Volver a Cursor de Biblia en Español
Oprima- el número del capítulo que usted desea estudiar
|
1 -7 |
8 9
10 11
12 13
14 | 15-21 | |
22-27 |
Después de leer cada capítulo, por favor responda las
preguntas de estudio relacionadas.
Capítulo
8
Consagración de Aarón y de sus hijos (Ex. 29.1-37)
Levítico 8:1
Habló Jehová a Moisés, diciendo:
2 Toma a Aarón y a sus hijos con él, y las vestiduras, el aceite
de la unción, el becerro de la expiación, los dos carneros, y el
canastillo de los panes sin levadura;
3 y reúne toda la congregación a la puerta del tabernáculo de
reunión.
4 Hizo, pues, Moisés como Jehová le mandó, y se reunió la
congregación a la puerta del tabernáculo de reunión.
5 Y dijo Moisés a la congregación: Esto es lo que Jehová ha
mandado hacer.
6 Entonces Moisés hizo acercarse a Aarón y a sus hijos, y los
lavó con agua.
7 Y puso sobre él la túnica, y le ciñó con el cinto; le vistió
después el manto, y puso sobre él el efod, y lo ciñó con el cinto del
efod, y lo ajustó con él.
8 Luego le puso encima el pectoral, y puso dentro del mismo los
Urim y Tumim.
9 Después puso la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra, en
frente, puso la lámina de oro, la diadema santa, como Jehová había
mandado a Moisés.
10 Y tomó Moisés el aceite de la unción y
ungió el tabernáculo y todas las cosas que estaban en él, y las
santificó.
11 Y roció de él sobre el altar siete
veces, y ungió el altar y todos sus utensilios, y la fuente y su base,
para santificarlos.
12 Y derramó del aceite de la unción sobre
la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo.
13 Después Moisés hizo acercarse los hijos
de Aarón, y les vistió las túnicas, les ciñó con cintos, y les ajustó
las tiaras, como Jehová lo había mandado a Moisés.
14 Luego hizo traer el becerro de la
expiación, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del
becerro de la expiación,
15 y lo degolló; y Moisés tomó la sangre,
y puso con su dedo sobre los cuernos del altar alrededor, y purificó
el altar; y echó la demás sangre al pie del altar, y lo santificó para
reconciliar sobre él.
16 Después tomó toda la grosura que estaba
sobre los intestinos, y la grosura del hígado, y los dos riñones, y la
grosura de ellos, y lo hizo arder Moisés sobre el altar.
17 Mas el becerro, su piel, su carne y su
estiércol, lo quemó al fuego fuera del campamento, como Jehová lo
había mandado a Moisés.
18 Después hizo que trajeran el carnero
del holocausto, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza
del carnero;
19 y lo degolló; y roció Moisés la sangre
sobre el altar alrededor,
20 y cortó el carnero en trozos; y Moisés
hizo arder la cabeza, y los trozos, y la grosura.
21 Lavó luego con agua los intestinos y
las piernas, y quemó Moisés todo el carnero sobre el altar; holocausto
de olor grato, ofrenda encendida para Jehová, como Jehová lo había
mandado a Moisés.
22 Después hizo que trajeran el otro
carnero, el carnero de las consagraciones, y Aarón y sus hijos
pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero.
23 Y lo degolló; y tomó Moisés de la
sangre, y la puso sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre
el dedo pulgar de su mano derecha, y sobre el dedo pulgar de su pie
derecho.
24 Hizo acercarse luego los hijos de Aarón,
y puso Moisés de la sangre sobre el lóbulo de sus orejas derechas,
sobre los pulgares de sus manos derechas, y sobre los pulgares de sus
pies derechos; y roció Moisés la sangre sobre el altar alrededor.
25 Después tomó la grosura, la cola, toda
la grosura que estaba sobre los intestinos, la grosura del hígado, los
dos riñones y la grosura de ellos, y la espaldilla derecha.
26 Y del canastillo de los panes sin
levadura, que estaba delante de Jehová, tomó una torta sin levadura, y
una torta de pan de aceite, y una hojaldre, y las puso con la grosura
y con la espaldilla derecha.
27 Y lo puso todo en las manos de Aarón, y
en las manos de sus hijos, e hizo mecerlo como ofrenda mecida delante
de Jehová.
28 Después tomó aquellas cosas Moisés de
las manos de ellos, y las hizo arder en el altar sobre el holocausto;
eran las consagraciones en olor grato, ofrenda encendida a Jehová.
29 Y tomó Moisés el pecho, y lo meció,
ofrenda mecida delante de Jehová; del carnero de las consagraciones
aquella fue la parte de Moisés, como Jehová lo había mandado a Moisés.
30 Luego tomó Moisés del aceite de la
unción, y de la sangre que estaba sobre el altar, y roció sobre Aarón,
y sobre sus vestiduras, sobre sus hijos, y sobre las vestiduras de sus
hijos con él; y santificó a Aarón y sus vestiduras, y a sus hijos y
las vestiduras de sus hijos con él.
31 Y dijo Moisés a Aarón y a sus hijos:
Hervid la carne a la puerta del tabernáculo de reunión; y comedla allí
con el pan que está en el canastillo de las consagraciones, según yo
he mandado, diciendo: Aarón y sus hijos la comerán.
32 Y lo que sobre de la carne y del pan,
lo quemaréis al fuego.
33 De la puerta del tabernáculo de reunión
no saldréis en siete días, hasta el día que se cumplan los días de
vuestras consagraciones; porque por siete días seréis consagrados.
34 De la manera que hoy se ha hecho, mandó
hacer Jehová para expiaros.
35 A la puerta, pues, del tabernáculo de
reunión estaréis día y noche por siete días, y guardaréis la ordenanza
delante de Jehová, para que no muráis; porque así me ha sido mandado.
36 Y Aarón y sus hijos hicieron todas las
cosas que mandó Jehová por medio de Moisés. |
1. ¿Quién observó la
consagración de Aarón y de sus hijos? (1-5)
2. ¿Cuanto tiempo duró las
ceremonies de consagración para Aarón y sus hijos? (31-36)
Volver arriba
Capítulo
9
Los sacrificios de
Aarón
Levítico
9:1 En el día octavo, Moisés
llamó a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel;
2 y dijo a Aarón: Toma de la vacada un becerro para expiación, y
un carnero para holocausto, sin defecto, y ofrécelos delante de Jehová.
3 Y a los hijos de Israel hablarás diciendo: Tomad un macho
cabrío para expiación, y un becerro y un cordero de un año, sin
defecto, para holocausto.
4 Asimismo un buey y un carnero para sacrificio de paz, que
inmoléis delante de Jehová, y una ofrenda amasada con aceite; porque
Jehová se aparecerá hoy a vosotros.
5 Y llevaron lo que mandó Moisés delante del tabernáculo de
reunión, y vino toda la congregación y se puso delante de Jehová.
6 Entonces Moisés dijo: Esto es lo que mandó Jehová; hacedlo, y
la gloria de Jehová se os aparecerá.
7 Y dijo Moisés a Aarón: Acércate al altar, y haz tu expiación y
tu holocausto, y haz la reconciliación por ti y por el pueblo; haz
también la ofrenda del pueblo, y haz la reconciliación por ellos, como
ha mandado Jehová.
8 Entonces se acercó Aarón al altar y degolló el becerro de la
expiación que era por él.
9 Y los hijos de Aarón le trajeron la sangre; y él mojó su dedo
en la sangre, y puso de ella sobre los cuernos del altar, y derramó el
resto de la sangre al pie del altar.
10 E hizo arder sobre el altar la grosura
con los riñones y la grosura del hígado de la expiación, como Jehová
lo había mandado a Moisés.
11 Mas la carne y la piel las quemó al
fuego fuera del campamento.
12 Degolló asimismo el holocausto, y los
hijos de Aarón le presentaron la sangre, la cual roció él alrededor
sobre el altar.
13 Después le presentaron el holocausto
pieza por pieza, y la cabeza; y lo hizo quemar sobre el altar.
14 Luego lavó los intestinos y las piernas,
y los quemó sobre el holocausto en el altar.
15 Ofreció también la ofrenda del pueblo,
y tomó el macho cabrío que era para la expiación del pueblo, y lo
degolló, y lo ofreció por el pecado como el primero.
16 Y ofreció el holocausto, e hizo según
el rito.
17 Ofreció asimismo la ofrenda, y llenó de
ella su mano, y la hizo quemar sobre el altar, además del holocausto
de la mañana.
18 Degolló también el buey y el carnero en
sacrificio de paz, que era del pueblo; y los hijos de Aarón le
presentaron la sangre, la cual roció él sobre el altar alrededor;
19 y las grosuras del buey y del carnero,
la cola, la grosura que cubre los intestinos, los riñones, y la
grosura del hígado;
20 y pusieron las grosuras sobre los
pechos, y él las quemó sobre el altar.
21 Pero los pechos, con la espaldilla
derecha, los meció Aarón como ofrenda mecida delante de Jehová, como
Jehová lo había mandado a Moisés.
22 Después alzó Aarón sus manos hacia el
pueblo y lo bendijo; y después de hacer la expiación, el holocausto y
el sacrificio de paz, descendió.
23 Y entraron Moisés y Aarón en el
tabernáculo de reunión, y salieron y bendijeron al pueblo; y la gloria
de Jehová se apareció a todo el pueblo.
24 Y salió fuego de delante de Jehová, y
consumió el holocausto con las grosuras sobre el altar; y viéndolo
todo el pueblo, alabaron, y se postraron sobre sus rostros. |
1. ¿Quién se puso delante
de Jehová cerca del tabernáculo? (5)
2. ¿A dónde fueron Moisés y Aarón después
de sacrificar las ofrendas? (22-23)
3. ¿Qué sucedió cuando
ellos salieron? (23-24)
Volver arriba
Capítulo
10
El pecado de
Nadab y Abiú
Levítico
10:1 Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron
cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual
pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que
él nunca les mandó.
2 Y salió fuego de delante de Jehová y los
quemó, y murieron delante de Jehová.
3 Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo
que habló Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré,
y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló.
4 Y llamó Moisés a Misael y a Elzafán,
hijos de Uziel tío de Aarón, y les dijo: Acercaos y sacad a vuestros
hermanos de delante del santuario, fuera del campamento.
5 Y ellos se acercaron y los sacaron con
sus túnicas fuera del campamento, como dijo Moisés.
6 Entonces Moisés dijo a Aarón, y a
Eleazar e Itamar sus hijos: No descubráis vuestras cabezas, ni
rasguéis vuestros vestidos en señal de duelo, para que no muráis, ni
se levante la ira sobre toda la congregación; pero vuestros hermanos,
toda la casa de Israel, sí lamentarán por el incendio que Jehová ha
hecho.
7 Ni saldréis de la puerta del tabernáculo
de reunión, porque moriréis; por cuanto el aceite de la unción de
Jehová está sobre vosotros. Y ellos hicieron conforme al dicho de
Moisés.
8 Y Jehová habló a Aarón, diciendo:
9 Tú, y tus hijos contigo, no beberéis
vino ni sidra cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no
muráis; estatuto perpetuo será para vuestras generaciones,
10 para poder discernir entre lo santo y
lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio,
11 y para enseñar a los hijos de Israel
todos los estatutos que Jehová les ha dicho por medio de Moisés.
12 Y Moisés dijo a Aarón, y a Eleazar y a
Itamar sus hijos que habían quedado: Tomad la ofrenda que queda de las
ofrendas encendidas a Jehová, y comedla sin levadura junto al altar,
porque es cosa muy santa.
13 La comeréis, pues, en lugar santo;
porque esto es para ti y para tus hijos, de las ofrendas encendidas a
Jehová, pues que así me ha sido mandado.
14 Comeréis asimismo en lugar limpio, tú y
tus hijos y tus hijas contigo, el pecho mecido y la espaldilla elevada,
porque por derecho son tuyos y de tus hijos, dados de los sacrificios
de paz de los hijos de Israel.
15 Con las ofrendas de las grosuras que se
han de quemar, traerán la espaldilla que se ha de elevar y el pecho
que será mecido como ofrenda mecida delante de Jehová; y será por
derecho perpetuo tuyo y de tus hijos, como Jehová lo ha mandado.
16 Y Moisés preguntó por el macho cabrío
de la expiación, y se halló que había sido quemado; y se enojó contra
Eleazar e Itamar, los hijos que habían quedado de Aarón, diciendo:
17 ¿Por qué no comisteis la expiación en
lugar santo? Pues es muy santa, y la dio él a vosotros para llevar la
iniquidad de la congregación, para que sean reconciliados delante de
Jehová.
18 Ved que la sangre no fue llevada dentro
del santuario; y vosotros debíais comer la ofrenda en el lugar santo,
como yo mandé.
19 Y respondió Aarón a Moisés: He aquí hoy
han ofrecido su expiación y su holocausto delante de Jehová; pero a mí
me han sucedido estas cosas, y si hubiera yo comido hoy del sacrificio
de expiación, ¿sería esto grato a Jehová?
20 Y cuando Moisés oyó esto, se dio por
satisfecho.
|
1. ¿Qué les pasó a Nadab y
Abiú, hijos de Aarón? (1-2)
2. ¿Qué cosa no debían beber Aarón y sus
hijos? (8-9)
3. ¿Qué habían de hacer
Aarón y sus hijos? (10-11)
Volver arriba
Capítulo
11
Animales limpios
e inmundos
(Dt. 14.3-21)
Leviticus 11:1
Habló Jehová a Moisés y a Aarón,
diciéndoles:
2 Hablad a los hijos de Israel y decidles:
Estos son los animales que comeréis de entre todos los animales que
hay sobre la tierra.
3 De entre los animales, todo el que tiene
pezuña hendida y que rumia, éste comeréis.
4 Pero de los que rumian o que tienen
pezuña, no comeréis éstos: el camello, porque rumia pero no tiene
pezuña hendida, lo tendréis por inmundo.
5 También el conejo, porque rumia, pero no
tiene pezuña, lo tendréis por inmundo.
6 Asimismo la liebre, porque rumia, pero
no tiene pezuña, la tendréis por inmunda.
7 También el cerdo, porque tiene pezuñas,
y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo.
8 De la carne de ellos no comeréis, ni
tocaréis su cuerpo muerto; los tendréis por inmundos.
9 Esto comeréis de todos los animales que
viven en las aguas: todos los que tienen aletas y escamas en las aguas
del mar, y en los ríos, estos comeréis.
10 Pero todos los que no tienen aletas ni
escamas en el mar y en los ríos, así de todo lo que se mueve como de
toda cosa viviente que está en las aguas, los tendréis en abominación.
11 Os serán, pues, abominación; de su
carne no comeréis, y abominaréis sus cuerpos muertos.
12 Todo lo que no tuviere aletas y escamas
en las aguas, lo tendréis en abominación.
13 Y de las aves, éstas tendréis en
abominación; no se comerán, serán abominación: el águila, el
quebrantahuesos, el azor,
14 el gallinazo, el milano según su
especie;
15 todo cuervo según su especie;
16 el avestruz, la lechuza, la gaviota, el
gavilán según su especie;
17 el búho, el somormujo, el ibis,
18 el calamón, el pelícano, el buitre,
19 la cig:ueña, la garza según su especie,
la abubilla y el murciélago.
20 Todo insecto alado que anduviere sobre
cuatro patas, tendréis en abominación.
21 Pero esto comeréis de todo insecto
alado que anda sobre cuatro patas, que tuviere piernas además de sus
patas para saltar con ellas sobre la tierra;
22 estos comeréis de ellos: la langosta
según su especie, el langostín según su especie, el argol según su
especie, y el hagab según su especie.
23 Todo insecto alado que tenga cuatro
patas, tendréis en abominación.
24 Y por estas cosas seréis inmundos;
cualquiera que tocare sus cuerpos muertos será inmundo hasta la noche,
25 y cualquiera que llevare algo de sus
cadáveres lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche.
26 Todo animal de pezuña, pero que no
tiene pezuña hendida, ni rumia, tendréis por inmundo; y cualquiera que
los tocare será inmundo.
27 Y de todos los animales que andan en
cuatro patas, tendréis por inmundo a cualquiera que ande sobre sus
garras; y todo el que tocare sus cadáveres será inmundo hasta la noche.
28 Y el que llevare sus cadáveres, lavará
sus vestidos, y será inmundo hasta la noche; los tendréis por inmundos.
29 Y tendréis por inmundos a estos
animales que se mueven sobre la tierra: la comadreja, el ratón, la
rana según su especie,
30 el erizo, el cocodrilo, el lagarto, la
lagartija y el camaleón.
31 Estos tendréis por inmundos de entre
los animales que se mueven, y cualquiera que los tocare cuando
estuvieren muertos será inmundo hasta la noche.
32 Y todo aquello sobre que cayere algo de
ellos después de muertos, será inmundo; sea cosa de madera, vestido,
piel, saco, sea cualquier instrumento con que se trabaja, será metido
en agua, y quedará inmundo hasta la noche; entonces quedará limpio.
33 Toda vasija de barro dentro de la cual
cayere alguno de ellos será inmunda, así como todo lo que estuviere en
ella, y quebraréis la vasija.
34 Todo alimento que se come, sobre el
cual cayere el agua de tales vasijas, será inmundo; y toda bebida que
hubiere en esas vasijas será inmunda.
35 Todo aquello sobre que cayere algo del
cadáver de ellos será inmundo; el horno u hornillos se derribarán; son
inmundos, y por inmundos los tendréis.
36 Con todo, la fuente y la cisterna donde
se recogen aguas serán limpias; mas lo que hubiere tocado en los
cadáveres será inmundo.
37 Y si cayere algo de los cadáveres sobre
alguna semilla que se haya de sembrar, será limpia.
38 Mas si se hubiere puesto agua en la
semilla, y cayere algo de los cadáveres sobre ella, la tendréis por
inmunda.
39 Y si algún animal que tuviereis para
comer muriere, el que tocare su cadáver será inmundo hasta la noche.
40 Y el que comiere del cuerpo muerto,
lavará sus vestidos y será inmundo hasta la noche; asimismo el que
sacare el cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la
noche.
41 Y todo reptil que se arrastra sobre la
tierra es abominación; no se comerá.
42 Todo lo que anda sobre el pecho, y todo
lo que anda sobre cuatro o más patas, de todo animal que se arrastra
sobre la tierra, no lo comeréis, porque es abominación.
43 No hagáis abominables vuestras personas
con ningún animal que se arrastra, ni os contaminéis con ellos, ni
seáis inmundos por ellos.
44 Porque yo soy Jehová vuestro Dios;
vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy
santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que
se arrastre sobre la tierra.
45 Porque yo soy Jehová, que os hago subir
de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos,
porque yo soy santo.
46 Esta es la ley acerca de las bestias, y
las aves, y todo ser viviente que se mueve en las aguas, y todo animal
que se arrastra sobre la tierra,
47 para hacer diferencia entre lo inmundo
y lo limpio, y entre los animales que se pueden comer y los animales
que no se pueden comer. |
1. ¿Qué tipo de animales
terrestres se les permitía a los israelitas comer? (1-8)
2. ¿Qué tipo de animales acuáticos se les
permitía a los israelitas comer? (9-12)
3. ¿Qué aves no se les permitía comer a
los israelita? (13-19)
4. ¿Qué tipo de insectos alados se les
permitía a los israelitas comer? (20-23)
5. ¿Cómo se categorizaban las animales
que andaban en sus garras? (27-28)
6. ¿Qué otras criaturas no
debían comer? (41-42)
Volver arriba
Capítulo
12
La purificación de la
mujer después del parto
Levítico 12:1
Habló Jehová a Moisés, diciendo:
2 Habla a los hijos de Israel y diles: La
mujer cuando conciba y dé a luz varón, será inmunda siete días;
conforme a los días de su menstruación será inmunda.
3 Y al octavo día se circuncidará al niño.
4 Mas ella permanecerá treinta y tres días
purificándose de su sangre; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al
santuario, hasta cuando sean cumplidos los días de su purificación.
5 Y si diere a luz hija, será inmunda dos
semanas, conforme a su separación, y sesenta y seis días estará
purificándose de su sangre.
6 Cuando los días de su purificación
fueren cumplidos, por hijo o por hija, traerá un cordero de un año
para holocausto, y un palomino o una tórtola para expiación, a la
puerta del tabernáculo de reunión, al sacerdote;
7 y él los ofrecerá delante de Jehová, y
hará expiación por ella, y será limpia del flujo de su sangre. Esta es
la ley para la que diere a luz hijo o hija.
8 Y si no tiene lo suficiente para un
cordero, tomará entonces dos tórtolas o dos palominos, uno para
holocausto y otro para expiación; y el sacerdote hará expiación por
ella, y será limpia.
|
1. ¿Por cuánto tiempo fue
inmundo una mujer después de dar a luz a un niño varón? (1-2)
2. ¿En qué día había de ser circuncidado
un niño varón? (3)
3. ¿Cuántos días adicionales sería
inmunda una mujer después del nacimiento (y circuncisión) de un niño varón?
(4)
4. ¿Cuál era la diferencia
en el período de inmundicia para que se purificara una mujer que hubiere
dado a luz a una hija? (5)
Volver arriba
Capítulo
13
Leyes acerca de la
lepra
Levítico 13:1
Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo:
2 Cuando el hombre tuviere en la piel de
su cuerpo hinchazón, o erupción, o mancha blanca, y hubiere en la piel
de su cuerpo como llaga de lepra, será traído a Aarón el sacerdote o a
uno de sus hijos los sacerdotes.
3 Y el sacerdote mirará la llaga en la
piel del cuerpo; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y
pareciere la llaga más profunda que la piel de la carne, llaga de
lepra es; y el sacerdote le reconocerá, y le declarará inmundo.
4 Y si en la piel de su cuerpo hubiere
mancha blanca, pero que no pareciere más profunda que la piel, ni el
pelo se hubiere vuelto blanco, entonces el sacerdote encerrará al
llagado por siete días.
5 Y al séptimo día el sacerdote lo mirará;
y si la llaga conserva el mismo aspecto, no habiéndose extendido en la
piel, entonces el sacerdote le volverá a encerrar por otros siete días.
6 Y al séptimo día el sacerdote le
reconocerá de nuevo; y si parece haberse oscurecido la llaga, y que no
ha cundido en la piel, entonces el sacerdote lo declarará limpio: era
erupción; y lavará sus vestidos, y será limpio.
7 Pero si se extendiere la erupción en la
piel después que él se mostró al sacerdote para ser limpio, deberá
mostrarse otra vez al sacerdote.
8 Y si reconociéndolo el sacerdote ve que
la erupción se ha extendido en la piel, lo declarará inmundo: es lepra.
9 Cuando hubiere llaga de lepra en el
hombre, será traído al sacerdote.
10 Y éste lo mirará, y si apareciere tumor
blanco en la piel, el cual haya mudado el color del pelo, y se
descubre asimismo la carne viva,
11 es lepra crónica en la piel de su
cuerpo; y le declarará inmundo el sacerdote, y no le encerrará, porque
es inmundo.
12 Mas si brotare la lepra cundiendo por
la piel, de modo que cubriere toda la piel del llagado desde la cabeza
hasta sus pies, hasta donde pueda ver el sacerdote,
13 entonces éste le reconocerá; y si la
lepra hubiere cubierto todo su cuerpo, declarará limpio al llagado;
toda ella se ha vuelto blanca, y él es limpio.
14 Mas el día que apareciere en él la
carne viva, será inmundo.
15 Y el sacerdote mirará la carne viva, y
lo declarará inmundo. Es inmunda la carne viva; es lepra.
16 Mas cuando la carne viva cambiare y se
volviere blanca, entonces vendrá al sacerdote,
17 y el sacerdote mirará; y si la llaga se
hubiere vuelto blanca, el sacerdote declarará limpio al que tenía la
llaga, y será limpio.
18 Y cuando en la piel de la carne hubiere
divieso, y se sanare,
19 y en el lugar del divieso hubiere una
hinchazón, o una mancha blanca rojiza, será mostrado al sacerdote.
20 Y el sacerdote mirará; y si pareciere
estar más profunda que la piel, y su pelo se hubiere vuelto blanco, el
sacerdote lo declarará inmundo; es llaga de lepra que se originó en el
divieso.
21 Y si el sacerdote la considerare, y no
apareciere en ella pelo blanco, ni fuere más profunda que la piel,
sino oscura, entonces el sacerdote le encerrará por siete días;
22 y si se fuere extendiendo por la piel,
entonces el sacerdote lo declarará inmundo; es llaga.
23 Pero si la mancha blanca se estuviere
en su lugar, y no se hubiere extendido, es la cicatriz del divieso, y
el sacerdote lo declarará limpio.
24 Asimismo cuando hubiere en la piel del
cuerpo quemadura de fuego, y hubiere en lo sanado del fuego mancha
blanquecina, rojiza o blanca,
25 el sacerdote la mirará; y si el pelo se
hubiere vuelto blanco en la mancha, y ésta pareciere ser más profunda
que la piel, es lepra que salió en la quemadura; y el sacerdote lo
declarará inmundo, por ser llaga de lepra.
26 Mas si el sacerdote la mirare, y no
apareciere en la mancha pelo blanco, ni fuere más profunda que la piel,
sino que estuviere oscura, le encerrará el sacerdote por siete días.
27 Y al séptimo día el sacerdote la
reconocerá; y si se hubiere ido extendiendo por la piel, el sacerdote
lo declarará inmundo; es llaga de lepra.
28 Pero si la mancha se estuviere en su
lugar, y no se hubiere extendido en la piel, sino que estuviere oscura,
es la cicatriz de la quemadura; el sacerdote lo declarará limpio,
porque señal de la quemadura es.
29 Y al hombre o mujer que le saliere
llaga en la cabeza, o en la barba,
30 el sacerdote mirará la llaga; y si
pareciere ser más profunda que la piel, y el pelo de ella fuere
amarillento y delgado, entonces el sacerdote le declarará inmundo; es
tiña, es lepra de la cabeza o de la barba.
31 Mas cuando el sacerdote hubiere mirado
la llaga de la tiña, y no pareciere ser más profunda que la piel, ni
hubiere en ella pelo negro, el sacerdote encerrará por siete días al
llagado de la tiña;
32 y al séptimo día el sacerdote mirará la
llaga; y si la tiña no pareciere haberse extendido, ni hubiere en ella
pelo amarillento, ni pareciere la tiña más profunda que la piel,
33 entonces le hará que se rasure, pero no
rasurará el lugar afectado; y el sacerdote encerrará por otros siete
días al que tiene la tiña.
34 Y al séptimo día mirará el sacerdote la
tiña; y si la tiña no hubiere cundido en la piel, ni pareciere ser más
profunda que la piel, el sacerdote lo declarará limpio; y lavará sus
vestidos y será limpio.
35 Pero si la tiña se hubiere ido
extendiendo en la piel después de su purificación,
36 entonces el sacerdote la mirará; y si
la tiña hubiere cundido en la piel, no busque el sacerdote el pelo
amarillento; es inmundo.
37 Mas si le pareciere que la tiña está
detenida, y que ha salido en ella el pelo negro, la tiña está sanada;
él está limpio, y limpio lo declarará el sacerdote.
38 Asimismo cuando el hombre o la mujer
tuviere en la piel de su cuerpo manchas, manchas blancas,
39 el sacerdote mirará, y si en la piel de
su cuerpo aparecieren manchas blancas algo oscurecidas, es empeine que
brotó en la piel; está limpia la persona.
40 Y el hombre, cuando se le cayere el
cabello, es calvo, pero limpio.
41 Y si hacia su frente se le cayere el
cabello, es calvo por delante, pero limpio.
42 Mas cuando en la calva o en la
antecalva hubiere llaga blanca rojiza, lepra es que brota en su calva
o en su antecalva.
43 Entonces el sacerdote lo mirará, y si
pareciere la hinchazón de la llaga blanca rojiza en su calva o en su
antecalva, como el parecer de la lepra de la piel del cuerpo,
44 leproso es, es inmundo, y el sacerdote
lo declarará luego inmundo; en su cabeza tiene la llaga.
45 Y el leproso en quien hubiere llaga
llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado
pregonará: !!Inmundo! !!Inmundo!
46 Todo el tiempo que la llaga estuviere
en él, será inmundo; estará impuro, y habitará solo; fuera del
campamento será su morada.
47 Cuando en un vestido hubiere plaga de
lepra, ya sea vestido de lana, o de lino,
48 o en urdimbre o en trama de lino o de
lana, o en cuero, o en cualquiera obra de cuero;
49 y la plaga fuere verdosa, o rojiza, en
vestido o en cuero, en urdimbre o en trama, o en cualquiera obra de
cuero; plaga es de lepra, y se ha de mostrar al sacerdote.
50 Y el sacerdote mirará la plaga, y
encerrará la cosa plagada por siete días.
51 Y al séptimo día mirará la plaga; y si
se hubiere extendido la plaga en el vestido, en la urdimbre o en la
trama, en el cuero, o en cualquiera obra que se hace de cuero, lepra
maligna es la plaga; inmunda será.
52 Será quemado el vestido, la urdimbre o
trama de lana o de lino, o cualquiera obra de cuero en que hubiere tal
plaga, porque lepra maligna es; al fuego será quemada.
53 Y si el sacerdote mirare, y no
pareciere que la plaga se haya extendido en el vestido, en la urdimbre
o en la trama, o en cualquiera obra de cuero,
54 entonces el sacerdote mandará que laven
donde está la plaga, y lo encerrará otra vez por siete días.
55 Y el sacerdote mirará después que la
plaga fuere lavada; y si pareciere que la plaga no ha cambiado de
aspecto, aunque no se haya extendido la plaga, inmunda es; la quemarás
al fuego; es corrosión penetrante, esté lo raído en el derecho o en el
revés de aquella cosa.
56 Mas si el sacerdote la viere, y
pareciere que la plaga se ha oscurecido después que fue lavada, la
cortará del vestido, del cuero, de la urdimbre o de la trama.
57 Y si apareciere de nuevo en el vestido,
la urdimbre o trama, o en cualquiera cosa de cuero, extendiéndose en
ellos, quemarás al fuego aquello en que estuviere la plaga.
58 Pero el vestido, la urdimbre o la trama,
o cualquiera cosa de cuero que lavares, y que se le quitare la plaga,
se lavará segunda vez, y entonces será limpia.
59 Esta es la ley para la plaga de la
lepra del vestido de lana o de lino, o de urdimbre o de trama, o de
cualquiera cosa de cuero, para que sea declarada limpia o inmunda.
|
1. ¿Acerca de qué enfermedad de la piel se dan leyes
extensivas? (1-59)
Volver arriba
Capítulo
14
Levítico 14:1
Y habló Jehová a
Moisés, diciendo:
2 Esta será la ley para el leproso cuando
se limpiare: Será traído al sacerdote,
3 y éste saldrá fuera del campamento y lo
examinará; y si ve que está sana la plaga de la lepra del leproso,
4 el sacerdote mandará luego que se tomen
para el que se purifica dos avecillas vivas, limpias, y madera de
cedro, grana e hisopo.
5 Y mandará el sacerdote matar una
avecilla en un vaso de barro sobre aguas corrientes.
6 Después tomará la avecilla viva, el
cedro, la grana y el hisopo, y los mojará con la avecilla viva en la
sangre de la avecilla muerta sobre las aguas corrientes;
7 y rociará siete veces sobre el que se
purifica de la lepra, y le declarará limpio; y soltará la avecilla
viva en el campo.
8 Y el que se purifica lavará sus vestidos,
y raerá todo su pelo, y se lavará con agua, y será limpio; y después
entrará en el campamento, y morará fuera de su tienda siete días.
9 Y el séptimo día raerá todo el pelo de
su cabeza, su barba y las cejas de sus ojos y todo su pelo, y lavará
sus vestidos, y lavará su cuerpo en agua, y será limpio.
10 El día octavo tomará dos corderos sin
defecto, y una cordera de un año sin tacha, y tres décimas de efa de
flor de harina para ofrenda amasada con aceite, y un log de aceite.
11 Y el sacerdote que le purifica
presentará delante de Jehová al que se ha de limpiar, con aquellas
cosas, a la puerta del tabernáculo de reunión;
12 y tomará el sacerdote un cordero y lo
ofrecerá por la culpa, con el log de aceite, y lo mecerá como ofrenda
mecida delante de Jehová.
13 Y degollará el cordero en el lugar
donde se deg:uella el sacrificio por el pecado y el holocausto, en el
lugar del santuario; porque como la víctima por el pecado, así también
la víctima por la culpa es del sacerdote; es cosa muy sagrada.
14 Y el sacerdote tomará de la sangre de
la víctima por la culpa, y la pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de
la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano
derecha y sobre el pulgar de su pie derecho.
15 Asimismo el sacerdote tomará del log de
aceite, y lo echará sobre la palma de su mano izquierda,
16 y mojará su dedo derecho en el aceite
que tiene en su mano izquierda, y esparcirá del aceite con su dedo
siete veces delante de Jehová.
17 Y de lo que quedare del aceite que
tiene en su mano, pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja
derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y
sobre el pulgar de su pie derecho, encima de la sangre del sacrificio
por la culpa.
18 Y lo que quedare del aceite que tiene
en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica; y hará el
sacerdote expiación por él delante de Jehová.
19 Ofrecerá luego el sacerdote el
sacrificio por el pecado, y hará expiación por el que se ha de
purificar de su inmundicia; y después degollará el holocausto,
20 y hará subir el sacerdote el holocausto
y la ofrenda sobre el altar. Así hará el sacerdote expiación por él, y
será limpio.
21 Mas si fuere pobre, y no tuviere para
tanto, entonces tomará un cordero para ser ofrecido como ofrenda
mecida por la culpa, para reconciliarse, y una décima de efa de flor
de harina amasada con aceite para ofrenda, y un log de aceite,
22 y dos tórtolas o dos palominos, según
pueda; uno será para expiación por el pecado, y el otro para
holocausto.
23 Al octavo día de su purificación traerá
estas cosas al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión,
delante de Jehová.
24 Y el sacerdote tomará el cordero de la
expiación por la culpa, y el log de aceite, y los mecerá el sacerdote
como ofrenda mecida delante de Jehová.
25 Luego degollará el cordero de la culpa,
y el sacerdote tomará de la sangre de la culpa, y la pondrá sobre el
lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su
mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho.
26 Y el sacerdote echará del aceite sobre
la palma de su mano izquierda;
27 y con su dedo derecho el sacerdote
rociará del aceite que tiene en su mano izquierda, siete veces delante
de Jehová.
28 También el sacerdote pondrá del aceite
que tiene en su mano sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se
purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su
pie derecho, en el lugar de la sangre de la culpa.
29 Y lo que sobre del aceite que el
sacerdote tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se
purifica, para reconciliarlo delante de Jehová.
30 Asimismo ofrecerá una de las tórtolas o
uno de los palominos, según pueda.
31 Uno en sacrificio de expiación por el
pecado, y el otro en holocausto, además de la ofrenda; y hará el
sacerdote expiación por el que se ha de purificar, delante de Jehová.
32 Esta es la ley para el que hubiere
tenido plaga de lepra, y no tuviere más para su purificación.
33 Habló también Jehová a Moisés y a Aarón,
diciendo:
34 Cuando hayáis entrado en la tierra de
Canaán, la cual yo os doy en posesión, si pusiere yo plaga de lepra en
alguna casa de la tierra de vuestra posesión,
35 vendrá aquel de quien fuere la casa y
dará aviso al sacerdote, diciendo: Algo como plaga ha aparecido en mi
casa.
36 Entonces el sacerdote mandará desocupar
la casa antes que entre a mirar la plaga, para que no sea contaminado
todo lo que estuviere en la casa; y después el sacerdote entrará a
examinarla.
37 Y examinará la plaga; y si se vieren
manchas en las paredes de la casa, manchas verdosas o rojizas, las
cuales parecieren más profundas que la superficie de la pared,
38 el sacerdote saldrá de la casa a la
puerta de ella, y cerrará la casa por siete días.
39 Y al séptimo día volverá el sacerdote,
y la examinará; y si la plaga se hubiere extendido en las paredes de
la casa,
40 entonces mandará el sacerdote, y
arrancarán las piedras en que estuviere la plaga, y las echarán fuera
de la ciudad en lugar inmundo.
41 Y hará raspar la casa por dentro
alrededor, y derramarán fuera de la ciudad, en lugar inmundo, el barro
que rasparen.
42 Y tomarán otras piedras y las pondrán
en lugar de las piedras quitadas; y tomarán otro barro y recubrirán la
casa.
43 Y si la plaga volviere a brotar en
aquella casa, después que hizo arrancar las piedras y raspar la casa,
y después que fue recubierta,
44 entonces el sacerdote entrará y la
examinará; y si pareciere haberse extendido la plaga en la casa, es
lepra maligna en la casa; inmunda es.
45 Derribará, por tanto, la tal casa, sus
piedras, sus maderos y toda la mezcla de la casa; y sacarán todo fuera
de la ciudad a lugar inmundo.
46 Y cualquiera que entrare en aquella
casa durante los días en que la mandó cerrar, será inmundo hasta la
noche.
47 Y el que durmiere en aquella casa,
lavará sus vestidos; también el que comiere en la casa lavará sus
vestidos.
48 Mas si entrare el sacerdote y la
examinare, y viere que la plaga no se ha extendido en la casa después
que fue recubierta, el sacerdote declarará limpia la casa, porque la
plaga ha desaparecido.
49 Entonces tomará para limpiar la casa
dos avecillas, y madera de cedro, grana e hisopo;
50 y degollará una avecilla en una vasija
de barro sobre aguas corrientes.
51 Y tomará el cedro, el hisopo, la grana
y la avecilla viva, y los mojará en la sangre de la avecilla muerta y
en las aguas corrientes, y rociará la casa siete veces.
52 Y purificará la casa con la sangre de
la avecilla, con las aguas corrientes, con la avecilla viva, la madera
de cedro, el hisopo y la grana.
53 Luego soltará la avecilla viva fuera de
la ciudad sobre la faz del campo. Así hará expiación por la casa, y
será limpia.
54 Esta es la ley acerca de toda plaga de
lepra y de tiña,
55 y de la lepra del vestido, y de la
casa,
56 y acerca de la hinchazón, y de la
erupción, y de la mancha blanca,
57 para enseñar cuándo es inmundo, y
cuándo limpio. Esta es la ley tocante a la lepra |
1. ¿Quién estaba
involucado en la purificación del leproso? (1-32)
2. ¿Qué se debía de hacer
con una casa en la cual la plaga (de lepra maligna) se siguiera
extendiendo? (44-45)
Answers to
Leviticus Study Questions in English only
Gracias a Tom Bogle por traducir.
Cuestionario de
Levitico Capitulo 1-14
|