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22
23
24
| 25-28
Después de leer cada capítulo, por favor responda las
preguntas de estudio relacionadas.
Capítulo 22
Mayo 25 -
Hechos 22 |
22:1
Varones hermanos y
padres, oíd ahora mi defensa ante vosotros.
2 Y al oír que les hablaba en
lengua hebrea, guardaron más silencio. Y él les dijo:
3 Yo de cierto soy judío, nacido
en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los
pies de Gamaliel,
estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios,
como hoy lo sois todos vosotros.
4 Perseguía yo este Camino hasta
la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombres y mujeres;
5 como el sumo sacerdote también
me es testigo, y todos los ancianos, de quienes también recibí
cartas para los hermanos, y fui a Damasco para traer presos a
Jerusalén también a los que estuviesen allí, para que fuesen
castigados.
6
Pero aconteció que yendo yo, al llegar cerca de Damasco, como a
mediodía, de repente me rodeó mucha luz del cielo;
7 y caí al suelo, y oí una voz
que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
8 Yo entonces respondí: ¿Quién
eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú
persigues.
9 Y los que estaban conmigo
vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la
voz del que hablaba conmigo.
10 Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el
Señor me dijo: Levántate, y ve a Damasco, y allí se te dirá todo
lo que está ordenado que hagas.
11 Y como yo no veía a causa de
la gloria de la luz, llevado de la mano por los que estaban
conmigo, llegué a Damasco.
12 Entonces uno llamado Ananías,
varón piadoso según la ley, que tenía buen testimonio de todos los
judíos que allí moraban,
13 vino a mí, y acercándose, me
dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora
recobré la vista y lo miré.
14 Y él dijo: El Dios de nuestros
padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al
Justo, y oigas la voz de su boca.
15 Porque serás testigo suyo a
todos los hombres, de lo que has visto y oído.
16 Ahora, pues, ¿por qué te
detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su
nombre.
17
Y me aconteció, vuelto a Jerusalén, que orando en el templo me
sobrevino un éxtasis.
18 Y le vi que me decía: Date
prisa, y sal prontamente de Jerusalén; porque no recibirán tu
testimonio acerca de mí.
19 Yo dije: Señor, ellos saben
que yo encarcelaba y azotaba en todas las sinagogas a los que
creían en ti;
20 y cuando se derramaba la
sangre de Esteban tu testigo, yo mismo también estaba presente, y
consentía en su muerte, y guardaba las ropas de los que le
mataban.
21 Pero me dijo: Ve, porque yo te
enviaré lejos a los gentiles.
22
Y le oyeron hasta esta palabra; entonces alzaron la voz, diciendo:
Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que viva.
23 Y como ellos gritaban y
arrojaban sus ropas y lanzaban polvo al aire,
24 mandó el tribuno que le
metiesen en la fortaleza, y ordenó que fuese examinado con azotes,
para saber por qué causa clamaban así contra él.
25 Pero cuando le ataron con
correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es
lícito azotar a un ciudadano romano sin haber sido condenado?
26 Cuando el centurión oyó esto,
fue y dio aviso al tribuno, diciendo: ¿Qué vas a hacer? Porque
este hombre es ciudadano romano.
27 Vino el tribuno y le dijo:
Dime, ¿eres tú ciudadano romano? El dijo: Sí.
28 Respondió el tribuno: Yo con
una gran suma adquirí esta ciudadanía. Entonces Pablo dijo: Pero
yo lo soy de nacimiento.
29 Así que, luego se apartaron de
él los que le iban a dar tormento; y aun el tribuno, al saber que
era ciudadano romano, también tuvo temor por haberle atado.
30
Al día siguiente, queriendo saber de cierto la causa por la cual
le acusaban los judíos, le soltó de las cadenas, y mandó venir a
los principales sacerdotes y a todo el concilio, y sacando a
Pablo, le presentó ante ellos.
|
1. ¿Cómo Pablo se identificó con su audiencia cuando él hizo su
defensa desde las escaleras del castillo? (1-3)
2. ¿Qué gran maestro enseñó a Pablo antes de él ser convertido?
(3)
3. ¿Qué fue lo que dijo él en la mayor parte de su defensa? (4-16)
4. ¿Qué fue lo que dijo Pablo que hizo que los judios se enojaran?
(21-23)
5. ¿Cómo intentó el tribuno axaminar a Pablo? (24)
6. ¿Cómo fue que Pablo evitó ser maltratado? (25-29)
7. ¿A quién se le ordenó reunirse con el tribuno y con Pablo? (30)
Preguntas de Discusión del Capítulo 22
-
¿Cómo se puede relacionar con su audiencia cuando usted
habla?
-
¿Qué ventejas le da a usted su ciudadanía?
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Capítulo 23
Mayo 26 -
Hechos 23 |
23:1
Entonces Pablo, mirando
fijamente al concilio, dijo: Varones hermanos, yo con toda buena
conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy.
2 El sumo sacerdote Ananías
ordenó entonces a los que estaban junto a él, que le golpeasen en
la boca.
3 Entonces Pablo le dijo: !!Dios
te golpeará a ti, pared blanqueada!
¿Estás tú sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando
la ley me mandas golpear?
4 Los que estaban presentes
dijeron: ¿Al sumo sacerdote de Dios injurias?
5 Pablo dijo: No sabía, hermanos,
que era el sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás a un
príncipe de tu pueblo.
6 Entonces Pablo, notando que una
parte era de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz en el
concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo,
hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la resurrección de
los muertos se me juzga.
7 Cuando dijo esto, se produjo
disensión entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se
dividió.
8 Porque los saduceos dicen que
no hay resurrección,
ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas.
9 Y hubo un gran vocerío; y
levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían,
diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que si un espíritu
le ha hablado, o un ángel, no resistamos a Dios.
10 Y habiendo grande disensión,
el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuese despedazado por
ellos, mandó que bajasen soldados y le arrebatasen de en medio de
ellos, y le llevasen a la fortaleza.
11 A la noche siguiente se le
presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has
testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques
también en Roma.
12
Venido el día, algunos de los judíos tramaron un complot y se
juramentaron bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían
hasta que hubiesen dado muerte a Pablo.
13 Eran más de cuarenta los que
habían hecho esta conjuración,
14 los cuales fueron a los
principales sacerdotes y a los ancianos y dijeron: Nosotros nos
hemos juramentado bajo maldición, a no gustar nada hasta que
hayamos dado muerte a Pablo.
15 Ahora pues, vosotros, con el
concilio, requerid al tribuno que le traiga mañana ante vosotros,
como que queréis indagar alguna cosa más cierta acerca de él; y
nosotros estaremos listos para matarle antes que llegue.
16 Mas el hijo de la hermana de
Pablo, oyendo hablar de la celada, fue y entró en la fortaleza, y
dio aviso a Pablo.
17 Pablo, llamando a uno de los
centuriones, dijo: Lleva a este joven ante el tribuno, porque
tiene cierto aviso que darle.
18 El entonces tomándole, le
llevó al tribuno, y dijo: El preso Pablo me llamó y me rogó que
trajese ante ti a este joven, que tiene algo que hablarte.
19 El tribuno, tomándole de la
mano y retirándose aparte, le preguntó: ¿Qué es lo que tienes que
decirme?
20 El le dijo: Los judíos han
convenido en rogarte que mañana lleves a Pablo ante el concilio,
como que van a inquirir alguna cosa más cierta acerca de él.
21 Pero tú no les creas; porque
más de cuarenta hombres de ellos le acechan, los cuales se han
juramentado bajo maldición, a no comer ni beber hasta que le hayan
dado muerte; y ahora están listos esperando tu promesa.
22 Entonces el tribuno despidió
al joven, mandándole que a nadie dijese que le había dado aviso de
esto.
23
Y llamando a dos centuriones, mandó que preparasen para la hora
tercera de la noche doscientos soldados, setenta jinetes y
doscientos lanceros, para que fuesen hasta Cesarea;
24 y que preparasen cabalgaduras
en que poniendo a Pablo, le llevasen en salvo a Félix el
gobernador.
25 Y escribió una carta en estos
términos:
26 Claudio Lisias al
excelentísimo gobernador Félix: Salud.
27 A este hombre, aprehendido por
los judíos, y que iban ellos a matar, lo libré yo acudiendo con la
tropa, habiendo sabido que era ciudadano romano.
28 Y queriendo saber la causa por
qué le acusaban, le llevé al concilio de ellos;
29 y hallé que le acusaban por
cuestiones de la ley de ellos, pero que ningún delito tenía digno
de muerte o de prisión.
30 Pero al ser avisado de
asechanzas que los judíos habían tendido contra este hombre, al
punto le he enviado a ti, intimando también a los acusadores que
traten delante de ti lo que tengan contra él. Pásalo bien.
31 Y los soldados, tomando a
Pablo como se les ordenó, le llevaron de noche a Antípatris.
32 Y al día siguiente, dejando a
los jinetes que fuesen con él, volvieron a la fortaleza.
33 Cuando aquéllos llegaron a
Cesarea, y dieron la carta al gobernador, presentaron también a
Pablo delante de él.
34 Y el gobernador, leída la
carta, preguntó de qué provincia era; y habiendo entendido que era
de Cilicia,
35 le dijo: Te oiré cuando vengan
tus acusadores. Y mandó que le custodiasen en el pretorio de
Herodes.
|
1. ¿Cómo vivió Pablo delante de Dios? (1)
2. ¿Qué le hizo Ananías a Pablo? (2)
3. ¿Porqué Pablo pidió disculpas? (3-5)
4. ¿Qué tecnica usó Pablo para causar disensión entre el
concilio? (6-10)
5. ¿Porqué fue que el tribuno tuvo que rescatar a Pablo otra vez?
(10)
6. ¿Qué le dijo el Señor a Pablo en la noche? (11)
7. ¿Qué conspiraron para hacer cuarenta judios? (12)
8. ¿Quién escuchó sus planes? (16)
9. ¿A quién se le avisó del complot? (16-22)
10. ¿Qué hizo Claudio Lisias para protejer a Pablo? (23-26)
11. ¿A quién le escribió Claudio Lisias? (25-30)
12. ¿A dónde mandaron a Pablo? (31-33)
13. ¿Dónde dijo el governador que escucharía a Pablo? (34-35)
14. ¿Dónde tuvieron a Pablo? (35)
Preguntas de Discusión del Capítulo 23
-
¿Porqué es que la gente religiosa es tan cruel algunas
veces?
-
¿Lo ha protegido Dios de un complot contra usted?
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Capítulo 24
Mayo 27 -
Hechos 24 |
24:1
Cinco días después,
descendió el sumo sacerdote Ananías con algunos de los ancianos y
un cierto orador llamado Tértulo, y comparecieron ante el
gobernador contra Pablo.
2 Y cuando éste fue llamado,
Tértulo comenzó a acusarle, diciendo:
Como debido a ti
gozamos de gran paz, y muchas cosas son bien gobernadas en el
pueblo por tu prudencia,
3 oh excelentísimo Félix, lo
recibimos en todo tiempo y en todo lugar con toda gratitud.
4 Pero por no molestarte más
largamente, te ruego que nos oigas brevemente conforme a tu
equidad.
5 Porque hemos hallado que este
hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los
judíos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos.
6 Intentó también profanar el
templo; y prendiéndole, quisimos juzgarle conforme a nuestra ley.
7 Pero interviniendo el tribuno
Lisias, con gran violencia le quitó de nuestras manos,
8 mandando a sus acusadores que
viniesen a ti. Tú mismo, pues, al juzgarle, podrás informarte de
todas estas cosas de que le acusamos.
9 Los judíos también confirmaban,
diciendo ser así todo.
10 Habiéndole hecho señal el
gobernador a Pablo para que hablase, éste respondió:
Porque sé que desde
hace muchos años eres juez de esta nación, con buen ánimo haré mi
defensa.
11 Como tú puedes cerciorarte, no
hace más de doce días que subí a adorar a Jerusalén;
12 y no me hallaron disputando
con ninguno, ni amotinando a la multitud; ni en el templo, ni en
las sinagogas ni en la ciudad;
13 ni te pueden probar las cosas
de que ahora me acusan.
14 Pero esto te confieso, que
según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis
padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas
están escritas;
15 teniendo esperanza en Dios, la
cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los
muertos, así de justos como de injustos.
16 Y por esto procuro tener
siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.
17 Pero pasados algunos años,
vine a hacer limosnas a mi nación y presentar ofrendas.
18 Estaba en ello, cuando unos
judíos de Asia me hallaron purificado en el templo, no con
multitud ni con alboroto.
19 Ellos debieran comparecer ante
ti y acusarme, si contra mí tienen algo.
20 O digan éstos mismos si
hallaron en mí alguna cosa mal hecha, cuando comparecí ante el
concilio,
21 a no ser que estando entre
ellos prorrumpí en alta voz: Acerca de la resurrección de los
muertos soy juzgado hoy por vosotros.
22 Entonces Félix, oídas estas
cosas, estando bien informado de este Camino, les aplazó, diciendo:
Cuando descendiere el tribuno Lisias, acabaré de conocer de
vuestro asunto.
23 Y mandó al centurión que se
custodiase a Pablo, pero que se le concediese alguna libertad, y
que no impidiese a ninguno de los suyos servirle o venir a él.
24 Algunos días después, viniendo
Félix con Drusila su mujer, que era judía, llamó a Pablo, y le oyó
acerca de la fe en Jesucristo.
25 Pero al disertar Pablo acerca
de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se
espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te
llamaré.
26 Esperaba también con esto, que
Pablo le diera dinero para que le soltase; por lo cual muchas
veces lo hacía venir y hablaba con él.
27 Pero al cabo de dos años
recibió Félix por sucesor a Porcio Festo; y queriendo Félix
congraciarse con los judíos, dejó preso a Pablo.
|
1. ¿Quién era Tértulo? (1-4)
2. ¿Cuáles fueron los cuatro cargos que trajó contra Pablo? (5-9)
3. ¿Cuáles cargos Pablo negó?
4. ¿Qué cinco cosas Pablo confesó acerca de él? (14-21)
5. ¿Qué se puede decir del conocimiento de Félix acerca del
Camino? (22)
6. ¿Qué excusa dio Félix para posponer el jucio? (22)
7. ¿Qué libertad le dio Félix a Pablo? (23)
8. ¿Cuál fue la reacción de Félix cuando oyó a Pablo acerca de
la fe en Jesucristo? (24-25)
9. ¿Qué era lo que también esperaba Félix? (26)
10. ¿Qué pasó después de dos años? (27)
Preguntas de Discusión del Capítulo 24
-
¿Cómo puede tener una conciencia sin ofensa delante Dios y de los
hombres?
-
¿Cuándo es el tiempo conveniente de dar su corazón a Cristo?
Cuestionario de Hechos Capitulos
22-24
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