Preguntas de estudio del Libro de Jeremias Ch. 39-52 ©2013-2016 by Arlo E. Moehlenpah |
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1-24 |
1.¿Qué hizo el rey de Babilonia a Sedequías? (5-7) 2.¿Qué hicieron los caldeos en Jerusalem? (8) 3.¿A quién debían los caldeos dejar en Jerusalén? (9-10) 4.¿Qué se le encarga a Nabucodonosor acerca de Jeremías? (11-14) 5.¿Qué profetizó Jeremías sobre Ebedmelec el etíope? (15-18)
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40:1
Palabra de Jehová que vino a Jeremías, después que Nabuzaradán
capitán de la guardia le envió desde Ramá, cuando le tomó
estando atado con cadenas entre todos los cautivos de
Jerusalén y de Judá que iban deportados a Babilonia.
2 Tomó,
pues, el capitán de la guardia a Jeremías y le dijo: Jehová tu
Dios habló este mal contra este lugar;
3 y
lo ha traído y hecho Jehová según lo había dicho; porque
pecasteis contra Jehová, y no oísteis su voz, por eso os ha
venido esto.
4 Y
ahora yo te he soltado hoy de las cadenas que tenías en tus
manos. Si te parece bien venir conmigo a Babilonia, ven, y yo
velaré por ti; pero si no te parece bien venir conmigo a
Babilonia, déjalo. Mira, toda la tierra está delante de ti; ve
a donde mejor y más cómodo te parezca ir.
5 Si
prefieres quedarte, vuélvete a Gedalías hijo de Ahicam, hijo
de Safán, al cual el rey de Babilonia ha puesto sobre todas
las ciudades de Judá, y vive con él en medio del pueblo; o ve
a donde te parezca más cómodo ir. Y le dio el capitán de la
guardia provisiones y un presente, y le despidió.
6 Se
fue entonces Jeremías a Gedalías hijo de Ahicam, a Mizpa, y
habitó con él en medio del pueblo que había quedado en la
tierra.
7 Cuando
todos los jefes del ejército que estaban por el campo, ellos y
sus hombres, oyeron que el rey de Babilonia había puesto a
Gedalías hijo de Ahicam para gobernar la tierra, y que le
había encomendado los hombres y las mujeres y los niños, y los
pobres de la tierra que no fueron transportados a Babilonia,
8 vinieron
luego a Gedalías en Mizpa; esto es, Ismael hijo de Netanías,
Johanán y Jonatán hijos de Carea, Seraías hijo de Tanhumet,
los hijos de Efai netofatita, y Jezanías hijo de un maacateo,
ellos y sus hombres.
9 Y
les juró Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, a ellos y a
sus hombres, diciendo: No tengáis temor de servir a los
caldeos; habitad en la tierra, y servid al rey de Babilonia, y
os irá bien.
10 Y
he aquí que yo habito en Mizpa, para estar delante de los
caldeos que vendrán a nosotros; mas vosotros tomad el vino,
los frutos del verano y el aceite, y ponedlos en vuestros
almacenes, y quedaos en vuestras ciudades que habéis tomado.
11 Asimismo
todos los judíos que estaban en Moab, y entre los hijos de
Amón, y en Edom, y los que estaban en todas las tierras,
cuando oyeron decir que el rey de Babilonia había dejado a
algunos en Judá, y que había puesto sobre ellos a Gedalías
hijo de Ahicam, hijo de Safán,
12 todos
estos judíos regresaron entonces de todos los lugares adonde
habían sido echados, y vinieron a tierra de Judá, a Gedalías
en Mizpa; y recogieron vino y abundantes frutos.
13 Y
Johanán hijo de Carea y todos los príncipes de la gente de
guerra que estaban en el campo, vinieron a Gedalías en Mizpa,
14 Y
le dijeron: ¿No sabes que Baalis rey de los hijos de Amón ha
enviado a Ismael hijo de Netanías para matarte? Mas Gedalías
hijo de Ahicam no les creyó.
15 Entonces
Johanán hijo de Carea habló a Gedalías en secreto en Mizpa,
diciendo: Yo iré ahora y mataré a Ismael hijo de Netanías, y
ningún hombre lo sabrá. ¿Por qué te ha de matar, y todos los
judíos que se han reunido a ti se dispersarán, y perecerá el
resto de Judá?
16 Pero
Gedalías hijo de Ahicam dijo a Johanán hijo de Carea: No hagas
esto, porque es falso lo que tú dices de Ismael.
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2 Y
se levantó Ismael hijo de Netanías y los diez hombres que con
él estaban, e hirieron a espada a Gedalías hijo de Ahicam,
hijo de Safán, matando así a aquel a quien el rey de Babilonia
había puesto para gobernar la tierra.
3 Asimismo
mató Ismael a todos los judíos que estaban con Gedalías en
Mizpa, y a los soldados caldeos que allí estaban.
4 Sucedió
además, un día después que mató a Gedalías, cuando nadie lo
sabía aún,
5 que
venían unos hombres de Siquem, de Silo y de Samaria, ochenta
hombres, raída la barba y rotas las ropas, y rasguñados, y
traían en sus manos ofrenda e incienso para llevar a la casa
de Jehová.
6 Y
de Mizpa les salió al encuentro, llorando, Ismael el hijo de
Netanías. Y aconteció que cuando los encontró, les dijo: Venid
a Gedalías hijo de Ahicam.
7 Y
cuando llegaron dentro de la ciudad, Ismael hijo de Netanías
los degolló, y los echó dentro de una cisterna, él y los
hombres que con él estaban.
8 Mas
entre aquéllos fueron hallados diez hombres que dijeron a
Ismael: No nos mates; porque tenemos en el campo tesoros de
trigos y cebadas y aceites y miel. Y los dejó, y no los mató
entre sus hermanos.
9 Y
la cisterna en que echó Ismael todos los cuerpos de los
hombres que mató a causa de Gedalías, era la misma que había
hecho el rey Asa a causa de Baasa rey de Israel; Ismael hijo
de Netanías la llenó de muertos.
10 Después
llevó Ismael cautivo a todo el resto del pueblo que estaba en
Mizpa, a las hijas del rey y a todo el pueblo que en Mizpa
había quedado, el cual había encargado Nabuzaradán capitán de
la guardia a Gedalías hijo de Ahicam. Los llevó, pues,
cautivos Ismael hijo de Netanías, y se fue para pasarse a los
hijos de Amón.
11 Y
oyeron Johanán hijo de Carea y todos los príncipes de la gente
de guerra que estaban con él, todo el mal que había hecho
Ismael hijo de Netanías.
12 Entonces
tomaron a todos los hombres y fueron a pelear contra Ismael
hijo de Netanías, y lo hallaron junto al gran estanque que
está en Gabaón.
13 Y
aconteció que cuando todo el pueblo que estaba con Ismael vio
a Johanán hijo de Carea y a todos los capitanes de la gente de
guerra que estaban con él, se alegraron.
14 Y
todo el pueblo que Ismael había traído cautivo de Mizpa se
volvió y fue con Johanán hijo de Carea.
15 Pero
Ismael hijo de Netanías escapó delante de Johanán con ocho
hombres, y se fue a los hijos de Amón.
16 Y
Johanán hijo de Carea y todos los capitanes de la gente de
guerra que con él estaban tomaron a todo el resto del pueblo
que había recobrado de Ismael hijo de Netanías, a quienes
llevó de Mizpa después que mató a Gedalías hijo de Ahicam;
hombres de guerra, mujeres, niños y eunucos, que Johanán había
traído de Gabaón;
17 y
fueron y habitaron en Gerutquimam, que está cerca de Belén, a
fin de ir y meterse en Egipto,
18 a
causa de los caldeos; porque los temían, por haber dado muerte
Ismael hijo de Netanías a Gedalías hijo de Ahicam, al cual el
rey de Babilonia había puesto para gobernar la tierra.
1.¿Cómo murió Gedalías? (1-2)
42:1
Vinieron todos los oficiales de la gente de guerra, y Johanán
hijo de Carea, Jezanías hijo de Osaías, y todo el pueblo desde
el menor hasta el mayor,
2 y
dijeron al profeta Jeremías: Acepta ahora nuestro ruego
delante de ti, y ruega por nosotros a Jehová tu Dios por todo
este resto (pues de muchos hemos quedado unos pocos, como nos
ven tus ojos),
3 para
que Jehová tu Dios nos enseñe el camino por donde vayamos, y
lo que hemos de hacer.
4 Y
el profeta Jeremías les dijo: He oído. He aquí que voy a orar
a Jehová vuestro Dios, como habéis dicho, y todo lo que Jehová
os respondiere, os enseñaré; no os reservaré palabra.
5 Y
ellos dijeron a Jeremías: Jehová sea entre nosotros testigo de
la verdad y de la lealtad, si no hiciéremos conforme a todo
aquello para lo cual Jehová tu Dios te enviare a nosotros.
6 Sea
bueno, sea malo, a la voz de Jehová nuestro Dios al cual te
enviamos, obedeceremos, para que obedeciendo a la voz de
Jehová nuestro Dios nos vaya bien.
7 Aconteció
que al cabo de diez días vino palabra de Jehová a Jeremías.
8 Y
llamó a Johanán hijo de Carea y a todos los oficiales de la
gente de guerra que con él estaban, y a todo el pueblo desde
el menor hasta el mayor;
9 y
les dijo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel, al cual me
enviasteis para presentar vuestros ruegos en su presencia:
10 Si
os quedareis quietos en esta tierra, os edificaré, y no os
destruiré; os plantaré, y no os arrancaré; porque estoy
arrepentido del mal que os he hecho.
11 No
temáis de la presencia del rey de Babilonia, del cual tenéis
temor; no temáis de su presencia, ha dicho Jehová, porque con
vosotros estoy yo para salvaros y libraros de su mano;
12 y
tendré de vosotros misericordia, y él tendrá misericordia de
vosotros y os hará regresar a vuestra tierra.
13 Mas
si dijereis: No moraremos en esta tierra, no obedeciendo así a
la voz de Jehová vuestro Dios,
14 diciendo:
No, sino que entraremos en la tierra de Egipto, en la cual no
veremos guerra, ni oiremos sonido de trompeta, ni padeceremos
hambre, y allá moraremos;
15 ahora
por eso, oíd la palabra de Jehová, remanente de Judá: Así ha
dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Si vosotros
volviereis vuestros rostros para entrar en Egipto, y entrareis
para morar allá,
16 sucederá
que la espada que teméis, os alcanzará allí en la tierra de
Egipto, y el hambre de que tenéis temor, allá en Egipto os
perseguirá; y allí moriréis.
17 Todos
los hombres que volvieren sus rostros para entrar en Egipto
para morar allí, morirán a espada, de hambre y de pestilencia;
no habrá de ellos quien quede vivo, ni quien escape delante
del mal que traeré yo sobre ellos.
18 Porque
así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Como se
derramó mi enojo y mi ira sobre los moradores de Jerusalén,
así se derramará mi ira sobre vosotros cuando entrareis en
Egipto; y seréis objeto de execración y de espanto, y de
maldición y de afrenta; y no veréis más este lugar.
19 Jehová
habló sobre vosotros, oh remanente de Judá: No vayáis a Egipto;
sabed ciertamente que os lo aviso hoy.
20 ¿Por
qué hicisteis errar vuestras almas? Pues vosotros me
enviasteis a Jehová vuestro Dios, diciendo: Ora por nosotros a
Jehová nuestro Dios, y haznos saber todas las cosas que Jehová
nuestro Dios dijere, y lo haremos.
21 Y
os lo he declarado hoy, y no habéis obedecido a la voz de
Jehová vuestro Dios, ni a todas las cosas por las cuales me
envió a vosotros.
22 Ahora,
pues, sabed de cierto que a espada, de hambre y de pestilencia
moriréis en el lugar donde deseasteis entrar para morar allí.
43:1
Aconteció que cuando Jeremías acabó de hablar a todo el pueblo
todas las palabras de Jehová Dios de ellos, todas estas
palabras por las cuales Jehová Dios de ellos le había enviado
a ellos mismos,
2 dijo
Azarías hijo de Osaías y Johanán hijo de Carea, y todos los
varones soberbios dijeron a Jeremías: Mentira dices; no te ha
enviado Jehová nuestro Dios para decir: No vayáis a Egipto
para morar allí,
3 sino
que Baruc hijo de Nerías te incita contra nosotros, para
entregarnos en manos de los caldeos, para matarnos y hacernos
transportar a Babilonia.
4 No
obedeció, pues, Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de
la gente de guerra y todo el pueblo, a la voz de Jehová para
quedarse en tierra de Judá,
5 sino
que tomó Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de la
gente de guerra, a todo el remanente de Judá que se había
vuelto de todas las naciones donde había sido echado, para
morar en tierra de Judá;
6 a
hombres y mujeres y niños, y a las hijas del rey y a toda
persona que había dejado Nabuzaradán capitán de la guardia con
Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, y al profeta Jeremías
y a Baruc hijo de Nerías,
7 y
entraron en tierra de Egipto, porque no obedecieron a la voz
de Jehová; y llegaron hasta Tafnes.
8 Y
vino palabra de Jehová a Jeremías en Tafnes, diciendo:
9 Toma
con tu mano piedras grandes, y cúbrelas de barro en el
enladrillado que está a la puerta de la casa de Faraón en
Tafnes, a vista de los hombres de Judá;
10 y
diles: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel:
He aquí yo enviaré y tomaré a Nabucodonosor rey de Babilonia,
mi siervo, y pondré su trono sobre estas piedras que he
escondido, y extenderá su pabellón sobre ellas.
11 Y
vendrá y asolará la tierra de Egipto; los que a muerte, a
muerte, y los que a cautiverio, a cautiverio, y los que a
espada, a espada.
12 Y
pondrá fuego a los templos de los dioses de Egipto y los
quemará, y a ellos los llevará cautivos; y limpiará la tierra
de Egipto, como el pastor limpia su capa, y saldrá de allá en
paz.
13 Además
quebrará las estatuas de Bet-semes, que está en tierra de
Egipto, y los templos de los dioses de Egipto quemará a fuego.
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44:1
Palabra que vino a Jeremías acerca de todos los judíos que
moraban en la tierra de Egipto, que vivían en Migdol, en
Tafnes, en Menfis y en tierra de Patros, diciendo:
2 Así
ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Vosotros
habéis visto todo el mal que traje sobre Jerusalén y sobre
todas las ciudades de Judá; y he aquí que ellas están el día
de hoy asoladas; no hay quien more en ellas,
3 a
causa de la maldad que ellos cometieron para enojarme, yendo a
ofrecer incienso, honrando a dioses ajenos que ellos no habían
conocido, ni vosotros ni vuestros padres.
4 Y
envié a vosotros todos mis siervos los profetas, desde
temprano y sin cesar, para deciros: No hagáis esta cosa
abominable que yo aborrezco.
5 Pero
no oyeron ni inclinaron su oído para convertirse de su maldad,
para dejar de ofrecer incienso a dioses ajenos.
6 Se
derramó, por tanto, mi ira y mi furor, y se encendió en las
ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, y fueron
puestas en soledad y en destrucción, como están hoy.
7 Ahora,
pues, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ¿Por
qué hacéis tan grande mal contra vosotros mismos, para ser
destruidos el hombre y la mujer, el muchacho y el niño de
pecho de en medio de Judá, sin que os quede remanente alguno,
8 haciéndome
enojar con las obras de vuestras manos, ofreciendo incienso a
dioses ajenos en la tierra de Egipto, adonde habéis entrado
para vivir, de suerte que os acabéis, y seáis por maldición y
por oprobio a todas las naciones de la tierra?
9 ¿Os
habéis olvidado de las maldades de vuestros padres, de las
maldades de los reyes de Judá, de las maldades de sus mujeres,
de vuestras maldades y de las maldades de vuestras mujeres,
que hicieron en la tierra de Judá y en las calles de Jerusalén?
10 No
se han humillado hasta el día de hoy, ni han tenido temor, ni
han caminado en mi ley ni en mis estatutos, los cuales puse
delante de vosotros y delante de vuestros padres.
11 Por
tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel:
He aquí que yo vuelvo mi rostro contra vosotros para mal, y
para destruir a todo Judá.
12 Y
tomaré el resto de Judá que volvieron sus rostros para ir a
tierra de Egipto para morar allí, y en tierra de Egipto serán
todos consumidos; caerán a espada, y serán consumidos de
hambre; a espada y de hambre morirán desde el menor hasta el
mayor, y serán objeto de execración, de espanto, de maldición
y de oprobio.
13 Pues
castigaré a los que moran en tierra de Egipto como castigué a
Jerusalén, con espada, con hambre y con pestilencia.
14 Y
del resto de los de Judá que entraron en la tierra de Egipto
para habitar allí, no habrá quien escape, ni quien quede vivo
para volver a la tierra de Judá, por volver a la cual suspiran
ellos para habitar allí; porque no volverán sino algunos
fugitivos.
15 Entonces
todos los que sabían que sus mujeres habían ofrecido incienso
a dioses ajenos, y todas las mujeres que estaban presentes,
una gran concurrencia, y todo el pueblo que habitaba en tierra
de Egipto, en Patros, respondieron a Jeremías, diciendo:
16 La
palabra que nos has hablado en nombre de Jehová, no la oiremos
de ti;
17 sino
que ciertamente pondremos por obra toda palabra que ha salido
de nuestra boca, para ofrecer incienso a la reina del cielo,
derramándole libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros
padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades
de Judá y en las plazas de Jerusalén, y tuvimos abundancia de
pan, y estuvimos alegres, y no vimos mal alguno.
18 Mas
desde que dejamos de ofrecer incienso a la reina del cielo y
de derramarle libaciones, nos falta todo, y a espada y de
hambre somos consumidos.
19 Y
cuando ofrecimos incienso a la reina del cielo, y le
derramamos libaciones, ¿acaso le hicimos nosotras tortas para
tributarle culto, y le derramamos libaciones, sin
consentimiento de nuestros maridos?
20 Y
habló Jeremías a todo el pueblo, a los hombres y a las mujeres
y a todo el pueblo que le había respondido esto, diciendo:
21 ¿No
se ha acordado Jehová, y no ha venido a su memoria el incienso
que ofrecisteis en las ciudades de Judá, y en las calles de
Jerusalén, vosotros y vuestros padres, vuestros reyes y
vuestros príncipes y el pueblo de la tierra?
22 Y
no pudo sufrirlo más Jehová, a causa de la maldad de vuestras
obras, a causa de las abominaciones que habíais hecho; por
tanto, vuestra tierra fue puesta en asolamiento, en espanto y
en maldición, hasta quedar sin morador, como está hoy.
23 Porque
ofrecisteis incienso y pecasteis contra Jehová, y no
obedecisteis a la voz de Jehová, ni anduvisteis en su ley ni
en sus estatutos ni en sus testimonios; por tanto, ha venido
sobre vosotros este mal, como hasta hoy.
24 Y
dijo Jeremías a todo el pueblo, y a todas las mujeres: Oíd
palabra de Jehová, todos los de Judá que estáis en tierra de
Egipto.
25 Así
ha hablado Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo:
Vosotros y vuestras mujeres hablasteis con vuestras bocas, y
con vuestras manos lo ejecutasteis, diciendo: Cumpliremos
efectivamente nuestros votos que hicimos, de ofrecer incienso
a la reina del cielo y derramarle libaciones; confirmáis a la
verdad vuestros votos, y ponéis vuestros votos por obra.
26 Por
tanto, oíd palabra de Jehová, todo Judá que habitáis en tierra
de Egipto: He aquí he jurado por mi grande nombre, dice Jehová,
que mi nombre no será invocado más en toda la tierra de Egipto
por boca de ningún hombre de Judá, diciendo: Vive Jehová el
Señor.
27 He
aquí que yo velo sobre ellos para mal, y no para bien; y todos
los hombres de Judá que están en tierra de Egipto serán
consumidos a espada y de hambre, hasta que perezcan del todo.
28 Y
los que escapen de la espada volverán de la tierra de Egipto a
la tierra de Judá, pocos hombres; sabrá, pues, todo el resto
de Judá que ha entrado en Egipto a morar allí, la palabra de
quién ha de permanecer: si la mía, o la suya.
29 Y
esto tendréis por señal, dice Jehová, de que en este lugar os
castigo, para que sepáis que de cierto permanecerán mis
palabras para mal sobre vosotros.
30 Así
ha dicho Jehová: He aquí que yo entrego a Faraón Hofra rey de
Egipto en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su
vida, así como entregué a Sedequías rey de Judá en mano de
Nabucodonosor rey de Babilonia, su enemigo que buscaba su vida.
45:1
Palabra que habló el profeta Jeremías a Baruc hijo de Nerías,
cuando escribía en el libro estas palabras de boca de Jeremías,
en el año cuarto de Joacim hijo de Josías rey de Judá,
diciendo:
2 Así
ha dicho Jehová Dios de Israel a ti, oh Baruc:
3 Tú
dijiste: !!Ay de mí ahora! porque ha añadido Jehová tristeza a
mi dolor; fatigado estoy de gemir, y no he hallado descanso.
4 Así
le dirás: Ha dicho Jehová: He aquí que yo destruyo a los que
edifiqué, y arranco a los que planté, y a toda esta tierra.
5 ¿Y
tú buscas para ti grandezas? No las busques; porque he aquí
que yo traigo mal sobre toda carne, ha dicho Jehová; pero a ti
te daré tu vida por botín en todos los lugares adonde fueres.
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46:1
Palabra de Jehová que vino al profeta Jeremías, contra las
naciones.
2 Con
respecto a Egipto: contra el ejército de Faraón Necao rey de
Egipto, que estaba cerca del río Eufrates en Carquemis, a
quien destruyó Nabucodonosor rey de Babilonia, en el año
cuarto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá.
3 Preparad
escudo y pavés, y venid a la guerra.
4 Uncid
caballos y subid, vosotros los jinetes, y poneos con yelmos;
limpiad las lanzas, vestíos las corazas.
5 ¿Por
qué los vi medrosos, retrocediendo? Sus valientes fueron
deshechos, y huyeron sin volver a mirar atrás; miedo de todas
partes, dice Jehová.
6 No
huya el ligero, ni el valiente escape; al norte junto a la
ribera del Eufrates tropezaron y cayeron.
7 ¿Quién
es éste que sube como río, y cuyas aguas se mueven como ríos?
8 Egipto
como río se ensancha, y las aguas se mueven como ríos, y dijo:
Subiré, cubriré la tierra, destruiré a la ciudad y a los que
en ella moran.
9 Subid,
caballos, y alborotaos, carros, y salgan los valientes; los
etíopes y los de Put que toman escudo, y los de Lud que toman
y entesan arco.
10 Mas
ese día será para Jehová Dios de los ejércitos día de
retribución, para vengarse de sus enemigos; y la espada
devorará y se saciará, y se embriagará de la sangre de ellos;
porque sacrificio será para Jehová Dios de los ejércitos, en
tierra del norte junto al río Eufrates.
11 Sube
a Galaad, y toma bálsamo, virgen hija de Egipto; por demás
multiplicarás las medicinas; no hay curación para ti.
12 Las
naciones oyeron tu afrenta, y tu clamor llenó la tierra;
porque valiente tropezó contra valiente, y cayeron ambos
juntos.
13 Palabra
que habló Jehová al profeta Jeremías acerca de la venida de
Nabucodonosor rey de Babilonia, para asolar la tierra de
Egipto:
14 Anunciad
en Egipto, y haced saber en Migdol; haced saber también en
Menfis y en Tafnes; decid: Ponte en pie y prepárate, porque
espada devorará tu comarca.
15 ¿Por
qué ha sido derribada tu fortaleza? No pudo mantenerse firme,
porque Jehová la empujó.
16 Multiplicó
los caídos, y cada uno cayó sobre su compañero; y dijeron:
Levántate y volvámonos a nuestro pueblo, y a la tierra de
nuestro nacimiento, huyamos ante la espada vencedora.
17 Allí
gritaron: Faraón rey de Egipto es destruido; dejó pasar el
tiempo señalado.
18 Vivo
yo, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos, que
como Tabor entre los montes, y como Carmelo junto al mar, así
vendrá.
19 Hazte
enseres de cautiverio, moradora hija de Egipto; porque Menfis
será desierto, y será asolada hasta no quedar morador.
20 Becerra
hermosa es Egipto; mas viene destrucción, del norte viene.
21 Sus
soldados mercenarios también en medio de ella como becerros
engordados; porque también ellos volvieron atrás, huyeron
todos sin pararse, porque vino sobre ellos el día de su
quebrantamiento, el tiempo de su castigo.
22 Su
voz saldrá como de serpiente; porque vendrán los enemigos, y
con hachas vendrán a ella como cortadores de leña.
23 Cortarán
sus bosques, dice Jehová, aunque sean impenetrables; porque
serán más numerosos que langostas, no tendrán número.
24 Se
avergonzará la hija de Egipto; entregada será en manos del
pueblo del norte.
25 Jehová
de los ejércitos, Dios de Israel, ha dicho: He aquí que yo
castigo a Amón dios de Tebas, a Faraón, a Egipto, y a sus
dioses y a sus reyes; así a Faraón como a los que en él
confían.
26 Y
los entregaré en mano de los que buscan su vida, en mano de
Nabucodonosor rey de Babilonia y en mano de sus siervos; pero
después será habitado como en los días pasados, dice Jehová.
27 Y
tú no temas, siervo mío Jacob, ni desmayes, Israel; porque he
aquí yo te salvaré de lejos, y a tu descendencia de la tierra
de su cautividad. Y volverá Jacob, y descansará y será
prosperado, y no habrá quién lo atemorice.
28 Tú,
siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová, porque yo estoy
contigo; porque destruiré a todas las naciones entre las
cuales te he dispersado; pero a ti no te destruiré del todo,
sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te
dejaré sin castigo.
47:1
Palabra de Jehová que vino al profeta Jeremías acerca de los
filisteos, antes que Faraón destruyese a Gaza.
2 Así
ha dicho Jehová: He aquí que suben aguas del norte, y se harán
torrente; inundarán la tierra y su plenitud, la ciudad y los
moradores de ella; y los hombres clamarán, y lamentará todo
morador de la tierra.
3 Por
el sonido de los cascos de sus caballos, por el alboroto de
sus carros, por el estruendo de sus ruedas, los padres no
cuidaron a los hijos por la debilidad de sus manos;
4 a
causa del día que viene para destrucción de todos los
filisteos, para destruir a Tiro y a Sidón todo aliado que les
queda todavía; porque Jehová destruirá a los filisteos, al
resto de la costa de Caftor.
5 Gaza
fue rapada, Ascalón ha perecido, y el resto de su valle; ¿hasta
cuándo te sajarás?
6 Oh
espada de Jehová, ¿hasta cuándo reposarás? Vuelve a tu vaina,
reposa y sosiégate.
7 ¿Cómo
reposarás? pues Jehová te ha enviado contra Ascalón, y contra
la costa del mar, allí te puso.
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48:1
Acerca de Moab. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de
Israel: !!Ay de Nebo! porque fue destruida y avergonzada:
Quiriataim fue tomada; fue confundida Misgab, y desmayó.
2 No
se alabará ya más Moab; en Hesbón maquinaron mal contra ella,
diciendo: Venid, y quitémosla de entre las naciones. También
tú, Madmena, serás cortada; espada irá en pos de ti.
3 !!Voz
de clamor de Horonaim, destrucción y gran quebrantamiento!
4 Moab
fue quebrantada; hicieron que se oyese el clamor de sus
pequeños.
5 Porque
a la subida de Luhit con llanto subirá el que llora; porque a
la bajada de Horonaim los enemigos oyeron clamor de quebranto.
6 Huid,
salvad vuestra vida, y sed como retama en el desierto.
7 Pues
por cuanto confiaste en tus bienes y en tus tesoros, tú
también serás tomada; y Quemos será llevado en cautiverio, sus
sacerdotes y sus príncipes juntamente.
8 Y
vendrá destruidor a cada una de las ciudades, y ninguna ciudad
escapará; se arruinará también el valle, y será destruida la
llanura, como ha dicho Jehová.
9 Dad
alas a Moab, para que se vaya volando; pues serán desiertas
sus ciudades hasta no quedar en ellas morador.
10 Maldito
el que hiciere indolentemente la obra de Jehová, y maldito el
que detuviere de la sangre su espada.
11 Quieto
estuvo Moab desde su juventud, y sobre su sedimento ha estado
reposado, y no fue vaciado de vasija en vasija, ni nunca
estuvo en cautiverio; por tanto, quedó su sabor en él, y su
olor no se ha cambiado.
12 Por
eso vienen días, ha dicho Jehová, en que yo le enviaré
trasvasadores que le trasvasarán; y vaciarán sus vasijas, y
romperán sus odres.
13 Y
se avergonzará Moab de Quemos, como la casa de Israel se
avergonzó de Bet-el, su confianza.
14 ¿Cómo,
pues, diréis: Somos hombres valientes, y robustos para la
guerra?
15 Destruido
fue Moab, y sus ciudades asoladas, y sus jóvenes escogidos
descendieron al degolladero, ha dicho el Rey, cuyo nombre es
Jehová de los ejércitos.
16 Cercano
está el quebrantamiento de Moab para venir, y su mal se
apresura mucho.
17 Compadeceos
de él todos los que estáis alrededor suyo; y todos los que
sabéis su nombre, decid: !!Cómo se quebró la vara fuerte, el
báculo hermoso!
18 Desciende
de la gloria, siéntate en tierra seca, moradora hija de Dibón;
porque el destruidor de Moab subió contra ti, destruyó tus
fortalezas.
19 Párate
en el camino, y mira, oh moradora de Aroer; pregunta a la que
va huyendo, y a la que escapó; dile: ¿Qué ha acontecido?
20 Se
avergonzó Moab, porque fue quebrantado; lamentad y clamad;
anunciad en Arnón que Moab es destruido.
21 Vino
juicio sobre la tierra de la llanura; sobre Holón, sobre
Jahaza, sobre Mefaat,
22 sobre
Dibón, sobre Nebo, sobre Bet-diblataim,
23 sobre
Quiriataim, sobre Bet-gamul, sobre Bet-meón,
24 sobre
Queriot, sobre Bosra y sobre todas las ciudades de tierra de
Moab, las de lejos y las de cerca.
25 Cortado
es el poder de Moab, y su brazo quebrantado, dice Jehová.
26 Embriagadle,
porque contra Jehová se engrandeció; y revuélquese Moab sobre
su vómito, y sea también él por motivo de escarnio.
27 ¿Y
no te fue a ti Israel por motivo de escarnio, como si lo
tomaran entre ladrones? Porque cuando de él hablaste, tú te
has burlado.
28 Abandonad
las ciudades y habitad en peñascos, oh moradores de Moab, y
sed como la paloma que hace nido en la boca de la caverna.
29 Hemos
oído la soberbia de Moab, que es muy soberbio, arrogante,
orgulloso, altivo y altanero de corazón.
30 Yo
conozco, dice Jehová, su cólera, pero no tendrá efecto; sus
jactancias no le aprovecharán.
31 Por
tanto, yo aullaré sobre Moab; sobre todo Moab haré clamor, y
sobre los hombres de Kir-hares gemiré.
32 Con
llanto de Jazer lloraré por ti, oh vid de Sibma; tus
sarmientos pasaron el mar, llegaron hasta el mar de Jazer;
sobre tu cosecha y sobre tu vendimia vino el destruidor.
33 Y
será cortada la alegría y el regocijo de los campos fértiles,
de la tierra de Moab; y de los lagares haré que falte el vino;
no pisarán con canción; la canción no será canción.
34 El
clamor de Hesbón llega hasta Eleale; hasta Jahaza dieron su
voz; desde Zoar hasta Horonaim, becerra de tres años; porque
también las aguas de Nimrim serán destruidas.
35 Y
exterminaré de Moab, dice Jehová, a quien sacrifique sobre los
lugares altos, y a quien ofrezca incienso a sus dioses.
36 Por
tanto, mi corazón resonará como flautas por causa de Moab,
asimismo resonará mi corazón a modo de flautas por los hombres
de Kir-hares; porque perecieron las riquezas que habían hecho.
37 Porque
toda cabeza será rapada, y toda barba raída; sobre toda mano
habrá rasguños, y cilicio sobre todo lomo.
38 Sobre
todos los terrados de Moab, y en sus calles, todo él será
llanto; porque yo quebranté a Moab como a vasija que no agrada,
dice Jehová.
39 !!Lamentad!
!!Cómo ha sido quebrantado! !!Cómo volvió la espalda Moab, y
fue avergonzado! Fue Moab objeto de escarnio y de espanto a
todos los que están en sus alrededores.
40 Porque
así ha dicho Jehová: He aquí que como águila volará, y
extenderá sus alas contra Moab.
41 Tomadas
serán las ciudades, y tomadas serán las fortalezas; y será
aquel día el corazón de los valientes de Moab como el corazón
de mujer en angustias.
42 Y
Moab será destruido hasta dejar de ser pueblo, porque se
engrandeció contra Jehová.
43 Miedo
y hoyo y lazo contra ti, oh morador de Moab, dice Jehová.
44 El
que huyere del miedo caerá en el hoyo, y el que saliere del
hoyo será preso en el lazo; porque yo traeré sobre él, sobre
Moab, el año de su castigo, dice Jehová.
45 A
la sombra de Hesbón se pararon sin fuerzas los que huían; mas
salió fuego de Hesbón, y llama de en medio de Sehón, y quemó
el rincón de Moab, y la coronilla de los hijos revoltosos.
46 !!Ay
de ti, Moab! pereció el pueblo de Quemos; porque tus hijos
fueron puestos presos para cautividad, y tus hijas para
cautiverio.
47 Pero
haré volver a los cautivos de Moab en lo postrero de los
tiempos, dice Jehová. Hasta aquí es el juicio de Moab.
49:1
Acerca de los hijos de Amón. Así ha dicho Jehová: ¿No tiene
hijos Israel? ¿No tiene heredero? ¿Por qué Milcom ha
desposeído a Gad, y su pueblo se ha establecido en sus
ciudades?
2 Por
tanto, vienen días, ha dicho Jehová, en que haré oír clamor de
guerra en Rabá de los hijos de Amón; y será convertida en
montón de ruinas, y sus ciudades serán puestas a fuego, e
Israel tomará por heredad a los que los tomaron a ellos, ha
dicho Jehová.
3 Lamenta,
oh Hesbón, porque destruida es Hai; clamad, hijas de Rabá,
vestíos de cilicio, endechad, y rodead los vallados, porque
Milcom fue llevado en cautiverio, sus sacerdotes y sus
príncipes juntamente.
4 ¿Por
qué te glorías de los valles? Tu valle se deshizo, oh hija
contumaz, la que confía en sus tesoros, la que dice: ¿Quién
vendrá contra mí?
5 He
aquí yo traigo sobre ti espanto, dice el Señor, Jehová de los
ejércitos, de todos tus alrededores; y seréis lanzados cada
uno derecho hacia adelante, y no habrá quien recoja a los
fugitivos.
6 Y
después de esto haré volver a los cautivos de los hijos de
Amón, dice Jehová.
7 Acerca
de Edom. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: ¿No hay más
sabiduría en Temán? ¿Se ha acabado el consejo en los sabios?
¿Se corrompió su sabiduría?
8 Huid,
volveos atrás, habitad en lugares profundos, oh moradores de
Dedán; porque el quebrantamiento de Esaú traeré sobre él en el
tiempo en que lo castigue.
9 Si
vendimiadores hubieran venido contra ti, ¿no habrían dejado
rebuscos? Si ladrones de noche, ¿no habrían tomado lo que les
bastase?
10 Mas
yo desnudaré a Esaú, descubriré sus escondrijos, y no podrá
esconderse; será destruida su descendencia, sus hermanos y sus
vecinos, y dejará de ser.
11 Deja
tus huérfanos, yo los criaré; y en mí confiarán tus viudas.
12 Porque
así ha dicho Jehová: He aquí que los que no estaban condenados
a beber el cáliz, beberán ciertamente; ¿y serás tú absuelto
del todo? No serás absuelto, sino que ciertamente beberás.
13 Porque
por mí he jurado, dice Jehová, que asolamiento, oprobio,
soledad y maldición será Bosra, y todas sus ciudades serán
desolaciones perpetuas.
14 La
noticia oí, que de Jehová había sido enviado mensajero a las
naciones, diciendo: Juntaos y venid contra ella, y subid a la
batalla.
15 He
aquí que te haré pequeño entre las naciones, menospreciado
entre los hombres.
16 Tu
arrogancia te engañó, y la soberbia de tu corazón. Tú que
habitas en cavernas de peñas, que tienes la altura del monte,
aunque alces como águila tu nido, de allí te haré descender,
dice Jehová.
17 Y
se convertirá Edom en desolación; todo aquel que pasare por
ella se asombrará, y se burlará de todas sus calamidades.
18 Como
sucedió en la destrucción de Sodoma y de Gomorra y de sus
ciudades vecinas, dice Jehová, así no morará allí nadie, ni la
habitará hijo de hombre.
19 He
aquí que como león subirá de la espesura del Jordán contra la
bella y robusta; porque muy pronto le haré huir de ella, y al
que fuere escogido la encargaré; porque ¿quién es semejante a
mí, y quién me emplazará? ¿Quién será aquel pastor que me
podrá resistir?
20 Por
tanto, oíd el consejo que Jehová ha acordado sobre Edom, y sus
pensamientos que ha resuelto sobre los moradores de Temán.
Ciertamente a los más pequeños de su rebaño los arrastrarán, y
destruirán sus moradas con ellos.
21 Del
estruendo de la caída de ellos la tierra temblará, y el grito
de su voz se oirá en el Mar Rojo.
22 He
aquí que como águila subirá y volará, y extenderá sus alas
contra Bosra; y el corazón de los valientes de Edom será en
aquel día como el corazón de mujer en angustias.
23 Acerca
de Damasco. Se confundieron Hamat y Arfad, porque oyeron malas
nuevas; se derritieron en aguas de desmayo, no pueden
sosegarse.
24 Se
desmayó Damasco, se volvió para huir, y le tomó temblor y
angustia, y dolores le tomaron, como de mujer que está de
parto.
25 !!Cómo
dejaron a la ciudad tan alabada, la ciudad de mi gozo!
26 Por
tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos los hombres
de guerra morirán en aquel día, ha dicho Jehová de los
ejércitos.
27 Y
haré encender fuego en el muro de Damasco, y consumirá las
casas de Ben-adad.
28 Acerca
de Cedar y de los reinos de Hazor, los cuales asoló
Nabucodonosor rey de Babilonia. Así ha dicho Jehová: Levantaos,
subid contra Cedar, y destruid a los hijos del oriente.
29 Sus
tiendas y sus ganados tomarán; sus cortinas y todos sus
utensilios y sus camellos tomarán para sí, y clamarán contra
ellos: Miedo alrededor.
30 Huid,
idos muy lejos, habitad en lugares profundos, oh moradores de
Hazor, dice Jehová; porque tomó consejo contra vosotros
Nabucodonosor rey de Babilonia, y contra vosotros ha formado
un designio.
31 Levantaos,
subid contra una nación pacífica que vive confiadamente, dice
Jehová, que ni tiene puertas ni cerrojos, que vive solitaria.
32 Serán
sus camellos por botín, y la multitud de sus ganados por
despojo; y los esparciré por todos los vientos, arrojados
hasta el último rincón; y de todos lados les traeré su ruina,
dice Jehová.
33 Hazor
será morada de chacales, soledad para siempre; ninguno morará
allí, ni la habitará hijo de hombre.
34 Palabra
de Jehová que vino al profeta Jeremías acerca de Elam, en el
principio del reinado de Sedequías rey de Judá, diciendo:
35 Así
ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo quiebro el
arco de Elam, parte principal de su fortaleza.
36 Traeré
sobre Elam los cuatro vientos de los cuatro puntos del cielo,
y los aventaré a todos estos vientos; y no habrá nación a
donde no vayan fugitivos de Elam.
37 Y
haré que Elam se intimide delante de sus enemigos, y delante
de los que buscan su vida; y traeré sobre ellos mal, y el
ardor de mi ira, dice Jehová; y enviaré en pos de ellos espada
hasta que los acabe.
38 Y
pondré mi trono en Elam, y destruiré a su rey y a su príncipe,
dice Jehová.
39 Pero
acontecerá en los últimos días, que haré volver a los cautivos
de Elam, dice Jehová.
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50:1
Palabra que habló Jehová contra Babilonia, contra la tierra de
los caldeos, por medio del profeta Jeremías.
2 Anunciad
en las naciones, y haced saber; levantad también bandera,
publicad, y no encubráis; decid: Tomada es Babilonia, Bel es
confundido, deshecho es Merodac; destruidas son sus esculturas,
quebrados son sus ídolos.
3 Porque
subió contra ella una nación del norte, la cual pondrá su
tierra en asolamiento, y no habrá ni hombre ni animal que en
ella more; huyeron, y se fueron.
4 En
aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, vendrán los
hijos de Israel, ellos y los hijos de Judá juntamente; e irán
andando y llorando, y buscarán a Jehová su Dios.
5 Preguntarán
por el camino de Sion, hacia donde volverán sus rostros,
diciendo: Venid, y juntémonos a Jehová con pacto eterno que
jamás se ponga en olvido.
6 Ovejas
perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar,
por los montes las descarriaron; anduvieron de monte en
collado, y se olvidaron de sus rediles.
7 Todos
los que los hallaban, los devoraban; y decían sus enemigos: No
pecaremos, porque ellos pecaron contra Jehová morada de
justicia, contra Jehová esperanza de sus padres.
8 Huid
de en medio de Babilonia, y salid de la tierra de los caldeos,
y sed como los machos cabríos que van delante del rebaño.
9 Porque
yo levanto y hago subir contra Babilonia reunión de grandes
pueblos de la tierra del norte; desde allí se prepararán
contra ella, y será tomada; sus flechas son como de valiente
diestro, que no volverá vacío.
10 Y
Caldea será para botín; todos los que la saquearen se saciarán,
dice Jehová.
11 Porque
os alegrasteis, porque os gozasteis destruyendo mi heredad,
porque os llenasteis como novilla sobre la hierba, y
relinchasteis como caballos.
12 Vuestra
madre se avergonzó mucho, se afrentó la que os dio a luz; he
aquí será la última de las naciones; desierto, sequedal y
páramo.
13 Por
la ira de Jehová no será habitada, sino será asolada toda ella;
todo hombre que pasare por Babilonia se asombrará, y se
burlará de sus calamidades.
14 Poneos
en orden contra Babilonia alrededor, todos los que entesáis
arco; tirad contra ella, no escatiméis las saetas, porque pecó
contra Jehová.
15 Gritad
contra ella en derredor; se rindió; han caído sus cimientos,
derribados son sus muros, porque es venganza de Jehová. Tomad
venganza de ella; haced con ella como ella hizo.
16 Destruid
en Babilonia al que siembra, y al que mete hoz en tiempo de la
siega; delante de la espada destructora cada uno volverá el
rostro hacia su pueblo, cada uno huirá hacia su tierra.
17 Rebaño
descarriado es Israel; leones lo dispersaron; el rey de Asiria
lo devoró primero, Nabucodonosor rey de Babilonia lo deshuesó
después.
18 Por
tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel:
Yo castigo al rey de Babilonia y a su tierra, como castigué al
rey de Asiria.
19 Y
volveré a traer a Israel a su morada, y pacerá en el Carmelo y
en Basán; y en el monte de Efraín y en Galaad se saciará su
alma.
20 En
aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, la maldad de
Israel será buscada, y no aparecerá; y los pecados de Judá, y
no se hallarán; porque perdonaré a los que yo hubiere dejado.
21 Sube
contra la tierra de Merataim, contra ella y contra los
moradores de Pecod; destruye y mata en pos de ellos, dice
Jehová, y haz conforme a todo lo que yo te he mandado.
22 Estruendo
de guerra en la tierra, y quebrantamiento grande.
23 !!Cómo
fue cortado y quebrado el martillo de toda la tierra! !!cómo
se convirtió Babilonia en desolación entre las naciones!
24 Te
puse lazos, y fuiste tomada, oh Babilonia, y tú no lo supiste;
fuiste hallada, y aun presa, porque provocaste a Jehová.
25 Abrió
Jehová su tesoro, y sacó los instrumentos de su furor; porque
esta es obra de Jehová, Dios de los ejércitos, en la tierra de
los caldeos.
26 Venid
contra ella desde el extremo de la tierra; abrid sus almacenes,
convertidla en montón de ruinas, y destruidla; que no le quede
nada.
27 Matad
a todos sus novillos; que vayan al matadero. !!Ay de ellos!
pues ha venido su día, el tiempo de su castigo.
28 Voz
de los que huyen y escapan de la tierra de Babilonia, para dar
en Sion las nuevas de la retribución de Jehová nuestro Dios,
de la venganza de su templo.
29 Haced
juntar contra Babilonia flecheros, a todos los que entesan
arco; acampad contra ella alrededor; no escape de ella ninguno;
pagadle según su obra; conforme a todo lo que ella hizo, haced
con ella; porque contra Jehová se ensoberbeció, contra el
Santo de Israel.
30 Por
tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos sus hombres
de guerra serán destruidos en aquel día, dice Jehová.
31 He
aquí yo estoy contra ti, oh soberbio, dice el Señor, Jehová de
los ejércitos; porque tu día ha venido, el tiempo en que te
castigaré.
32 Y
el soberbio tropezará y caerá, y no tendrá quien lo levante; y
encenderé fuego en sus ciudades, y quemaré todos sus
alrededores.
33 Así
ha dicho Jehová de los ejércitos: Oprimidos fueron los hijos
de Israel y los hijos de Judá juntamente; y todos los que los
tomaron cautivos los retuvieron; no los quisieron soltar.
34 El
redentor de ellos es el Fuerte; Jehová de los ejércitos es su
nombre; de cierto abogará la causa de ellos para hacer reposar
la tierra, y turbar a los moradores de Babilonia.
35 Espada
contra los caldeos, dice Jehová, y contra los moradores de
Babilonia, contra sus príncipes y contra sus sabios.
36 Espada
contra los adivinos, y se entontecerán; espada contra sus
valientes, y serán quebrantados.
37 Espada
contra sus caballos, contra sus carros, y contra todo el
pueblo que está en medio de ella, y serán como mujeres; espada
contra sus tesoros, y serán saqueados.
38 Sequedad
sobre sus aguas, y se secarán; porque es tierra de ídolos, y
se entontecen con imágenes.
39 Por
tanto, allí morarán fieras del desierto y chacales, morarán
también en ella polluelos de avestruz; nunca más será poblada
ni se habitará por generaciones y generaciones.
40 Como
en la destrucción que Dios hizo de Sodoma y de Gomorra y de
sus ciudades vecinas, dice Jehová, así no morará allí hombre,
ni hijo de hombre la habitará.
41 He
aquí viene un pueblo del norte, y una nación grande y muchos
reyes se levantarán de los extremos de la tierra.
42 Arco
y lanza manejarán; serán crueles, y no tendrán compasión; su
voz rugirá como el mar, y montarán sobre caballos; se
prepararán contra ti como hombres a la pelea, oh hija de
Babilonia.
43 Oyó
la noticia el rey de Babilonia, y sus manos se debilitaron;
angustia le tomó, dolor como de mujer de parto.
44 He
aquí que como león subirá de la espesura del Jordán a la
morada fortificada; porque muy pronto le haré huir de ella, y
al que yo escoja la encargaré; porque ¿quién es semejante a mí?
¿y quién me emplazará? ¿o quién será aquel pastor que podrá
resistirme?
45 Por
tanto, oíd la determinación que Jehová ha acordado contra
Babilonia, y los pensamientos que ha formado contra la tierra
de los caldeos: Ciertamente a los más pequeños de su rebaño
los arrastrarán, y destruirán sus moradas con ellos.
46 Al
grito de la toma de Babilonia la tierra tembló, y el clamor se
oyó entre las naciones.
51:1
Así ha dicho Jehová: He aquí que yo levanto un viento
destruidor contra Babilonia, y contra sus moradores que se
levantan contra mí.
2 Y
enviaré a Babilonia aventadores que la avienten, y vaciarán su
tierra; porque se pondrán contra ella de todas partes en el
día del mal.
3 Diré
al flechero que entesa su arco, y al que se enorgullece de su
coraza: No perdonéis a sus jóvenes, destruid todo su ejército.
4 Y
caerán muertos en la tierra de los caldeos, y alanceados en
sus calles.
5 Porque
Israel y Judá no han enviudado de su Dios, Jehová de los
ejércitos, aunque su tierra fue llena de pecado contra el
Santo de Israel.
6 Huid
de en medio de Babilonia, y librad cada uno su vida, para que
no perezcáis a causa de su maldad; porque el tiempo es de
venganza de Jehová; le dará su pago.
7 Copa
de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda
la tierra; de su vino bebieron los pueblos; se aturdieron, por
tanto, las naciones.
8 En
un momento cayó Babilonia, y se despedazó; gemid sobre ella;
tomad bálsamo para su dolor, quizá sane.
9 Curamos
a Babilonia, y no ha sanado; dejadla, y vámonos cada uno a su
tierra; porque ha llegado hasta el cielo su juicio, y se ha
alzado hasta las nubes.
10 Jehová
sacó a luz nuestras justicias; venid, y contemos en Sion la
obra de Jehová nuestro Dios.
11 Limpiad
las saetas, embrazad los escudos; ha despertado Jehová el
espíritu de los reyes de Media; porque contra Babilonia es su
pensamiento para destruirla; porque venganza es de Jehová, y
venganza de su templo.
12 Levantad
bandera sobre los muros de Babilonia, reforzad la guardia,
poned centinelas, disponed celadas; porque deliberó Jehová, y
aun pondrá en efecto lo que ha dicho contra los moradores de
Babilonia.
13 Tú,
la que moras entre muchas aguas, rica en tesoros, ha venido tu
fin, la medida de tu codicia.
14 Jehová
de los ejércitos juró por sí mismo, diciendo: Yo te llenaré de
hombres como de langostas, y levantarán contra ti gritería.
15 El
es el que hizo la tierra con su poder, el que afirmó el mundo
con su sabiduría, y extendió los cielos con su inteligencia.
16 A
su voz se producen tumultos de aguas en los cielos, y hace
subir las nubes de lo último de la tierra; él hace relámpagos
con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos.
17 Todo
hombre se ha infatuado, y no tiene ciencia; se averg:uenza
todo artífice de su escultura, porque mentira es su ídolo, no
tiene espíritu.
18 Vanidad
son, obra digna de burla; en el tiempo del castigo perecerán.
19 No
es como ellos la porción de Jacob; porque él es el Formador de
todo, e Israel es el cetro de su herencia; Jehová de los
ejércitos es su nombre.
20 Martillo
me sois, y armas de guerra; y por medio de ti quebrantaré
naciones, y por medio de ti destruiré reinos.
21 Por
tu medio quebrantaré caballos y a sus jinetes, y por medio de
ti quebrantaré carros y a los que en ellos suben.
22 Asimismo
por tu medio quebrantaré hombres y mujeres, y por medio de ti
quebrantaré viejos y jóvenes, y por tu medio quebrantaré
jóvenes y vírgenes.
23 También
quebrantaré por medio de ti al pastor y a su rebaño;
quebrantaré por tu medio a labradores y a sus yuntas; a jefes
y a príncipes quebrantaré por medio de ti.
24 Y
pagaré a Babilonia y a todos los moradores de Caldea, todo el
mal que ellos hicieron en Sion delante de vuestros ojos, dice
Jehová.
25 He
aquí yo estoy contra ti, oh monte destruidor, dice Jehová, que
destruiste toda la tierra; y extenderé mi mano contra ti, y te
haré rodar de las peñas, y te reduciré a monte quemado.
26 Y
nadie tomará de ti piedra para esquina, ni piedra para
cimiento; porque perpetuo asolamiento serás, ha dicho Jehová.
27 Alzad
bandera en la tierra, tocad trompeta en las naciones, preparad
pueblos contra ella; juntad contra ella los reinos de Ararat,
de Mini y de Askenaz; señalad contra ella capitán, haced subir
caballos como langostas erizadas.
28 Preparad
contra ella naciones; los reyes de Media, sus capitanes y
todos sus príncipes, y todo territorio de su dominio.
29 Temblará
la tierra, y se afligirá; porque es confirmado contra
Babilonia todo el pensamiento de Jehová, para poner la tierra
de Babilonia en soledad, para que no haya morador en ella.
30 Los
valientes de Babilonia dejaron de pelear, se encerraron en sus
fortalezas; les faltaron las fuerzas, se volvieron como
mujeres; incendiadas están sus casas, rotos sus cerrojos.
31 Correo
se encontrará con correo, mensajero se encontrará con
mensajero, para anunciar al rey de Babilonia que su ciudad es
tomada por todas partes.
32 Los
vados fueron tomados, y los baluartes quemados a fuego, y se
consternaron los hombres de guerra.
33 Porque
así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: La hija
de Babilonia es como una era cuando está de trillar; de aquí a
poco le vendrá el tiempo de la siega.
34 Me
devoró, me desmenuzó Nabucodonosor rey de Babilonia, y me dejó
como vaso vacío; me tragó como dragón, llenó su vientre de mis
delicadezas, y me echó fuera.
35 Sobre
Babilonia caiga la violencia hecha a mí y a mi carne, dirá la
moradora de Sion; y mi sangre caiga sobre los moradores de
Caldea, dirá Jerusalén.
36 Por
tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo juzgo tu causa y
haré tu venganza; y secaré su mar, y haré que su corriente
quede seca.
37 Y
será Babilonia montones de ruinas, morada de chacales, espanto
y burla, sin morador.
38 Todos
a una rugirán como leones; como cachorros de leones gruñirán.
39 En
medio de su calor les pondré banquetes, y haré que se
embriaguen, para que se alegren, y duerman eterno sueño y no
despierten, dice Jehová.
40 Los
haré traer como corderos al matadero, como carneros y machos
cabríos.
41 !!Cómo
fue apresada Babilonia, y fue tomada la que era alabada por
toda la tierra! !!Cómo vino a ser Babilonia objeto de espanto
entre las naciones!
42 Subió
el mar sobre Babilonia; de la multitud de sus olas fue
cubierta.
43 Sus
ciudades fueron asoladas, la tierra seca y desierta, tierra en
que no morará nadie, ni pasará por ella hijo de hombre.
44 Y
juzgaré a Bel en Babilonia, y sacaré de su boca lo que se ha
tragado; y no vendrán más naciones a él, y el muro de
Babilonia caerá.
45 Salid
de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida del
ardor de la ira de Jehová.
46 Y
no desmaye vuestro corazón, ni temáis a causa del rumor que se
oirá por la tierra; en un año vendrá el rumor, y después en
otro año rumor, y habrá violencia en la tierra, dominador
contra dominador.
47 Por
tanto, he aquí vienen días en que yo destruiré los ídolos de
Babilonia, y toda su tierra será avergonzada, y todos sus
muertos caerán en medio de ella.
48 Los
cielos y la tierra y todo lo que está en ellos cantarán de
gozo sobre Babilonia; porque del norte vendrán contra ella
destruidores, dice Jehová.
49 Por
los muertos de Israel caerá Babilonia, como por Babilonia
cayeron los muertos de toda la tierra.
50 Los
que escapasteis de la espada, andad, no os detengáis; acordaos
por muchos días de Jehová, y acordaos de Jerusalén.
51 Estamos
avergonzados, porque oímos la afrenta; la confusión cubrió
nuestros rostros, porque vinieron extranjeros contra los
santuarios de la casa de Jehová.
52 Por
tanto, vienen días, dice Jehová, en que yo destruiré sus
ídolos, y en toda su tierra gemirán los heridos.
53 Aunque
suba Babilonia hasta el cielo, y se fortifique en las alturas,
de mí vendrán a ella destruidores, dice Jehová.
54 !!Oyese
el clamor de Babilonia, y el gran quebrantamiento de la tierra
de los caldeos!
55 Porque
Jehová destruirá a Babilonia, y quitará de ella la mucha
jactancia; y bramarán sus olas, y como sonido de muchas aguas
será la voz de ellos.
56 Porque
vino destruidor contra ella, contra Babilonia, y sus valientes
fueron apresados; el arco de ellos fue quebrado; porque Jehová,
Dios de retribuciones, dará la paga.
57 Y
embriagaré a sus príncipes y a sus sabios, a sus capitanes, a
sus nobles y a sus fuertes; y dormirán sueño eterno y no
despertarán, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los
ejércitos.
58 Así
ha dicho Jehová de los ejércitos: El muro ancho de Babilonia
será derribado enteramente, y sus altas puertas serán quemadas
a fuego; en vano trabajaron los pueblos, y las naciones se
cansaron sólo para el fuego.
59 Palabra
que envió el profeta Jeremías a Seraías hijo de Nerías, hijo
de Maasías, cuando iba con Sedequías rey de Judá a Babilonia,
en el cuarto año de su reinado. Y era Seraías el principal
camarero.
60 Escribió,
pues, Jeremías en un libro todo el mal que había de venir
sobre Babilonia, todas las palabras que están escritas contra
Babilonia.
61 Y
dijo Jeremías a Seraías: Cuando llegues a Babilonia, y veas y
leas todas estas cosas,
62 dirás:
Oh Jehová, tú has dicho contra este lugar que lo habías de
destruir, hasta no quedar en él morador, ni hombre ni animal,
sino que para siempre ha de ser asolado.
63 Y
cuando acabes de leer este libro, le atarás una piedra, y lo
echarás en medio del Eufrates,
64 y
dirás: Así se hundirá Babilonia, y no se levantará del mal que
yo traigo sobre ella; y serán rendidos.
Hasta aquí
son las palabras de Jeremías.
7.¿Qué debía
hacer Seriah con el libro que Jeremías había escrito? (63-64)
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52:1
Era Sedequías de edad de veintiún años cuando comenzó a reinar,
y reinó once años en Jerusalén. Su madre se llamaba Hamutal,
hija de Jeremías de Libna.
2 E
hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todo lo que
hizo Joacim.
3 Y
a causa de la ira de Jehová contra Jerusalén y Judá, llegó a
echarlos de su presencia. Y se rebeló Sedequías contra el rey
de Babilonia.
4 Aconteció,
por tanto, a los nueve años de su reinado, en el mes décimo, a
los diez días del mes, que vino Nabucodonosor rey de Babilonia,
él y todo su ejército, contra Jerusalén, y acamparon contra
ella, y de todas partes edificaron contra ella baluartes.
5 Y
estuvo sitiada la ciudad hasta el undécimo año del rey
Sedequías.
6 En
el mes cuarto, a los nueve días del mes, prevaleció el hambre
en la ciudad, hasta no haber pan para el pueblo.
7 Y
fue abierta una brecha en el muro de la ciudad, y todos los
hombres de guerra huyeron, y salieron de la ciudad de noche
por el camino de la puerta entre los dos muros que había cerca
del jardín del rey, y se fueron por el camino del Arabá,
estando aún los caldeos junto a la ciudad alrededor.
8 Y
el ejército de los caldeos siguió al rey, y alcanzaron a
Sedequías en los llanos de Jericó; y lo abandonó todo su
ejército.
9 Entonces
prendieron al rey, y le hicieron venir al rey de Babilonia, a
Ribla en tierra de Hamat, donde pronunció sentencia contra él.
10 Y
degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías delante
de sus ojos, y también degolló en Ribla a todos los príncipes
de Judá.
11 No
obstante, el rey de Babilonia sólo le sacó los ojos a
Sedequías, y le ató con grillos, y lo hizo llevar a Babilonia;
y lo puso en la cárcel hasta el día en que murió.
12 Y
en el mes quinto, a los diez días del mes, que era el año
diecinueve del reinado de Nabucodonosor rey de Babilonia, vino
a Jerusalén Nabuzaradán capitán de la guardia, que solía estar
delante del rey de Babilonia.
13 Y
quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas
de Jerusalén; y destruyó con fuego todo edificio grande.
14 Y
todo el ejército de los caldeos, que venía con el capitán de
la guardia, destruyó todos los muros en derredor de Jerusalén.
15 E
hizo transportar Nabuzaradán capitán de la guardia a los
pobres del pueblo, y a toda la otra gente del pueblo que había
quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al
rey de Babilonia, y a todo el resto de la multitud del pueblo.
16 Mas
de los pobres del país dejó Nabuzaradán capitán de la guardia
para viñadores y labradores.
17 Y
los caldeos quebraron las columnas de bronce que estaban en la
casa de Jehová, y las basas, y el mar de bronce que estaba en
la casa de Jehová, y llevaron todo el bronce a Babilonia.
18 Se
llevaron también los calderos, las palas, las despabiladeras,
los tazones, las cucharas, y todos los utensilios de bronce
con que se ministraba,
19 y
los incensarios, tazones, copas, ollas, candeleros, escudillas
y tazas; lo de oro por oro, y lo de plata por plata, se llevó
el capitán de la guardia.
20 Las
dos columnas, un mar, y los doce bueyes de bronce que estaban
debajo de las basas, que había hecho el rey Salomón en la casa
de Jehová; el peso del bronce de todo esto era incalculable.
21 En
cuanto a las columnas, la altura de cada columna era de
dieciocho codos, y un cordón de doce codos la rodeaba; y su
espesor era de cuatro dedos, y eran huecas.
22 Y
el capitel de bronce que había sobre ella era de una altura de
cinco codos, con una red y granadas alrededor del capitel,
todo de bronce; y lo mismo era lo de la segunda columna con
sus granadas.
23 Había
noventa y seis granadas en cada hilera; todas ellas eran
ciento sobre la red alrededor.
24 Tomó
también el capitán de la guardia a Seraías el principal
sacerdote, a Sofonías el segundo sacerdote, y tres guardas del
atrio.
25 Y
de la ciudad tomó a un oficial que era capitán de los hombres
de guerra, a siete hombres de los consejeros íntimos del rey,
que estaban en la ciudad, y al principal secretario de la
milicia, que pasaba revista al pueblo de la tierra para la
guerra, y sesenta hombres del pueblo que se hallaron dentro de
la ciudad.
26 Los
tomó, pues, Nabuzaradán capitán de la guardia, y los llevó al
rey de Babilonia en Ribla.
27 Y
el rey de Babilonia los hirió, y los mató en Ribla en tierra
de Hamat. Así Judá fue transportada de su tierra.
28 Este
es el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo: En el año
séptimo, a tres mil veintitrés hombres de Judá.
29 En
el año dieciocho de Nabucodonosor él llevó cautivas de
Jerusalén a ochocientas treinta y dos personas.
30 El
año veintitrés de Nabucodonosor, Nabuzaradán capitán de la
guardia llevó cautivas a setecientas cuarenta y cinco personas
de los hombres de Judá; todas las personas en total fueron
cuatro mil seiscientas.
31 Y
sucedió que en el año treinta y siete del cautiverio de
Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veinticinco
días del mes, Evil-merodac rey de Babilonia, en el año primero
de su reinado, alzó la cabeza de Joaquín rey de Judá y lo sacó
de la cárcel.
32 Y
habló con él amigablemente, e hizo poner su trono sobre los
tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia.
33 Le
hizo mudar también los vestidos de prisionero, y comía pan en
la mesa del rey siempre todos los días de su vida.
34 Y
continuamente se le daba una ración de parte del rey de
Babilonia, cada día durante todos los días de su vida, hasta
el día de su muerte.
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Cuestionario de Jeremias Capitulos 32-52
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