Preguntas de estudio del Libro de Jeremias Ch. 1-24 ©2013-2016 by Arlo E. Moehlenpah |
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Jeremías
1.¿Quiénes fueron los reyes cuando Jeremías profetizó? (1-3)
Capitulo 2
2:1
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2 Anda
y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová:
Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor
de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto,
en tierra no sembrada.
3 Santo
era Israel a Jehová, primicias de sus nuevos frutos. Todos los
que le devoraban eran culpables; mal venía sobre ellos, dice
Jehová.
4 Oíd
la palabra de Jehová, casa de Jacob, y todas las familias de
la casa de Israel.
5 Así
dijo Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que
se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad y se hicieron
vanos?
6 Y
no dijeron: ¿Dónde está Jehová, que nos hizo subir de la
tierra de Egipto, que nos condujo por el desierto, por una
tierra desierta y despoblada, por tierra seca y de sombra de
muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni allí
habitó hombre?
7 Y
os introduje en tierra de abundancia, para que comieseis su
fruto y su bien; pero entrasteis y contaminasteis mi tierra, e
hicisteis abominable mi heredad.
8 Los
sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? y los que tenían la
ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y
los profetas profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras
lo que no aprovecha.
9 Por
tanto, contenderé aún con vosotros, dijo Jehová, y con los
hijos de vuestros hijos pleitearé.
10 Porque
pasad a las costas de Quitim y mirad; y enviad a Cedar, y
considerad cuidadosamente, y ved si se ha hecho cosa semejante
a esta.
11 ¿Acaso
alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no son
dioses? Sin embargo, mi pueblo ha trocado su gloria por lo que
no aprovecha.
12 Espantaos,
cielos, sobre esto, y horrorizaos; desolaos en gran manera,
dijo Jehová.
13 Porque
dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua
viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no
retienen agua.
14 ¿Es
Israel siervo? ¿es esclavo? ¿Por qué ha venido a ser presa?
15 Los
cachorros del león rugieron contra él, alzaron su voz, y
asolaron su tierra; quemadas están sus ciudades, sin morador.
16 Aun
los hijos de Menfis y de Tafnes te quebrantaron la coronilla.
17 ¿No
te acarreó esto el haber dejado a Jehová tu Dios, cuando te
conducía por el camino?
18 Ahora,
pues, ¿qué tienes tú en el camino de Egipto, para que bebas
agua del Nilo? ¿Y qué tienes tú en el camino de Asiria, para
que bebas agua del Eufrates?
19 Tu
maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues,
y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios,
y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los
ejércitos.
20 Porque
desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No
serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de
todo árbol frondoso te echabas como ramera.
21 Te
planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo,
pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña?
22 Aunque
te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de
tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo Jehová el Señor.
23 ¿Cómo
puedes decir: No soy inmunda, nunca anduve tras los baales?
Mira tu proceder en el valle, conoce lo que has hecho,
dromedaria ligera que tuerce su camino,
24 asna
montés acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea el
viento. De su lujuria, ¿quién la detendrá? Todos los que la
buscaren no se fatigarán, porque en el tiempo de su celo la
hallarán.
25 Guarda
tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas
dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a extraños
he amado, y tras ellos he de ir.
26 Como
se averg:uenza el ladrón cuando es descubierto, así se
avergonzará la casa de Israel, ellos, sus reyes, sus príncipes,
sus sacerdotes y sus profetas,
27 que
dicen a un leño: Mi padre eres tú; y a una piedra: Tú me has
engendrado. Porque me volvieron la cerviz, y no el rostro; y
en el tiempo de su calamidad dicen: Levántate, y líbranos.
28 ¿Y
dónde están tus dioses que hiciste para ti? Levántense ellos,
a ver si te podrán librar en el tiempo de tu aflicción; porque
según el número de tus ciudades, oh Judá, fueron tus dioses.
29 ¿Por
qué porfías conmigo? Todos vosotros prevaricasteis contra mí,
dice Jehová.
30 En
vano he azotado a vuestros hijos; no han recibido corrección.
Vuestra espada devoró a vuestros profetas como león
destrozador.
31 !!Oh
generación! atended vosotros a la palabra de Jehová. ¿He sido
yo un desierto para Israel, o tierra de tinieblas? ¿Por qué ha
dicho mi pueblo: Somos libres; nunca más vendremos a ti?
32 ¿Se
olvida la virgen de su atavío, o la desposada de sus galas?
Pero mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días.
33 ¿Por
qué adornas tu camino para hallar amor? Aun a las malvadas
enseñaste tus caminos.
34 Aun
en tus faldas se halló la sangre de los pobres, de los
inocentes. No los hallaste en ningún delito; sin embargo, en
todas estas cosas dices:
35 Soy
inocente, de cierto su ira se apartó de mí. He aquí yo entraré
en juicio contigo, porque dijiste: No he pecado.
36 ¿Para
qué discurres tanto, cambiando tus caminos? También serás
avergonzada de Egipto, como fuiste avergonzada de Asiria.
37 También
de allí saldrás con tus manos sobre tu cabeza, porque Jehová
desechó a aquellos en quienes tú confiabas, y no prosperarás
por ellos.
1. ¿Qué hizo
Israel cuando el Señor los llevó a la tierra? (7)
Capitulo 3
2 Alza
tus ojos a las alturas, y ve en qué lugar no te hayas
prostituido. Junto a los caminos te sentabas para ellos como
árabe en el desierto, y con tus fornicaciones y con tu maldad
has contaminado la tierra.
3 Por
esta causa las aguas han sido detenidas, y faltó la lluvia
tardía; y has tenido frente de ramera, y no quisiste tener
verg:uenza.
4 A
lo menos desde ahora, ¿no me llamarás a mí, Padre mío, guiador
de mi juventud?
5 ¿Guardará
su enojo para siempre? ¿Eternamente lo guardará? He aquí que
has hablado y hecho cuantas maldades pudiste.
6 Me
dijo Jehová en días del rey Josías: ¿Has visto lo que ha hecho
la rebelde Israel? Ella se va sobre todo monte alto y debajo
de todo árbol frondoso, y allí fornica.
7 Y
dije: Después de hacer todo esto, se volverá a mí; pero no se
volvió, y lo vio su hermana la rebelde Judá.
8 Ella
vio que por haber fornicado la rebelde Israel, yo la había
despedido y dado carta de repudio; pero no tuvo temor la
rebelde Judá su hermana, sino que también fue ella y fornicó.
9 Y
sucedió que por juzgar ella cosa liviana su fornicación, la
tierra fue contaminada, y adulteró con la piedra y con el leño.
10 Con
todo esto, su hermana la rebelde Judá no se volvió a mí de
todo corazón, sino fingidamente, dice Jehová.
11 Y
me dijo Jehová: Ha resultado justa la rebelde Israel en
comparación con la desleal Judá.
12 Ve
y clama estas palabras hacia el norte, y di: Vuélvete, oh
rebelde Israel, dice Jehová; no haré caer mi ira sobre ti,
porque misericordioso soy yo, dice Jehová, no guardaré para
siempre el enojo.
13 Reconoce,
pues, tu maldad, porque contra Jehová tu Dios has prevaricado,
y fornicaste con los extraños debajo de todo árbol frondoso, y
no oíste mi voz, dice Jehová.
14 Convertíos,
hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo; y
os tomaré uno de cada ciudad, y dos de cada familia, y os
introduciré en Sion;
15 y
os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con
ciencia y con inteligencia.
16 Y
acontecerá que cuando os multipliquéis y crezcáis en la tierra,
en esos días, dice Jehová, no se dirá más: Arca del pacto de
Jehová; ni vendrá al pensamiento, ni se acordarán de ella, ni
la echarán de menos, ni se hará otra.
17 En
aquel tiempo llamarán a Jerusalén: Trono de Jehová, y todas
las naciones vendrán a ella en el nombre de Jehová en
Jerusalén; ni andarán más tras la dureza de su malvado corazón.
18 En
aquellos tiempos irán de la casa de Judá a la casa de Israel,
y vendrán juntamente de la tierra del norte a la tierra que
hice heredar a vuestros padres.
19 Yo
preguntaba: ¿Cómo os pondré por hijos, y os daré la tierra
deseable, la rica heredad de las naciones? Y dije: Me
llamaréis: Padre mío, y no os apartaréis de en pos de mí.
20 Pero
como la esposa infiel abandona a su compañero, así
prevaricasteis contra mí, oh casa de Israel, dice Jehová.
21 Voz
fue oída sobre las alturas, llanto de los ruegos de los hijos
de Israel; porque han torcido su camino, de Jehová su Dios se
han olvidado.
22 Convertíos,
hijos rebeldes, y sanaré vuestras rebeliones. He aquí nosotros
venimos a ti, porque tú eres Jehová nuestro Dios.
23 Ciertamente
vanidad son los collados, y el bullicio sobre los montes;
ciertamente en Jehová nuestro Dios está la salvación de
Israel.
24 Confusión
consumió el trabajo de nuestros padres desde nuestra juventud;
sus ovejas, sus vacas, sus hijos y sus hijas.
25 Yacemos
en nuestra confusión, y nuestra afrenta nos cubre; porque
pecamos contra Jehová nuestro Dios, nosotros y nuestros
padres, desde nuestra juventud y hasta este día, y no hemos
escuchado la voz de Jehová nuestro Dios. 1.A pesar
de sus apostasías ,¿qué iba Dios a dar a Israel? (15) Capitulo 4
1.¿Qué le dijo el Señor a los hombres de Judá? (3-4) Capitulo 5
1.¿Qué clase de hombre debían buscar? (1) Capitulo 6
1.¿Cuál fue la actitud de Jerusalén hacia la palabra de Jehová? (10) 2.¿Qué se le dio a todas las personas? (13) 3.¿Cuál fue su actitud cuando cometieron abominaciones? (15) 4.¿Qué nos instruye el Señor que preguntemos? (16) Capitulo 7
1.¿Qué le
dijo el Señor a Judá que hiciera? (3)
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Capitulo 8
2 y
los esparcirán al sol y a la luna y a todo el ejército del
cielo, a quienes amaron y a quienes sirvieron, en pos de
quienes anduvieron, a quienes preguntaron, y ante quienes se
postraron. No serán recogidos ni enterrados; serán como
estiércol sobre la faz de la tierra.
3 Y
escogerá la muerte antes que la vida todo el resto que quede
de esta mala generación, en todos los lugares adonde arroje yo
a los que queden, dice Jehová de los ejércitos.
4 Les
dirás asimismo: Así ha dicho Jehová: El que cae, ¿no se
levanta? El que se desvía, ¿no vuelve al camino?
5 ¿Por
qué es este pueblo de Jerusalén rebelde con rebeldía perpetua?
Abrazaron el engaño, y no han querido volverse.
6 Escuché
y oí; no hablan rectamente, no hay hombre que se arrepienta de
su mal, diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su
propia carrera, como caballo que arremete con ímpetu a la
batalla.
7 Aun
la cig:ueña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la
grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi
pueblo no conoce el juicio de Jehová.
8 ¿Cómo
decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová está con
nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma
mentirosa de los escribas.
9 Los
sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron consternados;
he aquí que aborrecieron la palabra de Jehová; ¿y qué
sabiduría tienen?
10 Por
tanto, daré a otros sus mujeres, y sus campos a quienes los
conquisten; porque desde el más pequeño hasta el más grande
cada uno sigue la avaricia; desde el profeta hasta el
sacerdote todos hacen engaño.
11 Y
curaron la herida de la hija de mi pueblo con liviandad,
diciendo: Paz, paz; y no hay paz.
12 ¿Se
han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se
han avergonzado en lo más mínimo, ni supieron avergonzarse;
caerán, por tanto, entre los que caigan; cuando los castigue
caerán, dice Jehová.
13 Los
cortaré del todo, dice Jehová. No quedarán uvas en la vid, ni
higos en la higuera, y se caerá la hoja; y lo que les he dado
pasará de ellos.
14 ¿Por
qué nos estamos sentados? Reuníos, y entremos en las ciudades
fortificadas, y perezcamos allí; porque Jehová nuestro Dios
nos ha destinado a perecer, y nos ha dado a beber aguas de
hiel, porque pecamos contra Jehová.
15 Esperamos
paz, y no hubo bien; día de curación, y he aquí turbación.
16 Desde
Dan se oyó el bufido de sus caballos; al sonido de los
relinchos de sus corceles tembló toda la tierra; y vinieron y
devoraron la tierra y su abundancia, a la ciudad y a los
moradores de ella.
17 Porque
he aquí que yo envío sobre vosotros serpientes, áspides contra
los cuales no hay encantamiento, y os morderán, dice Jehová.
18 A
causa de mi fuerte dolor, mi corazón desfallece en mí.
19 He
aquí voz del clamor de la hija de mi pueblo, que viene de la
tierra lejana: ¿No está Jehová en Sion? ¿No está en ella su
Rey? ¿Por qué me hicieron airar con sus imágenes de talla, con
vanidades ajenas?
20 Pasó
la siega, terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos.
21 Quebrantado
estoy por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo;
entenebrecido estoy, espanto me ha arrebatado.
22 ¿No
hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no
hubo medicina para la hija de mi pueblo?
1.¿Qué van a hacer con los huesos de los reyes, sacerdotes y profetas?
(1-4)
1.¿Por
qué Jeremías quiere que sus ojos sean una fuente de lágrimas? (1) Capitulo 10
1.¿Quién es como el Señor? (6-7) 2.¿Qué ha hecho Dios? (12) 3.¿Qué no es el hombre capaz de dirigir? (23) Answers to Jeremiah Study Questions
1.¿Qué hombre está maldito? (3) 2.¿Qué se encontró entre los hombres de Judá? (9) 3.¿Quién no salvará a Judá en el tiempo de su mal? (12) 4.¿Qué querían hacer los hombres de Anatot a Jeremías? (19-21)
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Capitulo 12
12:1
Justo eres tú, oh Jehová, para que yo dispute contigo; sin
embargo, alegaré mi causa ante ti. ¿Por qué es prosperado el
camino de los impíos, y tienen bien todos los que se portan
deslealmente?
2 Los
plantaste, y echaron raíces; crecieron y dieron fruto; cercano
estás tú en sus bocas, pero lejos de sus corazones.
3 Pero
tú, oh Jehová, me conoces; me viste, y probaste mi corazón
para contigo; arrebátalos como a ovejas para el degolladero, y
señálalos para el día de la matanza.
4 ¿Hasta
cuándo estará desierta la tierra, y marchita la hierba de todo
el campo? Por la maldad de los que en ella moran, faltaron los
ganados y las aves; porque dijeron: No verá Dios nuestro fin.
5 Si
corriste con los de a pie, y te cansaron, ¿cómo contenderás
con los caballos? Y si en la tierra de paz no estabas seguro,
¿cómo harás en la espesura del Jordán?
6 Porque
aun tus hermanos y la casa de tu padre, aun ellos se
levantaron contra ti, aun ellos dieron grito en pos de ti. No
los creas cuando bien te hablen.
7 He
dejado mi casa, desamparé mi heredad, he entregado lo que
amaba mi alma en mano de sus enemigos.
8 Mi
heredad fue para mí como león en la selva; contra mí dio su
rugido; por tanto, la aborrecí.
9 ¿Es
mi heredad para mí como ave de rapiña de muchos colores? ¿No
están contra ella aves de rapiña en derredor? Venid, reuníos,
vosotras todas las fieras del campo, venid a devorarla.
10 Muchos
pastores han destruido mi viña, hollaron mi heredad,
convirtieron en desierto y soledad mi heredad preciosa.
11 Fue
puesta en asolamiento, y lloró sobre mí desolada; fue asolada
toda la tierra, porque no hubo hombre que reflexionase.
12 Sobre
todas las alturas del desierto vinieron destruidores; porque
la espada de Jehová devorará desde un extremo de la tierra
hasta el otro; no habrá paz para ninguna carne.
13 Sembraron
trigo, y segaron espinos; tuvieron la heredad, mas no
aprovecharon nada; se avergonzarán de sus frutos, a causa de
la ardiente ira de Jehová.
14 Así
dijo Jehová contra todos mis malos vecinos, que tocan la
heredad que hice poseer a mi pueblo Israel: He aquí que yo los
arrancaré de su tierra, y arrancaré de en medio de ellos a la
casa de Judá.
15 Y
después que los haya arrancado, volveré y tendré misericordia
de ellos, y los haré volver cada uno a su heredad y cada cual
a su tierra.
16 Y
si cuidadosamente aprendieren los caminos de mi pueblo, para
jurar en mi nombre, diciendo: Vive Jehová, así como enseñaron
a mi pueblo a jurar por Baal, ellos serán prosperados en medio
de mi pueblo.
17 Mas
si no oyeren, arrancaré esa nación, sacándola de raíz y
destruyéndola, dice Jehová.
1. ¿Qué
preguntas turbaban a Jeremías?
Capitulo 13
13:1
Así me dijo Jehová: Ve y cómprate un cinto de lino, y cíñelo
sobre tus lomos, y no lo metas en agua.
2 Y
compré el cinto conforme a la palabra de Jehová, y lo puse
sobre mis lomos.
3 Vino
a mí segunda vez palabra de Jehová, diciendo:
4 Toma
el cinto que compraste, que está sobre tus lomos, y levántate
y vete al Eufrates, y escóndelo allá en la hendidura de una
peña.
5 Fui,
pues, y lo escondí junto al Eufrates, como Jehová me mandó.
6 Y
sucedió que después de muchos días me dijo Jehová: Levántate y
vete al Eufrates, y toma de allí el cinto que te mandé
esconder allá.
7 Entonces
fui al Eufrates, y cavé, y tomé el cinto del lugar donde lo
había escondido; y he aquí que el cinto se había podrido; para
ninguna cosa era bueno.
8 Y
vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
9 Así
ha dicho Jehová: Así haré podrir la soberbia de Judá, y la
mucha soberbia de Jerusalén.
10 Este
pueblo malo, que no quiere oír mis palabras, que anda en las
imaginaciones de su corazón, y que va en pos de dioses ajenos
para servirles, y para postrarse ante ellos, vendrá a ser como
este cinto, que para ninguna cosa es bueno.
11 Porque
como el cinto se junta a los lomos del hombre, así hice juntar
a mí toda la casa de Israel y toda la casa de Judá, dice
Jehová, para que me fuesen por pueblo y por fama, por alabanza
y por honra; pero no escucharon.
12 Les
dirás, pues, esta palabra: Así ha dicho Jehová, Dios de
Israel: Toda tinaja se llenará de vino. Y ellos te dirán: ¿No
sabemos que toda tinaja se llenará de vino?
13 Entonces
les dirás: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo lleno de
embriaguez a todos los moradores de esta tierra, y a los reyes
de la estirpe de David que se sientan sobre su trono, a los
sacerdotes y profetas, y a todos los moradores de Jerusalén;
14 y
los quebrantaré el uno contra el otro, los padres con los
hijos igualmente, dice Jehová; no perdonaré, ni tendré piedad
ni misericordia, para no destruirlos.
15 Escuchad
y oíd; no os envanezcáis, pues Jehová ha hablado.
16 Dad
gloria a Jehová Dios vuestro, antes que haga venir tinieblas,
y antes que vuestros pies tropiecen en montes de oscuridad, y
esperéis luz, y os la vuelva en sombra de muerte y tinieblas.
17 Mas
si no oyereis esto, en secreto llorará mi alma a causa de
vuestra soberbia; y llorando amargamente se desharán mis ojos
en lágrimas, porque el rebaño de Jehová fue hecho cautivo.
18 Di
al rey y a la reina: Humillaos, sentaos en tierra; porque la
corona de vuestra gloria ha caído de vuestras cabezas.
19 Las
ciudades del Neguev fueron cerradas, y no hubo quien las
abriese; toda Judá fue transportada, llevada en cautiverio fue
toda ella.
20 Alzad
vuestros ojos, y ved a los que vienen del norte. ¿Dónde está
el rebaño que te fue dado, tu hermosa grey?
21 ¿Qué
dirás cuando él ponga como cabeza sobre ti a aquellos a
quienes tú enseñaste a ser tus amigos? ¿No te darán dolores
como de mujer que está de parto?
22 Si
dijeres en tu corazón: ¿Por qué me ha sobrevenido esto? Por la
enormidad de tu maldad fueron descubiertas tus faldas, fueron
desnudados tus calcañares.
23 ¿Mudará
el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis
vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?
24 Por
tanto, yo los esparciré al viento del desierto, como tamo que
pasa.
25 Esta
es tu suerte, la porción que yo he medido para ti, dice Jehová,
porque te olvidaste de mí y confiaste en la mentira.
26 Yo,
pues, descubriré también tus faldas delante de tu rostro, y se
manifestará tu ignominia,
27 tus
adulterios, tus relinchos, la maldad de tu fornicación sobre
los collados; en el campo vi tus abominaciones. !!Ay de ti,
Jerusalén! ¿No serás al fin limpia? ¿Cuánto tardarás tú en
purificarte? 1.¿Qué
objeto usó Dios para mostrar a Jeremías como iba a podrir la soberbia de
Judá? (1-10)
1.¿Qué confesó
Jeremías por Judá? (7,20) Capitulo 15
1.El Señor dijo
que no iba a cambiar de opinión en relación con su pueblo, incluso si
cuáles dos personas se presentaban delante de él? (1)
3.¿Qué
actitud tenía Jeremías hacia la palabra del Señor? (16)
Capitulo 16
16:1
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2 No
tomarás para ti mujer, ni tendrás hijos ni hijas en este lugar.
3 Porque
así ha dicho Jehová acerca de los hijos y de las hijas que
nazcan en este lugar, de sus madres que los den a luz y de los
padres que los engendren en esta tierra:
4 De
dolorosas enfermedades morirán; no serán plañidos ni
enterrados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra;
con espada y con hambre serán consumidos, y sus cuerpos
servirán de comida a las aves del cielo y a las bestias de la
tierra.
5 Porque
así ha dicho Jehová: No entres en casa de luto, ni vayas a
lamentar, ni los consueles; porque yo he quitado mi paz de
este pueblo, dice Jehová, mi misericordia y mis piedades.
6 Morirán
en esta tierra grandes y pequeños; no se enterrarán, ni los
plañirán, ni se rasgarán ni se raerán los cabellos por ellos;
7 ni
partirán pan por ellos en el luto para consolarlos de sus
muertos; ni les darán a beber vaso de consolaciones por su
padre o por su madre.
8 Asimismo
no entres en casa de banquete, para sentarte con ellos a comer
o a beber.
9 Porque
así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí
que yo haré cesar en este lugar, delante de vuestros ojos y en
vuestros días, toda voz de gozo y toda voz de alegría, y toda
voz de esposo y toda voz de esposa.
10 Y
acontecerá que cuando anuncies a este pueblo todas estas cosas,
te dirán ellos: ¿Por qué anuncia Jehová contra nosotros todo
este mal tan grande? ¿Qué maldad es la nuestra, o qué pecado
es el nuestro, que hemos cometido contra Jehová nuestro Dios?
11 Entonces
les dirás: Porque vuestros padres me dejaron, dice Jehová, y
anduvieron en pos de dioses ajenos, y los sirvieron, y ante
ellos se postraron, y me dejaron a mí y no guardaron mi ley;
12 y
vosotros habéis hecho peor que vuestros padres; porque he aquí
que vosotros camináis cada uno tras la imaginación de su
malvado corazón, no oyéndome a mí.
13 Por
tanto, yo os arrojaré de esta tierra a una tierra que ni
vosotros ni vuestros padres habéis conocido, y allá serviréis
a dioses ajenos de día y de noche; porque no os mostraré
clemencia.
14 No
obstante, he aquí vienen días, dice Jehová, en que no se dirá
más: Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de
tierra de Egipto;
15 sino:
Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra
del norte, y de todas las tierras adonde los había arrojado; y
los volveré a su tierra, la cual di a sus padres.
16 He
aquí que yo envío muchos pescadores, dice Jehová, y los
pescarán, y después enviaré muchos cazadores, y los cazarán
por todo monte y por todo collado, y por las cavernas de los
peñascos.
17 Porque
mis ojos están sobre todos sus caminos, los cuales no se me
ocultaron, ni su maldad se esconde de la presencia de mis ojos.
18 Pero
primero pagaré al doble su iniquidad y su pecado; porque
contaminaron mi tierra con los cadáveres de sus ídolos, y de
sus abominaciones llenaron mi heredad.
19 Oh
Jehová, fortaleza mía y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo
de la aflicción, a ti vendrán naciones desde los extremos de
la tierra, y dirán: Ciertamente mentira poseyeron nuestros
padres, vanidad, y no hay en ellos provecho.
20 ¿Hará
acaso el hombre dioses para sí? Mas ellos no son dioses.
21 Por
tanto, he aquí les enseñaré esta vez, les haré conocer mi mano
y mi poder, y sabrán que mi nombre es Jehová.
Capitulo 17
17:1
El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro y con
punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón, y
en los cuernos de sus altares,
2 mientras
sus hijos se acuerdan de sus altares y de sus imágenes de
Asera, que están junto a los árboles frondosos y en los
collados altos,
3 sobre
las montañas y sobre el campo. Todos tus tesoros entregaré al
pillaje por el pecado de tus lugares altos en todo tu
territorio.
4 Y
perderás la heredad que yo te di, y te haré servir a tus
enemigos en tierra que no conociste; porque fuego habéis
encendido en mi furor, que para siempre arderá.
5 Así
ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y
pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.
6 Será
como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien,
sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra
despoblada y deshabitada.
7 Bendito
el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.
8 Porque
será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la
corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor,
sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se
fatigará, ni dejará de dar fruto.
9 Engañoso
es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo
conocerá?
10 Yo
Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para
dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
11 Como
la perdiz que cubre lo que no puso, es el que injustamente
amontona riquezas; en la mitad de sus días las dejará, y en su
postrimería será insensato.
12 Trono
de gloria, excelso desde el principio, es el lugar de nuestro
santuario.
13 !!Oh
Jehová, esperanza de Israel! todos los que te dejan serán
avergonzados; y los que se apartan de mí serán escritos en el
polvo, porque dejaron a Jehová, manantial de aguas vivas.
14 Sáname,
oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres
mi alabanza.
15 He
aquí que ellos me dicen: ¿Dónde está la palabra de Jehová? !!Que
se cumpla ahora!
16 Mas
yo no he ido en pos de ti para incitarte a su castigo, ni
deseé día de calamidad, tú lo sabes. Lo que de mi boca ha
salido, fue en tu presencia.
17 No
me seas tú por espanto, pues mi refugio eres tú en el día malo.
18 Averg:uéncense
los que me persiguen, y no me averg:uence yo; asómbrense ellos,
y yo no me asombre; trae sobre ellos día malo, y quebrántalos
con doble quebrantamiento.
19 Así
me ha dicho Jehová: Ve y ponte a la puerta de los hijos del
pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá, y ponte
en todas las puertas de Jerusalén,
20 y
diles: Oíd la palabra de Jehová, reyes de Judá, y todo Judá y
todos los moradores de Jerusalén que entráis por estas puertas.
21 Así
ha dicho Jehová: Guardaos por vuestra vida de llevar carga en
el día de reposo, y de meterla por las puertas de Jerusalén.
22 Ni
saquéis carga de vuestras casas en el día de reposo, ni hagáis
trabajo alguno, sino santificad el día de reposo, como mandé a
vuestros padres.
23 Pero
ellos no oyeron, ni inclinaron su oído, sino endurecieron su
cerviz para no oír, ni recibir corrección.
24 No
obstante, si vosotros me obedeciereis, dice Jehová, no
metiendo carga por las puertas de esta ciudad en el día de
reposo, sino que santificareis el día de reposo, no haciendo
en él ningún trabajo,
25 entrarán
por las puertas de esta ciudad, en carros y en caballos, los
reyes y los príncipes que se sientan sobre el trono de David,
ellos y sus príncipes, los varones de Judá y los moradores de
Jerusalén; y esta ciudad será habitada para siempre.
26 Y
vendrán de las ciudades de Judá, de los alrededores de
Jerusalén, de tierra de Benjamín, de la Sefela, de los montes
y del Neguev, trayendo holocausto y sacrificio, y ofrenda e
incienso, y trayendo sacrificio de alabanza a la casa de
Jehová.
27 Pero
si no me oyereis para santificar el día de reposo, y para no
traer carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en día de
reposo, yo haré descender fuego en sus puertas, y consumirá
los palacios de Jerusalén, y no se apagará.
1.¿Dónde está el pecado de Judá escrito? (1)
Capitulo 18
18:1
Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo:
2 Levántate
y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.
3 Y
descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre
la rueda.
4 Y
la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y
volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.
5 Entonces
vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
6 ¿No
podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de
Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del
alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.
7 En
un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para
arrancar, y derribar, y destruir.
8 Pero
si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual
hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles,
9 y
en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar
y para plantar.
10 Pero
si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me
arrepentiré del bien que había determinado hacerle.
11 Ahora,
pues, habla luego a todo hombre de Judá y a los moradores de
Jerusalén, diciendo: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo
dispongo mal contra vosotros, y trazo contra vosotros
designios; conviértase ahora cada uno de su mal camino, y
mejore sus caminos y sus obras.
12 Y
dijeron: Es en vano; porque en pos de nuestros ídolos iremos,
y haremos cada uno el pensamiento de nuestro malvado corazón.
13 Por
tanto, así dijo Jehová: Preguntad ahora a las naciones, quién
ha oído cosa semejante. Gran fealdad ha hecho la virgen de
Israel.
14 ¿Faltará
la nieve del Líbano de la piedra del campo? ¿Faltarán las
aguas frías que corren de lejanas tierras?
15 Porque
mi pueblo me ha olvidado, incensando a lo que es vanidad, y ha
tropezado en sus caminos, en las sendas antiguas, para que
camine por sendas y no por camino transitado,
16 para
poner su tierra en desolación, objeto de burla perpetua; todo
aquel que pasare por ella se asombrará, y meneará la cabeza.
17 Como
viento solano los esparciré delante del enemigo; les mostraré
las espaldas y no el rostro, en el día de su perdición.
18 Y
dijeron: Venid y maquinemos contra Jeremías; porque la ley no
faltará al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al
profeta. Venid e hirámoslo de lengua, y no atendamos a ninguna
de sus palabras.
19 Oh
Jehová, mira por mí, y oye la voz de los que contienden
conmigo.
20 ¿Se
da mal por bien, para que hayan cavado hoyo a mi alma?
Acuérdate que me puse delante de ti para hablar bien por ellos,
para apartar de ellos tu ira.
21 Por
tanto, entrega sus hijos a hambre, dispérsalos por medio de la
espada, y queden sus mujeres sin hijos, y viudas; y sus
maridos sean puestos a muerte, y sus jóvenes heridos a espada
en la guerra.
22 Oigase
clamor de sus casas, cuando traigas sobre ellos ejército de
repente; porque cavaron hoyo para prenderme, y a mis pies han
escondido lazos.
23 Pero
tú, oh Jehová, conoces todo su consejo contra mí para muerte;
no perdones su maldad, ni borres su pecado de delante de tu
rostro; y tropiecen delante de ti; haz así con ellos en el
tiempo de tu enojo.
Capitulo 19
19:1
Así dijo Jehová: Ve y compra una vasija de barro del alfarero,
y lleva contigo de los ancianos del pueblo, y de los ancianos
de los sacerdotes;
2 y
saldrás al valle del hijo de Hinom, que está a la entrada de
la puerta oriental, y proclamarás allí las palabras que yo te
hablaré.
3 Dirás,
pues: Oíd palabra de Jehová, oh reyes de Judá, y moradores de
Jerusalén. Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel:
He aquí que yo traigo mal sobre este lugar, tal que a todo el
que lo oyere, le retiñan los oídos.
4 Porque
me dejaron, y enajenaron este lugar, y ofrecieron en él
incienso a dioses ajenos, los cuales no habían conocido ellos,
ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este lugar de
sangre de inocentes.
5 Y
edificaron lugares altos a Baal, para quemar con fuego a sus
hijos en holocaustos al mismo Baal; cosa que no les mandé, ni
hablé, ni me vino al pensamiento.
6 Por
tanto, he aquí vienen días, dice Jehová, que este lugar no se
llamará más Tofet, ni valle del hijo de Hinom, sino Valle de
la Matanza.
7 Y
desvaneceré el consejo de Judá y de Jerusalén en este lugar, y
les haré caer a espada delante de sus enemigos, y en las manos
de los que buscan sus vidas; y daré sus cuerpos para comida a
las aves del cielo y a las bestias de la tierra.
8 Pondré
a esta ciudad por espanto y burla; todo aquel que pasare por
ella se asombrará, y se burlará sobre toda su destrucción.
9 Y
les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas,
y cada uno comerá la carne de su amigo, en el asedio y en el
apuro con que los estrecharán sus enemigos y los que buscan
sus vidas.
10 Entonces
quebrarás la vasija ante los ojos de los varones que van
contigo,
11 y
les dirás: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Así
quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra
una vasija de barro, que no se puede restaurar más; y en Tofet
se enterrarán, porque no habrá otro lugar para enterrar.
12 Así
haré a este lugar, dice Jehová, y a sus moradores, poniendo
esta ciudad como Tofet.
13 Las
casas de Jerusalén, y las casas de los reyes de Judá, serán
como el lugar de Tofet, inmundas, por todas las casas sobre
cuyos tejados ofrecieron incienso a todo el ejército del cielo,
y vertieron libaciones a dioses ajenos.
14 Y
volvió Jeremías de Tofet, adonde le envió Jehová a profetizar,
y se paró en el atrio de la casa de Jehová y dijo a todo el
pueblo:
15 Así
ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí, yo
traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal
que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz para no
oír mis palabras.
Capitulo 20
20:1
El sacerdote Pasur hijo de Imer, que presidía como príncipe en
la casa de Jehová, oyó a Jeremías que profetizaba estas
palabras.
2 Y
azotó Pasur al profeta Jeremías, y lo puso en el cepo que
estaba en la puerta superior de Benjamín, la cual conducía a
la casa de Jehová.
3 Y
el día siguiente Pasur sacó a Jeremías del cepo. Le dijo
entonces Jeremías: Jehová no ha llamado tu nombre Pasur, sino
Magor-misabib.
4 Porque
así ha dicho Jehová: He aquí, haré que seas un terror a ti
mismo y a todos los que bien te quieren, y caerán por la
espada de sus enemigos, y tus ojos lo verán; y a todo Judá
entregaré en manos del rey de Babilonia, y los llevará
cautivos a Babilonia, y los matará a espada.
5 Entregaré
asimismo toda la riqueza de esta ciudad, todo su trabajo y
todas sus cosas preciosas; y daré todos los tesoros de los
reyes de Judá en manos de sus enemigos, y los saquearán, y los
tomarán y los llevarán a Babilonia.
6 Y
tú, Pasur, y todos los moradores de tu casa iréis cautivos;
entrarás en Babilonia, y allí morirás, y allí serás enterrado
tú, y todos los que bien te quieren, a los cuales has
profetizado con mentira.
7 Me
sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo,
y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se
burla de mí.
8 Porque
cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción;
porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio
cada día.
9 Y
dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre;
no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido
en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude.
10 Porque
oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad,
denunciémosle. Todos mis amigos miraban si claudicaría. Quizá
se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos
de él nuestra venganza.
11 Mas
Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que
me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados
en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua
confusión que jamás será olvidada.
12 Oh
Jehová de los ejércitos, que pruebas a los justos, que ves los
pensamientos y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque
a ti he encomendado mi causa.
13 Cantad
a Jehová, load a Jehová; porque ha librado el alma del pobre
de mano de los malignos.
14 Maldito
el día en que nací; el día en que mi madre me dio a luz no sea
bendito.
15 Maldito
el hombre que dio nuevas a mi padre, diciendo: Hijo varón te
ha nacido, haciéndole alegrarse así mucho.
16 Y
sea el tal hombre como las ciudades que asoló Jehová, y no se
arrepintió; oiga gritos de mañana, y voces a mediodía,
17 porque
no me mató en el vientre, y mi madre me hubiera sido mi
sepulcro, y su vientre embarazado para siempre.
18 ¿Para
qué salí del vientre? ¿Para ver trabajo y dolor, y que mis
días se gastasen en afrenta?
Answers
to Jeremiah Study Questions only in English so far
Capitulo 21
21:1
Palabra de Jehová que vino a Jeremías, cuando el rey Sedequías
envió a él a Pasur hijo de Malquías y al sacerdote Sofonías
hijo de Maasías, para que le dijesen:
2 Consulta
ahora acerca de nosotros a Jehová, porque Nabucodonosor rey de
Babilonia hace guerra contra nosotros; quizá Jehová hará con
nosotros según todas sus maravillas, y aquél se irá de sobre
nosotros.
3 Y
Jeremías les dijo: Diréis así a Sedequías:
4 Así
ha dicho Jehová Dios de Israel: He aquí yo vuelvo atrás las
armas de guerra que están en vuestras manos, con que vosotros
peleáis contra el rey de Babilonia; y a los caldeos que están
fuera de la muralla y os tienen sitiados, yo los reuniré en
medio de esta ciudad.
5 Pelearé
contra vosotros con mano alzada y con brazo fuerte, con furor
y enojo e ira grande.
6 Y
heriré a los moradores de esta ciudad, y los hombres y las
bestias morirán de pestilencia grande.
7 Después,
dice Jehová, entregaré a Sedequías rey de Judá, a sus criados,
al pueblo y a los que queden de la pestilencia, de la espada y
del hambre en la ciudad, en mano de Nabucodonosor rey de
Babilonia, en mano de sus enemigos y de los que buscan sus
vidas, y él los herirá a filo de espada; no los perdonará, ni
tendrá compasión de ellos, ni tendrá de ellos misericordia.
8 Y
a este pueblo dirás: Así ha dicho Jehová: He aquí pongo
delante de vosotros camino de vida y camino de muerte.
9 El
que quedare en esta ciudad morirá a espada, de hambre o de
pestilencia; mas el que saliere y se pasare a los caldeos que
os tienen sitiados, vivirá, y su vida le será por despojo.
10 Porque
mi rostro he puesto contra esta ciudad para mal, y no para
bien, dice Jehová; en mano del rey de Babilonia será entregada,
y la quemará a fuego.
11 Y
a la casa del rey de Judá dirás: Oíd palabra de Jehová:
12 Casa
de David, así dijo Jehová: Haced de mañana juicio, y librad al
oprimido de mano del opresor, para que mi ira no salga como
fuego, y se encienda y no haya quien lo apague, por la maldad
de vuestras obras.
13 He
aquí yo estoy contra ti, moradora del valle, y de la piedra de
la llanura, dice Jehová; los que decís: ¿Quién subirá contra
nosotros, y quién entrará en nuestras moradas?
14 Yo
os castigaré conforme al fruto de vuestras obras, dice Jehová,
y haré encender fuego en su bosque, y consumirá todo lo que
está alrededor de él.
22:1
Así dijo Jehová: Desciende a la casa del rey de Judá, y habla
allí esta palabra,
2 y
di: Oye palabra de Jehová, oh rey de Judá que estás sentado
sobre el trono de David, tú, y tus siervos, y tu pueblo que
entra por estas puertas.
3 Así
ha dicho Jehová: Haced juicio y justicia, y librad al oprimido
de mano del opresor, y no engañéis ni robéis al extranjero, ni
al huérfano ni a la viuda, ni derraméis sangre inocente en
este lugar.
4 Porque
si efectivamente obedeciereis esta palabra, los reyes que en
lugar de David se sientan sobre su trono, entrarán montados en
carros y en caballos por las puertas de esta casa; ellos, y
sus criados y su pueblo.
5 Mas
si no oyereis estas palabras, por mí mismo he jurado, dice
Jehová, que esta casa será desierta.
6 Porque
así ha dicho Jehová acerca de la casa del rey de Judá: Como
Galaad eres tú para mí, y como la cima del Líbano; sin
embargo, te convertiré en soledad, y como ciudades
deshabitadas.
7 Prepararé
contra ti destruidores, cada uno con sus armas, y cortarán tus
cedros escogidos y los echarán en el fuego.
8 Y
muchas gentes pasarán junto a esta ciudad, y dirán cada uno a
su compañero: ¿Por qué hizo así Jehová con esta gran ciudad?
9 Y
se les responderá: Porque dejaron el pacto de Jehová su Dios,
y adoraron dioses ajenos y les sirvieron.
10 No
lloréis al muerto, ni de él os condoláis; llorad amargamente
por el que se va, porque no volverá jamás, ni verá la tierra
donde nació.
11 Porque
así ha dicho Jehová acerca de Salum hijo de Josías, rey de
Judá, el cual reinó en lugar de Josías su padre, y que salió
de este lugar: No volverá más aquí,
12 sino
que morirá en el lugar adonde lo llevaron cautivo, y no verá
más esta tierra.
13 !!Ay
del que edifica su casa sin justicia, y sus salas sin equidad,
sirviéndose de su prójimo de balde, y no dándole el salario de
su trabajo!
14 Que
dice: Edificaré para mí casa espaciosa, y salas airosas; y le
abre ventanas, y la cubre de cedro, y la pinta de bermellón.
15 ¿Reinarás,
porque te rodeas de cedro? ¿No comió y bebió tu padre, e hizo
juicio y justicia, y entonces le fue bien?
16 El
juzgó la causa del afligido y del menesteroso, y entonces
estuvo bien. ¿No es esto conocerme a mí? dice Jehová.
17 Mas
tus ojos y tu corazón no son sino para tu avaricia, y para
derramar sangre inocente, y para opresión y para hacer agravio.
18 Por
tanto, así ha dicho Jehová acerca de Joacim hijo de Josías,
rey de Judá: No lo llorarán, diciendo: !!Ay, hermano mío! y
!!Ay, hermana! ni lo lamentarán, diciendo: !!Ay, señor! !!Ay,
su grandeza!
19 En
sepultura de asno será enterrado, arrastrándole y echándole
fuera de las puertas de Jerusalén.
20 Sube
al Líbano y clama, y en Basán da tu voz, y grita hacia todas
partes; porque todos tus enamorados son destruidos.
21 Te
he hablado en tus prosperidades, mas dijiste: No oiré. Este
fue tu camino desde tu juventud, que nunca oíste mi voz.
22 A
todos tus pastores pastoreará el viento, y tus enamorados irán
en cautiverio; entonces te avergonzarás y te confundirás a
causa de toda tu maldad.
23 Habitaste
en el Líbano, hiciste tu nido en los cedros. !!Cómo gemirás
cuando te vinieren dolores, dolor como de mujer que está de
parto!
24 Vivo
yo, dice Jehová, que si Conías hijo de Joacim rey de Judá
fuera anillo en mi mano derecha, aun de allí te arrancaría.
25 Te
entregaré en mano de los que buscan tu vida, y en mano de
aquellos cuya vista temes; sí, en mano de Nabucodonosor rey de
Babilonia, y en mano de los caldeos.
26 Te
haré llevar cautivo a ti y a tu madre que te dio a luz, a
tierra ajena en que no nacisteis; y allá moriréis.
27 Y
a la tierra a la cual ellos con toda el alma anhelan volver,
allá no volverán.
28 ¿Es
este hombre Conías una vasija despreciada y quebrada? ¿Es un
trasto que nadie estima? ¿Por qué fueron arrojados él y su
generación, y echados a tierra que no habían conocido?
29 !!Tierra,
tierra, tierra! oye palabra de Jehová.
30 Así
ha dicho Jehová: Escribid lo que sucederá a este hombre
privado de descendencia, hombre a quien nada próspero sucederá
en todos los días de su vida; porque ninguno de su
descendencia logrará sentarse sobre el trono de David, ni
reinar sobre Judá.
Capitulo 23
23:1
!!Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de
mi rebaño! dice Jehová.
2 Por
tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que
apacientan mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, y las
espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí que yo castigo
la maldad de vuestras obras, dice Jehová.
3 Y
yo mismo recogeré el remanente de mis ovejas de todas las
tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas; y
crecerán y se multiplicarán.
4 Y
pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán
más, ni se amedrentarán, ni serán menoscabadas, dice Jehová.
5 He
aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David
renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y
hará juicio y justicia en la tierra.
6 En
sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este
será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia
nuestra.
7 Por
tanto, he aquí que vienen días, dice Jehová, en que no dirán
más: Vive Jehová que hizo subir a los hijos de Israel de la
tierra de Egipto,
8 sino:
Vive Jehová que hizo subir y trajo la descendencia de la casa
de Israel de tierra del norte, y de todas las tierras adonde
yo los había echado; y habitarán en su tierra.
9 A
causa de los profetas mi corazón está quebrantado dentro de mí,
todos mis huesos tiemblan; estoy como un ebrio, y como hombre
a quien dominó el vino, delante de Jehová, y delante de sus
santas palabras.
10 Porque
la tierra está llena de adúlteros; a causa de la maldición la
tierra está desierta; los pastizales del desierto se secaron;
la carrera de ellos fue mala, y su valentía no es recta.
11 Porque
tanto el profeta como el sacerdote son impíos; aun en mi casa
hallé su maldad, dice Jehová.
12 Por
tanto, su camino será como resbaladeros en oscuridad; serán
empujados, y caerán en él; porque yo traeré mal sobre ellos en
el año de su castigo, dice Jehová.
13 En
los profetas de Samaria he visto desatinos; profetizaban en
nombre de Baal, e hicieron errar a mi pueblo de Israel.
14 Y
en los profetas de Jerusalén he visto torpezas; cometían
adulterios, y andaban en mentiras, y fortalecían las manos de
los malos, para que ninguno se convirtiese de su maldad; me
fueron todos ellos como Sodoma, y sus moradores como Gomorra.
15 Por
tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos contra aquellos
profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjos, y les haré
beber agua de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió
la hipocresía sobre toda la tierra.
16 Así
ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de
los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas
esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca
de Jehová.
17 Dicen
atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis;
y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón,
dicen: No vendrá mal sobre vosotros.
18 Porque
¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra?
¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó?
19 He
aquí que la tempestad de Jehová saldrá con furor; y la
tempestad que está preparada caerá sobre la cabeza de los
malos.
20 No
se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho, y
hasta que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en los
postreros días lo entenderéis cumplidamente.
21 No
envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les
hablé, mas ellos profetizaban.
22 Pero
si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis
palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal
camino, y de la maldad de sus obras.
23 ¿Soy
yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy
lejos?
24 ¿Se
ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea?
¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?
25 Yo
he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira
en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé.
26 ¿Hasta
cuándo estará esto en el corazón de los profetas que
profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón?
27 ¿No
piensan cómo hacen que mi pueblo se olvide de mi nombre con
sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, al modo que sus
padres se olvidaron de mi nombre por Baal?
28 El
profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien
fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que
ver la paja con el trigo? dice Jehová.
29 ¿No
es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que
quebranta la piedra?
30 Por
tanto, he aquí que yo estoy contra los profetas, dice Jehová,
que hurtan mis palabras cada uno de su más cercano.
31 Dice
Jehová: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan
sus lenguas y dicen: El ha dicho.
32 He
aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños
mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus
mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y
ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová.
33 Y
cuando te preguntare este pueblo, o el profeta, o el sacerdote,
diciendo: ¿Cuál es la profecía de Jehová? les dirás: Esta es
la profecía: Os dejaré, ha dicho Jehová.
34 Y
al profeta, al sacerdote o al pueblo que dijere: Profecía de
Jehová, yo enviaré castigo sobre tal hombre y sobre su casa.
35 Así
diréis cada cual a su compañero, y cada cual a su hermano: ¿Qué
ha respondido Jehová, y qué habló Jehová?
36 Y
nunca más os vendrá a la memoria decir: Profecía de Jehová;
porque la palabra de cada uno le será por profecía; pues
pervertisteis las palabras del Dios viviente, de Jehová de los
ejércitos, Dios nuestro.
37 Así
dirás al profeta: ¿Qué te respondió Jehová, y qué habló Jehová?
38 Mas
si dijereis: Profecía de Jehová; por eso Jehová dice así:
Porque dijisteis esta palabra, Profecía de Jehová, habiendo yo
enviado a deciros: No digáis: Profecía de Jehová,
39 por
tanto, he aquí que yo os echaré en olvido, y arrancaré de mi
presencia a vosotros y a la ciudad que di a vosotros y a
vuestros padres;
40 y
pondré sobre vosotros afrenta perpetua, y eterna confusión que
nunca borrará el olvido.
Capitulo 24
24:1
Después de haber transportado Nabucodonosor rey de Babilonia a
Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, a los príncipes de Judá
y los artesanos y herreros de Jerusalén, y haberlos llevado a
Babilonia, me mostró Jehová dos cestas de higos puestas
delante del templo de Jehová.
2 Una
cesta tenía higos muy buenos, como brevas; y la otra cesta
tenía higos muy malos, que de malos no se podían comer.
3 Y
me dijo Jehová: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Higos; higos
buenos, muy buenos; y malos, muy malos, que de malos no se
pueden comer.
4 Y
vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
5 Así
ha dicho Jehová Dios de Israel: Como a estos higos buenos, así
miraré a los transportados de Judá, a los cuales eché de este
lugar a la tierra de los caldeos, para bien.
6 Porque
pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a esta
tierra, y los edificaré, y no los destruiré; los plantaré y no
los arrancaré.
7 Y
les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me
serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se
volverán a mí de todo su corazón.
8 Y
como los higos malos, que de malos no se pueden comer, así ha
dicho Jehová, pondré a Sedequías rey de Judá, a sus príncipes
y al resto de Jerusalén que quedó en esta tierra, y a los que
moran en la tierra de Egipto.
9 Y
los daré por escarnio y por mal a todos los reinos de la
tierra; por infamia, por ejemplo, por refrán y por maldición a
todos los lugares adonde yo los arroje.
10 Y
enviaré sobre ellos espada, hambre y pestilencia, hasta que
sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus
padres.
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