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el número del capítulo que usted desea estudiar
2 Samuel |
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17 18
| 19-24 |
Después de leer cada capítulo, por favor responda las
preguntas de estudio relacionadas.
Capítulo
13
Amnón
y Tamar
2 Samuel
13:1 Aconteció después de esto, que
teniendo Absalón hijo de David una hermana hermosa que se llamaba
Tamar, se enamoró de ella Amnón hijo de David.
2 Y estaba Amnón angustiado hasta
enfermarse por Tamar su hermana, pues por ser ella virgen, le parecía
a Amnón que sería difícil hacerle cosa alguna.
3 Y Amnón tenía un amigo que se llamaba
Jonadab, hijo de Simea, hermano de David; y Jonadab era hombre muy
astuto.
4 Y éste le dijo: Hijo del rey, ¿por qué
de día en día vas enflaqueciendo así? ¿No me lo descubrirás a mí? Y
Amnón le respondió: Yo amo a Tamar la hermana de Absalón mi hermano.
5 Y Jonadab le dijo: Acuéstate en tu cama,
y finge que estás enfermo; y cuando tu padre viniere a visitarte, dile:
Te ruego que venga mi hermana Tamar, para que me dé de comer, y
prepare delante de mí alguna vianda, para que al verla yo la coma de
su mano.
6 Se acostó, pues, Amnón, y fingió que
estaba enfermo; y vino el rey a visitarle. Y dijo Amnón al rey: Yo te
ruego que venga mi hermana Tamar, y haga delante de mí dos hojuelas,
para que coma yo de su mano.
7 Y David envió a Tamar a su casa,
diciendo: Ve ahora a casa de Amnón tu hermano, y hazle de comer.
8 Y fue Tamar a casa de su hermano Amnón,
el cual estaba acostado; y tomó harina, y amasó, e hizo hojuelas
delante de él y las coció.
9 Tomó luego la sartén, y las sacó delante
de él; mas él no quiso comer. Y dijo Amnón: Echad fuera de aquí a
todos. Y todos salieron de allí.
10 Entonces Amnón dijo a Tamar: Trae la
comida a la alcoba, para que yo coma de tu mano. Y tomando Tamar las
hojuelas que había preparado, las llevó a su hermano Amnón a la alcoba.
11 Y cuando ella se las puso delante para
que comiese, asió de ella, y le dijo: Ven, hermana mía, acuéstate
conmigo.
12 Ella entonces le respondió: No, hermano
mío, no me hagas violencia; porque no se debe hacer así en Israel. No
hagas tal vileza.
13 Porque ¿adónde iría yo con mi deshonra?
Y aun tú serías estimado como uno de los perversos en Israel. Te ruego
pues, ahora, que hables al rey, que él no me negará a ti.
14 Mas él no la quiso oír, sino que
pudiendo más que ella, la forzó, y se acostó con ella.
15 Luego la aborreció Amnón con tan gran
aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fue mayor que el amor
con que la había amado. Y le dijo Amnón: Levántate, y vete.
16 Y ella le respondió: No hay razón;
mayor mal es este de arrojarme, que el que me has hecho. Mas él no la
quiso oír,
17 sino que llamando a su criado que le
servía, le dijo: Echame a ésta fuera de aquí, y cierra tras ella la
puerta.
18 Y llevaba ella un vestido de diversos
colores, traje que vestían las hijas vírgenes de los reyes. Su criado,
pues, la echó fuera, y cerró la puerta tras ella.
19 Entonces Tamar tomó ceniza y la
esparció sobre su cabeza, y rasgó la ropa de colores de que estaba
vestida, y puesta su mano sobre su cabeza, se fue gritando.
Venganza y huida de Absalón
20 Y le dijo
su hermano Absalón: ¿Ha estado contigo tu hermano Amnón? Pues calla
ahora, hermana mía; tu hermano es; no se angustie tu corazón por esto.
Y se quedó Tamar desconsolada en casa de Absalón su hermano.
21 Y luego que el rey David oyó todo esto,
se enojó mucho.
22 Mas Absalón no habló con Amnón ni malo
ni bueno; aunque Absalón aborrecía a Amnón, porque había forzado a
Tamar su hermana.
23 Aconteció pasados dos años, que Absalón
tenía esquiladores en Baal-hazor, que está junto a Efraín; y convidó
Absalón a todos los hijos del rey.
24 Y vino Absalón al rey, y dijo: He aquí,
tu siervo tiene ahora esquiladores; yo ruego que venga el rey y sus
siervos con tu siervo.
25 Y respondió el rey a Absalón: No, hijo
mío, no vamos todos, para que no te seamos gravosos. Y aunque porfió
con él, no quiso ir, mas le bendijo.
26 Entonces dijo Absalón: Pues si no, te
ruego que venga con nosotros Amnón mi hermano. Y el rey le respondió:
¿Para qué ha de ir contigo?
27 Pero como Absalón le importunaba, dejó
ir con él a Amnón y a todos los hijos del rey.
28 Y Absalón había dado orden a sus
criados, diciendo: Os ruego que miréis cuando el corazón de Amnón esté
alegre por el vino; y al decir yo: Herid a Amnón, entonces matadle, y
no temáis, pues yo os lo he mandado. Esforzaos, pues, y sed valientes.
29 Y los criados de Absalón hicieron con
Amnón como Absalón les había mandado. Entonces se levantaron todos los
hijos del rey, y montaron cada uno en su mula, y huyeron.
30 Estando ellos aún en el camino, llegó a
David el rumor que decía: Absalón ha dado muerte a todos los hijos del
rey, y ninguno de ellos ha quedado.
31 Entonces levantándose David, rasgó sus
vestidos, y se echó en tierra, y todos sus criados que estaban junto a
él también rasgaron sus vestidos.
32 Pero Jonadab, hijo de Simea hermano de
David, habló y dijo: No diga mi señor que han dado muerte a todos los
jóvenes hijos del rey, pues sólo Amnón ha sido muerto; porque por
mandato de Absalón esto había sido determinado desde el día en que
Amnón forzó a Tamar su hermana.
33 Por tanto, ahora no ponga mi señor el
rey en su corazón ese rumor que dice: Todos los hijos del rey han sido
muertos; porque sólo Amnón ha sido muerto.
34 Y Absalón huyó. Entre tanto, alzando
sus ojos el joven que estaba de atalaya, miró, y he aquí mucha gente
que venía por el camino a sus espaldas, del lado del monte.
35 Y dijo Jonadab al rey: He allí los
hijos del rey que vienen; es así como tu siervo ha dicho.
36 Cuando él acabó de hablar, he aquí los
hijos del rey que vinieron, y alzando su voz lloraron. Y también el
mismo rey y todos sus siervos lloraron con muy grandes lamentos.
37 Mas Absalón huyó y se fue a Talmai hijo
de Amiud, rey de Gesur. Y David lloraba por su hijo todos los días.
38 Así huyó Absalón y se fue a Gesur, y
estuvo allá tres años.
39 Y el rey David deseaba ver a Absalón;
pues ya estaba consolado acerca de Amnón, que había muerto. |
1. ¿Qué hizó Amnón hijo de
David a Tamar la hermana de Absalón? (10-14)
2. Después del pecado, ¿Qué hizó Amnón a
Tamar? (15-17)
3. ¿Qué hizó Absalón a sus siervos hacer
con Amnón? (28-29)
4. Para dónde huyó Absalón?
(37-38)
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Capítulo
14
Joab
procura el regreso de Absalón
2 Samuel
14:1 Conociendo Joab hijo de Sarvia
que el corazón del rey se inclinaba por Absalón,
2 envió Joab a Tecoa, y tomó de allá una
mujer astuta, y le dijo: Yo te ruego que finjas estar de duelo, y te
vistas ropas de luto, y no te unjas con óleo, sino preséntate como una
mujer que desde mucho tiempo está de duelo por algún muerto;
3 y entrarás al rey, y le hablarás de esta
manera. Y puso Joab las palabras en su boca.
4 Entró, pues, aquella mujer de Tecoa al
rey, y postrándose en tierra sobre su rostro, hizo reverencia, y dijo:
!!Socorro, oh rey!
5 El rey le dijo: ¿Qué tienes? Y ella
respondió: Yo a la verdad soy una mujer viuda y mi marido ha muerto.
6 Tu sierva tenía dos hijos, y los dos
riñeron en el campo; y no habiendo quien los separase, hirió el uno al
otro, y lo mató.
7 Y he aquí toda la familia se ha
levantado contra tu sierva, diciendo: Entrega al que mató a su hermano,
para que le hagamos morir por la vida de su hermano a quien él mató, y
matemos también al heredero. Así apagarán el ascua que me ha quedado,
no dejando a mi marido nombre ni reliquia sobre la tierra.
8 Entonces el rey dijo a la mujer: Vete a
tu casa, y yo daré órdenes con respecto a ti.
9 Y la mujer de Tecoa dijo al rey: Rey
señor mío, la maldad sea sobre mí y sobre la casa de mi padre; mas el
rey y su trono sean sin culpa.
10 Y el rey dijo: Al que hablare contra ti,
tráelo a mí, y no te tocará más.
11 Dijo ella entonces: Te ruego, oh rey,
que te acuerdes de Jehová tu Dios, para que el vengador de la sangre
no aumente el daño, y no destruya a mi hijo. Y el respondió: Vive
Jehová, que no caerá ni un cabello de la cabeza de tu hijo en tierra.
12 Y la mujer dijo: Te ruego que permitas
que tu sierva hable una palabra a mi señor el rey. Y él dijo: Habla.
13 Entonces la mujer dijo: ¿Por qué, pues,
has pensado tú cosa semejante contra el pueblo de Dios? Porque
hablando el rey esta palabra, se hace culpable él mismo, por cuanto el
rey no hace volver a su desterrado.
14 Porque de cierto morimos, y somos como
aguas derramadas por tierra, que no pueden volver a recogerse; ni Dios
quita la vida, sino que provee medios para no alejar de sí al
desterrado.
15 Y el haber yo venido ahora para decir
esto al rey mi señor, es porque el pueblo me atemorizó; y tu sierva
dijo: Hablaré ahora al rey; quizá él hará lo que su sierva diga.
16 Pues el rey oirá, para librar a su
sierva de mano del hombre que me quiere destruir a mí y a mi hijo
juntamente, de la heredad de Dios.
17 Tu sierva, pues, dice: Sea ahora de
consuelo la respuesta de mi señor el rey, pues que mi señor el rey es
como un ángel de Dios para discernir entre lo bueno y lo malo. Así
Jehová tu Dios sea contigo.
18 Entonces David respondió y dijo a la
mujer: Yo te ruego que no me encubras nada de lo que yo te preguntare.
Y la mujer dijo: Hable mi señor el rey.
19 Y el rey dijo: ¿No anda la mano de Joab
contigo en todas estas cosas? La mujer respondió y dijo: Vive tu alma,
rey señor mío, que no hay que apartarse a derecha ni a izquierda de
todo lo que mi señor el rey ha hablado; porque tu siervo Joab, él me
mandó, y él puso en boca de tu sierva todas estas palabras.
20 Para mudar el aspecto de las cosas Joab
tu siervo ha hecho esto; pero mi señor es sabio conforme a la
sabiduría de un ángel de Dios, para conocer lo que hay en la tierra.
21 Entonces el rey dijo a Joab: He aquí yo
hago esto; ve, y haz volver al joven Absalón.
22 Y Joab se postró en tierra sobre su
rostro e hizo reverencia, y después que bendijo al rey, dijo: Hoy ha
entendido tu siervo que he hallado gracia en tus ojos, rey señor mío,
pues ha hecho el rey lo que su siervo ha dicho.
23 Se levantó luego Joab y fue a Gesur, y
trajo a Absalón a Jerusalén.
24 Mas el rey dijo: Váyase a su casa, y no
vea mi rostro. Y volvió Absalón a su casa, y no vio el rostro del rey.
25 Y no había en todo Israel ninguno tan
alabado por su hermosura como Absalón; desde la planta de su pie hasta
su coronilla no había en él defecto.
26 Cuando se cortaba el cabello (lo cual
hacía al fin de cada año, pues le causaba molestia, y por eso se lo
cortaba), pesaba el cabello de su cabeza doscientos siclos de peso
real.
27 Y le nacieron a Absalón tres hijos, y
una hija que se llamó Tamar, la cual era mujer de hermoso semblante.
28 Y estuvo Absalón por espacio de dos
años en Jerusalén, y no vio el rostro del rey.
29 Y mandó Absalón por Joab, para enviarlo
al rey, pero él no quiso venir; y envió aun por segunda vez, y no
quiso venir.
30 Entonces dijo a sus siervos: Mirad, el
campo de Joab está junto al mío, y tiene allí cebada; id y prendedle
fuego. Y los siervos de Absalón prendieron fuego al campo.
31 Entonces se levantó Joab y vino a casa
de Absalón, y le dijo: ¿Por qué han prendido fuego tus siervos a mi
campo?
32 Y Absalón respondió a Joab: He aquí yo
he enviado por ti, diciendo que vinieses acá, con el fin de enviarte
al rey para decirle: ¿Para qué vine de Gesur? Mejor me fuera estar aún
allá. Vea yo ahora el rostro del rey; y si hay en mí pecado, máteme.
33 Vino, pues, Joab al rey, y se lo hizo
saber. Entonces llamó a Absalón, el cual vino al rey, e inclinó su
rostro a tierra delante del rey; y el rey besó a Absalón. |
1. ¿A quién usó Joab para
decirle a David una historia para que Absalón fuera traído de vuelta?
(2-20)
2. ¿Dónde quería David que Absalón fuese?
(24)
3. ¿Cuánto tiempo vive Absalón en
Jerusalén sin ver a David? (28)
4. ¿Cómo Absalón
finalmente llega a ver a David? (29-33)
Pregunta de discusión
1. ¿Qué tienen que
hacer los niños a veces para conseguir la atención de su padre?
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Capítulo
15
Absalón se subleva contra David
2 Samuel
15:1 Aconteció después de esto, que
Absalón se hizo de carros y caballos, y cincuenta hombres que
corriesen delante de él.
2 Y se levantaba Absalón de mañana, y se
ponía a un lado del camino junto a la puerta; y a cualquiera que tenía
pleito y venía al rey a juicio, Absalón le llamaba y le decía: ¿De qué
ciudad eres? Y él respondía: Tu siervo es de una de las tribus de
Israel.
3 Entonces Absalón le decía: Mira, tus
palabras son buenas y justas; mas no tienes quien te oiga de parte del
rey.
4 Y decía Absalón: !!Quién me pusiera por
juez en la tierra, para que viniesen a mí todos los que tienen pleito
o negocio, que yo les haría justicia!
5 Y acontecía que cuando alguno se
acercaba para inclinarse a él, él extendía la mano y lo tomaba, y lo
besaba.
6 De esta manera hacía con todos los
israelitas que venían al rey a juicio; y así robaba Absalón el corazón
de los de Israel.
7 Al cabo de cuatro años, aconteció que
Absalón dijo al rey: Yo te ruego me permitas que vaya a Hebrón, a
pagar mi voto que he prometido a Jehová.
8 Porque tu siervo hizo voto cuando estaba
en Gesur en Siria, diciendo: Si Jehová me hiciere volver a Jerusalén,
yo serviré a Jehová.
9 Y el rey le dijo: Ve en paz. Y él se
levantó, y fue a Hebrón.
10 Entonces envió Absalón mensajeros por
todas las tribus de Israel, diciendo: Cuando oigáis el sonido de la
trompeta diréis: Absalón reina en Hebrón.
11 Y fueron con Absalón doscientos hombres
de Jerusalén convidados por él, los cuales iban en su sencillez, sin
saber nada.
12 Y mientras Absalón ofrecía los
sacrificios, llamó a Ahitofel gilonita, consejero de David, de su
ciudad de Gilo. Y la conspiración se hizo poderosa, y aumentaba el
pueblo que seguía a Absalón.
13 Y un mensajero vino a David, diciendo:
El corazón de todo Israel se va tras Absalón.
14 Entonces David dijo a todos sus siervos
que estaban con él en Jerusalén: Levantaos y huyamos, porque no
podremos escapar delante de Absalón; daos prisa a partir, no sea que
apresurándose él nos alcance, y arroje el mal sobre nosotros, y hiera
la ciudad a filo de espada.
15 Y los siervos del rey dijeron al rey:
He aquí, tus siervos están listos a todo lo que nuestro señor el rey
decida.
16 El rey entonces salió, con toda su
familia en pos de él. Y dejó el rey diez mujeres concubinas, para que
guardasen la casa.
17 Salió, pues, el rey con todo el pueblo
que le seguía, y se detuvieron en un lugar distante.
18 Y todos sus siervos pasaban a su lado,
con todos los cereteos y peleteos; y todos los geteos, seiscientos
hombres que habían venido a pie desde Gat, iban delante del rey.
19 Y dijo el rey a Itai geteo: ¿Para qué
vienes tú también con nosotros? Vuélvete y quédate con el rey; porque
tú eres extranjero, y desterrado también de tu lugar.
20 Ayer viniste, ¿y he de hacer hoy que te
muevas para ir con nosotros? En cuanto a mí, yo iré a donde pueda ir;
tú vuélvete, y haz volver a tus hermanos; y Jehová te muestre amor
permanente y fidelidad.
21 Y respondió Itai al rey, diciendo: Vive
Dios, y vive mi señor el rey, que o para muerte o para vida, donde mi
señor el rey estuviere, allí estará también tu siervo.
22 Entonces David dijo a Itai: Ven, pues,
y pasa. Y pasó Itai geteo, y todos sus hombres, y toda su familia.
23 Y todo el país lloró en alta voz; pasó
luego toda la gente el torrente de Cedrón; asimismo pasó el rey, y
todo el pueblo pasó al camino que va al desierto.
24 Y he aquí, también iba Sadoc, y con él
todos los levitas que llevaban el arca del pacto de Dios; y asentaron
el arca del pacto de Dios. Y subió Abiatar después que todo el pueblo
hubo acabado de salir de la ciudad.
25 Pero dijo el rey a Sadoc: Vuelve el
arca de Dios a la ciudad. Si yo hallare gracia ante los ojos de Jehová,
él hará que vuelva, y me dejará verla y a su tabernáculo.
26 Y si dijere: No me complazco en ti;
aquí estoy, haga de mí lo que bien le pareciere.
27 Dijo además el rey al sacerdote Sadoc:
¿No eres tú el vidente? Vuelve en paz a la ciudad, y con vosotros
vuestros dos hijos; Ahimaas tu hijo, y Jonatán hijo de Abiatar.
28 Mirad, yo me detendré en los vados del
desierto, hasta que venga respuesta de vosotros que me dé aviso.
29 Entonces Sadoc y Abiatar volvieron el
arca de Dios a Jerusalén, y se quedaron allá.
30 Y David subió la cuesta de los Olivos;
y la subió llorando, llevando la cabeza cubierta y los pies descalzos.
También todo el pueblo que tenía consigo cubrió cada uno su cabeza, e
iban llorando mientras subían.
31 Y dieron aviso a David, diciendo:
Ahitofel está entre los que conspiraron con Absalón. Entonces dijo
David: Entorpece ahora, oh Jehová, el consejo de Ahitofel.
32 Cuando David llegó a la cumbre del
monte para adorar allí a Dios, he aquí Husai arquita que le salió al
encuentro, rasgados sus vestidos, y tierra sobre su cabeza.
33 Y le dijo David: Si pasares conmigo, me
serás carga.
34 Mas si volvieres a la ciudad, y dijeres
a Absalón: Rey, yo seré tu siervo; como hasta aquí he sido siervo de
tu padre, así seré ahora siervo tuyo; entonces tú harás nulo el
consejo de Ahitofel.
35 ¿No estarán allí contigo los sacerdotes
Sadoc y Abiatar? Por tanto, todo lo que oyeres en la casa del rey, se
lo comunicarás a los sacerdotes Sadoc y Abiatar.
36 Y he aquí que están con ellos sus dos
hijos, Ahimaas el de Sadoc, y Jonatán el de Abiatar; por medio de
ellos me enviaréis aviso de todo lo que oyereis.
37 Así vino Husai amigo de David a la
ciudad; y Absalón entró en Jerusalén. |
1. ¿Cómo Absalón robó el
corazón de Israel? (2-6)
2. ¿Qué hizó Absalón nombrar a sí mismo
en Hebrón? (10)
3. ¿A qué envió Absalón? (12)
4. ¿Cuando David huyó de Jerusalén, quién
quedó en Jerusalén para informarle? (27-28)
5. ¿A quién más David
envía a Jerusalén para frustrar el consejo de Ahitofel? (32-37)
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Capítulo 16
2 Samuel
16:1 Cuando
David pasó un poco más allá de la cumbre del monte, he aquí Siba el
criado de Mefi-boset, que salía a recibirle con un par de asnos
enalbardados, y sobre ellos doscientos panes, cien racimos de pasas,
cien panes de higos secos, y un cuero de vino.
2 Y dijo el rey a Siba: ¿Qué es esto? Y
Siba respondió: Los asnos son para que monte la familia del rey, los
panes y las pasas para que coman los criados, y el vino para que beban
los que se cansen en el desierto.
3 Y dijo el rey: ¿Dónde está el hijo de tu
señor? Y Siba respondió al rey: He aquí él se ha quedado en Jerusalén,
porque ha dicho: Hoy me devolverá la casa de Israel el reino de mi
padre.
4 Entonces el rey dijo a Siba: He aquí,
sea tuyo todo lo que tiene Mefi-boset. Y respondió Siba inclinándose:
Rey señor mío, halle yo gracia delante de ti.
5 Y vino el rey David hasta Bahurim; y he
aquí salía uno de la familia de la casa de Saúl, el cual se llamaba
Simei hijo de Gera; y salía maldiciendo,
6 y arrojando piedras contra David, y
contra todos los siervos del rey David; y todo el pueblo y todos los
hombres valientes estaban a su derecha y a su izquierda.
7 Y decía Simei, maldiciéndole: !!Fuera,
fuera, hombre sanguinario y perverso!
8 Jehová te ha dado el pago de toda la
sangre de la casa de Saúl, en lugar del cual tú has reinado, y Jehová
ha entregado el reino en mano de tu hijo Absalón; y hete aquí
sorprendido en tu maldad, porque eres hombre sanguinario.
9 Entonces Abisai hijo de Sarvia dijo al
rey: ¿Por qué maldice este perro muerto a mi señor el rey? Te ruego
que me dejes pasar, y le quitaré la cabeza.
10 Y el rey respondió: ¿Qué tengo yo con
vosotros, hijos de Sarvia? Si él así maldice, es porque Jehová le ha
dicho que maldiga a David. ¿Quién, pues, le dirá: ¿Por qué lo haces
así?
11 Y dijo David a Abisai y a todos sus
siervos: He aquí, mi hijo que ha salido de mis entrañas, acecha mi
vida; ¿cuánto más ahora un hijo de Benjamín? Dejadle que maldiga, pues
Jehová se lo ha dicho.
12 Quizá mirará Jehová mi aflicción, y me
dará Jehová bien por sus maldiciones de hoy.
13 Y mientras David y los suyos iban por
el camino, Simei iba por el lado del monte delante de él, andando y
maldiciendo, y arrojando piedras delante de él, y esparciendo polvo.
14 Y el rey y todo el pueblo que con él
estaba, llegaron fatigados, y descansaron allí.
15 Y Absalón y toda la gente suya, los
hombres de Israel, entraron en Jerusalén, y con él Ahitofel.
16 Aconteció luego, que cuando Husai
arquita, amigo de David, vino al encuentro de Absalón, dijo Husai:
!!Viva el rey, viva el rey!
17 Y Absalón dijo a Husai: ¿Es este tu
agradecimiento para con tu amigo? ¿Por qué no fuiste con tu amigo?
18 Y Husai respondió a Absalón: No, sino
que de aquel que eligiere Jehová y este pueblo y todos los varones de
Israel, de aquél seré yo, y con él me quedaré.
19 ¿Y a quién había yo de servir? ¿No es a
su hijo? Como he servido delante de tu padre, así seré delante de ti.
20 Entonces dijo Absalón a Ahitofel: Dad
vuestro consejo sobre lo que debemos hacer.
21 Y Ahitofel dijo a Absalón: Llégate a
las concubinas de tu padre, que él dejó para guardar la casa; y todo
el pueblo de Israel oirá que te has hecho aborrecible a tu padre, y
así se fortalecerán las manos de todos los que están contigo.
22 Entonces pusieron para Absalón una
tienda sobre el terrado, y se llegó Absalón a las concubinas de su
padre, ante los ojos de todo Israel.
23 Y el consejo que daba Ahitofel en
aquellos días, era como si se consultase la palabra de Dios. Así era
todo consejo de Ahitofel, tanto con David como con Absalón. |
1. ¿Qué hizo Siba para
David? (1-2)
2. ¿Qué hizó Simei para David? (5-8,13)
3. ¿Cuál profecía cumplió Absalón?
(20-22,12:11-13)
4. ¿Cómo Absalón considera
el consejo de Ahitofel? (23)
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Capítulo
17
Consejos de Ahitofel y de Husai
2 Samuel
17:1 Entonces Ahitofel dijo a
Absalón: Yo escogeré ahora doce mil hombres, y me levantaré y seguiré
a David esta noche,
2 y caeré sobre él mientras está cansado y
débil de manos; lo atemorizaré, y todo el pueblo que está con él huirá,
y mataré al rey solo.
3 Así haré volver a ti todo el pueblo (pues
tú buscas solamente la vida de un hombre); y cuando ellos hayan vuelto,
todo el pueblo estará en paz.
4 Este consejo pareció bien a Absalón y a
todos los ancianos de Israel.
5 Y dijo Absalón: Llamad también ahora a
Husai arquita, para que asimismo oigamos lo que él dirá.
6 Cuando Husai vino a Absalón, le habló
Absalón, diciendo: Así ha dicho Ahitofel; ¿seguiremos su consejo, o
no? Di tú.
7 Entonces Husai dijo a Absalón: El
consejo que ha dado esta vez Ahitofel no es bueno.
8 Y añadió Husai: Tú sabes que tu padre y
los suyos son hombres valientes, y que están con amargura de ánimo,
como la osa en el campo cuando le han quitado sus cachorros. Además,
tu padre es hombre de guerra, y no pasará la noche con el pueblo.
9 He aquí él estará ahora escondido en
alguna cueva, o en otro lugar; y si al principio cayeren algunos de
los tuyos, quienquiera que lo oyere dirá: El pueblo que sigue a
Absalón ha sido derrotado.
10 Y aun el hombre valiente, cuyo corazón
sea como corazón de león, desmayará por completo; porque todo Israel
sabe que tu padre es hombre valiente, y que los que están con él son
esforzados.
11 Aconsejo, pues, que todo Israel se
junte a ti, desde Dan hasta Beerseba, en multitud como la arena que
está a la orilla del mar, y que tú en persona vayas a la batalla.
12 Entonces le acometeremos en cualquier
lugar en donde se hallare, y caeremos sobre él como cuando el rocío
cae sobre la tierra, y ni uno dejaremos de él y de todos los que están
con él.
13 Y si se refugiare en alguna ciudad,
todos los de Israel llevarán sogas a aquella ciudad, y la
arrastraremos hasta el arroyo, hasta que no se encuentre allí ni una
piedra.
14 Entonces Absalón y todos los de Israel
dijeron: El consejo de Husai arquita es mejor que el consejo de
Ahitofel. Porque Jehová había ordenado que el acertado consejo de
Ahitofel se frustrara, para que Jehová hiciese venir el mal sobre
Absalón.
15 Dijo luego Husai a los sacerdotes Sadoc
y Abiatar: Así y así aconsejó Ahitofel a Absalón y a los ancianos de
Israel; y de esta manera aconsejé yo.
16 Por tanto, enviad inmediatamente y dad
aviso a David, diciendo: No te quedes esta noche en los vados del
desierto, sino pasa luego el Jordán, para que no sea destruido el rey
y todo el pueblo que con él está.
17 Y Jonatán y Ahimaas estaban junto a la
fuente de Rogel, y fue una criada y les avisó, porque ellos no podían
mostrarse viniendo a la ciudad; y ellos fueron y se lo hicieron saber
al rey David.
18 Pero fueron vistos por un joven, el
cual lo hizo saber a Absalón; sin embargo, los dos se dieron prisa a
caminar, y llegaron a casa de un hombre en Bahurim, que tenía en su
patio un pozo, dentro del cual se metieron.
19 Y tomando la mujer de la casa una
manta, la extendió sobre la boca del pozo, y tendió sobre ella el
grano trillado; y nada se supo del asunto.
20 Llegando luego los criados de Absalón a
la casa de la mujer, le dijeron: ¿Dónde están Ahimaas y Jonatán? Y la
mujer les respondió: Ya han pasado el vado de las aguas. Y como ellos
los buscaron y no los hallaron, volvieron a Jerusalén.
21 Y después que se hubieron ido, aquéllos
salieron del pozo y se fueron, y dieron aviso al rey David, diciéndole:
Levantaos y daos prisa a pasar las aguas, porque Ahitofel ha dado tal
consejo contra vosotros.
22 Entonces David se levantó, y todo el
pueblo que con él estaba, y pasaron el Jordán antes que amaneciese; ni
siquiera faltó uno que no pasase el Jordán.
23 Pero Ahitofel, viendo que no se había
seguido su consejo, enalbardó su asno, y se levantó y se fue a su casa
a su ciudad; y después de poner su casa en orden, se ahorcó, y así
murió, y fue sepultado en el sepulcro de su padre.
24 Y David llegó a Mahanaim; y Absalón
pasó el Jordán con toda la gente de Israel.
25 Y Absalón nombró a Amasa jefe del
ejército en lugar de Joab. Amasa era hijo de un varón de Israel
llamado Itra, el cual se había llegado a Abigail hija de Nahas,
hermana de Sarvia madre de Joab.
26 Y acampó Israel con Absalón en tierra
de Galaad.
27 Luego que David llegó a Mahanaim, Sobi
hijo de Nahas, de Rabá de los hijos de Amón, Maquir hijo de Amiel, de
Lodebar, y Barzilai galaadita de Rogelim,
28 trajeron a David y al pueblo que estaba
con él, camas, tazas, vasijas de barro, trigo, cebada, harina, grano
tostado, habas, lentejas, garbanzos tostados,
29 miel, manteca, ovejas, y quesos de vaca,
para que comiesen; porque decían: El pueblo está hambriento y cansado
y sediento en el desierto. |
1. ¿Cuál consejo, en
cuanto a la búsqueda de David, Absalón pensó que era mejor que el de
Ahitofel? (14)
2. ¿A quién le dijo Husai y lo envió a
David? (15-16)
3. ¿Cómo se esconden Jonatán y Ahimaas?
(18-21)
4. ¿Qué hizó Ahitofel cuando vio que su
consejo no fue seguido? (23)
5. ¿A quién encargó Absalón de su
ejército? (25)
6. ¿Qué hicieron Shobi,
Maquir, y Barzilai por David? (27-29)
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Capítulo
18
Muerte de Absalón
2 Samuel
18:1
David, pues, pasó revista al pueblo que
tenía consigo, y puso sobre ellos jefes de millares y jefes de
centenas.
2 Y envió David al pueblo, una tercera
parte bajo el mando de Joab, una tercera parte bajo el mando de Abisai
hijo de Sarvia, hermano de Joab, y una tercera parte al mando de Itai
geteo. Y dijo el rey al pueblo: Yo también saldré con vosotros.
3 Mas el pueblo dijo: No saldrás; porque
si nosotros huyéremos, no harán caso de nosotros; y aunque la mitad de
nosotros muera, no harán caso de nosotros; mas tú ahora vales tanto
como diez mil de nosotros. Será, pues, mejor que tú nos des ayuda
desde la ciudad.
4 Entonces el rey les dijo: Yo haré lo que
bien os parezca. Y se puso el rey a la entrada de la puerta, mientras
salía todo el pueblo de ciento en ciento y de mil en mil.
5 Y el rey mandó a Joab, a Abisai y a Itai,
diciendo: Tratad benignamente por amor de mí al joven Absalón. Y todo
el pueblo oyó cuando dio el rey orden acerca de Absalón a todos los
capitanes.
6 Salió, pues, el pueblo al campo contra
Israel, y se libró la batalla en el bosque de Efraín.
7 Y allí cayó el pueblo de Israel delante
de los siervos de David, y se hizo allí en aquel día una gran matanza
de veinte mil hombres.
8 Y la batalla se extendió por todo el
país; y fueron más los que destruyó el bosque aquel día, que los que
destruyó la espada.
9 Y se encontró Absalón con los siervos de
David; e iba Absalón sobre un mulo, y el mulo entró por debajo de las
ramas espesas de una gran encina, y se le enredó la cabeza en la
encina, y Absalón quedó suspendido entre el cielo y la tierra; y el
mulo en que iba pasó delante.
10 Viéndolo uno, avisó a Joab, diciendo:
He aquí que he visto a Absalón colgado de una encina.
11 Y Joab respondió al hombre que le daba
la nueva: Y viéndolo tú, ¿por qué no le mataste luego allí echándole a
tierra? Me hubiera placido darte diez siclos de plata, y un talabarte.
12 El hombre dijo a Joab: Aunque me
pesaras mil siclos de plata, no extendería yo mi mano contra el hijo
del rey; porque nosotros oímos cuando el rey te mandó a ti y a Abisai
y a Itai, diciendo: Mirad que ninguno toque al joven Absalón.
13 Por otra parte, habría yo hecho
traición contra mi vida, pues que al rey nada se le esconde, y tú
mismo estarías en contra.
14 Y respondió Joab: No malgastaré mi
tiempo contigo. Y tomando tres dardos en su mano, los clavó en el
corazón de Absalón, quien estaba aún vivo en medio de la encina.
15 Y diez jóvenes escuderos de Joab
rodearon e hirieron a Absalón, y acabaron de matarle.
16 Entonces Joab tocó la trompeta, y el
pueblo se volvió de seguir a Israel, porque Joab detuvo al pueblo.
17 Tomando después a Absalón, le echaron
en un gran hoyo en el bosque, y levantaron sobre él un montón muy
grande de piedras; y todo Israel huyó, cada uno a su tienda.
18 Y en vida, Absalón había tomado y
erigido una columna, la cual está en el valle del rey; porque había
dicho: Yo no tengo hijo que conserve la memoria de mi nombre. Y llamó
aquella columna por su nombre, y así se ha llamado Columna de Absalón,
hasta hoy.
19 Entonces Ahimaas hijo de Sadoc dijo: ¿Correré
ahora, y daré al rey las nuevas de que Jehová ha defendido su causa de
la mano de sus enemigos?
20 Respondió Joab: Hoy no llevarás las
nuevas; las llevarás otro día; no darás hoy la nueva, porque el hijo
del rey ha muerto.
21 Y Joab dijo a un etíope: Ve tú, y di al
rey lo que has visto. Y el etíope hizo reverencia ante Joab, y corrió.
22 Entonces Ahimaas hijo de Sadoc volvió a
decir a Joab: Sea como fuere, yo correré ahora tras el etíope. Y Joab
dijo: Hijo mío, ¿para qué has de correr tú, si no recibirás premio por
las nuevas?
23 Mas él respondió: Sea como fuere, yo
correré. Entonces le dijo: Corre. Corrió, pues, Ahimaas por el camino
de la llanura, y pasó delante del etíope.
24 Y David estaba sentado entre las dos
puertas; y el atalaya había ido al terrado sobre la puerta en el muro,
y alzando sus ojos, miró, y vio a uno que corría solo.
25 El atalaya dio luego voces, y lo hizo
saber al rey. Y el rey dijo: Si viene solo, buenas nuevas trae. En
tanto que él venía acercándose,
26 vio el atalaya a otro que corría; y dio
voces el atalaya al portero, diciendo: He aquí otro hombre que corre
solo. Y el rey dijo: Este también es mensajero.
27 Y el atalaya volvió a decir: Me parece
el correr del primero como el correr de Ahimaas hijo de Sadoc. Y
respondió el rey: Ese es hombre de bien, y viene con buenas nuevas.
28 Entonces Ahimaas dijo en alta voz al
rey: Paz. Y se inclinó a tierra delante del rey, y dijo: Bendito sea
Jehová Dios tuyo, que ha entregado a los hombres que habían levantado
sus manos contra mi señor el rey.
29 Y el rey dijo: ¿El joven Absalón está
bien? Y Ahimaas respondió: Vi yo un gran alboroto cuando envió Joab al
siervo del rey y a mí tu siervo; mas no sé qué era.
30 Y el rey dijo: Pasa, y ponte allí. Y él
pasó, y se quedó de pie.
31 Luego vino el etíope, y dijo: Reciba
nuevas mi señor el rey, que hoy Jehová ha defendido tu causa de la
mano de todos los que se habían levantado contra ti.
32 El rey entonces dijo al etíope: ¿El
joven Absalón está bien? Y el etíope respondió: Como aquel joven sean
los enemigos de mi señor el rey, y todos los que se levanten contra ti
para mal.
33 Entonces el rey se turbó, y subió a la
sala de la puerta, y lloró; y yendo, decía así: !!Hijo mío Absalón,
hijo mío, hijo mío Absalón! !!Quién me diera que muriera yo en lugar
de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío! |
1. ¿Qué mandato dio David
a su ejército sobre Absalón? (5)
2. ¿Qué pasó con Absalón en el bosque?
(9)
3. ¿Qué hizo Joab a Absalón? (14)
4. ¿Quién corrió a David, pero no tenía
noticias acerca de Absalón? (19-30)
5. ¿Quién trajo la noticia
sobre la muerte de Absalón a David? (31-32)
Gracias a Jennifer Rangel por traducir.
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Answers to 2
Samuel Study Questions
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