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Capítulo
7
Gedeón derrota a los madianitas
Jueces
7:1 Levantándose, pues, de mañana
Jerobaal, el cual es Gedeón, y todo el pueblo que estaba con él,
acamparon junto a la fuente de Harod; y tenía el campamento de los
madianitas al norte, más allá del collado de More, en el valle.
2 Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que
está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano,
no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado.
3 Ahora, pues, haz pregonar en oídos del
pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase
desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós
mil, y quedaron diez mil.
4 Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el
pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te
diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga:
Este no vaya contigo, el tal no irá.
5 Entonces llevó el pueblo a las aguas; y
Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua
como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que
se doblare sobre sus rodillas para beber.
6 Y fue el número de los que lamieron
llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el
resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas.
7 Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos
trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los
madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su
lugar.
8 Y habiendo tomado provisiones para el
pueblo, y sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su
tienda, y retuvo a aquellos trescientos hombres; y tenía el campamento
de Madián abajo en el valle.
9 Aconteció que aquella noche Jehová le
dijo: Levántate, y desciende al campamento; porque yo lo he entregado
en tus manos.
10 Y si tienes temor de descender, baja tú
con Fura tu criado al campamento,
11 y oirás lo que hablan; y entonces tus
manos se esforzarán, y descenderás al campamento. Y él descendió con
Fura su criado hasta los puestos avanzados de la gente armada que
estaba en el campamento.
12 Y los madianitas, los amalecitas y los
hijos del oriente estaban tendidos en el valle como langostas en
multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena que está a la
ribera del mar en multitud.
13 Cuando llegó Gedeón, he aquí que un
hombre estaba contando a su compañero un sueño, diciendo: He aquí yo
soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de
Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó, y la
trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó.
14 Y su compañero respondió y dijo: Esto
no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de
Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el
campamento.
15 Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y
su interpretación, adoró; y vuelto al campamento de Israel, dijo:
Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en
vuestras manos.
16 Y repartiendo los trescientos hombres
en tres escuadrones, dio a todos ellos trompetas en sus manos, y
cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros.
17 Y les dijo: Miradme a mí, y haced como
hago yo; he aquí que cuando yo llegue al extremo del campamento,
haréis vosotros como hago yo.
18 Yo tocaré la trompeta, y todos los que
estarán conmigo; y vosotros tocaréis entonces las trompetas alrededor
de todo el campamento, y diréis: !!Por Jehová y por Gedeón!
19 Llegaron, pues, Gedeón y los cien
hombres que llevaba consigo, al extremo del campamento, al principio
de la guardia de la medianoche, cuando acababan de renovar los
centinelas; y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que
llevaban en sus manos.
20 Y los tres escuadrones tocaron las
trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano izquierda las
teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron: !!Por
la espada de Jehová y de Gedeón!
21 Y se estuvieron firmes cada uno en su
puesto en derredor del campamento; entonces todo el ejército echó a
correr dando gritos y huyendo.
22 Y los trescientos tocaban las trompetas;
y Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el
campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera,
y hasta la frontera de Abel-mehola en Tabat.
23 Y juntándose los de Israel, de Neftalí,
de Aser y de todo Manasés, siguieron a los madianitas.
24 Gedeón también envió mensajeros por
todo el monte de Efraín, diciendo: Descended al encuentro de los
madianitas, y tomad los vados de Bet-bara y del Jordán antes que ellos
lleguen. Y juntos todos los hombres de Efraín, tomaron los vados de
Bet-bara y del Jordán.
25 Y tomaron a dos príncipes de los
madianitas, Oreb y Zeeb; y mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb
lo mataron en el lagar de Zeeb; y después que siguieron a los
madianitas, trajeron las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón al otro
lado del Jordán. |
-
¿Cuántos hombres dejaron
a Gedeon, porque tenían miedo? (3)
-
¿Cuántos pasaron la prueba del agua?
(6-7)
-
¿Qué esucho Gedeón cuando se fue cerca
del campamento de los madianitas? (13-15)
-
¿Con qué se equiparon los hombres de
Gedeón? (16,20)
-
¿Qué gritaron
los hombres de Gedeón? (20)
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Capítulo
8
Gedeón
captura a los reyes de Madián
Jueces
8:1 Pero los hombres de Efraín le
dijeron: ¿Qué es esto que has hecho con nosotros, no llamándonos
cuando ibas a la guerra contra Madián? Y le reconvinieron fuertemente.
2 A los cuales él respondió: ¿Qué he hecho
yo ahora comparado con vosotros? ¿No es el rebusco de Efraín mejor que
la vendimia de Abiezer?
3 Dios ha entregado en vuestras manos a
Oreb y a Zeeb, príncipes de Madián; ¿y qué he podido yo hacer
comparado con vosotros? Entonces el enojo de ellos contra él se aplacó,
luego que él habló esta palabra.
4 Y vino Gedeón al Jordán, y pasó él y los
trescientos hombres que traía consigo, cansados, mas todavía
persiguiendo.
5 Y dijo a los de Sucot: Yo os ruego que
deis a la gente que me sigue algunos bocados de pan; porque están
cansados, y yo persigo a Zeba y Zalmuna, reyes de Madián.
6 Y los principales de Sucot respondieron:
¿Están ya Zeba y Zalmuna en tu mano, para que demos pan a tu ejército?
7 Y Gedeón dijo: Cuando Jehová haya
entregado en mi mano a Zeba y a Zalmuna, yo trillaré vuestra carne con
espinos y abrojos del desierto.
8 De allí subió a Peniel, y les dijo las
mismas palabras. Y los de Peniel le respondieron como habían
respondido los de Sucot.
9 Y él habló también a los de Peniel,
diciendo: Cuando yo vuelva en paz, derribaré esta torre.
10 Y Zeba y Zalmuna estaban en Carcor, y
con ellos su ejército como de quince mil hombres, todos los que habían
quedado de todo el ejército de los hijos del oriente; pues habían
caído ciento veinte mil hombres que sacaban espada.
11 Subiendo, pues, Gedeón por el camino de
los que habitaban en tiendas al oriente de Noba y de Jogbeha, atacó el
campamento, porque el ejército no estaba en guardia.
12 Y huyendo Zeba y Zalmuna, él los siguió;
y prendió a los dos reyes de Madián, Zeba y Zalmuna, y llenó de
espanto a todo el ejército.
13 Entonces Gedeón hijo de Joás volvió de
la batalla antes que el sol subiese,
14 y tomó a un joven de los hombres de
Sucot, y le preguntó; y él le dio por escrito los nombres de los
principales y de los ancianos de Sucot, setenta y siete varones.
15 Y entrando a los hombres de Sucot, dijo:
He aquí a Zeba y a Zalmuna, acerca de los cuales me zaheristeis,
diciendo: ¿Están ya en tu mano Zeba y Zalmuna, para que demos nosotros
pan a tus hombres cansados?
16 Y tomó a los ancianos de la ciudad, y
espinos y abrojos del desierto, y castigó con ellos a los de Sucot.
17 Asimismo derribó la torre de Peniel, y
mató a los de la ciudad.
18 Luego dijo a Zeba y a Zalmuna: ¿Qué
aspecto tenían aquellos hombres que matasteis en Tabor? Y ellos
respondieron: Como tú, así eran ellos; cada uno parecía hijo de rey.
19 Y él dijo: Mis hermanos eran, hijos de
mi madre. !!Vive Jehová, que si les hubierais conservado la vida, yo
no os mataría!
20 Y dijo a Jeter su primogénito:
Levántate, y mátalos. Pero el joven no desenvainó su espada, porque
tenía temor, pues era aún muchacho.
21 Entonces dijeron Zeba y Zalmuna:
Levántate tú, y mátanos; porque como es el varón, tal es su valentía.
Y Gedeón se levantó, y mató a Zeba y a Zalmuna; y tomó los adornos de
lunetas que sus camellos traían al cuello.
22 Y los israelitas dijeron a Gedeón: Sé
nuestro señor, tú, y tu hijo, y tu nieto; pues que nos has librado de
mano de Madián.
23 Mas Gedeón respondió: No seré señor
sobre vosotros, ni mi hijo os señoreará: Jehová señoreará sobre
vosotros.
24 Y les dijo Gedeón: Quiero haceros una
petición; que cada uno me dé los zarcillos de su botín (pues traían
zarcillos de oro, porque eran ismaelitas).
25 Ellos respondieron: De buena gana te
los daremos. Y tendiendo un manto, echó allí cada uno los zarcillos de
su botín.
26 Y fue el peso de los zarcillos de oro
que él pidió, mil setecientos siclos de oro, sin las planchas y
joyeles y vestidos de púrpura que traían los reyes de Madián, y sin
los collares que traían sus camellos al cuello.
27 Y Gedeón hizo de ellos un efod, el cual
hizo guardar en su ciudad de Ofra; y todo Israel se prostituyó tras de
ese efod en aquel lugar; y fue tropezadero a Gedeón y a su casa.
28 Así fue subyugado Madián delante de los
hijos de Israel, y nunca más volvió a levantar cabeza. Y reposó la
tierra cuarenta años en los días de Gedeón.
29 Luego Jerobaal hijo de Joás fue y
habitó en su casa.
30 Y tuvo Gedeón setenta hijos que
constituyeron su descendencia, porque tuvo muchas mujeres.
31 También su concubina que estaba en
Siquem le dio un hijo, y le puso por nombre Abimelec.
32 Y murió Gedeón hijo de Joás en buena
vejez, y fue sepultado en el sepulcro de su padre Joás, en Ofra de los
abiezeritas.
33 Pero aconteció que cuando murió Gedeón,
los hijos de Israel volvieron a prostituirse yendo tras los baales, y
escogieron por dios a Baal-berit.
34 Y no se acordaron los hijos de Israel
de Jehová su Dios, que los había librado de todos sus enemigos en
derredor;
35 ni se mostraron agradecidos con la casa
de Jerobaal, el cual es Gedeón, conforme a todo el bien que él había
hecho a Israel. |
-
¿Qué hizo Gedeón a los hombres de Sucot?
(16)
-
¿Qué hizo Gedeón a la torre de Peniel?
(17)
-
¿Qué hizo Gedeón a Zeba y Zalmuna?
(21)
-
¿Qué error cometió Gedeon? (24-27)
-
¿Cuánto tiempo disfrutó la tierra de
paz durante la vida de Gedeón? (28)
-
¿Qué pasó después que Gedeón murió?
(33-35)
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Capítulo
9
Reinado de Abimelec
Jueces
9:1 Abimelec hijo de Jerobaal fue a
Siquem, a los hermanos de su madre, y habló con ellos, y con toda la
familia de la casa del padre de su madre, diciendo:
2 Yo os ruego que digáis en oídos de todos
los de Siquem: ¿Qué os parece mejor, que os gobiernen setenta hombres,
todos los hijos de Jerobaal, o que os gobierne un solo hombre?
Acordaos que yo soy hueso vuestro, y carne vuestra.
3 Y hablaron por él los hermanos de su
madre en oídos de todos los de Siquem todas estas palabras; y el
corazón de ellos se inclinó a favor de Abimelec, porque decían:
Nuestro hermano es.
4 Y le dieron setenta siclos de plata del
templo de Baal-berit, con los cuales Abimelec alquiló hombres ociosos
y vagabundos, que le siguieron.
5 Y viniendo a la casa de su padre en Ofra,
mató a sus hermanos los hijos de Jerobaal, setenta varones, sobre una
misma piedra; pero quedó Jotam el hijo menor de Jerobaal, que se
escondió.
6 Entonces se juntaron todos los de Siquem
con toda la casa de Milo, y fueron y eligieron a Abimelec por rey,
cerca de la llanura del pilar que estaba en Siquem.
7 Cuando se lo dijeron a Jotam, fue y se
puso en la cumbre del monte de Gerizim, y alzando su voz clamó y les
dijo: Oídme, varones de Siquem, y así os oiga Dios.
8 Fueron una vez los árboles a elegir rey
sobre sí, y dijeron al olivo: Reina sobre nosotros.
9 Mas el olivo respondió: ¿He de dejar mi
aceite, con el cual en mí se honra a Dios y a los hombres, para ir a
ser grande sobre los árboles?
10 Y dijeron los árboles a la higuera:
Anda tú, reina sobre nosotros.
11 Y respondió la higuera: ¿He de dejar mi
dulzura y mi buen fruto, para ir a ser grande sobre los árboles?
12 Dijeron luego los árboles a la vid:
Pues ven tú, reina sobre nosotros.
13 Y la vid les respondió: ¿He de dejar mi
mosto, que alegra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre
los árboles?
14 Dijeron entonces todos los árboles a la
zarza: Anda tú, reina sobre nosotros.
15 Y la zarza respondió a los árboles: Si
en verdad me elegís por rey sobre vosotros, venid, abrigaos bajo de mi
sombra; y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del
Líbano.
16 Ahora, pues, si con verdad y con
integridad habéis procedido en hacer rey a Abimelec, y si habéis
actuado bien con Jerobaal y con su casa, y si le habéis pagado
conforme a la obra de sus manos
17 (porque mi padre peleó por vosotros, y
expuso su vida al peligro para libraros de mano de Madián,
18 y vosotros os habéis levantado hoy
contra la casa de mi padre, y habéis matado a sus hijos, setenta
varones sobre una misma piedra; y habéis puesto por rey sobre los de
Siquem a Abimelec hijo de su criada, por cuanto es vuestro hermano);
19 si con verdad y con integridad habéis
procedido hoy con Jerobaal y con su casa, que gocéis de Abimelec, y él
goce de vosotros.
20 Y si no, fuego salga de Abimelec, que
consuma a los de Siquem y a la casa de Milo, y fuego salga de los de
Siquem y de la casa de Milo, que consuma a Abimelec.
21 Y escapó Jotam y huyó, y se fue a Beer,
y allí se estuvo por miedo de Abimelec su hermano.
22 Después que Abimelec hubo dominado
sobre Israel tres años,
23 envió Dios un mal espíritu entre
Abimelec y los hombres de Siquem, y los de Siquem se levantaron contra
Abimelec;
24 para que la violencia hecha a los
setenta hijos de Jerobaal, y la sangre de ellos, recayera sobre
Abimelec su hermano que los mató, y sobre los hombres de Siquem que
fortalecieron las manos de él para matar a sus hermanos.
25 Y los de Siquem pusieron en las cumbres
de los montes asechadores que robaban a todos los que pasaban junto a
ellos por el camino; de lo cual fue dado aviso a Abimelec.
26 Y Gaal hijo de Ebed vino con sus
hermanos y se pasaron a Siquem, y los de Siquem pusieron en él su
confianza.
27 Y saliendo al campo, vendimiaron sus
viñedos, y pisaron la uva e hicieron fiesta; y entrando en el templo
de sus dioses, comieron y bebieron, y maldijeron a Abimelec.
28 Y Gaal hijo de Ebed dijo: ¿Quién es
Abimelec, y qué es Siquem, para que nosotros le sirvamos? ¿No es hijo
de Jerobaal, y no es Zebul ayudante suyo? Servid a los varones de
Hamor padre de Siquem; pero ¿por qué le hemos de servir a él?
29 Ojalá estuviera este pueblo bajo mi
mano, pues yo arrojaría luego a Abimelec, y diría a Abimelec: Aumenta
tus ejércitos, y sal.
30 Cuando Zebul gobernador de la ciudad
oyó las palabras de Gaal hijo de Ebed, se encendió en ira,
31 y envió secretamente mensajeros a
Abimelec, diciendo: He aquí que Gaal hijo de Ebed y sus hermanos han
venido a Siquem, y he aquí que están sublevando la ciudad contra ti.
32 Levántate, pues, ahora de noche, tú y
el pueblo que está contigo, y pon emboscadas en el campo.
33 Y por la mañana al salir el sol madruga
y cae sobre la ciudad; y cuando él y el pueblo que está con él salgan
contra ti, tú harás con él según se presente la ocasión.
34 Levantándose, pues, de noche Abimelec y
todo el pueblo que con él estaba, pusieron emboscada contra Siquem con
cuatro compañías.
35 Y Gaal hijo de Ebed salió, y se puso a
la entrada de la puerta de la ciudad; y Abimelec y todo el pueblo que
con él estaba, se levantaron de la emboscada.
36 Y viendo Gaal al pueblo, dijo a Zebul:
He allí gente que desciende de las cumbres de los montes. Y Zebul le
respondió: Tú ves la sombra de los montes como si fueran hombres.
37 Volvió Gaal a hablar, y dijo: He allí
gente que desciende de en medio de la tierra, y una tropa viene por el
camino de la encina de los adivinos.
38 Y Zebul le respondió: ¿Dónde está ahora
tu boca con que decías: ¿Quién es Abimelec para que le sirvamos? ¿No
es este el pueblo que tenías en poco? Sal pues, ahora, y pelea con él.
39 Y Gaal salió delante de los de Siquem,
y peleó contra Abimelec.
40 Mas lo persiguió Abimelec, y Gaal huyó
delante de él; y cayeron heridos muchos hasta la entrada de la puerta.
41 Y Abimelec se quedó en Aruma; y Zebul
echó fuera a Gaal y a sus hermanos, para que no morasen en Siquem.
42 Aconteció el siguiente día, que el
pueblo salió al campo; y fue dado aviso a Abimelec,
43 el cual, tomando gente, la repartió en
tres compañías, y puso emboscadas en el campo; y cuando miró, he aquí
el pueblo que salía de la ciudad; y se levantó contra ellos y los
atacó.
44 Porque Abimelec y la compañía que
estaba con él acometieron con ímpetu, y se detuvieron a la entrada de
la puerta de la ciudad, y las otras dos compañías acometieron a todos
los que estaban en el campo, y los mataron.
45 Y Abimelec peleó contra la ciudad todo
aquel día, y tomó la ciudad, y mató al pueblo que en ella estaba; y
asoló la ciudad, y la sembró de sal.
46 Cuando oyeron esto todos los que
estaban en la torre de Siquem, se metieron en la fortaleza del templo
del dios Berit.
47 Y fue dado aviso a Abimelec, de que
estaban reunidos todos los hombres de la torre de Siquem.
48 Entonces subió Abimelec al monte de
Salmón, él y toda la gente que con él estaba; y tomó Abimelec un hacha
en su mano, y cortó una rama de los árboles, y levantándola se la puso
sobre sus hombros, diciendo al pueblo que estaba con él: Lo que me
habéis visto hacer, apresuraos a hacerlo como yo.
49 Y todo el pueblo cortó también cada uno
su rama, y siguieron a Abimelec, y las pusieron junto a la fortaleza,
y prendieron fuego con ellas a la fortaleza, de modo que todos los de
la torre de Siquem murieron, como unos mil hombres y mujeres.
50 Después Abimelec se fue a Tebes, y puso
sitio a Tebes, y la tomó.
51 En medio de aquella ciudad había una
torre fortificada, a la cual se retiraron todos los hombres y las
mujeres, y todos los señores de la ciudad; y cerrando tras sí las
puertas, se subieron al techo de la torre.
52 Y vino Abimelec a la torre, y
combatiéndola, llegó hasta la puerta de la torre para prenderle fuego.
53 Mas una mujer dejó caer un pedazo de
una rueda de molino sobre la cabeza de Abimelec, y le rompió el cráneo.
54 Entonces llamó apresuradamente a su
escudero, y le dijo: Saca tu espada y mátame, para que no se diga de
mí: Una mujer lo mató. Y su escudero le atravesó, y murió.
55 Y cuando los israelitas vieron muerto a
Abimelec, se fueron cada uno a su casa.
56 Así pagó Dios a Abimelec el mal que
hizo contra su padre, matando a sus setenta hermanos.
57 Y todo el mal de los hombres de Siquem
lo hizo Dios volver sobre sus cabezas, y vino sobre ellos la maldición
de Jotam hijo de Jerobaal. |
-
¿Cuántos de los hijos de
Jerubaal (Gedeon) hizo Abimelec matar? (5)
-
¿Cómo murieron los ciudadanos de Siquem?
(49)
-
¿Cómo murió
Abimelec? (53-54)
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Capítulo
10
Tola
y Jair juzgan a Israel
Jueces
10:1
Después de Abimelec, se levantó para
librar a Israel Tola hijo de Fúa, hijo de Dodo, varón de Isacar, el
cual habitaba en Samir en el monte de Efraín.
2 Y juzgó a Israel veintitrés años; y
murió, y fue sepultado en Samir.
3 Tras él se levantó Jair galaadita, el
cual juzgó a Israel veintidós años.
4 Este tuvo treinta hijos, que cabalgaban
sobre treinta asnos; y tenían treinta ciudades, que se llaman las
ciudades de Jair hasta hoy, las cuales están en la tierra de Galaad.
5 Y murió Jair, y fue sepultado en Camón.
Jefté
liberta a Israel de los amonitas
6 Pero los
hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, y
sirvieron a los baales y a Astarot, a los dioses de Siria, a los
dioses de Sidón, a los dioses de Moab, a los dioses de los hijos de
Amón y a los dioses de los filisteos; y dejaron a Jehová, y no le
sirvieron.
7 Y se encendió la ira de Jehová contra
Israel, y los entregó en mano de los filisteos, y en mano de los hijos
de Amón;
8 los cuales oprimieron y quebrantaron a
los hijos de Israel en aquel tiempo dieciocho años, a todos los hijos
de Israel que estaban al otro lado del Jordán en la tierra del amorreo,
que está en Galaad.
9 Y los hijos de Amón pasaron el Jordán
para hacer también guerra contra Judá y contra Benjamín y la casa de
Efraín, y fue afligido Israel en gran manera.
10 Entonces los hijos de Israel clamaron a
Jehová, diciendo: Nosotros hemos pecado contra ti; porque hemos dejado
a nuestro Dios, y servido a los baales.
11 Y Jehová respondió a los hijos de
Israel: ¿No habéis sido oprimidos de Egipto, de los amorreos, de los
amonitas, de los filisteos,
12 de los de Sidón, de Amalec y de Maón, y
clamando a mí no os libré de sus manos?
13 Mas vosotros me habéis dejado, y habéis
servido a dioses ajenos; por tanto, yo no os libraré más.
14 Andad y clamad a los dioses que os
habéis elegido; que os libren ellos en el tiempo de vuestra aflicción.
15 Y los hijos de Israel respondieron a
Jehová: Hemos pecado; haz tú con nosotros como bien te parezca; sólo
te rogamos que nos libres en este día.
16 Y quitaron de entre sí los dioses
ajenos, y sirvieron a Jehová; y él fue angustiado a causa de la
aflicción de Israel.
17 Entonces se juntaron los hijos de Amón,
y acamparon en Galaad; se juntaron asimismo los hijos de Israel, y
acamparon en Mizpa.
18 Y los príncipes y el pueblo de Galaad
dijeron el uno al otro: ¿Quién comenzará la batalla contra los hijos
de Amón? Será caudillo sobre todos los que habitan en Galaad. |
-
¿Quién guió a Israel
durante veintitrés años? (1-2)
-
¿Quién guió a Israel durante veintidós
años y tuvo treinta hijos? (3-4)
-
¿Por cuánto tiempo los israelitas
fueron oprimidos por los filisteos y los amonitas? (7-8)
-
¿Cómo respondió
el Señor cuando los israelitas clamaron a Él? (10-14)
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Capítulo
11
Jueces
11:1 Jefté
galaadita era esforzado y valeroso; era hijo de una mujer ramera, y el
padre de Jefté era Galaad.
2 Pero la mujer de Galaad le dio hijos,
los cuales, cuando crecieron, echaron fuera a Jefté, diciéndole: No
heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer.
3 Huyó, pues, Jefté de sus hermanos, y
habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los
cuales salían con él.
4 Aconteció andando el tiempo, que los
hijos de Amón hicieron guerra contra Israel.
5 Y cuando los hijos de Amón hicieron
guerra contra Israel, los ancianos de Galaad fueron a traer a Jefté de
la tierra de Tob;
6 y dijeron a Jefté: Ven, y serás nuestro
jefe, para que peleemos contra los hijos de Amón.
7 Jefté respondió a los ancianos de Galaad:
¿No me aborrecisteis vosotros, y me echasteis de la casa de mi padre?
¿Por qué, pues, venís ahora a mí cuando estáis en aflicción?
8 Y los ancianos de Galaad respondieron a
Jefté: Por esta misma causa volvemos ahora a ti, para que vengas con
nosotros y pelees contra los hijos de Amón, y seas caudillo de todos
los que moramos en Galaad.
9 Jefté entonces dijo a los ancianos de
Galaad: Si me hacéis volver para que pelee contra los hijos de Amón, y
Jehová los entregare delante de mí, ¿seré yo vuestro caudillo?
10 Y los ancianos de Galaad respondieron a
Jefté: Jehová sea testigo entre nosotros, si no hiciéremos como tú
dices.
11 Entonces Jefté vino con los ancianos de
Galaad, y el pueblo lo eligió por su caudillo y jefe; y Jefté habló
todas sus palabras delante de Jehová en Mizpa.
12 Y envió Jefté mensajeros al rey de los
amonitas, diciendo: ¿Qué tienes tú conmigo, que has venido a mí para
hacer guerra contra mi tierra?
13 El rey de los amonitas respondió a los
mensajeros de Jefté: Por cuanto Israel tomó mi tierra, cuando subió de
Egipto, desde Arnón hasta Jaboc y el Jordán; ahora, pues, devuélvela
en paz.
14 Y Jefté volvió a enviar otros
mensajeros al rey de los amonitas,
15 para decirle: Jefté ha dicho así:
Israel no tomó tierra de Moab, ni tierra de los hijos de Amón.
16 Porque cuando Israel subió de Egipto,
anduvo por el desierto hasta el Mar Rojo, y llegó a Cades.
17 Entonces Israel envió mensajeros al rey
de Edom, diciendo: Yo te ruego que me dejes pasar por tu tierra; pero
el rey de Edom no los escuchó. Envió también al rey de Moab, el cual
tampoco quiso; se quedó, por tanto, Israel en Cades.
18 Después, yendo por el desierto, rodeó
la tierra de Edom y la tierra de Moab, y viniendo por el lado oriental
de la tierra de Moab, acampó al otro lado de Arnón, y no entró en
territorio de Moab; porque Arnón es territorio de Moab.
19 Y envió Israel mensajeros a Sehón rey
de los amorreos, rey de Hesbón, diciéndole: Te ruego que me dejes
pasar por tu tierra hasta mi lugar.
20 Mas Sehón no se fió de Israel para
darle paso por su territorio, sino que reuniendo Sehón toda su gente,
acampó en Jahaza, y peleó contra Israel.
21 Pero Jehová Dios de Israel entregó a
Sehón y a todo su pueblo en mano de Israel, y los derrotó; y se
apoderó Israel de toda la tierra de los amorreos que habitaban en
aquel país.
22 Se apoderaron también de todo el
territorio del amorreo desde Arnón hasta Jaboc, y desde el desierto
hasta el Jordán.
23 Así que, lo que Jehová Dios de Israel
desposeyó al amorreo delante de su pueblo Israel, ¿pretendes tú
apoderarte de él?
24 Lo que te hiciere poseer Quemos tu dios,
¿no lo poseerías tú? Así, todo lo que desposeyó Jehová nuestro Dios
delante de nosotros, nosotros lo poseeremos.
25 ¿Eres tú ahora mejor en algo que Balac
hijo de Zipor, rey de Moab? ¿Tuvo él cuestión contra Israel, o hizo
guerra contra ellos?
26 Cuando Israel ha estado habitando por
trescientos años a Hesbón y sus aldeas, a Aroer y sus aldeas, y todas
las ciudades que están en el territorio de Arnón, ¿por qué no las
habéis recobrado en ese tiempo?
27 Así que, yo nada he pecado contra ti,
mas tú haces mal conmigo peleando contra mí. Jehová, que es el juez,
juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Amón.
28 Mas el rey de los hijos de Amón no
atendió a las razones que Jefté le envió.
29 Y el Espíritu de Jehová vino sobre
Jefté; y pasó por Galaad y Manasés, y de allí pasó a Mizpa de Galaad,
y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.
30 Y Jefté hizo voto a Jehová, diciendo:
Si entregares a los amonitas en mis manos,
31 cualquiera que saliere de las puertas
de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas,
será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto.
32 Y fue Jefté hacia los hijos de Amón
para pelear contra ellos; y Jehová los entregó en su mano.
33 Y desde Aroer hasta llegar a Minit,
veinte ciudades, y hasta la vega de las viñas, los derrotó con muy
grande estrago. Así fueron sometidos los amonitas por los hijos de
Israel.
34 Entonces volvió Jefté a Mizpa, a su
casa; y he aquí su hija que salía a recibirle con panderos y danzas, y
ella era sola, su hija única; no tenía fuera de ella hijo ni hija.
35 Y cuando él la vio, rompió sus vestidos,
diciendo: !!Ay, hija mía! en verdad me has abatido, y tú misma has
venido a ser causa de mi dolor; porque le he dado palabra a Jehová, y
no podré retractarme.
36 Ella entonces le respondió: Padre mío,
si le has dado palabra a Jehová, haz de mí conforme a lo que
prometiste, ya que Jehová ha hecho venganza en tus enemigos los hijos
de Amón.
37 Y volvió a decir a su padre: Concédeme
esto: déjame por dos meses que vaya y descienda por los montes, y
llore mi virginidad, yo y mis compañeras.
38 El entonces dijo: Ve. Y la dejó por dos
meses. Y ella fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los
montes.
39 Pasados los dos meses volvió a su
padre, quien hizo de ella conforme al voto que había hecho. Y ella
nunca conoció varón.
40 Y se hizo costumbre en Israel, que de
año en año fueran las doncellas de Israel a endechar a la hija de
Jefté galaadita, cuatro días en el año. |
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¿A quién pidierón los ancianos de
Galaad para guiarlos en la guerra contra los hijos de Amón? (6-7)
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¿Qué hizo el rey de los amonitas con el
mensaje que Jefté le envió? (28)
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¿Qué voto hizo Jefté á Jehová? (30-31)
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Capítulo 12
Jueces
12:1 Entonces
se reunieron los varones de Efraín, y pasaron hacia el norte, y
dijeron a Jefté: ¿Por qué fuiste a hacer guerra contra los hijos de
Amón, y no nos llamaste para que fuéramos contigo? Nosotros quemaremos
tu casa contigo.
2 Y Jefté les respondió: Yo y mi pueblo
teníamos una gran contienda con los hijos de Amón, y os llamé, y no me
defendisteis de su mano.
3 Viendo, pues, que no me defendíais,
arriesgué mi vida, y pasé contra los hijos de Amón, y Jehová me los
entregó; ¿por qué, pues, habéis subido hoy contra mí para pelear
conmigo?
4 Entonces reunió Jefté a todos los
varones de Galaad, y peleó contra Efraín; y los de Galaad derrotaron a
Efraín, porque habían dicho: Vosotros sois fugitivos de Efraín,
vosotros los galaaditas, en medio de Efraín y de Manasés.
5 Y los galaaditas tomaron los vados del
Jordán a los de Efraín; y aconteció que cuando decían los fugitivos de
Efraín: Quiero pasar, los de Galaad les preguntaban: ¿Eres tú efrateo?
Si él respondía: No,
6 entonces le decían: Ahora, pues, di
Shibolet. Y él decía Sibolet; porque no podía pronunciarlo
correctamente. Entonces le echaban mano, y le degollaban junto a los
vados del Jordán. Y murieron entonces de los de Efraín cuarenta y dos
mil.
7 Y Jefté juzgó a Israel seis años; y
murió Jefté galaadita, y fue sepultado en una de las ciudades de
Galaad.
Ibzán,
Elón y Abdón, jueces de Israel
8 Después de
él juzgó a Israel Ibzán de Belén,
9 el cual tuvo treinta hijos y treinta
hijas, las cuales casó fuera, y tomó de fuera treinta hijas para sus
hijos; y juzgó a Israel siete años.
10 Y murió Ibzán, y fue sepultado en Belén.
11 Después de él juzgó a Israel Elón
zabulonita, el cual juzgó a Israel diez años.
12 Y murió Elón zabulonita, y fue
sepultado en Ajalón en la tierra de Zabulón.
13 Después de él juzgó a Israel Abdón hijo
de Hilel, piratonita.
14 Este tuvo cuarenta hijos y treinta
nietos, que cabalgaban sobre setenta asnos; y juzgó a Israel ocho años.
15 Y murió Abdón hijo de Hilel piratonita,
y fue sepultado en Piratón, en la tierra de Efraín, en el monte de
Amalec. |
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¿Cómo los galaaditas determinaron si un
hombre era efrateo? (5-6)
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¿Qué otros tres jueces se mencionan en
este capítulo? (8,11,13)
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Capítulo
13
Nacimiento de
Sansón
Jueces
13:1 Los hijos de Israel volvieron a
hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de
los filisteos por cuarenta años.
2 Y había un hombre de Zora, de la tribu
de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era estéril, y nunca
había tenido hijos.
3 A esta mujer apareció el ángel de Jehová,
y le dijo: He aquí que tú eres estéril, y nunca has tenido hijos; pero
concebirás y darás a luz un hijo.
4 Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni
comas cosa inmunda.
5 Pues he aquí que concebirás y darás a
luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será
nazareo a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel
de mano de los filisteos.
6 Y la mujer vino y se lo contó a su
marido, diciendo: Un varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era como el
aspecto de un ángel de Dios, temible en gran manera; y no le pregunté
de dónde ni quién era, ni tampoco él me dijo su nombre.
7 Y me dijo: He aquí que tú concebirás, y
darás a luz un hijo; por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni
comas cosa inmunda, porque este niño será nazareo a Dios desde su
nacimiento hasta el día de su muerte.
8 Entonces oró Manoa a Jehová, y dijo: Ah,
Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, vuelva
ahora a venir a nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de hacer con el
niño que ha de nacer.
9 Y Dios oyó la voz de Manoa; y el ángel
de Dios volvió otra vez a la mujer, estando ella en el campo; mas su
marido Manoa no estaba con ella.
10 Y la mujer corrió prontamente a
avisarle a su marido, diciéndole: Mira que se me ha aparecido aquel
varón que vino a mí el otro día.
11 Y se levantó Manoa, y siguió a su mujer;
y vino al varón y le dijo: ¿Eres tú aquel varón que habló a la mujer?
Y él dijo: Yo soy.
12 Entonces Manoa dijo: Cuando tus
palabras se cumplan, ¿cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué
debemos hacer con él?
13 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa:
La mujer se guardará de todas las cosas que yo le dije.
14 No tomará nada que proceda de la vid;
no beberá vino ni sidra, y no comerá cosa inmunda; guardará todo lo
que le mandé.
15 Entonces Manoa dijo al ángel de Jehová:
Te ruego nos permitas detenerte, y te prepararemos un cabrito.
16 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa:
Aunque me detengas, no comeré de tu pan; mas si quieres hacer
holocausto, ofrécelo a Jehová. Y no sabía Manoa que aquél fuese ángel
de Jehová.
17 Entonces dijo Manoa al ángel de Jehová:
¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumpla tu palabra te honremos?
18 Y el ángel de Jehová respondió: ¿Por
qué preguntas por mi nombre, que es admirable?
19 Y Manoa tomó un cabrito y una ofrenda,
y los ofreció sobre una peña a Jehová; y el ángel hizo milagro ante
los ojos de Manoa y de su mujer.
20 Porque aconteció que cuando la llama
subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehová subió en la llama
del altar ante los ojos de Manoa y de su mujer, los cuales se
postraron en tierra.
21 Y el ángel de Jehová no volvió a
aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces conoció Manoa que era el
ángel de Jehová.
22 Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente
moriremos, porque a Dios hemos visto.
23 Y su mujer le respondió: Si Jehová nos
quisiera matar, no aceptaría de nuestras manos el holocausto y la
ofrenda, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos
habría anunciado esto.
24 Y la mujer dio a luz un hijo, y le puso
por nombre Sansón. Y el niño creció, y Jehová lo bendijo.
25 Y el Espíritu de Jehová comenzó a
manifestarse en él en los campamentos de Dan, entre Zora y Estaol.
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¿Por cuánto tiempo los
israelitas eran oprimidos por los filisteos? (1)
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¿Qué le dijo el ángel de Jehová a la
esposa de Manoa con respecto al hijo que iba a nacer de ella? (5)
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¿Qué ocurrió cuando Manoa ofreció su
ofrenda? (19-20)
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¿Cómo nombró la
esposa de Manoa su hijo? (24)
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Capítulo
14
Sansón y la mujer filistea de Timnat
Jueces
14:1 Descendió Sansón a Timnat, y
vio en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos.
2 Y subió, y lo declaró a su padre y a su
madre, diciendo: Yo he visto en Timnat una mujer de las hijas de los
filisteos; os ruego que me la toméis por mujer.
3 Y su padre y su madre le dijeron: ¿No
hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo,
para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? Y
Sansón respondió a su padre: Tómame ésta por mujer, porque ella me
agrada.
4 Mas su padre y su madre no sabían que
esto venía de Jehová, porque él buscaba ocasión contra los filisteos;
pues en aquel tiempo los filisteos dominaban sobre Israel.
5 Y Sansón descendió con su padre y con su
madre a Timnat; y cuando llegaron a las viñas de Timnat, he aquí un
león joven que venía rugiendo hacia él.
6 Y el Espíritu de Jehová vino sobre
Sansón, quien despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin
tener nada en su mano; y no declaró ni a su padre ni a su madre lo que
había hecho.
7 Descendió, pues, y habló a la mujer; y
ella agradó a Sansón.
8 Y volviendo después de algunos días para
tomarla, se apartó del camino para ver el cuerpo muerto del león; y he
aquí que en el cuerpo del león había un enjambre de abejas, y un panal
de miel.
9 Y tomándolo en sus manos, se fue
comiéndolo por el camino; y cuando alcanzó a su padre y a su madre,
les dio también a ellos que comiesen; mas no les descubrió que había
tomado aquella miel del cuerpo del león.
10 Vino, pues, su padre adonde estaba la
mujer, y Sansón hizo allí banquete; porque así solían hacer los
jóvenes.
11 Y aconteció que cuando ellos le vieron,
tomaron treinta compañeros para que estuviesen con él.
12 Y Sansón les dijo: Yo os propondré
ahora un enigma, y si en los siete días del banquete me lo declaráis y
descifráis, yo os daré treinta vestidos de lino y treinta vestidos de
fiesta.
13 Mas si no me lo podéis declarar,
entonces vosotros me daréis a mí los treinta vestidos de lino y los
vestidos de fiesta. Y ellos respondieron: Propón tu enigma, y lo
oiremos.
14 Entonces les dijo:
Del
devorador salió comida,
Y
del fuerte salió dulzura. m Y ellos no pudieron declararle el enigma
en tres días.
15 Al séptimo día dijeron a la mujer de
Sansón: Induce a tu marido a que nos declare este enigma, para que no
te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿Nos habéis llamado aquí
para despojarnos?
16 Y lloró la mujer de Sansón en presencia
de él, y dijo: Solamente me aborreces, y no me amas, pues no me
declaras el enigma que propusiste a los hijos de mi pueblo. Y él
respondió: He aquí que ni a mi padre ni a mi madre lo he declarado, ¿y
te lo había de declarar a ti?
17 Y ella lloró en presencia de él los
siete días que ellos tuvieron banquete; mas al séptimo día él se lo
declaró, porque le presionaba; y ella lo declaró a los hijos de su
pueblo.
18 Al séptimo día, antes que el sol se
pusiese, los de la ciudad le dijeron:
¿Qué
cosa más dulce que la miel?
¿Y
qué cosa más fuerte que el león? m Y él les respondió:
Si
no araseis con mi novilla,
Nunca
hubierais descubierto mi enigma. m
19 Y el Espíritu de Jehová vino sobre él,
y descendió a Ascalón y mató a treinta hombres de ellos; y tomando sus
despojos, dio las mudas de vestidos a los que habían explicado el
enigma; y encendido en enojo se volvió a la casa de su padre.
20 Y la mujer de Sansón fue dada a su
compañero, al cual él había tratado como su amigo. |
-
¿A quién quería Samson por esposa? (2)
-
¿Qué mató Sansón con sus propias manos?
(5-6)
-
¿Cómo averiguaron los compañeros de
Samson el significado de la adivinanza? (15-17)
-
¿Cómo Samson obtuvo las treinta prendas
de vestir? (19)
-
¿Qué pasó con la mujer de Sansón? (20)
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Capítulo
15
Jueces
15:1 Aconteció
después de algún tiempo, que en los días de la siega del trigo Sansón
visitó a su mujer con un cabrito, diciendo: Entraré a mi mujer en el
aposento. Mas el padre de ella no lo dejó entrar.
2 Y dijo el padre de ella: Me persuadí de
que la aborrecías, y la di a tu compañero. Mas su hermana menor, ¿no
es más hermosa que ella? Tómala, pues, en su lugar.
3 Entonces le dijo Sansón: Sin culpa seré
esta vez respecto de los filisteos, si mal les hiciere.
4 Y fue Sansón y cazó trescientas zorras,
y tomó teas, y juntó cola con cola, y puso una tea entre cada dos
colas.
5 Después, encendiendo las teas, soltó las
zorras en los sembrados de los filisteos, y quemó las mieses
amontonadas y en pie, viñas y olivares.
6 Y dijeron los filisteos: ¿Quién hizo
esto? Y les contestaron: Sansón, el yerno del timnateo, porque le
quitó su mujer y la dio a su compañero. Y vinieron los filisteos y la
quemaron a ella y a su padre.
7 Entonces Sansón les dijo: Ya que así
habéis hecho, juro que me vengaré de vosotros, y después desistiré.
8 Y los hirió cadera y muslo con gran
mortandad; y descendió y habitó en la cueva de la peña de Etam.
Sansón derrota a los filisteos en Lehi
9 Entonces
los filisteos subieron y acamparon en Judá, y se extendieron por Lehi.
10 Y los varones de Judá les dijeron: ¿Por
qué habéis subido contra nosotros? Y ellos respondieron: A prender a
Sansón hemos subido, para hacerle como él nos ha hecho.
11 Y vinieron tres mil hombres de Judá a
la cueva de la peña de Etam, y dijeron a Sansón: ¿No sabes tú que los
filisteos dominan sobre nosotros? ¿Por qué nos has hecho esto? Y él
les respondió: Yo les he hecho como ellos me hicieron.
12 Ellos entonces le dijeron: Nosotros
hemos venido para prenderte y entregarte en mano de los filisteos. Y
Sansón les respondió: Juradme que vosotros no me mataréis.
13 Y ellos le respondieron, diciendo: No;
solamente te prenderemos, y te entregaremos en sus manos; mas no te
mataremos. Entonces le ataron con dos cuerdas nuevas, y le hicieron
venir de la peña.
14 Y así que vino hasta Lehi, los
filisteos salieron gritando a su encuentro; pero el Espíritu de Jehová
vino sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron
como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos.
15 Y hallando una quijada de asno fresca
aún, extendió la mano y la tomó, y mató con ella a mil hombres.
16 Entonces Sansón dijo:
Con
la quijada de un asno, un montón, dos montones;
Con
la quijada de un asno maté a mil hombres. m
17 Y acabando de hablar, arrojó de su mano
la quijada, y llamó a aquel lugar Ramat-lehi.
18 Y teniendo gran sed, clamó luego a
Jehová, y dijo: Tú has dado esta grande salvación por mano de tu
siervo; ¿y moriré yo ahora de sed, y caeré en mano de los
incircuncisos?
19 Entonces abrió Dios la cuenca que hay
en Lehi; y salió de allí agua, y él bebió, y recobró su espíritu, y se
reanimó. Por esto llamó el nombre de aquel lugar, En-hacore, el cual
está en Lehi, hasta hoy.
20 Y juzgó a Israel en los días de los
filisteos veinte años. |
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¿Qué hizo Sansón con los
zorros? (4-5)
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¿Qué hizo Sansón con la quijada? (15)
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¿Cuánto tiempo
duró Samson juzgando a Israel? (20)
Gracias a Jennifer Rangel por traducir.
English
Answers for
Jueces Study Questions
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