Volver a Cursor de Biblia en Español
Oprima- el número del capítulo que usted desea estudiar
|
1-25 |
| 26-50
|
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
61 62
63
64 65
66
67
68
69 70
71
72
73
74
75
| 76-100 |
| 101-120 |
| 121-150 |
Después de leer cada capítulo, por favor responda las
preguntas de estudio relacionadas.
Salmo 51
51:1 Ten piedad de mí,
oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de
tus piedades borra mis rebeliones.
2 Lávame más y más de mi
maldad,
Y límpiame de mi pecado.
3 Porque yo reconozco mis
rebeliones,
Y mi pecado está siempre
delante de mí.
4 Contra ti, contra ti
solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante
de tus ojos;
Para que seas reconocido
justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu
juicio.
5 He aquí, en maldad he
sido formado,
Y en pecado me concibió mi
madre.
6 He aquí, tú amas la
verdad en lo íntimo,
Y en lo secreto me has
hecho comprender sabiduría.
7 Purifícame con hisopo, y
seré limpio;
Lávame, y seré más blanco
que la nieve.
8 Hazme oír gozo y alegría,
Y se recrearán los huesos
que has abatido.
9 Esconde tu rostro de mis
pecados,
Y borra todas mis maldades.
10 Crea en mí, oh Dios, un
corazón limpio,
Y renueva un espíritu
recto dentro de mí.
11 No me eches de delante
de ti,
Y no quites de mí tu santo
Espíritu.
12 Vuélveme el gozo de tu
salvación,
Y espíritu noble me
sustente.
13 Entonces enseñaré a los
transgresores tus caminos,
Y los pecadores se
convertirán a ti.
14 Líbrame de homicidios,
oh Dios, Dios de mi salvación;
Cantará mi lengua tu
justicia.
15 Señor, abre mis labios,
Y publicará mi boca tu
alabanza.
16 Porque no quieres
sacrificio, que yo lo daría;
No quieres holocausto.
17 Los sacrificios de Dios
son el espíritu quebrantado;
Al corazón contrito y
humillado no despreciarás tú, oh Dios.
18 Haz bien con tu
benevolencia a Sion;
Edifica los muros de
Jerusalén.
19 Entonces te agradarán
los sacrificios de justicia,
El holocausto u ofrenda
del todo quemada;
Entonces ofrecerán
becerros sobre tu altar.
|
1. ¿De qué quería ser
limpió David? (1-2)
2. ¿Qué reconoció David?
(3)
3. ¿David reconoció que
había pecado contra quién? (4)
4. ¿Cómo reconoció David
su naturaleza pecaminosa? (5)
5. ¿Qué deseaba David
dentro de sí? (10-12)
6. ¿Qué deseaba hacer
David después de su restauración? (13)
7. ¿Cuáles son los
sacrificios que Dios no despreciará? (17)
Volver arriba
Salmo 52
Futilidad de la
jactancia del malo
Al músico
principal. Masquil de David, cuando vino Doeg edomita y dio
cuenta a Saúl diciéndole: David ha venido a casa de Ahimelec.
52:1 ¿Por qué te jactas de
maldad, oh poderoso?
La misericordia de Dios es
continua.
2 Agravios maquina tu lengua;
Como navaja afilada hace engaño.
3 Amaste el mal más que el bien,
La mentira más que la verdad.
Selah
4 Has amado toda suerte de
palabras perniciosas,
Engañosa lengua.
5 Por tanto, Dios te destruirá
para siempre;
Te asolará y te arrancará de tu
morada,
Y te desarraigará de la tierra de
los vivientes. Selah
6 Verán los justos, y temerán;
Se reirán de él, diciendo:
7 He aquí el hombre que no puso
a Dios por su fortaleza,
Sino que confió en la multitud de
sus riquezas,
Y se mantuvo en su maldad.
8 Pero yo estoy como olivo verde
en la casa de Dios;
En la misericordia de Dios confío
eternamente y para siempre.
9 Te alabaré para siempre,
porque lo has hecho así;
Y esperaré en tu nombre, porque
es bueno, delante de tus santos.
|
1. ¿A quién destruirá Dios
para siempre? (1-7)
2. ¿Con qué se compara el
salmista? (8-9)
Volver arriba
Salmo 53
Insensatez y maldad de los hombres
(Sal. 14.1-7)
Al músico principal;
sobre Mahalat. Masquil de David.
53:1 Dice el necio en su
corazón: No hay Dios.
Se
han corrompido, e hicieron abominable maldad;
No
hay quien haga bien.
2 Dios desde los cielos miró
sobre los hijos de los hombres,
Para ver si había algún entendido
Que buscara a Dios.
3 Cada uno se había vuelto atrás;
todos se habían corrompido;
No hay quien haga lo bueno, no
hay ni aun uno.
4 ¿No tienen conocimiento todos
los que hacen iniquidad,
Que devoran a mi pueblo como si
comiesen pan,
Y a Dios no invocan?
5 Allí se sobresaltaron de pavor
donde no había miedo,
Porque Dios ha esparcido los
huesos del que puso asedio contra ti;
Los avergonzaste, porque Dios los
desechó.
6 !!Oh, si saliera de Sion la
salvación de Israel!
Cuando Dios hiciere volver de la
cautividad a su pueblo,
Se gozará Jacob, y se alegrará
Israel.
|
1. ¿Qué dice el necio en
su corazón? (1)
2. ¿Quién hace bien? (1-6)
3. Cuando Dios hiciere
volver de la cautividad a su pueblo ¿qué hará Jacob? (6)
Volver arriba
Salmo
54
Plegaria pidiendo
protección contra los enemigos
Al músico principal;
en Neginot. Masquil de David, cuando vinieron los zifeos y
dijeron a Saúl: ¿No está David escondido en nuestra tierra?
54:1 Oh Dios, sálvame por
tu nombre,
Y con tu poder defiéndeme.
2 Oh Dios, oye mi oración;
Escucha las razones de mi boca.
3 Porque extraños se han
levantado contra mí,
Y hombres violentos buscan mi
vida;
No han puesto a Dios delante de
sí. Selah
4 He aquí, Dios es el que me
ayuda;
El Señor está con los que
sostienen mi vida.
5 El devolverá el mal a mis
enemigos;
Córtalos por tu verdad.
6 Voluntariamente sacrificaré a
ti;
Alabaré tu nombre, oh Jehová,
porque es bueno.
7 Porque él me ha librado de
toda angustia,
Y mis ojos han visto la ruina de
mis enemigos.
|
1. ¿Quién es mi ayuda? (4)
2. ¿De qué nos ha librado
Dios? (7)
Volver arriba
Salmo 55
Plegaria pidiendo la destrucción de enemigos
traicioneros
Al músico principal;
en Neginot. Masquil de David.
55:1 Escucha, oh Dios, mi
oración,
Y
no te escondas de mi súplica.
2 Está atento, y respóndeme;
Clamo en mi oración, y me
conmuevo,
3 A causa de la voz del enemigo,
Por la opresión del impío;
Porque sobre mí echaron iniquidad,
Y con furor me persiguen.
4 Mi corazón está dolorido
dentro de mí,
Y terrores de muerte sobre mí han
caído.
5 Temor y temblor vinieron sobre
mí,
Y terror me ha cubierto.
6 Y dije: !!Quién me diese alas
como de paloma!
Volaría yo, y descansaría.
7 Ciertamente huiría lejos;
Moraría en el desierto. Selah
8 Me apresuraría a escapar
Del viento borrascoso, de la
tempestad.
9 Destrúyelos, oh Señor;
confunde la lengua de ellos;
Porque he visto violencia y
rencilla en la ciudad.
10 Día y noche la rodean sobre
sus muros,
E iniquidad y trabajo hay en
medio de ella.
11 Maldad hay en medio de ella,
Y el fraude y el engaño no se
apartan de sus plazas.
12 Porque no me afrentó un
enemigo,
Lo cual habría soportado;
Ni se alzó contra mí el que me
aborrecía,
Porque me hubiera ocultado de él;
13 Sino tú, hombre, al parecer
íntimo mío,
Mi guía, y mi familiar;
14 Que juntos comunicábamos
dulcemente los secretos,
Y andábamos en amistad en la
casa de Dios.
15 Que la muerte les sorprenda;
Desciendan vivos al Seol,
Porque hay maldades en sus
moradas, en medio de ellos.
16 En cuanto a mí, a Dios
clamaré;
Y Jehová me salvará.
17 Tarde y mañana y a mediodía
oraré y clamaré,
Y él oirá mi voz.
18 El redimirá en paz mi alma de
la guerra contra mí,
Aunque contra mí haya muchos.
19 Dios oirá, y los quebrantará
luego,
El que permanece desde la
antig:uedad;
Por cuanto no cambian,
Ni temen a Dios. Selah
20 Extendió el inicuo sus manos
contra los que estaban en paz con él;
Violó su pacto.
21 Los dichos de su boca son más
blandos que mantequilla,
Pero guerra hay en su corazón;
Suaviza sus palabras más que el
aceite,
Mas ellas son espadas desnudas.
22 Echa sobre Jehová tu carga, y
él te sustentará;
No dejará para siempre caído al
justo.
23 Mas tú, oh Dios, harás
descender aquéllos al pozo de perdición.
Los hombres sanguinarios y
engañadores no llegarán a la mitad de sus días;
Pero yo en ti confiaré.
|
1. ¿Por qué el salmista
quería tener alas como de paloma? (6)
2. ¿Cuándo pensaba orar el
salmista? (17)
3. ¿Sobre quién debe de
echar su carga? (22)
Volver arriba
Salmo
56
Oración de
confianza
Al músico
principal; sobre La paloma silenciosa en paraje muy distante.
Mictam de David, cuando los filisteos le prendieron en Gat.
56:1 Ten misericordia de mí,
oh Dios, porque me devoraría el hombre;
Me oprime combatiéndome cada día.
2 Todo el día mis enemigos me
pisotean;
Porque muchos son los que pelean
contra mí con soberbia.
3 En el día que temo,
Yo en ti confío.
4 En Dios alabaré su palabra;
En Dios he confiado; no temeré;
¿Qué puede hacerme el hombre?
5 Todos los días ellos
pervierten mi causa;
Contra mí son todos sus
pensamientos para mal.
6 Se reúnen, se esconden,
Miran atentamente mis pasos,
Como quienes acechan a mi alma.
7 Pésalos según su iniquidad, oh
Dios,
Y derriba en tu furor a los
pueblos.
8 Mis huidas tú has contado;
Pon mis lágrimas en tu redoma;
¿No están ellas en tu libro?
9 Serán luego vueltos atrás mis
enemigos, el día en que yo clamare;
Esto sé, que Dios está por mí.
10 En Dios alabaré su palabra;
En Jehová su palabra alabaré.
11 En Dios he confiado; no
temeré;
¿Qué puede hacerme el hombre?
12 Sobre mí, oh Dios, están tus
votos;
Te tributaré alabanzas.
13 Porque has librado mi alma de
la muerte,
Y mis pies de caída,
Para que ande delante de Dios
En la luz de los que viven.
|
1. ¿Qué temía el salmista?
(1-13)
2. ¿Qué resultado esperaba
el salmista al clamarle a Dios? (9)
Volver arriba
Salmo 57
Plegaria pidiendo
ser librado de los perseguidores
(Sal. 108.1-5)
Al músico
principal; sobre No destruyas. Mictam de David, cuando huyó de
delante de Saúl a la cueva.
57:1 Ten misericordia de mí,
oh Dios, ten misericordia de mí;
Porque en ti ha confiado mi alma,
Y en la sombra de tus alas me
ampararé
Hasta que pasen los quebrantos.
2 Clamaré al Dios Altísimo,
Al Dios que me favorece.
3 El enviará desde los cielos, y
me salvará
De la infamia del que me acosa;
Selah
Dios enviará su misericordia y su
verdad.
4 Mi vida está entre leones;
Estoy echado entre hijos de
hombres que vomitan llamas;
Sus dientes son lanzas y saetas,
Y su lengua espada aguda.
5 Exaltado seas sobre los cielos,
oh Dios;
Sobre toda la tierra sea tu
gloria.
6 Red han armado a mis pasos;
Se ha abatido mi alma;
Hoyo han cavado delante de mí;
En medio de él han caído ellos
mismos. Selah
7 Pronto está mi corazón, oh
Dios, mi corazón está dispuesto;
Cantaré, y trovaré salmos.
8 Despierta, alma mía; despierta,
salterio y arpa;
Me levantaré de mañana.
9 Te alabaré entre los pueblos,
oh Señor;
Cantaré de ti entre las naciones.
10 Porque grande es hasta los
cielos tu misericordia,
Y hasta las nubes tu verdad.
11 Exaltado seas sobre los
cielos, oh Dios;
Sobre toda la tierra sea tu
gloria.
|
1. ¿Cómo quería el
salmista que Dios le tratara? (1)
2. ¿Qué dijo el salmista
acerca de su corazón? (7)
3. ¿Cuán alto quería
exaltar a Dios? (11)
Volver arriba
Salmo
58
Plegaria pidiendo el castigo de los malos
Al músico principal;
sobre No destruyas. Mictam de David.
58:1 Oh congregación, ¿pronunciáis
en verdad justicia?
¿Juzgáis
rectamente, hijos de los hombres?
2 Antes en el corazón maquináis
iniquidades;
Hacéis pesar la violencia de
vuestras manos en la tierra.
3 Se apartaron los impíos desde
la matriz;
Se descarriaron hablando mentira
desde que nacieron.
4 Veneno tienen como veneno de
serpiente;
Son como el áspid sordo que
cierra su oído,
5 Que no oye la voz de los que
encantan,
Por más hábil que el encantador
sea.
6 Oh Dios, quiebra sus dientes
en sus bocas;
Quiebra, oh Jehová, las muelas de
los leoncillos.
7 Sean disipados como aguas que
corren;
Cuando disparen sus saetas, sean
hechas pedazos.
8 Pasen ellos como el caracol
que se deslíe;
Como el que nace muerto, no vean
el sol.
9 Antes que vuestras ollas
sientan la llama de los espinos,
Así vivos, así airados, los
arrebatará él con tempestad.
10 Se alegrará el justo cuando
viere la venganza;
Sus pies lavará en la sangre del
impío.
11 Entonces dirá el hombre:
Ciertamente hay galardón para el justo;
Ciertamente hay Dios que juzga
en la tierra.
|
1. ¿Cuán pronto se
descarrían los impíos? (3)
2. ¿Para quién hay un
galardón? (11)
Volver arriba
Salmo 59
Oración pidiendo
ser librado de los enemigos
Al músico
principal; sobre No destruyas. Mictam de David, cuando envió
Saúl, y vigilaron la casa para matarlo.
59:1 Líbrame de mis
enemigos, oh Dios mío;
Ponme a salvo de los que se
levantan contra mí.
2 Líbrame de los que cometen
iniquidad,
Y sálvame de hombres sanguinarios.
3 Porque he aquí están acechando
mi vida;
Se han juntado contra mí
poderosos.
No por falta mía, ni pecado mío,
oh Jehová;
4 Sin delito mío corren y se
aperciben.
Despierta para venir a mi
encuentro, y mira.
5 Y tú, Jehová Dios de los
ejércitos, Dios de Israel,
Despierta para castigar a todas
las naciones;
No tengas misericordia de todos
los que se rebelan con iniquidad. Selah
6 Volverán a la tarde, ladrarán
como perros,
Y rodearán la ciudad.
7 He aquí proferirán con su boca;
Espadas hay en sus labios,
Porque dicen: ¿Quién oye?
8 Mas tú, Jehová, te reirás de
ellos;
Te burlarás de todas las naciones.
9 A causa del poder del enemigo
esperaré en ti,
Porque Dios es mi defensa.
10 El Dios de mi misericordia
irá delante de mí;
Dios hará que vea en mis
enemigos mi deseo.
11 No los mates, para que mi
pueblo no olvide;
Dispérsalos con tu poder, y
abátelos,
Oh Jehová, escudo nuestro.
12 Por el pecado de su boca, por
la palabra de sus labios,
Sean ellos presos en su soberbia,
Y por la maldición y mentira que
profieren.
13 Acábalos con furor, acábalos,
para que no sean;
Y sépase que Dios gobierna en
Jacob
Hasta los fines de la tierra.
Selah
14 Vuelvan, pues, a la tarde, y
ladren como perros,
Y rodeen la ciudad.
15 Anden ellos errantes para
hallar qué comer;
Y si no se sacian, pasen la
noche quejándose.
16 Pero yo cantaré de tu poder,
Y alabaré de mañana tu
misericordia;
Porque has sido mi amparo
Y refugio en el día de mi
angustia.
17 Fortaleza mía, a ti cantaré;
Porque eres, oh Dios, mi refugio,
el Dios de mi misericordia.
|
1. ¿De quién deseaba el
salmista liberación? (1-2)
2. ¿Quién era la defensa
para el salmista? (1-17)
Answers to Study Questions
only in English
Volver arriba
Salmo 60
Plegaria pidiendo
ayuda contra el enemigo
(Sal. 108.6-13)
Al músico
principal; sobre Lirios. Testimonio. Mictam de David, para
enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram
de Soba, y volvió Joab, y destrozó a doce mil de Edom en el
valle de la Sal.
60:1 Oh Dios, tú nos has
desechado, nos quebrantaste;
Te has airado; !!vuélvete a
nosotros!
2 Hiciste temblar la tierra, la
has hendido;
Sana sus roturas, porque titubea.
3 Has hecho ver a tu pueblo
cosas duras;
Nos hiciste beber vino de
aturdimiento.
4 Has dado a los que te temen
bandera
Que alcen por causa de la verdad.
Selah
5 Para que se libren tus amados,
Salva con tu diestra, y óyeme.
6 Dios ha dicho en su santuario:
Yo me alegraré;
Repartiré a Siquem, y mediré el
valle de Sucot.
7 Mío es Galaad, y mío es
Manasés;
Y Efraín es la fortaleza de mi
cabeza;
Judá es mi legislador.
8 Moab, vasija para lavarme;
Sobre Edom echaré mi calzado;
Me regocijaré sobre Filistea.
9 ¿Quién me llevará a la ciudad
fortificada?
¿Quién me llevará hasta Edom?
10 ¿No serás tú, oh Dios, que
nos habías desechado,
Y no salías, oh Dios, con
nuestros ejércitos?
11 Danos socorro contra el
enemigo,
Porque vana es la ayuda de los
hombres.
12 En Dios haremos proezas,
Y él hollará a nuestros enemigos.
|
1. ¿A quiénes fue dado una
bandera? (4)
2. ¿Qué cosa es vana? (11)
3. ¿Qué cosas podemos
hacer en Dios? (12)
Volver arriba
Salmo 61 .
Confianza en la protección de Dios
Al músico principal;
sobre Neginot. Salmo de David.
61:1 Oye, oh Dios, mi
clamor;
A
mi oración atiende.
2 Desde el cabo de la tierra
clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare.
Llévame a la roca que es más alta
que yo,
3 Porque tú has sido mi refugio,
Y torre fuerte delante del
enemigo.
4 Yo habitaré en tu tabernáculo
para siempre;
Estaré seguro bajo la cubierta de
tus alas. Selah
5 Porque tú, oh Dios, has oído
mis votos;
Me has dado la heredad de los que
temen tu nombre.
6 Días sobre días añadirás al
rey;
Sus años serán como generación y
generación.
7 Estará para siempre delante de
Dios;
Prepara misericordia y verdad
para que lo conserven.
8 Así cantaré tu nombre para
siempre,
Pagando mis votos cada día.
|
1. ¿Dónde quería ser llevado el
salmista cuándo su corazón desmayaba? (2)
Volver arriba
Salmo 62
Dios, el único refugio
Al músico principal;
a Jedutún. Salmo de David.
62:1 En Dios solamente está
acallada mi alma;
De
él viene mi salvación.
2 El solamente es mi roca y mi
salvación;
Es mi refugio, no resbalaré
mucho.
3 ¿Hasta cuándo maquinaréis
contra un hombre,
Tratando todos vosotros de
aplastarle
Como pared desplomada y como
cerca derribada?
4 Solamente consultan para
arrojarle de su grandeza.
Aman la mentira;
Con su boca bendicen, pero
maldicen en su corazón. Selah
5 Alma mía, en Dios solamente
reposa,
Porque de él es mi esperanza.
6 El solamente es mi roca y mi
salvación.
Es mi refugio, no resbalaré.
7 En Dios está mi salvación y mi
gloria;
En Dios está mi roca fuerte, y mi
refugio.
8 Esperad en él en todo tiempo,
oh pueblos;
Derramad delante de él vuestro
corazón;
Dios es nuestro refugio. Selah
9 Por cierto, vanidad son los
hijos de los hombres, mentira los hijos de varón;
Pesándolos a todos igualmente en
la balanza,
Serán menos que nada.
10 No confiéis en la violencia,
Ni en la rapiña; no os
envanezcáis;
Si se aumentan las riquezas, no
pongáis el corazón en ellas.
11 Una vez habló Dios;
Dos veces he oído esto:
Que de Dios es el poder,
12 Y tuya, oh Señor, es la
misericordia;
Porque tú pagas a cada uno
conforme a su obra.
|
1. ¿Cuál versículo se
repite dos veces en este salmo? (1-12)
2. ¿Qué debemos hacer en
todo tiempo? (8)
Volver arriba
Salmo
63
Dios, satisfacción del alma
Salmo de David,
cuando estaba en el desierto de Judá.
63:1 Dios, Dios mío eres tú;
De
madrugada te buscaré;
Mi
alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En
tierra seca y árida donde no hay aguas,
2 Para ver tu poder y tu gloria,
Así como te he mirado en el
santuario.
Porque
mejor es tu misericordia que la vida;
Mis labios te alabarán.
4 Así te bendeciré en mi vida;
En tu nombre alzaré mis manos.
5 Como de meollo y de grosura
será saciada mi alma,
Y con labios de júbilo te
alabará mi boca,
6 Cuando me acuerde de ti en
mi lecho,
Cuando medite en ti en las
vigilias de la noche.
7 Porque has sido mi socorro,
Y así en la sombra de tus alas
me regocijaré.
8 Está mi alma apegada a ti;
Tu diestra me ha sostenido.
9 Pero los que para
destrucción buscaron mi alma
Caerán en los sitios bajos de
la tierra.
10 Los destruirán a filo de
espada;
Serán porción de los chacales.
11 Pero el rey se alegrará en
Dios;
Será alabado cualquiera que
jura por él;
Porque la boca de los que
hablan mentira será cerrada.
|
1. ¿Cuándo debemos
buscarle a Dios? (1)
2. ¿Qué cosa es mejor que
la vida? (3)
Volver arriba
Salmo 64
Plegaria pidiendo protección contra enemigos
ocultos
Al músico principal.
Salmo de David.
64:1 Escucha, oh Dios, la
voz de mi queja;
Guarda
mi vida del temor del enemigo.
2 Escóndeme del consejo secreto
de los malignos,
De la conspiración de los que
hacen iniquidad,
3 Que afilan como espada su
lengua;
Lanzan cual saeta suya, palabra
amarga,
4 Para asaetear a escondidas al
íntegro;
De repente lo asaetean, y no
temen.
5 Obstinados en su inicuo
designio,
Tratan de esconder los lazos,
Y dicen: ¿Quién los ha de ver?
6 Inquieren iniquidades, hacen
una investigación exacta;
Y el íntimo pensamiento de cada
uno de ellos, así como su corazón, es profundo.
7 Mas Dios los herirá con saeta;
De repente serán sus plagas.
8 Sus propias lenguas los harán
caer;
Se espantarán todos los que los
vean.
9 Entonces temerán todos los
hombres,
Y anunciarán la obra de Dios,
Y entenderán sus hechos.
10 Se alegrará el justo en
Jehová, y confiará en él;
Y se gloriarán todos los rectos
de corazón.
|
1. ¿De qué quería
esconderse el salmista? (2)
2. ¿Qué hará el justo?
(10)
Volver arriba
Salmo
65
La generosidad de Dios en la naturaleza
Al músico principal.
Salmo. Cántico de David.
65:1 Tuya es la alabanza en
Sion, oh Dios,
Y
a ti se pagarán los votos.
2 Tú oyes la oración;
A ti vendrá toda carne.
3 Las iniquidades prevalecen
contra mí;
Mas nuestras rebeliones tú las
perdonarás.
4 Bienaventurado el que tú
escogieres y atrajeres a ti,
Para que habite en tus atrios;
Seremos saciados del bien de tu
casa,
De tu santo templo.
5 Con tremendas cosas nos
responderás tú en justicia,
Oh Dios de nuestra salvación,
Esperanza de todos los términos
de la tierra,
Y de los más remotos confines del
mar.
6 Tú, el que afirma los montes
con su poder,
Ceñido de valentía;
7 El que sosiega el estruendo de
los mares, el estruendo de sus ondas,
Y el alboroto de las naciones.
8 Por tanto, los habitantes de
los fines de la tierra temen de tus maravillas.
Tú haces alegrar las salidas de
la mañana y de la tarde.
9 Visitas la tierra, y la riegas;
En gran manera la enriqueces;
Con el río de Dios, lleno de
aguas,
Preparas el grano de ellos,
cuando así la dispones.
10 Haces que se empapen sus
surcos,
Haces descender sus canales;
La ablandas con lluvias,
Bendices sus renuevos.
11 Tú coronas el año con tus
bienes,
Y tus nubes destilan grosura.
12 Destilan sobre los pastizales
del desierto,
Y los collados se ciñen de
alegría.
13 Se visten de manadas los
llanos,
Y los valles se cubren de grano;
Dan voces de júbilo, y aun
cantan.
|
1. ¿Quién orará? (2)
2. ¿Con qué corona Dios el
año? (11)
Volver arriba
Salmo 66
Alabanza por los hechos poderosos de Dios
Al músico principal.
Cántico. Salmo.
66:1
Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra.
2 Cantad la gloria de su nombre;
Poned gloria en su alabanza.
3 Decid a Dios: !!Cuán
asombrosas son tus obras!
Por la grandeza de tu poder se
someterán a ti tus enemigos.
4 Toda la tierra te adorará,
Y cantará a ti;
Cantarán a tu nombre. Selah
5 Venid, y ved las obras de Dios,
Temible en hechos sobre los hijos
de los hombres.
6 Volvió el mar en seco;
Por el río pasaron a pie;
Allí en él nos alegramos.
7 El señorea con su poder para
siempre;
Sus ojos atalayan sobre las
naciones;
Los rebeldes no serán enaltecidos.
Selah
8 Bendecid, pueblos, a nuestro
Dios,
Y haced oír la voz de su alabanza.
9 El es quien preservó la vida a
nuestra alma,
Y no permitió que nuestros pies
resbalasen.
10 Porque tú nos probaste, oh
Dios;
Nos ensayaste como se afina la
plata.
11 Nos metiste en la red;
Pusiste sobre nuestros lomos
pesada carga.
12 Hiciste cabalgar hombres
sobre nuestra cabeza;
Pasamos por el fuego y por el
agua,
Y nos sacaste a abundancia.
13 Entraré en tu casa con
holocaustos;
Te pagaré mis votos,
14 Que pronunciaron mis labios
Y habló mi boca, cuando estaba
angustiado.
15 Holocaustos de animales
engordados te ofreceré,
Con sahumerio de carneros;
Te ofreceré en sacrificio bueyes
y machos cabríos. Selah
16 Venid, oíd todos los que
teméis a Dios,
Y contaré lo que ha hecho a mi
alma.
17 A él clamé con mi boca,
Y fue exaltado con mi lengua.
18 Si en mi corazón hubiese yo
mirado a la iniquidad,
El Señor no me habría escuchado.
19 Mas ciertamente me escuchó
Dios;
Atendió a la voz de mi súplica.
20 Bendito sea Dios,
Que no echó de sí mi oración, ni
de mí su misericordia.
|
1. ¿Qué debe de hacer toda
la tierra? (4)
2. ¿Cómo nos ha probado y
ensayado Dios? (10)
3. ¿Cuándo no nos oye Dios?
(18)
Volver arriba
Salmo
67
Exhortación a las naciones, para que alaben a
Dios
Al músico principal;
en Neginot. Salmo. Cántico.
67:1 Dios tenga
misericordia de nosotros, y nos bendiga;
Haga
resplandecer su rostro sobre nosotros; Selah
2 Para que sea conocido en la
tierra tu camino,
En todas las naciones tu
salvación.
3 Te alaben los pueblos, oh Dios;
Todos los pueblos te alaben.
4 Alégrense y gócense las
naciones,
Porque juzgarás los pueblos con
equidad,
Y pastorearás las naciones en la
tierra. Selah
5 Te alaben los pueblos, oh Dios;
Todos los pueblos te alaben.
6 La tierra dará su fruto;
Nos bendecirá Dios, el Dios
nuestro.
7 Bendíganos Dios,
Y témanlo todos los términos de
la tierra.
|
1. ¿Cuál versículo se
repite en este salmo? (1-7)
2. ¿Dónde quería el
salmista que el camino de Dios fuera conocido? (2)
Volver arriba
Salmo 68
El Dios del Sinaí y del santuario
Al músico principal.
Salmo de David. Cántico.
68:1 Levántese Dios, sean
esparcidos sus enemigos,
Y
huyan de su presencia los que le aborrecen.
2 Como es lanzado el humo, los
lanzarás;
Como se derrite la cera delante
del fuego,
Así perecerán los impíos delante
de Dios.
3 Mas los justos se alegrarán;
se gozarán delante de Dios,
Y saltarán de alegría.
4 Cantad a Dios, cantad salmos a
su nombre;
Exaltad al que cabalga sobre los
cielos.
JAH es su nombre; alegraos
delante de él.
5 Padre de huérfanos y defensor
de viudas
Es Dios en su santa morada.
6 Dios hace habitar en familia a
los desamparados;
Saca a los cautivos a prosperidad;
Mas los rebeldes habitan en
tierra seca.
7 Oh Dios, cuando tú saliste
delante de tu pueblo,
Cuando anduviste por el desierto,
Selah
8 La tierra tembló;
También destilaron los cielos
ante la presencia de Dios;
Aquel Sinaí tembló delante de
Dios, del Dios de Israel.
9 Abundante lluvia esparciste,
oh Dios;
A tu heredad exhausta tú la
reanimaste.
10 Los que son de tu grey han
morado en ella;
Por tu bondad, oh Dios, has
provisto al pobre.
11 El Señor daba palabra;
Había grande multitud de las que
llevaban buenas nuevas.
12 Huyeron, huyeron reyes de
ejércitos,
Y las que se quedaban en casa
repartían los despojos.
13 Bien que fuisteis echados
entre los tiestos,
Seréis como alas de paloma
cubiertas de plata,
Y sus plumas con amarillez de
oro.
14 Cuando esparció el
Omnipotente los reyes allí,
Fue como si hubiese nevado en el
monte Salmón.
15 Monte de Dios es el monte de
Basán;
Monte alto el de Basán.
16 ¿Por qué observáis, oh montes
altos,
Al monte que deseó Dios para su
morada?
Ciertamente Jehová habitará en
él para siempre.
17 Los carros de Dios se cuentan
por veintenas de millares de millares;
El Señor viene del Sinaí a su
santuario.
18 Subiste a lo alto, cautivaste
la cautividad,
Tomaste dones para los hombres,
Y también para los rebeldes,
para que habite entre ellos JAH Dios.
19 Bendito el Señor; cada día
nos colma de beneficios
El Dios de nuestra salvación.
Selah
20 Dios, nuestro Dios ha de
salvarnos,
Y de Jehová el Señor es el
librar de la muerte.
21 Ciertamente Dios herirá la
cabeza de sus enemigos,
La testa cabelluda del que
camina en sus pecados.
22 El Señor dijo: De Basán te
haré volver;
Te haré volver de las
profundidades del mar;
23 Porque tu pie se enrojecerá
de sangre de tus enemigos,
Y de ella la lengua de tus
perros.
24 Vieron tus caminos, oh Dios;
Los caminos de mi Dios, de mi
Rey, en el santuario.
25 Los cantores iban delante,
los músicos detrás;
En medio las doncellas con
panderos.
26 Bendecid a Dios en las
congregaciones;
Al Señor, vosotros de la estirpe
de Israel.
27 Allí estaba el joven Benjamín,
señoreador de ellos,
Los príncipes de Judá en su
congregación,
Los príncipes de Zabulón, los
príncipes de Neftalí.
28 Tu Dios ha ordenado tu fuerza;
Confirma, oh Dios, lo que has
hecho para nosotros.
29 Por razón de tu templo en
Jerusalén
Los reyes te ofrecerán dones.
30 Reprime la reunión de gentes
armadas,
La multitud de toros con los
becerros de los pueblos,
Hasta que todos se sometan con
sus piezas de plata;
Esparce a los pueblos que se
complacen en la guerra.
31 Vendrán príncipes de Egipto;
Etiopía se apresurará a extender
sus manos hacia Dios.
32 Reinos de la tierra, cantad a
Dios,
Cantad al Señor; Selah
33 Al que cabalga sobre los
cielos de los cielos, que son desde la antig:uedad;
He aquí dará su voz, poderosa
voz.
34 Atribuid poder a Dios;
Sobre Israel es su magnificencia,
Y su poder está en los cielos.
35 Temible eres, oh Dios, desde
tus santuarios;
El Dios de Israel, él da fuerza
y vigor a su pueblo.
Bendito sea Dios.
|
1. ¿Que se levante quién?
(1)
2. ¿Dónde viven los
rebeldes? (6)
3. ¿Quién proclamó la
palabra que dio el Señor? (11)
4. ¿Qué hace Jehová
diariamente para nosotros? (19)
5. ¿Qué le da el Señor
Dios de Israel a su pueblo? (35)
Volver arriba
Salmo
69
Un grito de angustia
Al músico principal;
sobre Lirios. Salmo de David.
69:1 Sálvame, oh Dios,
Porque
las aguas han entrado hasta el alma.
2 Estoy hundido en cieno
profundo, donde no puedo hacer pie;
He venido a abismos de aguas, y
la corriente me ha anegado.
3 Cansado estoy de llamar; mi
garganta se ha enronquecido;
Han desfallecido mis ojos
esperando a mi Dios.
4 Se han aumentado más que los
cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa;
Se han hecho poderosos mis
enemigos, los que me destruyen sin tener por qué.
¿Y he de pagar lo que no robé?
5 Dios, tú conoces mi insensatez,
Y mis pecados no te son ocultos.
6 No sean avergonzados por causa
mía los que en ti confían, oh Señor Jehová de los ejércitos;
No sean confundidos por mí los
que te buscan, oh Dios de Israel.
7 Porque por amor de ti he
sufrido afrenta;
Confusión ha cubierto mi rostro.
8 Extraño he sido para mis
hermanos,
Y desconocido para los hijos de
mi madre.
9 Porque me consumió el celo de
tu casa;
Y los denuestos de los que te
vituperaban cayeron sobre mí.
10 Lloré afligiendo con ayuno mi
alma,
Y esto me ha sido por afrenta.
11 Puse además cilicio por mi
vestido,
Y vine a serles por proverbio.
12 Hablaban contra mí los que se
sentaban a la puerta,
Y me zaherían en sus canciones
los bebedores.
13 Pero yo a ti oraba, oh Jehová,
al tiempo de tu buena voluntad;
Oh Dios, por la abundancia de tu
misericordia,
Por la verdad de tu salvación,
escúchame.
14 Sácame del lodo, y no sea yo
sumergido;
Sea yo libertado de los que me
aborrecen, y de lo profundo de las aguas.
15 No me anegue la corriente de
las aguas,
Ni me trague el abismo,
Ni el pozo cierre sobre mí su
boca.
16 Respóndeme, Jehová, porque
benigna es tu misericordia;
Mírame conforme a la multitud de
tus piedades.
17 No escondas de tu siervo tu
rostro,
Porque estoy angustiado;
apresúrate, óyeme.
18 Acércate a mi alma, redímela;
Líbrame a causa de mis enemigos.
19 Tú sabes mi afrenta, mi
confusión y mi oprobio;
Delante de ti están todos mis
adversarios.
20 El escarnio ha quebrantado mi
corazón, y estoy acongojado.
Esperé quien se compadeciese de
mí, y no lo hubo;
Y consoladores, y ninguno hallé.
21 Me pusieron además hiel por
comida,
Y en mi sed me dieron a beber
vinagre.
22 Sea su convite delante de
ellos por lazo,
Y lo que es para bien, por
tropiezo.
23 Sean oscurecidos sus ojos
para que no vean,
Y haz temblar continuamente sus
lomos.
24 Derrama sobre ellos tu ira,
Y el furor de tu enojo los
alcance.
25 Sea su palacio asolado;
En sus tiendas no haya morador.
26 Porque persiguieron al que tú
heriste,
Y cuentan del dolor de los que
tú llagaste.
27 Pon maldad sobre su maldad,
Y no entren en tu justicia.
28 Sean raídos del libro de los
vivientes,
Y no sean escritos entre los
justos.
29 Mas a mí, afligido y
miserable,
Tu salvación, oh Dios, me ponga
en alto.
30 Alabaré yo el nombre de Dios
con cántico,
Lo exaltaré con alabanza.
31 Y agradará a Jehová más que
sacrificio de buey,
O becerro que tiene cuernos y
pezuñas;
32 Lo verán los oprimidos, y se
gozarán.
Buscad a Dios, y vivirá vuestro
corazón,
33 Porque Jehová oye a los
menesterosos,
Y no menosprecia a sus
prisioneros.
34 Alábenle los cielos y la
tierra,
Los mares, y todo lo que se
mueve en ellos.
35 Porque Dios salvará a Sion, y
reedificará las ciudades de Judá;
Y habitarán allí, y la poseerán.
36 La descendencia de sus
siervos la heredará,
Y los que aman su nombre
habitarán en ella.
|
1. ¿Qué cosa profetizado
en este salmo cumplió Jesús? (1-36)
2. ¿Qué cosas no se
esconden de Dios? (5)
Volver arriba
Salmo 70
Súplica por la liberación
(Sal. 40.13-17)
Al músico principal.
Salmo de David, para conmemorar.
70:1 Oh Dios, acude a
librarme;
Apresúrate,
oh Dios, a socorrerme.
2 Sean avergonzados y
confundidos
Los que buscan mi vida;
Sean vueltos atrás y avergonzados
Los que mi mal desean.
3 Sean vueltos atrás, en pago de
su afrenta hecha,
Los que dicen: !!Ah! !!Ah!
4 Gócense y alégrense en ti
todos los que te buscan,
Y digan siempre los que aman tu
salvación:
Engrandecido sea Dios.
5 Yo estoy afligido y
menesteroso;
Apresúrate a mí, oh Dios.
Ayuda mía y mi libertador eres tú;
Oh Jehová, no te detengas.
|
1. ¿Qué dirán continuamente los que aman
la salvación de Dios? (4)
Answers to Study Questions
Volver arriba
Salmo
71
Oración de un anciano
71:1 En ti, oh Jehová, me
he refugiado;
No
sea yo avergonzado jamás.
2 Socórreme y líbrame en tu
justicia;
Inclina tu oído y sálvame.
3 Sé para mí una roca de refugio,
adonde recurra yo continuamente.
Tú has dado mandamiento para
salvarme,
Porque tú eres mi roca y mi
fortaleza.
4 Dios mío, líbrame de la mano
del impío,
De la mano del perverso y
violento.
Porque
tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza,
Seguridad mía desde mi
juventud.
6 En ti he sido sustentado
desde el vientre;
De las entrañas de mi madre
tú fuiste el que me sacó;
De ti será siempre mi
alabanza.
7 Como prodigio he sido a
muchos,
Y tú mi refugio fuerte.
8 Sea llena mi boca de tu
alabanza,
De tu gloria todo el día.
9 No me deseches en el
tiempo de la vejez;
Cuando mi fuerza se acabare,
no me desampares.
10 Porque mis enemigos
hablan de mí,
Y los que acechan mi alma
consultaron juntamente,
11 Diciendo: Dios lo ha
desamparado;
Perseguidle y tomadle,
porque no hay quien le libre.
12 Oh Dios, no te alejes de
mí;
Dios mío, acude pronto en mi
socorro.
13 Sean avergonzados,
perezcan los adversarios de mi alma;
Sean cubiertos de verg:uenza
y de confusión los que mi mal buscan.
14 Mas yo esperaré siempre,
Y te alabaré más y más.
15 Mi boca publicará tu
justicia
Y tus hechos de salvación
todo el día,
Aunque no sé su número.
16 Vendré a los hechos
poderosos de Jehová el Señor;
Haré memoria de tu justicia,
de la tuya sola.
17 Oh Dios, me enseñaste
desde mi juventud,
Y hasta ahora he manifestado
tus maravillas.
18 Aun en la vejez y las
canas, oh Dios, no me desampares,
Hasta que anuncie tu poder a
la posteridad,
Y tu potencia a todos los
que han de venir,
19 Y tu justicia, oh Dios,
hasta lo excelso.
Tú has hecho grandes cosas;
Oh Dios, ¿quién como tú?
20 Tú, que me has hecho ver
muchas angustias y males,
Volverás a darme vida,
Y de nuevo me levantarás de
los abismos de la tierra.
21 Aumentarás mi grandeza,
Y volverás a consolarme.
22 Asimismo yo te alabaré
con instrumento de salterio,
Oh Dios mío; tu verdad
cantaré a ti en el arpa,
Oh Santo de Israel.
23 Mis labios se alegrarán
cuando cante a ti,
Y mi alma, la cual redimiste.
24 Mi lengua hablará también
de tu justicia todo el día;
Por cuanto han sido
avergonzados, porque han sido confundidos los que mi mal
procuraban.
|
1. ¿Cómo miraba a Dios el
salmista? (1-24)
2. ¿Qué deseaba hacer el
salmista en su vejez? (18)
Volver arriba
Salmo 72
El reino de un rey justo
Para Salomón.
72:1 Oh Dios, da tus
juicios al rey,
Y
tu justicia al hijo del rey.
2 El juzgará a tu pueblo con
justicia,
Y a tus afligidos con juicio.
3 Los montes llevarán paz al
pueblo,
Y los collados justicia.
4 Juzgará a los afligidos del
pueblo,
Salvará a los hijos del
menesteroso,
Y aplastará al opresor.
5 Te temerán mientras duren el
sol
Y la luna, de generación en
generación.
6 Descenderá como la lluvia
sobre la hierba cortada;
Como el rocío que destila sobre
la tierra.
7 Florecerá en sus días justicia,
Y muchedumbre de paz, hasta que
no haya luna.
8 Dominará de mar a mar,
Y desde el río hasta los confines
de la tierra.
9 Ante él se postrarán los
moradores del desierto,
Y sus enemigos lamerán el polvo.
10 Los reyes de Tarsis y de las
costas traerán presentes;
Los reyes de Sabá y de Seba
ofrecerán dones.
11 Todos los reyes se postrarán
delante de él;
Todas las naciones le servirán.
12 Porque él librará al
menesteroso que clamare,
Y al afligido que no tuviere
quien le socorra.
13 Tendrá misericordia del pobre
y del menesteroso,
Y salvará la vida de los pobres.
14 De engaño y de violencia
redimirá sus almas,
Y la sangre de ellos será
preciosa ante sus ojos.
15 Vivirá, y se le dará del oro
de Sabá,
Y se orará por él continuamente;
Todo el día se le bendecirá.
16 Será echado un puñado de
grano en la tierra, en las cumbres de los montes;
Su fruto hará ruido como el
Líbano,
Y los de la ciudad florecerán
como la hierba de la tierra.
17 Será su nombre para siempre,
Se perpetuará su nombre mientras
dure el sol.
Benditas serán en él todas las
naciones;
Lo llamarán bienaventurado.
18 Bendito Jehová Dios, el Dios
de Israel,
El único que hace maravillas.
19 Bendito su nombre glorioso
para siempre,
Y toda la tierra sea llena de su
gloria.
Amén y Amén.
20 Aquí terminan las oraciones de
David, hijo de Isaí. |
1. ¿Qué categoría de gente
en particular se beneficiarían a las manos del hijo del rey? (1-20)
2. ¿Quién es el único que
hace maravillas? (18-19)
Volver arriba
ms LIBRO III
Salmo
73
El destino de los malos
Salmo de Asaf.
73:1 Ciertamente es bueno
Dios para con Israel,
Para
con los limpios de corazón.
2 En cuanto a mí, casi se
deslizaron mis pies;
Por poco resbalaron mis pasos.
3 Porque tuve envidia de los
arrogantes,
Viendo la prosperidad de los
impíos.
4 Porque no tienen congojas por
su muerte,
Pues su vigor está entero.
5 No pasan trabajos como los
otros mortales,
Ni son azotados como los demás
hombres.
6 Por tanto, la soberbia los
corona;
Se cubren de vestido de violencia.
7 Los ojos se les saltan de
gordura;
Logran con creces los antojos del
corazón.
8 Se mofan y hablan con maldad
de hacer violencia;
Hablan con altanería.
9 Ponen su boca contra el cielo,
Y su lengua pasea la tierra.
10 Por eso Dios hará volver a su
pueblo aquí,
Y aguas en abundancia serán
extraídas para ellos.
11 Y dicen: ¿Cómo sabe Dios?
¿Y hay conocimiento en el
Altísimo?
12 He aquí estos impíos,
Sin ser turbados del mundo,
alcanzaron riquezas.
13 Verdaderamente en vano he
limpiado mi corazón,
Y lavado mis manos en inocencia;
14 Pues he sido azotado todo el
día,
Y castigado todas las mañanas.
15 Si dijera yo: Hablaré como
ellos,
He aquí, a la generación de tus
hijos engañaría.
16 Cuando pensé para saber esto,
Fue duro trabajo para mí,
17 Hasta que entrando en el
santuario de Dios,
Comprendí el fin de ellos.
18 Ciertamente los has puesto en
deslizaderos;
En asolamientos los harás caer.
19 !!Cómo han sido asolados de
repente!
Perecieron, se consumieron de
terrores.
20 Como sueño del que despierta,
Así, Señor, cuando despertares,
menospreciarás su apariencia.
21 Se llenó de amargura mi alma,
Y en mi corazón sentía punzadas.
22 Tan torpe era yo, que no
entendía;
Era como una bestia delante de
ti.
23 Con todo, yo siempre estuve
contigo;
Me tomaste de la mano derecha.
24 Me has guiado según tu
consejo,
Y después me recibirás en gloria.
25 ¿A quién tengo yo en los
cielos sino a ti?
Y fuera de ti nada deseo en la
tierra.
26 Mi carne y mi corazón
desfallecen;
Mas la roca de mi corazón y mi
porción es Dios para siempre.
27 Porque he aquí, los que se
alejan de ti perecerán;
Tú destruirás a todo aquel que
de ti se aparta.
28 Pero en cuanto a mí, el
acercarme a Dios es el bien;
He puesto en Jehová el Señor mi
esperanza,
Para contar todas tus obras.
|
1. ¿Por qué razón casi se
deslizaron los pies del salmista? (3-5)
2. ¿Qué le hizo al
salmista volver al pensamiento correcto? (17)
3. ¿A quién deseaba el
salmista? (25)
Volver arriba
Salmo
74 .
Apelación a Dios en contra del enemigo
Masquil de Asaf.
74:1
¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre?
¿Por
qué se ha encendido tu furor contra las ovejas de tu prado?
2 Acuérdate de tu congregación,
la que adquiriste desde tiempos antiguos,
La que redimiste para hacerla la
tribu de tu herencia;
Este monte de Sion, donde has
habitado.
3 Dirige tus pasos a los
asolamientos eternos,
A todo el mal que el enemigo ha
hecho en el santuario.
4 Tus enemigos vociferan en
medio de tus asambleas;
Han puesto sus divisas por
señales.
5 Se parecen a los que levantan
El hacha en medio de tupido
bosque.
6 Y ahora con hachas y martillos
Han quebrado todas sus
entalladuras.
7 Han puesto a fuego tu
santuario,
Han profanado el tabernáculo de
tu nombre, echándolo a tierra.
8 Dijeron en su corazón:
Destruyámoslos de una vez;
Han quemado todas las sinagogas
de Dios en la tierra.
9 No vemos ya nuestras señales;
No hay más profeta,
Ni entre nosotros hay quien sepa
hasta cuándo.
10 ¿Hasta cuándo, oh Dios, nos
afrentará el angustiador?
¿Ha de blasfemar el enemigo
perpetuamente tu nombre?
11 ¿Por qué retraes tu mano?
¿Por qué escondes tu diestra en
tu seno?
12 Pero Dios es mi rey desde
tiempo antiguo;
El que obra salvación en medio
de la tierra.
13 Dividiste el mar con tu poder;
Quebrantaste cabezas de
monstruos en las aguas.
14 Magullaste las cabezas del
leviatán,
Y lo diste por comida a los
moradores del desierto.
15 Abriste la fuente y el río;
Secaste ríos impetuosos.
16 Tuyo es el día, tuya también
es la noche;
Tú estableciste la luna y el
sol.
17 Tú fijaste todos los términos
de la tierra;
El verano y el invierno tú los
formaste.
18 Acuérdate de esto: que el
enemigo ha afrentado a Jehová,
Y pueblo insensato ha blasfemado
tu nombre.
19 No entregues a las fieras el
alma de tu tórtola,
Y no olvides para siempre la
congregación de tus afligidos.
20 Mira al pacto,
Porque los lugares tenebrosos de
la tierra están llenos de habitaciones de violencia.
21 No vuelva avergonzado el
abatido;
El afligido y el menesteroso
alabarán tu nombre.
22 Levántate, oh Dios, aboga tu
causa;
Acuérdate de cómo el insensato
te injuria cada día.
23 No olvides las voces de tus
enemigos;
El alboroto de los que se
levantan contra ti sube continuamente.
|
1. ¿Qué quería el salmista
que Dios recordara? (1-23)
2. ¿Qué cosas le
pertenecen a Dios? (16-17)
Volver arriba
Salmo 75
Dios abate al malo
y exalta al justo
Al músico
principal; sobre No destruyas. Salmo de Asaf.
Cántico.
75 Gracias te damos, oh
Dios, gracias te damos,
Pues cercano está tu nombre;
Los hombres cuentan tus
maravillas.
2 Al tiempo que señalaré
Yo juzgaré rectamente.
3 Se arruinaban la tierra y sus
moradores;
Yo sostengo sus columnas.
Selah
4 Dije a los insensatos: No os
infatuéis;
Y a los impíos: No os
enorgullezcáis;
5 No hagáis alarde de vuestro
poder;
No habléis con cerviz erguida.
6 Porque ni de oriente ni de
occidente,
Ni del desierto viene el
enaltecimiento.
7 Mas Dios es el juez;
A éste humilla, y a aquél
enaltece.
8 Porque el cáliz está en la
mano de Jehová, y el vino está fermentado,
Lleno de mistura; y él derrama
del mismo;
Hasta el fondo lo apurarán, y lo
beberán todos los impíos de la tierra.
9 Pero yo siempre anunciaré
Y cantaré alabanzas al Dios de
Jacob.
10 Quebrantaré todo el poderío
de los pecadores,
Pero el poder del justo será
exaltado.
|
1. ¿De dónde viene la
enaltecimiento? (6-7)
Gracias a Tom Bogle por traducir.
Volver arriba
Continuar en
Salmos
Volver a Cursor de Biblia en Español
|