Y vino la noticia a Joab; porque
también Joab se había adherido a Adonías, si bien no se había adherido
a Absalón. Y huyó Joab al tabernáculo de Jehová, y se asió de los
cuernos del altar.
29 Y se le hizo saber a Salomón que Joab
había huido al tabernáculo de Jehová, y que estaba junto al altar.
Entonces envió Salomón a Benaía hijo de Joiada, diciendo: Ve, y
arremete contra él.
30 Y entró Benaía al tabernáculo de Jehová,
y le dijo: El rey ha dicho que salgas. Y él dijo: No, sino que aquí
moriré. Y Benaía volvió con esta respuesta al rey, diciendo: Así dijo
Joab, y así me respondió.
31 Y el rey le dijo: Haz como él ha dicho;
mátale y entiérrale, y quita de mí y de la casa de mi padre la sangre
que Joab ha derramado injustamente.
32 Y Jehová hará volver su sangre sobre su
cabeza; porque él ha dado muerte a dos varones más justos y mejores
que él, a los cuales mató a espada sin que mi padre David supiese
nada: a Abner hijo de Ner, general del ejército de Israel, y a Amasa
hijo de Jeter, general del ejército de Judá.
33 La sangre, pues, de ellos recaerá sobre
la cabeza de Joab, y sobre la cabeza de su descendencia para siempre;
mas sobre David y sobre su descendencia, y sobre su casa y sobre su
trono, habrá perpetuamente paz de parte de Jehová.
34 Entonces Benaía hijo de Joiada subió y
arremetió contra él, y lo mató; y fue sepultado en su casa en el
desierto.
35 Y el rey puso en su lugar a Benaía hijo
de Joiada sobre el ejército, y a Sadoc puso el rey por sacerdote en
lugar de Abiatar.
36 Después envió el rey e hizo venir a
Simei, y le dijo: Edifícate una casa en Jerusalén y mora ahí, y no
salgas de allí a una parte ni a otra;
37 porque sabe de cierto que el día que
salieres y pasares el torrente de Cedrón, sin duda morirás, y tu
sangre será sobre tu cabeza.
38 Y Simei dijo al rey: La palabra es
buena; como el rey mi señor ha dicho, así lo hará tu siervo. Y habitó
Simei en Jerusalén muchos días.
39 Pero pasados tres años, aconteció que
dos siervos de Simei huyeron a Aquis hijo de Maaca, rey de Gat. Y
dieron aviso a Simei, diciendo: He aquí que tus siervos están en Gat.
40 Entonces Simei se levantó y ensilló su
asno y fue a Aquis en Gat, para buscar a sus siervos. Fue, pues, Simei,
y trajo sus siervos de Gat.
41 Luego fue dicho a Salomón que Simei
había ido de Jerusalén hasta Gat, y que había vuelto.
42 Entonces el rey envió e hizo venir a
Simei, y le dijo: ¿No te hice jurar yo por Jehová, y te protesté
diciendo: El día que salieres y fueres acá o allá, sabe de cierto que
morirás? Y tú me dijiste: La palabra es buena, yo la obedezco.
43 ¿Por qué, pues, no guardaste el
juramento de Jehová, y el mandamiento que yo te impuse?
44 Dijo además el rey a Simei: Tú sabes
todo el mal, el cual tu corazón bien sabe, que cometiste contra mi
padre David; Jehová, pues, ha hecho volver el mal sobre tu cabeza.
45 Y el rey Salomón será bendito, y el
trono de David será firme perpetuamente delante de Jehová.
46 Entonces el rey mandó a Benaía hijo de
Joiada, el cual salió y lo hirió, y murió.
Y el reino fue confirmado en la mano de
Salomón.
|
1. ¿A quién le dijo David
a Salomón que matara? (5-6,8-9)
2. ¿Cuántos años reinó
David? (11)
3. ¿Por causa de qué
petición recibió la muerte Adonías? (16-23)
4. ¿Quién fue puesto por
sacerdote en lugar de Abiatar? (28-35)
5. ¿Quién mató a Joab y
luego fue puesto sobre el ejército de Salomón? (26-27,35)
6. ¿A quién más mató
Benaía? (44-46)
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Capítulo
3
Salomón se casa con
la hija de Faraón
3:1
Salomón hizo parentesco con Faraón rey de Egipto, pues tomó la hija de
Faraón, y la trajo a la ciudad de David, entre tanto que acababa de
edificar su casa, y la casa de Jehová, y los muros de Jerusalén
alrededor.
2 Hasta entonces el pueblo sacrificaba en
los lugares altos; porque no había casa edificada al nombre de Jehová
hasta aquellos tiempos.
Salomón pide
sabiduría
(2 Cr. 1.1-13)
3 Mas Salomón
amó a Jehová, andando en los estatutos de su padre David; solamente
sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
4 E iba el rey a Gabaón, porque aquél era
el lugar alto principal, y sacrificaba allí; mil holocaustos
sacrificaba Salomón sobre aquel altar.
5 Y se le apareció Jehová a Salomón en
Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo
te dé.
6 Y Salomón dijo: Tú hiciste gran
misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de
ti en verdad, en justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y
tú le has reservado esta tu gran misericordia, en que le diste hijo
que se sentase en su trono, como sucede en este día.
7 Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has
puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy
joven, y no sé cómo entrar ni salir.
8 Y tu siervo está en medio de tu pueblo
al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni
numerar por su multitud.
9 Da, pues, a tu siervo corazón entendido
para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo;
porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?
10 Y agradó delante del Señor que Salomón
pidiese esto.
11 Y le dijo Dios: Porque has demandado
esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas,
ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti
inteligencia para oír juicio,
12 he aquí lo he hecho conforme a tus
palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que
no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará
otro como tú.
13 Y aun también te he dado las cosas que
no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes
ninguno haya como tú en todos tus días.
14 Y si anduvieres en mis caminos,
guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu
padre, yo alargaré tus días.
15 Cuando Salomón despertó, vio que era
sueño; y vino a Jerusalén, y se presentó delante del arca del pacto de
Jehová, y sacrificó holocaustos y ofreció sacrificios de paz, e hizo
también banquete a todos sus siervos.
Sabiduría y
prosperidad de Salomón
16 En aquel
tiempo vinieron al rey dos mujeres rameras, y se presentaron delante
de él.
17 Y dijo una de ellas: !!Ah, señor mío!
Yo y esta mujer morábamos en una misma casa, y yo di a luz estando con
ella en la casa.
18 Aconteció al tercer día después de dar
yo a luz, que ésta dio a luz también, y morábamos nosotras juntas;
ninguno de fuera estaba en casa, sino nosotras dos en la casa.
19 Y una noche el hijo de esta mujer murió,
porque ella se acostó sobre él.
20 Y se levantó a medianoche y tomó a mi
hijo de junto a mí, estando yo tu sierva durmiendo, y lo puso a su
lado, y puso al lado mío su hijo muerto.
21 Y cuando yo me levanté de madrugada
para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; pero lo
observé por la mañana, y vi que no era mi hijo, el que yo había dado a
luz.
22 Entonces la otra mujer dijo: No; mi
hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto. Y la otra volvió a decir:
No; tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive. Así hablaban
delante del rey.
23 El rey entonces dijo: Esta dice: Mi
hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto; y la otra dice: No, mas
el tuyo es el muerto, y mi hijo es el que vive.
24 Y dijo el rey: Traedme una espada. Y
trajeron al rey una espada.
25 En seguida el rey dijo: Partid por
medio al niño vivo, y dad la mitad a la una, y la otra mitad a la otra.
26 Entonces la mujer de quien era el hijo
vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo),
y dijo: !!Ah, señor mío! dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas
la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo.
27 Entonces el rey respondió y dijo: Dad a
aquélla el hijo vivo, y no lo matéis; ella es su madre.
28 Y todo Israel oyó aquel juicio que
había dado el rey; y temieron al rey, porque vieron que había en él
sabiduría de Dios para juzgar. |
1. ¿Con quién se casó Salomón? (1)
2. ¿Qué oportunidad se le ofreció a
Salomón cuando el Señor se le apareció? (5)
3. ¿Qué pidió Salomón? (9)
4. Aparte de lo que Salomón pidió ¿qué
más le concedió el Señor? (12-13)
5. ¿Qué incidente sucedió que demostró la
sabiduría que Dios le había dado a Salomón? (16-28)
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Capítulo
4
4:1 Reinó, pues, el rey Salomón sobre
todo Israel.
2 Y estos fueron los jefes que tuvo:
Azarías hijo del sacerdote Sadoc;
3 Elihoref y Ahías, hijos de Sisa,
secretarios; Josafat hijo de Ahilud, canciller;
4 Benaía hijo de Joiada sobre el ejército;
Sadoc y Abiatar, los sacerdotes;
5 Azarías hijo de Natán, sobre los
gobernadores; Zabud hijo de Natán, ministro principal y amigo del rey;
6 Ahisar, mayordomo; y Adoniram hijo de
Abda, sobre el tributo.
7 Tenía Salomón doce gobernadores sobre
todo Israel, los cuales mantenían al rey y a su casa. Cada uno de
ellos estaba obligado a abastecerlo por un mes en el año.
8 Y estos son los nombres de ellos: el
hijo de Hur en el monte de Efraín;
9 el hijo de Decar en Macaz, en Saalbim,
en Bet-semes, en Elón y en Bet-hanán;
10 el hijo de Hesed en Arubot; éste tenía
también a Soco y toda la tierra de Hefer;
11 el hijo de Abinadab en todos los
territorios de Dor; éste tenía por mujer a Tafat hija de Salomón;
12 Baana hijo de Ahilud en Taanac y
Meguido, en toda Bet-seán, que está cerca de Saretán, más abajo de
Jezreel, desde Bet-seán hasta Abel-mehola, y hasta el otro lado de
Jocmeam;
13 el hijo de Geber en Ramot de Galaad;
éste tenía también las ciudades de Jair hijo de Manasés, las cuales
estaban en Galaad; tenía también la provincia de Argob que estaba en
Basán, sesenta grandes ciudades con muro y cerraduras de bronce;
14 Ahinadab hijo de Iddo en Mahanaim;
15 Ahimaas en Neftalí; éste tomó también
por mujer a Basemat hija de Salomón.
16 Baana hijo de Husai, en Aser y en Alot;
17 Josafat hijo de Parúa, en Isacar;
18 Simei hijo de Ela, en Benjamín;
19 Geber hijo de Uri, en la tierra de
Galaad, la tierra de Sehón rey de los amorreos y de Og rey de Basán;
éste era el único gobernador en aquella tierra.
20 Judá e Israel eran muchos, como la
arena que está junto al mar en multitud, comiendo, bebiendo y
alegrándose.
21 Y Salomón señoreaba sobre todos los
reinos desde el Eufrates hasta la tierra de los filisteos y el límite
con Egipto; y traían presentes, y sirvieron a Salomón todos los días
que vivió.
22 Y la provisión de Salomón para cada día
era de treinta coros de flor de harina, sesenta coros de harina,
23 diez bueyes gordos, veinte bueyes de
pasto y cien ovejas; sin los ciervos, gacelas, corzos y aves gordas.
24 Porque él señoreaba en toda la región
al oeste del Eufrates, desde Tifsa hasta Gaza, sobre todos los reyes
al oeste del Eufrates; y tuvo paz por todos lados alrededor.
25 Y Judá e Israel vivían seguros, cada
uno debajo de su parra y debajo de su higuera, desde Dan hasta
Beerseba, todos los días de Salomón.
26 Además de esto, Salomón tenía cuarenta
mil caballos en sus caballerizas para sus carros, y doce mil jinetes.
27 Y estos gobernadores mantenían al rey
Salomón, y a todos los que a la mesa del rey Salomón venían, cada uno
un mes, y hacían que nada faltase.
28 Hacían también traer cebada y paja para
los caballos y para las bestias de carga, al lugar donde él estaba,
cada uno conforme al turno que tenía.
29 Y Dios dio a Salomón sabiduría y
prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a
la orilla del mar.
30 Era mayor la sabiduría de Salomón que
la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los egipcios.
31 Aun fue más sabio que todos los
hombres, más que Etán ezraíta, y que Hemán, Calcol y Darda, hijos de
Mahol; y fue conocido entre todas las naciones de alrededor.
32 Y compuso tres mil proverbios, y sus
cantares fueron mil cinco.
33 También disertó sobre los árboles,
desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que nace en la pared.
Asimismo disertó sobre los animales, sobre las aves, sobre los
reptiles y sobre los peces.
34 Y para oír la sabiduría de Salomón
venían de todos los pueblos y de todos los reyes de la tierra, adonde
había llegado la fama de su sabiduría.
|
1. ¿Quién mantenía a Salomón? (7,27-28)
2. ¿Cómo se comparaba las sabiduría de
Salomón con la de los demás? (29-31)
3. ¿Cuántos proverbios y cantares compuso
Salomón? (32)
4. ¿Sobre que otros temas habló Salomón?
(33)
5. ¿De dónde venía la gente para oír la
sabiduría de Salomón? (34)
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Capítulo
5
Pacto de Salomón con
Hiram
(2 Cr. 2.1-18)
5:1 Hiram
rey de Tiro envió también sus siervos a Salomón, luego que oyó que lo
habían ungido por rey en lugar de su padre; porque Hiram siempre había
amado a David.
2 Entonces Salomón envió a decir a Hiram:
3 Tú sabes que mi padre David no pudo
edificar casa al nombre de Jehová su Dios, por las guerras que le
rodearon, hasta que Jehová puso sus enemigos bajo las plantas de sus
pies.
4 Ahora Jehová mi Dios me ha dado paz por
todas partes; pues ni hay adversarios, ni mal que temer.
5 Yo, por tanto, he determinado ahora
edificar casa al nombre de Jehová mi Dios, según lo que Jehová habló a
David mi padre, diciendo: Tu hijo, a quien yo pondré en lugar tuyo en
tu trono, él edificará casa a mi nombre.
6 Manda, pues, ahora, que me corten cedros
del Líbano; y mis siervos estarán con los tuyos, y yo te daré por tus
siervos el salario que tú dijeres; porque tú sabes bien que ninguno
hay entre nosotros que sepa labrar madera como los sidonios.
7 Cuando Hiram oyó las palabras de Salomón,
se alegró en gran manera, y dijo: Bendito sea hoy Jehová, que dio hijo
sabio a David sobre este pueblo tan grande.
8 Y envió Hiram a decir a Salomón: He oído
lo que me mandaste a decir; yo haré todo lo que te plazca acerca de la
madera de cedro y la madera de ciprés.
9 Mis siervos la llevarán desde el Líbano
al mar, y la enviaré en balsas por mar hasta el lugar que tú me
señales, y allí se desatará, y tú la tomarás; y tú cumplirás mi deseo
al dar de comer a mi familia.
10 Dio, pues, Hiram a Salomón madera de
cedro y madera de ciprés, toda la que quiso.
11 Y Salomón daba a Hiram veinte mil coros
de trigo para el sustento de su familia, y veinte coros de aceite puro;
esto daba Salomón a Hiram cada año.
12 Jehová, pues, dio a Salomón sabiduría
como le había dicho; y hubo paz entre Hiram y Salomón, e hicieron
pacto entre ambos.
13 Y el rey Salomón decretó leva en todo
Israel, y la leva fue de treinta mil hombres,
14 los cuales enviaba al Líbano de diez
mil en diez mil, cada mes por turno, viniendo así a estar un mes en el
Líbano, y dos meses en sus casas; y Adoniram estaba encargado de
aquella leva.
15 Tenía también Salomón setenta mil que
llevaban las cargas, y ochenta mil cortadores en el monte;
16 sin los principales oficiales de
Salomón que estaban sobre la obra, tres mil trescientos, los cuales
tenían a cargo el pueblo que hacía la obra.
17 Y mandó el rey que trajesen piedras
grandes, piedras costosas, para los cimientos de la casa, y piedras
labradas.
18 Y los albañiles de Salomón y los de
Hiram, y los hombres de Gebal, cortaron y prepararon la madera y la
cantería para labrar la casa. |
1. ¿Qué pidió Salomón de Hiram rey de
Tiro? (6)
2. ¿Qué había de hacer Salomón por Hiram?
(9-12)
3. ¿Cuántos israelitas empleó Salomón
para prepar los materiales para el templo? (13-16)
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Capítulo
6
Salomón edifica el
templo
(2 Cr. 3.1-14)
6:1 En el
año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel salieron de
Egipto, el cuarto año del principio del reino de Salomón sobre Israel,
en el mes de Zif, que es el mes segundo, comenzó él a edificar la casa
de Jehová.
2 La casa que el rey Salomón edificó a
Jehová tenía sesenta codos de largo y veinte de ancho, y treinta codos
de alto.
3 Y el pórtico delante del templo de la
casa tenía veinte codos de largo a lo ancho de la casa, y el ancho
delante de la casa era de diez codos.
4 E hizo a la casa ventanas anchas por
dentro y estrechas por fuera.
5 Edificó también junto al muro de la casa
aposentos alrededor, contra las paredes de la casa alrededor del
templo y del lugar santísimo; e hizo cámaras laterales alrededor.
6 El aposento de abajo era de cinco codos
de ancho, el de en medio de seis codos de ancho, y el tercero de siete
codos de ancho; porque por fuera había hecho disminuciones a la casa
alrededor, para no empotrar las vigas en las paredes de la casa.
7 Y cuando se edificó la casa, la
fabricaron de piedras que traían ya acabadas, de tal manera que cuando
la edificaban, ni martillos ni hachas se oyeron en la casa, ni ningún
otro instrumento de hierro.
8 La puerta del aposento de en medio
estaba al lado derecho de la casa; y se subía por una escalera de
caracol al de en medio, y del aposento de en medio al tercero.
9 Labró, pues, la casa, y la terminó; y la
cubrió con artesonados de cedro.
10 Edificó asimismo el aposento alrededor
de toda la casa, de altura de cinco codos, el cual se apoyaba en la
casa con maderas de cedro.
11 Y vino palabra de Jehová a Salomón,
diciendo:
12 Con relación a esta casa que tú
edificas, si anduvieres en mis estatutos e hicieres mis decretos, y
guardares todos mis mandamientos andando en ellos, yo cumpliré contigo
mi palabra que hablé a David tu padre;
13 y habitaré en ella en medio de los
hijos de Israel, y no dejaré a mi pueblo Israel.
14 Así, pues, Salomón labró la casa y la
terminó.
15 Y cubrió las paredes de la casa con
tablas de cedro, revistiéndola de madera por dentro, desde el suelo de
la casa hasta las vigas de la techumbre; cubrió también el pavimento
con madera de ciprés.
16 Asimismo hizo al final de la casa un
edificio de veinte codos, de tablas de cedro desde el suelo hasta lo
más alto; así hizo en la casa un aposento que es el lugar santísimo.
17 La casa, esto es, el templo de adelante,
tenía cuarenta codos.
18 Y la casa estaba cubierta de cedro por
dentro, y tenía entalladuras de calabazas silvestres y de botones de
flores. Todo era cedro; ninguna piedra se veía.
19 Y adornó el lugar santísimo por dentro
en medio de la casa, para poner allí el arca del pacto de Jehová.
20 El lugar santísimo estaba en la parte
de adentro, el cual tenía veinte codos de largo, veinte de ancho, y
veinte de altura; y lo cubrió de oro purísimo; asimismo cubrió de oro
el altar de cedro.
21 De manera que Salomón cubrió de oro
puro la casa por dentro, y cerró la entrada del santuario con cadenas
de oro, y lo cubrió de oro.
22 Cubrió, pues, de oro toda la casa de
arriba abajo, y asimismo cubrió de oro todo el altar que estaba frente
al lugar santísimo.
23 Hizo también en el lugar santísimo dos
querubines de madera de olivo, cada uno de diez codos de altura.
24 Una ala del querubín tenía cinco codos,
y la otra ala del querubín otros cinco codos; así que había diez codos
desde la punta de una ala hasta la punta de la otra.
25 Asimismo el otro querubín tenía diez
codos; porque ambos querubines eran de un mismo tamaño y de una misma
hechura.
26 La altura del uno era de diez codos, y
asimismo la del otro.
27 Puso estos querubines dentro de la casa
en el lugar santísimo, los cuales extendían sus alas, de modo que el
ala de uno tocaba una pared, y el ala del otro tocaba la otra pared, y
las otras dos alas se tocaban la una a la otra en medio de la casa.
28 Y cubrió de oro los querubines.
29 Y esculpió todas las paredes de la casa
alrededor de diversas figuras, de querubines, de palmeras y de botones
de flores, por dentro y por fuera.
30 Y cubrió de oro el piso de la casa, por
dentro y por fuera.
31 A la entrada del santuario hizo puertas
de madera de olivo; y el umbral y los postes eran de cinco esquinas.
32 Las dos puertas eran de madera de olivo;
y talló en ellas figuras de querubines, de palmeras y de botones de
flores, y las cubrió de oro; cubrió también de oro los querubines y
las palmeras.
33 Igualmente hizo a la puerta del templo
postes cuadrados de madera de olivo.
34 Pero las dos puertas eran de madera de
ciprés; y las dos hojas de una puerta giraban, y las otras dos hojas
de la otra puerta también giraban.
35 Y talló en ellas querubines y palmeras
y botones de flores, y las cubrió de oro ajustado a las talladuras.
36 Y edificó el atrio interior de tres
hileras de piedras labradas, y de una hilera de vigas de cedro.
37 En el cuarto año, en el mes de Zif, se
echaron los cimientos de la casa de Jehová.
38 Y en el undécimo año, en el mes de Bul,
que es el mes octavo, fue acabada la casa con todas sus dependencias,
y con todo lo necesario. La edificó, pues, en siete años.
|
1. ¿Cuántos años después
de que Israel salió de de Egipto empezó Salomón a construir el templo?
(1)
2. ¿Cómo eran las dimensiones del
templo? (2-3)
3. ¿Qué se
edificaron alrededor del templo? (5-6)
4. ¿Qué
sonido no se oía en el templo durante la construcción? (7)
5. ¿Qué
le prometió el Señor a Salomón si él guardara los estatutos de Dios?
(11-13)
6.
¿Con qué material fue cubierto el interior del templo? (21-22)
7.
¿En cuántos años se edificó el templo? (38)
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Capítulo
7
Otros edificios de
Salomón
7:1
Después edificó Salomón su propia casa en trece años, y la terminó
toda.
2 Asimismo edificó la casa del bosque del
Líbano, la cual tenía cien codos de longitud, cincuenta codos de
anchura y treinta codos de altura, sobre cuatro hileras de columnas de
cedro, con vigas de cedro sobre las columnas.
3 Y estaba cubierta de tablas de cedro
arriba sobre las vigas, que se apoyaban en cuarenta y cinco columnas;
cada hilera tenía quince columnas.
4 Y había tres hileras de ventanas, una
ventana contra la otra en tres hileras.
5 Todas las puertas y los postes eran
cuadrados; y unas ventanas estaban frente a las otras en tres hileras.
6 También hizo un pórtico de columnas, que
tenía cincuenta codos de largo y treinta codos de ancho; y este
pórtico estaba delante de las primeras, con sus columnas y maderos
correspondientes.
7 Hizo asimismo el pórtico del trono en
que había de juzgar, el pórtico del juicio, y lo cubrió de cedro del
suelo al techo.
8 Y la casa en que él moraba, en otro
atrio dentro del pórtico, era de obra semejante a ésta. Edificó
también Salomón para la hija de Faraón, que había tomado por mujer,
una casa de hechura semejante a la del pórtico.
9 Todas aquellas obras fueron de piedras
costosas, cortadas y ajustadas con sierras según las medidas, así por
dentro como por fuera, desde el cimiento hasta los remates, y asimismo
por fuera hasta el gran atrio.
10 El cimiento era de piedras costosas,
piedras grandes, piedras de diez codos y piedras de ocho codos.
11 De allí hacia arriba eran también
piedras costosas, labradas conforme a sus medidas, y madera de cedro.
12 Y en el gran atrio alrededor había tres
hileras de piedras labradas, y una hilera de vigas de cedro; y así
también el atrio interior de la casa de Jehová, y el atrio de la casa.
Salomón emplea a
Hiram, de Tiro
(2 Cr. 2.13-14; 3.15-17)
13 Y envió el
rey Salomón, e hizo venir de Tiro a Hiram,
14 hijo de una viuda de la tribu de
Neftalí. Su padre, que trabajaba en bronce, era de Tiro; e Hiram era
lleno de sabiduría, inteligencia y ciencia en toda obra de bronce.
Este, pues, vino al rey Salomón, e hizo toda su obra.
15 Y vació dos columnas de bronce; la
altura de cada una era de dieciocho codos, y rodeaba a una y otra un
hilo de doce codos.
16 Hizo también dos capiteles de fundición
de bronce, para que fuesen puestos sobre las cabezas de las columnas;
la altura de un capitel era de cinco codos, y la del otro capitel
también de cinco codos.
17 Había trenzas a manera de red, y unos
cordones a manera de cadenas, para los capiteles que se habían de
poner sobre las cabezas de las columnas; siete para cada capitel.
18 Hizo también dos hileras de granadas
alrededor de la red, para cubrir los capiteles que estaban en las
cabezas de las columnas con las granadas; y de la misma forma hizo en
el otro capitel.
19 Los capiteles que estaban sobre las
columnas en el pórtico, tenían forma de lirios, y eran de cuatro codos.
20 Tenían también los capiteles de las dos
columnas, doscientas granadas en dos hileras alrededor en cada capitel,
encima de su globo, el cual estaba rodeado por la red.
21 Estas columnas erigió en el pórtico del
templo; y cuando hubo alzado la columna del lado derecho, le puso por
nombre Jaquín, y alzando la columna del lado izquierdo, llamó su
nombre Boaz.
22 Y puso en las cabezas de las columnas
tallado en forma de lirios, y así se acabó la obra de las columnas.
Mobiliario del
templo
(2 Cr. 4.1--5.1)
23 Hizo
fundir asimismo un mar de diez codos de un lado al otro, perfectamente
redondo; su altura era de cinco codos, y lo ceñía alrededor un cordón
de treinta codos.
24 Y rodeaban aquel mar por debajo de su
borde alrededor unas bolas como calabazas, diez en cada codo, que
ceñían el mar alrededor en dos filas, las cuales habían sido fundidas
cuando el mar fue fundido.
25 Y descansaba sobre doce bueyes; tres
miraban al norte, tres miraban al occidente, tres miraban al sur, y
tres miraban al oriente; sobre estos se apoyaba el mar, y las ancas de
ellos estaban hacia la parte de adentro.
26 El grueso del mar era de un palmo menor,
y el borde era labrado como el borde de un cáliz o de flor de lis; y
cabían en él dos mil batos.
27 Hizo también diez basas de bronce,
siendo la longitud de cada basa de cuatro codos, y la anchura de
cuatro codos, y de tres codos la altura.
28 La obra de las basas era esta: tenían
unos tableros, los cuales estaban entre molduras;
29 y sobre aquellos tableros que estaban
entre las molduras, había figuras de leones, de bueyes y de querubines;
y sobre las molduras de la basa, así encima como debajo de los leones
y de los bueyes, había unas añadiduras de bajo relieve.
30 Cada basa tenía cuatro ruedas de bronce,
con ejes de bronce, y en sus cuatro esquinas había repisas de
fundición que sobresalían de los festones, para venir a quedar debajo
de la fuente.
31 Y la boca de la fuente entraba un codo
en el remate que salía para arriba de la basa; y la boca era redonda,
de la misma hechura del remate, y éste de codo y medio. Había también
sobre la boca entalladuras con sus tableros, los cuales eran cuadrados,
no redondos.
32 Las cuatro ruedas estaban debajo de los
tableros, y los ejes de las ruedas nacían en la misma basa. La altura
de cada rueda era de un codo y medio.
33 Y la forma de las ruedas era como la de
las ruedas de un carro; sus ejes, sus rayos, sus cubos y sus cinchos,
todo era de fundición.
34 Asimismo las cuatro repisas de las
cuatro esquinas de cada basa; y las repisas eran parte de la misma
basa.
35 Y en lo alto de la basa había una pieza
redonda de medio codo de altura, y encima de la basa sus molduras y
tableros, los cuales salían de ella misma.
36 E hizo en las tablas de las molduras, y
en los tableros, entalladuras de querubines, de leones y de palmeras,
con proporción en el espacio de cada una, y alrededor otros adornos.
37 De esta forma hizo diez basas, fundidas
de una misma manera, de una misma medida y de una misma entalladura.
38 Hizo también diez fuentes de bronce;
cada fuente contenía cuarenta batos, y cada una era de cuatro codos; y
colocó una fuente sobre cada una de las diez basas.
39 Y puso cinco basas a la mano derecha de
la casa, y las otras cinco a la mano izquierda; y colocó el mar al
lado derecho de la casa, al oriente, hacia el sur.
40 Asimismo hizo Hiram fuentes, y tenazas,
y cuencos. Así terminó toda la obra que hizo a Salomón para la casa de
Jehová:
41 dos columnas, y los capiteles redondos
que estaban en lo alto de las dos columnas; y dos redes que cubrían
los dos capiteles redondos que estaban sobre la cabeza de las columnas;
42 cuatrocientas granadas para las dos
redes, dos hileras de granadas en cada red, para cubrir los dos
capiteles redondos que estaban sobre las cabezas de las columnas;
43 las diez basas, y las diez fuentes
sobre las basas;
44 un mar, con doce bueyes debajo del mar;
45 y calderos, paletas, cuencos, y todos
los utensilios que Hiram hizo al rey Salomón, para la casa de Jehová,
de bronce bruñido.
46 Todo lo hizo fundir el rey en la
llanura del Jordán, en tierra arcillosa, entre Sucot y Saretán.
47 Y no inquirió Salomón el peso del
bronce de todos los utensilios, por la gran cantidad de ellos.
48 Entonces hizo Salomón todos los enseres
que pertenecían a la casa de Jehová: un altar de oro, y una mesa
también de oro, sobre la cual estaban los panes de la proposición;
49 cinco candeleros de oro purísimo a la
mano derecha, y otros cinco a la izquierda, frente al lugar santísimo;
con las flores, las lámparas y tenazas de oro.
50 Asimismo los cántaros, despabiladeras,
tazas, cucharillas e incensarios, de oro purísimo; también de oro los
quiciales de las puertas de la casa de adentro, del lugar santísimo, y
los de las puertas del templo.
51 Así se terminó toda la obra que dispuso
hacer el rey Salomón para la casa de Jehová. Y metió Salomón lo que
David su padre había dedicado, plata, oro y utensilios; y depositó
todo en las tesorerías de la casa de Jehová.
|
1. ¿En cuántos años
construyeron la casa de Salomón? (1)
2. ¿Quién hizo toda la obra de bronze del
templo? (13-14)
3. ¿Qué trajo
Salomón al templo cuando éste fue terminado? (51)
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Capítulo
8
Salomón traslada el
arca al templo
(2 Cr. 5.2-14)
8:1
Entonces Salomón reunió ante sí en Jerusalén a los ancianos de Israel,
a todos los jefes de las tribus, y a los principales de las familias
de los hijos de Israel, para traer el arca del pacto de Jehová de la
ciudad de David, la cual es Sion.
2 Y se reunieron con el rey Salomón todos
los varones de Israel en el mes de Etanim, que es el mes séptimo, en
el día de la fiesta solemne.
3 Y vinieron todos los ancianos de Israel,
y los sacerdotes tomaron el arca.
4 Y llevaron el arca de Jehová, y el
tabernáculo de reunión, y todos los utensilios sagrados que estaban en
el tabernáculo, los cuales llevaban los sacerdotes y levitas.
5 Y el rey Salomón, y toda la congregación
de Israel que se había reunido con él, estaban con él delante del arca,
sacrificando ovejas y bueyes, que por la multitud no se podían contar
ni numerar.
6 Y los sacerdotes metieron el arca del
pacto de Jehová en su lugar, en el santuario de la casa, en el lugar
santísimo, debajo de las alas de los querubines.
7 Porque los querubines tenían extendidas
las alas sobre el lugar del arca, y así cubrían los querubines el arca
y sus varas por encima.
8 Y sacaron las varas, de manera que sus
extremos se dejaban ver desde el lugar santo, que está delante del
lugar santísimo, pero no se dejaban ver desde más afuera; y así
quedaron hasta hoy.
9 En el arca ninguna cosa había sino las
dos tablas de piedra que allí había puesto Moisés en Horeb, donde
Jehová hizo pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de la
tierra de Egipto.
10 Y cuando los sacerdotes salieron del
santuario, la nube llenó la casa de Jehová.
11 Y los sacerdotes no pudieron permanecer
para ministrar por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había
llenado la casa de Jehová.
Dedicación del
templo
(2 Cr. 6.1--7.10)
12 Entonces
dijo Salomón: Jehová ha dicho que él habitaría en la oscuridad.
13 Yo he edificado casa por morada para ti,
sitio en que tú habites para siempre.
14 Y volviendo el rey su rostro, bendijo a
toda la congregación de Israel; y toda la congregación de Israel
estaba de pie.
15 Y dijo: Bendito sea Jehová, Dios de
Israel, que habló a David mi padre lo que con su mano ha cumplido,
diciendo:
16 Desde el día que saqué de Egipto a mi
pueblo Israel, no he escogido ciudad de todas las tribus de Israel
para edificar casa en la cual estuviese mi nombre, aunque escogí a
David para que presidiese en mi pueblo Israel.
17 Y David mi padre tuvo en su corazón
edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel.
18 Pero Jehová dijo a David mi padre:
Cuanto a haber tenido en tu corazón edificar casa a mi nombre, bien
has hecho en tener tal deseo.
19 Pero tú no edificarás la casa, sino tu
hijo que saldrá de tus lomos, él edificará casa a mi nombre.
20 Y Jehová ha cumplido su palabra que
había dicho; porque yo me he levantado en lugar de David mi padre, y
me he sentado en el trono de Israel, como Jehová había dicho, y he
edificado la casa al nombre de Jehová Dios de Israel.
21 Y he puesto en ella lugar para el arca,
en la cual está el pacto de Jehová que él hizo con nuestros padres
cuando los sacó de la tierra de Egipto.
22 Luego se puso Salomón delante del altar
de Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel, y
extendiendo sus manos al cielo,
23 dijo: Jehová Dios de Israel, no hay
Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que
guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan
delante de ti con todo su corazón;
24 que has cumplido a tu siervo David mi
padre lo que le prometiste; lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo
has cumplido, como sucede en este día.
25 Ahora, pues, Jehová Dios de Israel,
cumple a tu siervo David mi padre lo que le prometiste, diciendo: No
te faltará varón delante de mí, que se siente en el trono de Israel,
con tal que tus hijos guarden mi camino y anden delante de mí como tú
has andado delante de mí.
26 Ahora, pues, oh Jehová Dios de Israel,
cúmplase la palabra que dijiste a tu siervo David mi padre.
27 Pero ¿es verdad que Dios morará sobre
la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te
pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?
28 Con todo, tú atenderás a la oración de
tu siervo, y a su plegaria, oh Jehová Dios mío, oyendo el clamor y la
oración que tu siervo hace hoy delante de ti;
29 que estén tus ojos abiertos de noche y
de día sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre
estará allí; y que oigas la oración que tu siervo haga en este lugar.
30 Oye, pues, la oración de tu siervo, y
de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en
el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona.
31 Si alguno pecare contra su prójimo, y
le tomaren juramento haciéndole jurar, y viniere el juramento delante
de tu altar en esta casa;
32 tú oirás desde el cielo y actuarás, y
juzgarás a tus siervos, condenando al impío y haciendo recaer su
proceder sobre su cabeza, y justificando al justo para darle conforme
a su justicia.
33 Si tu pueblo Israel fuere derrotado
delante de sus enemigos por haber pecado contra ti, y se volvieren a
ti y confesaren tu nombre, y oraren y te rogaren y suplicaren en esta
casa,
34 tú oirás en los cielos, y perdonarás el
pecado de tu pueblo Israel, y los volverás a la tierra que diste a sus
padres.
35 Si el cielo se cerrare y no lloviere,
por haber ellos pecado contra ti, y te rogaren en este lugar y
confesaren tu nombre, y se volvieren del pecado, cuando los afligieres,
36 tú oirás en los cielos, y perdonarás el
pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen
camino en que anden; y darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste a
tu pueblo por heredad.
37 Si en la tierra hubiere hambre,
pestilencia, tizoncillo, añublo, langosta o pulgón; si sus enemigos
los sitiaren en la tierra en donde habiten; cualquier plaga o
enfermedad que sea;
38 toda oración y toda súplica que hiciere
cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere
la plaga en su corazón, y extendiere sus manos a esta casa,
39 tú oirás en los cielos, en el lugar de
tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus
caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el corazón de
todos los hijos de los hombres);
40 para que te teman todos los días que
vivan sobre la faz de la tierra que tú diste a nuestros padres.
41 Asimismo el extranjero, que no es de tu
pueblo Israel, que viniere de lejanas tierras a causa de tu nombre
42 (pues oirán de tu gran nombre, de tu
mano fuerte y de tu brazo extendido), y viniere a orar a esta casa,
43 tú oirás en los cielos, en el lugar de
tu morada, y harás conforme a todo aquello por lo cual el extranjero
hubiere clamado a ti, para que todos los pueblos de la tierra conozcan
tu nombre y te teman, como tu pueblo Israel, y entiendan que tu nombre
es invocado sobre esta casa que yo edifiqué.
44 Si tu pueblo saliere en batalla contra
sus enemigos por el camino que tú les mandes, y oraren a Jehová con el
rostro hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia la casa que yo
edifiqué a tu nombre,
45 tú oirás en los cielos su oración y su
súplica, y les harás justicia.
46 Si pecaren contra ti (porque no hay
hombre que no peque), y estuvieres airado contra ellos, y los
entregares delante del enemigo, para que los cautive y lleve a tierra
enemiga, sea lejos o cerca,
47 y ellos volvieren en sí en la tierra
donde fueren cautivos; si se convirtieren, y oraren a ti en la tierra
de los que los cautivaron, y dijeren: Pecamos, hemos hecho lo malo,
hemos cometido impiedad;
48 y si se convirtieren a ti de todo su
corazón y de toda su alma, en la tierra de sus enemigos que los
hubieren llevado cautivos, y oraren a ti con el rostro hacia su tierra
que tú diste a sus padres, y hacia la ciudad que tú elegiste y la casa
que yo he edificado a tu nombre,
49 tú oirás en los cielos, en el lugar de
tu morada, su oración y su súplica, y les harás justicia.
50 Y perdonarás a tu pueblo que había
pecado contra ti, y todas sus infracciones con que se hayan rebelado
contra ti, y harás que tengan de ellos misericordia los que los
hubieren llevado cautivos;
51 porque ellos son tu pueblo y tu heredad,
el cual tú sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro.
52 Estén, pues, atentos tus ojos a la
oración de tu siervo y a la plegaria de tu pueblo Israel, para oírlos
en todo aquello por lo cual te invocaren;
53 porque tú los apartaste para ti como
heredad tuya de entre todos los pueblos de la tierra, como lo dijiste
por medio de Moisés tu siervo, cuando sacaste a nuestros padres de
Egipto, oh Señor Jehová.
54 Cuando acabó Salomón de hacer a Jehová
toda esta oración y súplica, se levantó de estar de rodillas delante
del altar de Jehová con sus manos extendidas al cielo;
55 y puesto en pie, bendijo a toda la
congregación de Israel, diciendo en voz alta:
56 Bendito sea Jehová, que ha dado paz a
su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había dicho; ninguna
palabra de todas sus promesas que expresó por Moisés su siervo, ha
faltado.
57 Esté con nosotros Jehová nuestro Dios,
como estuvo con nuestros padres, y no nos desampare ni nos deje.
58 Incline nuestro corazón hacia él, para
que andemos en todos sus caminos, y guardemos sus mandamientos y sus
estatutos y sus decretos, los cuales mandó a nuestros padres.
59 Y estas mis palabras con que he orado
delante de Jehová, estén cerca de Jehová nuestro Dios de día y de
noche, para que él proteja la causa de su siervo y de su pueblo
Israel, cada cosa en su tiempo;
60 a fin de que todos los pueblos de la
tierra sepan que Jehová es Dios, y que no hay otro.
61 Sea, pues, perfecto vuestro corazón
para con Jehová nuestro Dios, andando en sus estatutos y guardando sus
mandamientos, como en el día de hoy.
62 Entonces el rey, y todo Israel con él,
sacrificaron víctimas delante de Jehová.
63 Y ofreció Salomón sacrificios de paz,
los cuales ofreció a Jehová: veintidós mil bueyes y ciento veinte mil
ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la casa de
Jehová.
64 Aquel mismo día santificó el rey el
medio del atrio, el cual estaba delante de la casa de Jehová; porque
ofreció allí los holocaustos, las ofrendas y la grosura de los
sacrificios de paz, por cuanto el altar de bronce que estaba delante
de Jehová era pequeño, y no cabían en él los holocaustos, las ofrendas
y la grosura de los sacrificios de paz.
65 En aquel tiempo Salomón hizo fiesta, y
con él todo Israel, una gran congregación, desde donde entran en Hamat
hasta el río de Egipto, delante de Jehová nuestro Dios, por siete días
y aun por otros siete días, esto es, por catorce días.
66 Y al octavo día despidió al pueblo; y
ellos, bendiciendo al rey, se fueron a sus moradas alegres y gozosos
de corazón, por todos los beneficios que Jehová había hecho a David su
siervo y a su pueblo Israel.
|
1. ¿Qué trajeron los
sacerdotes al templo? (3-9)
2. ¿De qué se llenó el templo cuando los
sacerdotes salieron del santuario? (10-11)
3. ¿Qué no puede contenerle a Dios? (27)
4. ¿Qué le pidió Salomón al Señor cuando
su pueblo orara en (o hacia) el templo? (30-49)
5. ¿Qué quería Salomón que todas las
naciones de la tierra supieran? (60)
6. ¿Cuántos
animales ofreció Salomón en la dedicación del templo? (62-63)
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Capítulo
9
Pacto de Dios con
Salomón
(2 Cr. 7.11-22)
9:1
Cuando Salomón hubo acabado la obra de la casa de Jehová, y la casa
real, y todo lo que Salomón quiso hacer,
2 Jehová apareció a Salomón la segunda vez,
como le había aparecido en Gabaón.
3 Y le dijo Jehová: Yo he oído tu oración
y tu ruego que has hecho en mi presencia. Yo he santificado esta casa
que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; y en
ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días.
4 Y si tú anduvieres delante de mí como
anduvo David tu padre, en integridad de corazón y en equidad, haciendo
todas las cosas que yo te he mandado, y guardando mis estatutos y mis
decretos,
5 yo afirmaré el trono de tu reino sobre
Israel para siempre, como hablé a David tu padre, diciendo: No faltará
varón de tu descendencia en el trono de Israel.
6 Mas si obstinadamente os apartareis de
mí vosotros y vuestros hijos, y no guardareis mis mandamientos y mis
estatutos que yo he puesto delante de vosotros, sino que fuereis y
sirviereis a dioses ajenos, y los adorareis;
7 yo cortaré a Israel de sobre la faz de
la tierra que les he entregado; y esta casa que he santificado a mi
nombre, yo la echaré de delante de mí, e Israel será por proverbio y
refrán a todos los pueblos;
8 y esta casa, que estaba en estima,
cualquiera que pase por ella se asombrará, y se burlará, y dirá: ¿Por
qué ha hecho así Jehová a esta tierra y a esta casa?
9 Y dirán: Por cuanto dejaron a Jehová su
Dios, que había sacado a sus padres de tierra de Egipto, y echaron
mano a dioses ajenos, y los adoraron y los sirvieron; por eso ha
traído Jehová sobre ellos todo este mal.
Otras actividades de
Salomón
(2 Cr. 8.1-18)
10 Aconteció
al cabo de veinte años, cuando Salomón ya había edificado las dos
casas, la casa de Jehová y la casa real,
11 para las cuales Hiram rey de Tiro había
traído a Salomón madera de cedro y de ciprés, y cuanto oro quiso, que
el rey Salomón dio a Hiram veinte ciudades en tierra de Galilea.
12 Y salió Hiram de Tiro para ver las
ciudades que Salomón le había dado, y no le gustaron.
13 Y dijo: ¿Qué ciudades son estas que me
has dado, hermano? Y les puso por nombre, la tierra de Cabul, nombre
que tiene hasta hoy.
14 E Hiram había enviado al rey ciento
veinte talentos de oro.
15 Esta es la razón de la leva que el rey
Salomón impuso para edificar la casa de Jehová, y su propia casa, y
Milo, y el muro de Jerusalén, y Hazor, Meguido y Gezer:
16 Faraón el rey de Egipto había subido y
tomado a Gezer, y la quemó, y dio muerte a los cananeos que habitaban
la ciudad, y la dio en dote a su hija la mujer de Salomón.
17 Restauró, pues, Salomón a Gezer y a la
baja Bet-horón,
18 a Baalat, y a Tadmor en tierra del
desierto;
19 asimismo todas las ciudades donde
Salomón tenía provisiones, y las ciudades de los carros, y las
ciudades de la gente de a caballo, y todo lo que Salomón quiso
edificar en Jerusalén, en el Líbano, y en toda la tierra de su señorío.
20 A todos los pueblos que quedaron de los
amorreos, heteos, ferezeos, heveos y jebuseos, que no eran de los
hijos de Israel;
21 a sus hijos que quedaron en la tierra
después de ellos, que los hijos de Israel no pudieron acabar, hizo
Salomón que sirviesen con tributo hasta hoy.
22 Mas a ninguno de los hijos de Israel
impuso Salomón servicio, sino que eran hombres de guerra, o sus
criados, sus príncipes, sus capitanes, comandantes de sus carros, o su
gente de a caballo.
23 Y los que Salomón había hecho jefes y
vigilantes sobre las obras eran quinientos cincuenta, los cuales
estaban sobre el pueblo que trabajaba en aquella obra.
24 Y subió la hija de Faraón de la ciudad
de David a su casa que Salomón le había edificado; entonces edificó él
a Milo.
25 Y ofrecía Salomón tres veces cada año
holocaustos y sacrificios de paz sobre el altar que él edificó a
Jehová, y quemaba incienso sobre el que estaba delante de Jehová,
después que la casa fue terminada.
26 Hizo también el rey Salomón naves en
Ezión-geber, que está junto a Elot en la ribera del Mar Rojo, en la
tierra de Edom.
27 Y envió Hiram en ellas a sus siervos,
marineros y diestros en el mar, con los siervos de Salomón,
28 los cuales fueron a Ofir y tomaron de
allí oro, cuatrocientos veinte talentos, y lo trajeron al rey Salomón.
|
1. ¿Qué construyó Salomón
en Ezión-geber? (26)
2. ¿De quién eran
los marineros que servían en la misma flota con los siervos de Salomón?
(27-28)
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Capítulo
10
La reina de Sabá
visita a Salomón
(2 Cr. 9.1-12)
10:1
Oyendo la reina de Sabá la fama que Salomón había alcanzado por el
nombre de Jehová, vino a probarle con preguntas difíciles.
2 Y vino a Jerusalén con un séquito muy
grande, con camellos cargados de especias, y oro en gran abundancia, y
piedras preciosas; y cuando vino a Salomón, le expuso todo lo que en
su corazón tenía.
3 Y Salomón le contestó todas sus
preguntas, y nada hubo que el rey no le contestase.
4 Y cuando la reina de Sabá vio toda la
sabiduría de Salomón, y la casa que había edificado,
5 asimismo la comida de su mesa, las
habitaciones de sus oficiales, el estado y los vestidos de los que le
servían, sus maestresalas, y sus holocaustos que ofrecía en la casa de
Jehová, se quedó asombrada.
6 Y dijo al rey: Verdad es lo que oí en mi
tierra de tus cosas y de tu sabiduría;
7 pero yo no lo creía, hasta que he venido,
y mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad; es mayor tu
sabiduría y bien, que la fama que yo había oído.
8 Bienaventurados tus hombres, dichosos
estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu
sabiduría.
9 Jehová tu Dios sea bendito, que se
agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque Jehová ha
amado siempre a Israel, te ha puesto por rey, para que hagas derecho y
justicia.
10 Y dio ella al rey ciento veinte
talentos de oro, y mucha especiería, y piedras preciosas; nunca vino
tan gran cantidad de especias, como la reina de Sabá dio al rey
Salomón.
11 La flota de Hiram que había traído el
oro de Ofir, traía también de Ofir mucha madera de sándalo, y piedras
preciosas.
12 Y de la madera de sándalo hizo el rey
balaustres para la casa de Jehová y para las casas reales, arpas
también y salterios para los cantores; nunca vino semejante madera de
sándalo, ni se ha visto hasta hoy.
13 Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá
todo lo que ella quiso, y todo lo que pidió, además de lo que Salomón
le dio. Y ella se volvió, y se fue a su tierra con sus criados.
Riquezas y fama de
Salomón
(2 Cr. 9.13-24)
14 El peso
del oro que Salomón tenía de renta cada año, era seiscientos sesenta y
seis talentos de oro;
15 sin lo de los mercaderes, y lo de la
contratación de especias, y lo de todos los reyes de Arabia, y de los
principales de la tierra.
16 Hizo también el rey Salomón doscientos
escudos grandes de oro batido; seiscientos siclos de oro gastó en cada
escudo.
17 Asimismo hizo trescientos escudos de
oro batido, en cada uno de los cuales gastó tres libras de oro; y el
rey los puso en la casa del bosque del Líbano.
18 Hizo también el rey un gran trono de
marfil, el cual cubrió de oro purísimo.
19 Seis gradas tenía el trono, y la parte
alta era redonda por el respaldo; y a uno y otro lado tenía brazos
cerca del asiento, junto a los cuales estaban colocados dos leones.
20 Estaban también doce leones puestos
allí sobre las seis gradas, de un lado y de otro; en ningún otro reino
se había hecho trono semejante.
21 Y todos los vasos de beber del rey
Salomón eran de oro, y asimismo toda la vajilla de la casa del bosque
del Líbano era de oro fino; nada de plata, porque en tiempo de Salomón
no era apreciada.
22 Porque el rey tenía en el mar una flota
de naves de Tarsis, con la flota de Hiram. Una vez cada tres años
venía la flota de Tarsis, y traía oro, plata, marfil, monos y pavos
reales.
23 Así excedía el rey Salomón a todos los
reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría.
24 Toda la tierra procuraba ver la cara de
Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón.
25 Y todos le llevaban cada año sus
presentes: alhajas de oro y de plata, vestidos, armas, especias
aromáticas, caballos y mulos.
Salomón comercia en
caballos y en carros
(2 Cr. 1.14-17; 9.25-28)
26 Y juntó
Salomón carros y gente de a caballo; y tenía mil cuatrocientos carros,
y doce mil jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros, y
con el rey en Jerusalén.
27 E hizo el rey que en Jerusalén la plata
llegara a ser como piedras, y los cedros como cabrahigos de la Sefela
en abundancia.
28 Y traían de Egipto caballos y lienzos a
Salomón; porque la compañía de los mercaderes del rey compraba
caballos y lienzos.
29 Y venía y salía de Egipto, el carro por
seiscientas piezas de plata, y el caballo por ciento cincuenta; y así
los adquirían por mano de ellos todos los reyes de los heteos, y de
Siria. |
1. ¿Qué dijo la reina de Sabá cuando vio
los logros y la sabiduría de Salomón? (6-9)
2. ¿Cuánto oro recibió Salomón cada año?
(14)
3. ¿De qué materiales hizo Salomón su
trono? (18)
4. ¿Por qué ninguna pieza de la vajilla
de Salomón fue hecho de plata? (21,27)
5. ¿Cómo se compararon las riquezas y la
sabiduría de Salomón a las de otros reyes? (23)
6. ¿Cuántos carros y gente de a caballo
tenía Salomón? (26)
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Capítulo
11
Apostasía y
dificultades de Salomón
11:1
Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres
extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de
Sidón, y a las heteas;
2 gentes de las cuales Jehová había dicho
a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a
vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras
sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor.
3 Y tuvo setecientas mujeres reinas y
trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón.
4 Y cuando Salomón era ya viejo, sus
mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era
perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David.
5 Porque Salomón siguió a Astoret, diosa
de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas.
6 E hizo Salomón lo malo ante los ojos de
Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre.
7 Entonces edificó Salomón un lugar alto a
Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de
Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón.
8 Así hizo para todas sus mujeres
extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus
dioses.
9 Y se enojó Jehová contra Salomón, por
cuanto su corazón se había apartado de Jehová Dios de Israel, que se
le había aparecido dos veces,
10 y le había mandado acerca de esto, que
no siguiese a dioses ajenos; mas él no guardó lo que le mandó Jehová.
11 Y dijo Jehová a Salomón: Por cuanto ha
habido esto en ti, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo
te mandé, romperé de ti el reino, y lo entregaré a tu siervo.
12 Sin embargo, no lo haré en tus días,
por amor a David tu padre; lo romperé de la mano de tu hijo.
13 Pero no romperé todo el reino, sino que
daré una tribu a tu hijo, por amor a David mi siervo, y por amor a
Jerusalén, la cual yo he elegido.
14 Y Jehová suscitó un adversario a
Salomón: Hadad edomita, de sangre real, el cual estaba en Edom.
15 Porque cuando David estaba en Edom, y
subió Joab el general del ejército a enterrar los muertos, y mató a
todos los varones de Edom
16 (porque seis meses habitó allí Joab, y
todo Israel, hasta que hubo acabado con todo el sexo masculino en
Edom),
17 Hadad huyó, y con él algunos varones
edomitas de los siervos de su padre, y se fue a Egipto; era entonces
Hadad muchacho pequeño.
18 Y se levantaron de Madián, y vinieron a
Parán; y tomando consigo hombres de Parán, vinieron a Egipto, a Faraón
rey de Egipto, el cual les dio casa y les señaló alimentos, y aun les
dio tierra.
19 Y halló Hadad gran favor delante de
Faraón, el cual le dio por mujer la hermana de su esposa, la hermana
de la reina Tahpenes.
20 Y la hermana de Tahpenes le dio a luz
su hijo Genubat, al cual destetó Tahpenes en casa de Faraón; y estaba
Genubat en casa de Faraón entre los hijos de Faraón.
21 Y oyendo Hadad en Egipto que David
había dormido con sus padres, y que era muerto Joab general del
ejército, Hadad dijo a Faraón: Déjame ir a mi tierra.
22 Faraón le respondió: ¿Por qué? ¿Qué te
falta conmigo, que procuras irte a tu tierra? El respondió: Nada; con
todo, te ruego que me dejes ir.
23 Dios también levantó por adversario
contra Salomón a Rezón hijo de Eliada, el cual había huido de su amo
Hadad-ezer, rey de Soba.
24 Y había juntado gente contra él, y se
había hecho capitán de una compañía, cuando David deshizo a los de
Soba. Después fueron a Damasco y habitaron allí, y le hicieron rey en
Damasco.
25 Y fue adversario de Israel todos los
días de Salomón; y fue otro mal con el de Hadad, porque aborreció a
Israel, y reinó sobre Siria.
26 También Jeroboam hijo de Nabat, efrateo
de Sereda, siervo de Salomón, cuya madre se llamaba Zerúa, la cual era
viuda, alzó su mano contra el rey.
27 La causa por la cual éste alzó su mano
contra el rey fue esta: Salomón, edificando a Milo, cerró el portillo
de la ciudad de David su padre.
28 Y este varón Jeroboam era valiente y
esforzado; y viendo Salomón al joven que era hombre activo, le
encomendó todo el cargo de la casa de José.
29 Aconteció, pues, en aquel tiempo, que
saliendo Jeroboam de Jerusalén, le encontró en el camino el profeta
Ahías silonita, y éste estaba cubierto con una capa nueva; y estaban
ellos dos solos en el campo.
30 Y tomando Ahías la capa nueva que tenía
sobre sí, la rompió en doce pedazos,
31 y dijo a Jeroboam: Toma para ti los
diez pedazos; porque así dijo Jehová Dios de Israel: He aquí que yo
rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus;
32 y él tendrá una tribu por amor a David
mi siervo, y por amor a Jerusalén, ciudad que yo he elegido de todas
las tribus de Israel;
33 por cuanto me han dejado, y han adorado
a Astoret diosa de los sidonios, a Quemos dios de Moab, y a Moloc dios
de los hijos de Amón; y no han andado en mis caminos para hacer lo
recto delante de mis ojos, y mis estatutos y mis decretos, como hizo
David su padre.
34 Pero no quitaré nada del reino de sus
manos, sino que lo retendré por rey todos los días de su vida, por
amor a David mi siervo, al cual yo elegí, y quien guardó mis
mandamientos y mis estatutos.
35 Pero quitaré el reino de la mano de su
hijo, y lo daré a ti, las diez tribus.
36 Y a su hijo daré una tribu, para que mi
siervo David tenga lámpara todos los días delante de mí en Jerusalén,
ciudad que yo me elegí para poner en ella mi nombre.
37 Yo, pues, te tomaré a ti, y tú reinarás
en todas las cosas que deseare tu alma, y serás rey sobre Israel.
38 Y si prestares oído a todas las cosas
que te mandare, y anduvieres en mis caminos, e hicieres lo recto
delante de mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como
hizo David mi siervo, yo estaré contigo y te edificaré casa firme,
como la edifiqué a David, y yo te entregaré a Israel.
39 Y yo afligiré a la descendencia de
David a causa de esto, mas no para siempre.
40 Por esto Salomón procuró matar a
Jeroboam, pero Jeroboam se levantó y huyó a Egipto, a Sisac rey de
Egipto, y estuvo en Egipto hasta la muerte de Salomón.
Muerte de Salomón
(2 Cr. 9.29-31)
41 Los demás
hechos de Salomón, y todo lo que hizo, y su sabiduría, ¿no está
escrito en el libro de los hechos de Salomón?
42 Los días que Salomón reinó en Jerusalén
sobre todo Israel fueron cuarenta años.
43 Y durmió Salomón con sus padres, y fue
sepultado en la ciudad de su padre David; y reinó en su lugar Roboam
su hijo.
city of David his father: and Rehoboam his son reigned in his
stead. |
1. ¿Cuántas mujeres/esposas/reinas
y concubinas tuvo Salomón? (3)
2. ¿Por qué se enojó Jehová contra
Salomón? (4-10)
3. ¿Qué dijo el Señor que pasaría al
reino (de Israel)? (11-13)
4. ¿Quiénes fueron los adversarios de
Salomón? (14,23)
5. ¿Qué usó Ahías el profeta para
enseñarle a Jeroboam que iba a llegar a ser rey de diez tribus? (30-32)
6. ¿Cuándo iba a suceder esta división
del reino? (35)
7. ¿Quién trató de matar a Jeroboam? (40)
8. ¿Cuánto tiempo reinó Salomón en
Jerusalén? (42)
9. ¿Quién reinó
después de la muerte de Salomón? (43)
Cuestionario
de 1 Reyes Capitulos 1-11
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