Mt 27:35
Cuando le hubieron
crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes,
para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre
sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.
36 Y sentados le guardaban allí.
37 Y pusieron sobre su cabeza su
causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS.
38 Entonces crucificaron con él a dos
ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda.
39 Y los que pasaban le injuriaban,
meneando la cabeza,
40 y diciendo: Tú que derribas el
templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo;
si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.
41 De esta manera también los
principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los
fariseos y los ancianos, decían:
42 A otros salvó, a sí mismo no se
puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y
creeremos en él.
43 Confió en Dios; líbrele ahora si
le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios.
44 Lo mismo le injuriaban también los
ladrones que estaban crucificados con él. |
Mr 15:24
Cuando le hubieron
crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes sobre
ellos para ver qué se llevaría cada uno.
25 Era la hora tercera cuando le
crucificaron.
26 Y el título escrito de su causa
era: EL REY DE LOS JUDÍOS.
27 Crucificaron también con él a dos
ladrones, uno a su derecha, y el otro a su izquierda.
28 Y se cumplió la Escritura que
dice: Y fue contado con los inicuos.
29 Y los que pasaban le injuriaban,
meneando la cabeza
y diciendo: !!Bah! tú que derribas el templo de Dios, y en tres días
lo reedificas,
30 sálvate a ti mismo, y desciende de
la cruz.
31 De esta manera también los
principales sacerdotes, escarneciendo, se decían unos a otros, con los
escribas: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar.
32 El Cristo, Rey de Israel,
descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos. También los que
estaban crucificados con él le injuriaban. |
Lu 23:33
Y cuando llegaron al lugar
llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno
a la derecha y otro a la izquierda.
34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos,
porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos,
echando suertes.
35 Y el pueblo estaba mirando; y aun
los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a
sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios.
36 Los soldados también le
escarnecían, acercándose y presentándole vinagre,
37 y diciendo: Si tú eres el Rey de
los judíos, sálvate a ti mismo.
38 Había también sobre él un título
escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS
JUDÍOS.
39 Y uno de los malhechores que
estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate
a ti mismo y a nosotros.
40 Respondiendo el otro, le
reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma
condenación?
41 Nosotros, a la verdad, justamente
padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas
éste ningún mal hizo.
42 Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí
cuando vengas en tu reino.
43 Entonces Jesús le dijo: De cierto
te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. |
Jn 19:18
y allí le crucificaron, y
con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.
19 Escribió también Pilato un título,
que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS
JUDÍOS.
20 Y muchos de los judíos leyeron
este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca
de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en
latín.
21 Dijeron a Pilato los principales
sacerdotes de los judíos: No escribas: Rey de los judíos; sino, que él
dijo: Soy Rey de los judíos.
22 Respondió Pilato: Lo que he
escrito, he escrito.
23 Cuando los soldados hubieron
crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes,
una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin
costura, de un solo tejido de arriba abajo.
24 Entonces dijeron entre sí: No la
partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto
fue para que se cumpliese la Escritura, que dice:
Repartieron entre sí mis vestidos,
Y sobre mi ropa echaron suertes. m Y así lo hicieron
los soldados.
25 Estaban junto a la cruz de Jesús
su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María
Magdalena.
26 Cuando vio Jesús a su madre, y al
discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre:
Mujer, he ahí tu hijo.
27 Después dijo al discípulo: He ahí
tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa. |