Los siguientes números corresponden
a los números de secciones en La Armonía de los Evangelios;
por A. T. Robertson, Harper & Row, Publicadores,Nueva York, 1950 y
El Cristo de los Evangelios; por J. W. Shepard, Wm. B. Erdmans
Compañía de Publicaciones, Grand Rapids, MI, 1968. Favor de clic al
número de la sección para obtener las preguntas del estudio de la
sección.
PARTE -
UNO
DOS
TRES
CUATRO
CINCO
SEIS SEITE
OCHO
NUEVE
DIEZ
ONCE
DOCE
TRES
Para leer
o escuchar
la porción biblica en la computadora presíone en donde dice "here."
Cuando aparezca el cuadro que diga, "search by passage" escriba
allí el nombre del libro de la biblia y el capítulo. Por ejemplo: (Lu
2). Despues presíone en donde dice, "go". En la página que salga seleccione
Español y
la versíon que desee usar. Por ultimo, despues de leer
o escuchar
(LBLA)
el pasaje biblico favor de contestar las preguntas del estudio.
PARTE SIETE:
Entrenamiento
Especial
-
Discurso
de comida Espiritual.
La Confesión de Pedro - Jn 6:22-71
-
Reproche por no
guardar tradición - Mt 15:1-20 Mr 7:1-23 Jn 7:1
-
Sana
la hija de la mujer sirofenicia - Mt 15:21-28 Mr 7:24-30
-
Sana
a un sordomudo y alimento a los cuatro mil -Mt 15:29-38 Mr 7:31-8:9
-
Fariseos
y saduceos demandan una señal - Mt 15:39-16:4 Mr 8:10-12
-
Levadura
de los Fariseos. El
ciego es sano - Mt 16:5-12 Mr 8:13-26
-
La
gran confesión de Pedro - Mt 16:13-20 Mr 8:27-30 Lu 9:18-21
-
Pasión predestinada
y Pedro Reprendido - Mt 16:21-26 Mr 8:31-37 Lu 9:22-25
-
Venida
del Hijo del Hombre - Mt 16:27-28 Mr 8:38-9:1 Lu 9:26-27
-
La
Transfiguración - Mt 17:1-8 Mr 9:2-8 Lu 9:28-36
-
Sobre
Elías Mt 17:9-13 Mr 9:9-13 Lu 9:36
-
Sanidad
del
joven lunático – Mt 17:14-20 Mr 9:14-29 Lu 9:37-43
-
La
pasión es predestinada - Mt 17:22,23 Mr 9:30-32 Lu 9:43-45
-
Jesús pagó
impuestos del templo - Mt 17:24-27
-
¿Quién
es el mayor del Reino? - Mt 18:1-5 Mr 9:33-37 Lu 9:46-48
-
Juan está reprendido
por Jesús – Mt 18:6-14 Mr 9:38-50 Lu 9:49-50
-
Pecado
y Perdón entre hermanos - Mt 18:15-35
-
Sacrificio
por servirle a Cristo – Mt 8:19-22 Lu 9:57-62
-
Los
hermanos de Jesús' le piden que se vaya
de Jerusalén
- Jn 7:2-9
-
El viaje privado hacia Jerusalén - Lu 9:51-56 Jn 7:10
PARTE SIETE:
Entrenamiento
Especial
76.
Discurso de comida Espiritual.
La Confesión de Pedro - Jn 6:22-71
Febrero
13 -
Discurso de comida Espiritual.
La Confesión de Pedro -
- Jn 6:22-51 |
Juan 6:22
El día siguiente, la
gente que estaba al otro lado del mar vio que no había habido allí
más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con
sus discípulos, sino que éstos se habían ido solos.
23 Pero otras barcas habían
arribado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan
después de haber dado gracias el Señor.
24 Cuando vio, pues, la gente que
Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y
fueron a Capernaum, buscando a Jesús.
25
Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo
llegaste acá?
26 Respondió Jesús y les dijo: De
cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto
las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.
27 Trabajad, no por la comida que
perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el
Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.
28 Entonces le dijeron: ¿Qué
debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?
29 Respondió Jesús y les dijo:
Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.
30 Le dijeron entonces: ¿Qué
señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra
haces?
31 Nuestros padres comieron el
maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a
comer.
32 Y Jesús les dijo: De cierto,
de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre
os da el verdadero pan del cielo.
33 Porque el pan de Dios es aquel
que descendió del cielo y da vida al mundo.
34 Le dijeron: Señor, danos
siempre este pan.
35 Jesús les dijo: Yo soy el pan
de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí
cree, no tendrá sed jamás.
36 Mas os he dicho, que aunque me
habéis visto, no creéis.
37 Todo lo que el Padre me da,
vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.
38 Porque he descendido del
cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me
envió.
39 Y esta es la voluntad del
Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo
nada, sino que lo resucite en el día postrero.
40 Y esta es la voluntad del que
me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga
vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
41 Murmuraban entonces de él los
judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo.
42 Y decían: ¿No es éste Jesús,
el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo,
pues, dice éste: Del cielo he descendido?
43 Jesús respondió y les dijo: No
murmuréis entre vosotros.
44 Ninguno puede venir a mí, si
el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día
postrero.
45 Escrito está en los profetas:
Y serán todos enseñados por Dios.
Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a
mí.
46 No que alguno haya visto al
Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre.
47 De cierto, de cierto os digo:
El que cree en mí, tiene vida eterna.
48 Yo soy el pan de vida.
49 Vuestros padres comieron el
maná en el desierto, y murieron.
50 Este es el pan que desciende
del cielo, para que el que de él come, no muera.
51 Yo soy el pan vivo que
descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para
siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la
vida del mundo.
|
76.1
¿Quien era el verdadero pan del cielo? (35)
76.2 ¿Quién dijo Jesús que no iba a sanar? (37)
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Febrero 14 -
Discurso de comida Espiritual. Confección de Pedro -
Cont'd - Jn 6:52-71 |
Juan 6:52
Entonces los judíos
contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su
carne?
53 Jesús les dijo: De cierto, de
cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su
sangre, no tenéis vida en vosotros.
54 El que come mi carne y bebe mi
sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
55 Porque mi carne es verdadera
comida, y mi sangre es verdadera bebida.
56 El que come mi carne y bebe mi
sangre, en mí permanece, y yo en él.
57 Como me envió el Padre viviente, y
yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por
mí.
58 Este es el pan que descendió del
cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que
come de este pan, vivirá eternamente.
59 Estas cosas dijo en la sinagoga,
enseñando en Capernaum.
60
Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra;
¿quién la puede oír?
61 Sabiendo Jesús en sí mismo que sus
discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende?
62 ¿Pues qué, si viereis al Hijo del
Hombre subir adonde estaba primero?
63 El espíritu es el que da vida; la
carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son
espíritu y son vida.
64 Pero hay algunos de vosotros que
no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que
no creían, y quién le había de entregar.
65 Y dijo: Por eso os he dicho que
ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.
66 Desde entonces muchos de sus
discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.
67 Dijo entonces Jesús a los doce:
¿Queréis acaso iros también vosotros?
68 Le respondió Simón Pedro: Señor,
¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
69 Y nosotros hemos creído y
conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
70 Jesús les respondió: ¿No os he
escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo?
71 Hablaba de Judas Iscariote, hijo
de Simón; porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los
doce. |
76.3 ¿Qué representa que Jesús sabia desde el principio quien lo iba a
traicionar?
(64)
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77.
77.
Reproche por no guardar tradición - Mt 15:1-20 Mr 7:1-23 Jn 7:1
Febrero 15 -
Reproche por no guardar tradición - Mt 15:1-20 Mr 7:1-23 Jn 7:1
|
Mt 15:1
Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y
fariseos de Jerusalén, diciendo:
2 ¿Por qué tus discípulos
quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las
manos cuando comen pan.
3 Respondiendo él, les dijo: ¿Por
qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por
vuestra tradición?
4 Porque Dios mandó diciendo:
Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre,
muera irremisiblemente.
5 Pero vosotros decís: Cualquiera
que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo
aquello con que pudiera ayudarte,
6 ya no ha de honrar a su padre o
a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por
vuestra tradición.
7 Hipócritas, bien profetizó de
vosotros Isaías, cuando dijo:
8 Este pueblo de labios me
honra;
Mas su corazón está lejos de mí.
9 Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. m
10 Y llamando a sí a la multitud,
les dijo: Oíd, y entended:
11 No lo que entra en la boca
contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al
hombre.
12 Entonces acercándose sus
discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron
cuando oyeron esta palabra?
13 Pero respondiendo él, dijo:
Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada.
14 Dejadlos; son ciegos guías de
ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.
15 Respondiendo Pedro, le dijo:
Explícanos esta parábola.
16 Jesús dijo: ¿También vosotros
sois aún sin entendimiento?
17 ¿No entendéis que todo lo que
entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina?
18 Pero lo que sale de la boca,
del corazón sale; y esto contamina al hombre.
19 Porque del corazón salen los
malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las
fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
20 Estas cosas son las que
contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no
contamina al hombre.
|
Mr 7:1
Se
juntaron a Jesús los fariseos, y algunos de los escribas, que
habían venido de Jerusalén;
2 los cuales, viendo a algunos de
los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no
lavadas, los condenaban.
3 Porque los fariseos y todos los
judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas
veces no se lavan las manos, no comen.
4 Y volviendo de la plaza, si no
se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para
guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los
jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos.
5 Le preguntaron, pues, los
fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme
a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos
inmundas?
6 Respondiendo él, les dijo:
Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito:
Este pueblo de labios me honra,
Mas su corazón está lejos de mí.
7 Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. m
8 Porque dejando el mandamiento
de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los
lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras
muchas cosas semejantes.
9 Les decía también: Bien
invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.
10 Porque Moisés dijo: Honra a tu
padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o
a la madre, muera irremisiblemente.
11 Pero vosotros decís: Basta que
diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir,
mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte,
12 y no le dejáis hacer más por
su padre o por su madre,
13 invalidando la palabra de Dios
con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas
hacéis semejantes a estas.
14 Y llamando a sí a toda la
multitud, les dijo: Oídme todos, y entended:
15 Nada hay fuera del hombre que
entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso
es lo que contamina al hombre.
16 Si alguno tiene oídos para
oír, oiga.
17 Cuando se alejó de la multitud
y entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola.
18 El les dijo: ¿También vosotros
estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera
que entra en el hombre, no le puede contaminar,
19 porque no entra en su corazón,
sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo
limpios todos los alimentos.
20 Pero decía, que lo que del
hombre sale, eso contamina al hombre.
21 Porque de dentro, del corazón
de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las
fornicaciones, los homicidios,
22 los hurtos, las avaricias, las
maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la
soberbia, la insensatez.
23 Todas estas maldades de dentro
salen, y contaminan al hombre.
|
Jn:7:1
Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea; pues no
quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle.
|
77.1
¿Qué miraban más importante los Fariseos y los Escribes que los
mandamientos del Dios? (Mr
7:6-9)
77.2 ¿Qué en realidad mancha a un hombre?
(Mt 15:18-19)
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78.
Sana la hija de la mujer sirofenicia - Mt 15:21-28 Mr 7:24-30
Febrero 16 -
Sana la hija de la mujer sirofenicia - Mt 15:21-28 Mr 7:24-30
|
Mt 15:21
Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y
de Sidón.
22 Y he aquí una mujer cananea
que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: !!Señor,
Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente
atormentada por un demonio.
23 Pero Jesús no le respondió
palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron,
diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros.
24 El respondiendo, dijo: No soy
enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
25 Entonces ella vino y se postró
ante él, diciendo: !!Señor, socórreme!
26 Respondiendo él, dijo: No está
bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos.
27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero
aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus
amos.
28 Entonces respondiendo Jesús,
dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su
hija fue sanada desde aquella hora.
|
Mr 7:24
Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos de los
escribas, que habían venido de Jerusalén;
2 los cuales, viendo a algunos de
los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no
lavadas, los condenaban.
3 Porque los fariseos y todos los
judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas
veces no se lavan las manos, no comen.
4 Y volviendo de la plaza, si no
se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para
guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los
jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos.
5 Le preguntaron, pues, los
fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme
a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos
inmundas?
6 Respondiendo él, les dijo:
Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito:
Este pueblo de labios me honra,
Mas su corazón está lejos de mí.
7 Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. m
8 Porque dejando el mandamiento
de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los
lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras
muchas cosas semejantes.
9 Les decía también: Bien
invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.
10 Porque Moisés dijo: Honra a tu
padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o
a la madre, muera irremisiblemente.
11 Pero vosotros decís: Basta que
diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir,
mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte,
12 y no le dejáis hacer más por
su padre o por su madre,
13 invalidando la palabra de Dios
con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas
hacéis semejantes a estas.
14 Y llamando a sí a toda la
multitud, les dijo: Oídme todos, y entended:
15 Nada hay fuera del hombre que
entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso
es lo que contamina al hombre.
16 Si alguno tiene oídos para
oír, oiga.
17 Cuando se alejó de la multitud
y entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola.
18 El les dijo: ¿También vosotros
estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera
que entra en el hombre, no le puede contaminar,
19 porque no entra en su corazón,
sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo
limpios todos los alimentos.
20 Pero decía, que lo que del
hombre sale, eso contamina al hombre.
21 Porque de dentro, del corazón
de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las
fornicaciones, los homicidios,
22 los hurtos, las avaricias, las
maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la
soberbia, la insensatez.
23 Todas estas maldades de dentro
salen, y contaminan al hombre.
|
78.1 ¿Qué le pidió la mujer Sirofenicia a Jesús?
(Mr 7:26)
78.2 ¿Que tres cosas tenia esta mujer que sobre
pasar?
(Mt 15:23,24,26)
78.3 ¿Cómo Jesús mostró la fe de ella?
(Mt 15:28)
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79.
Sana a un sordomudo y alimento a los cuatro mil -Mt 15:29-38 Mr 7:31-8:9
Feb.
16 Cont'd - Sana a un sordomudo y alimento a los cuatro mil -Mt 15:29-38 Mr 7:31-8:9
|
Mt 15:29
Pasó Jesús de allí y vino junto al mar de
Galilea; y subiendo al monte, se sentó allí.
30 Y se le acercó mucha gente que
traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos
enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó;
31 de manera que la multitud se
maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a
los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de
Israel.
32
Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la
gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué
comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el
camino.
33 Entonces sus discípulos le
dijeron: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto,
para saciar a una multitud tan grande?
34 Jesús les dijo: ¿Cuántos panes
tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos.
35 Y mandó a la multitud que se
recostase en tierra.
36 Y tomando los siete panes y
los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los
discípulos a la multitud.
37 Y comieron todos, y se
saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, siete canastas
llenas.
38 Y eran los que habían comido,
cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
|
Mr 7:3
Volviendo a salir de la región de Tiro, vino por
Sidón al mar de Galilea, pasando por la región de Decápolis.
32 Y le trajeron un sordo y
tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima.
33 Y tomándole aparte de la
gente, metió los dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su
lengua;
34 y levantando los ojos al
cielo, gimió, y le dijo: Efata, es decir: Sé abierto.
35 Al momento fueron abiertos sus
oídos, y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien.
36 Y les mandó que no lo dijesen
a nadie; pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo
divulgaban.
37 Y en gran manera se
maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos
oír, y a los mudos hablar.
8:1
En aquellos días, como
había una gran multitud, y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus
discípulos, y les dijo:
2 Tengo compasión de la gente,
porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer;
3 y si los enviare en ayunas a
sus casas, se desmayarán en el camino, pues algunos de ellos han
venido de lejos.
4 Sus discípulos le respondieron:
¿De dónde podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto?
5 El les preguntó: ¿Cuántos panes
tenéis? Ellos dijeron: Siete.
6 Entonces mandó a la multitud
que se recostase en tierra; y tomando los siete panes, habiendo
dado gracias, los partió, y dio a sus discípulos para que los
pusiesen delante; y los pusieron delante de la multitud.
7 Tenían también unos pocos
pececillos; y los bendijo, y mandó que también los pusiesen
delante.
8 Y comieron, y se saciaron; y
recogieron de los pedazos que habían sobrado, siete canastas.
9 Eran los que comieron, como
cuatro mil; y los despidió.
|
79.1
¿Qué método uso Jesús para sanar al mudo?
(Mr 7:33-34)
79.2
¿Qué significa maimed?
(Mt 15:31)
79.3
¿A cuantos le dio de comer Jesús en la segunda multitud?
(Mt 15:38)
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80.
Fariseos y saduceos demandan una señal - Mt 15:39-16:4 Mr 8:10-12
Febrero 17 -
Fariseos y saduceos demandan una señal - Mt 15:39-16:4 Mr 8:10-12
|
Mt 15:39
Entonces, despedida la gente, entró en la barca, y vino a la región de
Magdala.
16:1
Vinieron los fariseos y
los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal
del cielo.
2 Mas él respondiendo, les dijo:
Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene
arreboles.
3 Y por la mañana: Hoy habrá
tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. !!Hipócritas!
que sabéis distinguir el aspecto del cielo, !!mas las señales de
los tiempos no podéis!
4 La generación mala y adúltera
demanda señal; pero señal no le será dada, sino
la señal del profeta Jonás. Y dejándolos, se fue.
|
Mr 8:10
Y luego entrando en la barca con sus discípulos, vino a la región
de Dalmanuta.
11
Vinieron entonces los fariseos y comenzaron a discutir con él,
pidiéndole señal del cielo, para tentarle.
12 Y gimiendo en su espíritu, dijo:
¿Por qué pide señal esta generación? De cierto os
digo que no se dará señal a esta generación. |
80.1
¿Qué pudieron descender los fariseos?
(Mt 16:2-3)
80.2
¿Cual era la única seña que se iba a dar?
(Mt 16:4)
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81.
Levadura de los Fariseos.
La sanidad del
ciego
- Mt 16:5-12 Mr 8:13-26
Feb. 17 Cont'd -
Levadura de los Fariseos.
La
sanidad del ciego
- Mt 16:5-12 Mr 8:13-26
|
Mt 16:5
Llegando sus discípulos al otro lado, se habían olvidado
de traer pan.
6 Y Jesús les dijo: Mirad,
guardaos de la levadura de los fariseos
y de los saduceos.
7 Ellos pensaban dentro de sí,
diciendo: Esto dice porque no trajimos pan.
8 Y entendiéndolo Jesús, les
dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que
no tenéis pan?
9 ¿No entendéis aún, ni os
acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres, y
cuántas cestas recogisteis?
10 ¿Ni de los siete panes entre
cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis?
11 ¿Cómo es que no entendéis que
no fue por el pan que os dije que os guardaseis de la levadura de
los fariseos y de los saduceos?
12 Entonces entendieron que no
les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de
la doctrina de los fariseos y de los saduceos.
|
Mr 8:13
Y dejándolos, volvió a entrar en la barca, y se fue a la
otra ribera.
14
Habían olvidado de traer pan, y no tenían sino un pan consigo en la
barca.
15 Y él les mandó, diciendo: Mirad,
guardaos de la levadura de los fariseos, y de la
levadura de Herodes.
16 Y discutían entre sí, diciendo: Es
porque no trajimos pan.
17 Y entendiéndolo Jesús, les dijo:
¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis?
¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón?
18 ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo
oídos no oís? ¿Y no recordáis?
19 Cuando partí los cinco panes entre
cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos
dijeron: Doce.
20 Y cuando los siete panes entre
cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y
ellos dijeron: Siete.
21 Y les dijo: ¿Cómo aún no
entendéis?
22
Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le
tocase.
23 Entonces, tomando la mano del
ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso
las manos encima, y le preguntó si veía algo.
24 El, mirando, dijo: Veo los hombres
como árboles, pero los veo que andan.
25 Luego le puso otra vez las manos
sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de
lejos y claramente a todos.
26 Y lo envió a su casa, diciendo: No
entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea. |
81.1
¿Por qué Jesús tocó al ciego dos veces?
(Mr 8:23-25)
81.2
¿Qué era la levadura de los fariseos?
(Mt 16:12)
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82.
La gran confesión de Pedro - Mt 16:13-20 Mr
8:27-30 Lu 9:18-21
Febrero 18 -
La gran confesión de Pedro - Mt 16:13-20 Mr
8:27-30 Lu 9:18-21
|
Mt 16:13
Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo,
preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que
es el Hijo del Hombre?
14 Ellos dijeron: Unos, Juan el
Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los
profetas.
15 El les dijo: Y vosotros,
¿quién decís que soy yo?
16 Respondiendo Simón Pedro,
dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
17 Entonces le respondió Jesús:
Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló
carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
18 Y yo también te digo, que tú
eres Pedro, y sobre esta roca
edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán
contra ella.
19 Y a ti te daré las llaves del
reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado
en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado
en los cielos.
20 Entonces mandó a sus
discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo.
|
Mr 8:27
Salieron Jesús y sus discípulos por las aldeas de
Cesarea de Filipo. Y en el camino preguntó a sus discípulos,
diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo?
28 Ellos respondieron: Unos, Juan
el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas.
29 Entonces él les dijo: Y
vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú
eres el Cristo.
30 Pero él les mandó que no
dijesen esto de él a ninguno.
|
Lu 9:18
Aconteció que mientras Jesús oraba aparte, estaban con
él los discípulos; y les preguntó, diciendo: ¿Quién dice la gente
que soy yo?
19 Ellos respondieron: Unos, Juan
el Bautista; otros, Elías; y otros, que algún profeta de los
antiguos ha resucitado.
20 Él les dijo: ¿Y vosotros,
quién decís que soy? Entonces respondiendo Pedro, dijo: El Cristo
de Dios.
21
Pero él les mandó que a nadie dijesen esto, encargándoselo
rigurosamente,
|
82.1
¿Quien decían que Jesús era?
(Mt 16:13-14)
82.2
¿Quien dijo Pedro que Jesús era?
(Mt 16:16)
82.3
¿Sobre que dijo Jesús que iba a construir su iglesia?
(Mt 16:18)
82.4
¿Qué le dio Jesús a Pedro?
(Mt 16:19)
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83.
Pasión
predestinada y Pedro Reprendido - Mt 16:21-26 Mr 8:31-37 Lu 9:22-25
Febrero 19 -
Pasión
predestinada y Pedro Reprendido - Mt 16:21-26 Mr 8:31-37 Lu 9:22-25
|
Mt 16:21
Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos
que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los
ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser
muerto, y resucitar al tercer día.
22 Entonces Pedro, tomándolo
aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de
ti; en ninguna manera esto te acontezca.
23 Pero él, volviéndose, dijo a
Pedro: !!Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo,
porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los
hombres.
24 Entonces Jesús dijo a sus
discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí
mismo, y tome su cruz, y sígame.
25 Porque todo el que quiera
salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa
de mí, la hallará.
26 Porque ¿qué aprovechará al
hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué
recompensa dará el hombre por su alma?
|
Mr
8:31
Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del
Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los
principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y
resucitar después de tres días.
32 Esto les decía claramente.
Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle.
33 Pero él, volviéndose y mirando
a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: !!Quítate de
delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de
Dios, sino en las de los hombres.
34 Y llamando a la gente y a sus
discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
35 Porque todo el que quiera
salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa
de mí y del evangelio, la salvará.
36 Porque ¿qué aprovechará al
hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?
37 ¿O qué recompensa dará el
hombre por su alma?
|
Lu 9:22
y diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca
muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales
sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer
día.
23 Y decía a todos: Si alguno quiere
venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y
sígame.
24 Porque todo el que quiera salvar
su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí,
éste la salvará.
25 Pues ¿qué aprovecha al hombre, si
gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? |
83.1
¿Que valor de puso Jesús a la alma de un hombre?
(Mt 16:26)
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84.
Venida del Hijo del Hombre - Mt 16:27-28 Mr 8:38-9:1 Lu
9:26-27
Feb.
19 Cont'd - Venida del Hijo del Hombre - Mt 16:27-28 Mr 8:38-9:1 Lu
9:26-27 |
Mt 16:27
Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su
Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno
conforme a sus obras.
28 De cierto os digo que hay algunos
de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan
visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.
|
Mr 8:38
Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta
generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará
también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos
ángeles.
9:1 También les dijo: De cierto os digo que hay algunos de
los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el
reino de Dios venido con poder. |
Lu 9:26
Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras,
de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y
en la del Padre, y de los santos ángeles.
27 Pero os digo en verdad, que hay
algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que
vean el reino de Dios. |
84.1
¿Jesús dijo que algunos no verán la muerta hasta que miren
que? (Mt 16:28)
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85.
La Transfiguración - Mt 17:1-8 Mr 9:2-8 Lu 9:28-36
Febrero 20
- La Transfiguración - Mt 17:1-8 Mr 9:2-8 Lu 9:28-36 |
Mt 17:1
Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a
Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto;
2 y se transfiguró delante de
ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y
sus vestidos se hicieron blancos como la luz.
3 Y he aquí les aparecieron
Moisés y Elías, hablando con él.
4 Entonces Pedro dijo a Jesús:
Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres,
hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra
para Elías.
5 Mientras él aún hablaba, una
nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que
decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia;
a él oíd.
6 Al oír esto los discípulos, se
postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor.
7 Entonces Jesús se acercó y los
tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis.
8 Y alzando ellos los ojos, a
nadie vieron sino a Jesús solo.
|
Mr 9:2
Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a
Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró
delante de ellos.
3 Y sus vestidos se volvieron
resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún
lavador en la tierra los puede hacer tan blancos.
4 Y les apareció Elías con
Moisés, que hablaban con Jesús.
5 Entonces Pedro dijo a Jesús:
Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres
enramadas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.
6 Porque no sabía lo que hablaba,
pues estaban espantados.
7 Entonces vino una nube que les
hizo sombra, y desde la nube una voz que decía: Este es mi Hijo
amado; a él oíd.
8 Y luego, cuando miraron, no
vieron más a nadie consigo, sino a Jesús solo.
|
Lu 9:28 Aconteció como
ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a
Jacobo, y subió al monte a orar.
29 Y entre tanto que oraba, la
apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y
resplandeciente.
30 Y he aquí dos varones que
hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías;
31 quienes aparecieron rodeados
de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en
Jerusalén.
32 Y Pedro y los que estaban con
él estaban rendidos de sueño; mas permaneciendo despiertos, vieron
la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él.
33 Y sucedió que apartándose
ellos de él, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros
que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, una para
Moisés, y una para Elías; no sabiendo lo que decía.
34 Mientras él decía esto, vino
una nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar en la nube.
35 Y vino una voz desde la nube,
que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd.
36 Y cuando cesó la voz, Jesús
fue hallado solo;
|
85.1
¿Quien se llevó Jesús a la montaña?
(Mt 17:1)
85.2
¿Quien se apareció en la montaña con Jesús?
(Mt 17:3)
85.3
¿Cual fue el tema del que hablo?
(Lu 9:31)
85.4
¿Qué fue lo que dijo la voz de la nube?
(Mt 17:5)
85.6
¿De donde viene la frase "solamente Jesús"?
(Mt 17:8)
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86.
Sobre Elías Mt 17:9-13 Mr 9:9-13 Lu 9:36
Feb.
20 Cont'd - Sobre Elías Mt 17:9-13 Mr 9:9-13 Lu 9:36
|
Mt 17:9
Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó,
diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre
resucite de los muertos.
10 Entonces sus discípulos le
preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es
necesario que Elías venga primero?
11 Respondiendo Jesús, les dijo: A la
verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas.
12 Mas os digo que Elías ya vino,
y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que
quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.
13 Entonces los discípulos
comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista. |
Mr 9:9 Y descendiendo ellos
del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino
cuando el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos.
10 Y guardaron la palabra entre sí,
discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos.
11 Y le preguntaron, diciendo: ¿Por
qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?
12 Respondiendo él, les dijo: Elías a
la verdad vendrá primero, y restaurará todas las cosas; ¿y cómo está
escrito del Hijo del Hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada?
13 Pero os digo que Elías ya vino, y
le hicieron todo lo que quisieron, como está escrito de él. |
Lu 9:36
Y cuando cesó la voz, Jesús fue hallado solo; y ellos callaron, y por
aquellos días no dijeron nada a nadie de lo que habían visto. |
86.1
¿Quién dijo Jesús que lleno la profecía de que "Elías debería
primero venir"?
(Mr 9:11-13)
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87.
Sanidad
del joven lunático – Mt 17:14-20 Mr 9:14-29 Lu
9:37-43
Febrero 21 -
Sanidad
del joven lunático – Mt 17:14-20 Mr 9:14-29 Lu
9:37-43
|
Mt 17:14
Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se
arrodilló delante de él, diciendo:
15 Señor, ten misericordia de mi
hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae
en el fuego, y muchas en el agua.
16 Y lo he traído a tus
discípulos, pero no le han podido sanar.
17 Respondiendo Jesús, dijo: !!Oh
generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con
vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá.
18 Y reprendió Jesús al demonio,
el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora.
19 Viniendo entonces los
discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos
echarlo fuera?
20 Jesús les dijo: Por vuestra
poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un
grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se
pasará; y nada os será imposible.
21 Pero este género no sale sino
con oración y ayuno.
|
Mr 9:14 Cuando llegó a
donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de
ellos, y escribas que disputaban con ellos.
15 Y en seguida toda la gente,
viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron.
16 El les preguntó: ¿Qué
disputáis con ellos?
17 Y respondiendo uno de la
multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu
mudo,
18 el cual, dondequiera que le
toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va
secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no
pudieron.
19 Y respondiendo él, les dijo:
!!Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros?
¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo.
20 Y se lo trajeron; y cuando el
espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien
cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos.
21 Jesús preguntó al padre:
¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño.
22 Y muchas veces le echa en el
fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten
misericordia de nosotros, y ayúdanos.
23 Jesús le dijo: Si puedes
creer, al que cree todo le es posible.
24 E inmediatamente el padre del
muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.
25 Y cuando Jesús vio que la
multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole:
Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en
él.
26 Entonces el espíritu, clamando
y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de
modo que muchos decían: Está muerto.
27 Pero Jesús, tomándole de la
mano, le enderezó; y se levantó.
28 Cuando él entró en casa, sus
discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos
echarle fuera?
29 Y les dijo: Este género con
nada puede salir, sino con oración y ayuno.
|
Lu 9:37
Al día siguiente, cuando descendieron del monte, una
gran multitud les salió al encuentro.
38 Y he aquí, un hombre de la
multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo,
pues es el único que tengo;
39 y sucede que un espíritu le
toma, y de repente da voces, y le sacude con violencia, y le hace
echar espuma, y estropeándole, a duras penas se aparta de él.
40 Y rogué a tus discípulos que
le echasen fuera, y no pudieron.
41 Respondiendo Jesús, dijo: !!Oh
generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con
vosotros, y os he de soportar? Trae acá a tu hijo.
42 Y mientras se acercaba el
muchacho, el demonio le derribó y le sacudió con violencia; pero
Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo
devolvió a su padre.
43 Y todos se admiraban de la
grandeza de Dios.
|
87.1
¿Qué nos enseña la cualidad de Satanás?
(Mr 9:18,21-22)
87.2
¿Qué frase enseña la honestidad de este padre?
(Mr 9:24)
87.3
¿Cómo le contesto Jesús a sus discípulos la pregunta de por
que no podían sacar los espíritus inmundos y espíritus sordos?
(Mr 9:29)
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88.
La pasión es predestinada - Mt 17:22-23 Mr 9:30-32 Lu
9:43-45
Febrero 22
- La pasión es predestinada - Mt 17:22-23 Mr 9:30-32 Lu
9:43-45
|
Mt 17:22
Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre
será entregado en manos de hombres,
23 y le matarán; mas al tercer
día resucitará. Y ellos se entristecieron en gran manera.
|
Mr 9:30
Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que
nadie lo supiese.
31 Porque enseñaba a sus
discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en
manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará
al tercer día.
32 Pero ellos no entendían esta
palabra, y tenían miedo de preguntarle.
|
Lu 9:43
Y maravillándose todos de todas las cosas que hacía, dijo a sus
discípulos:
44 Haced que os penetren bien en
los oídos estas palabras; porque acontecerá que el Hijo del Hombre
será entregado en manos de hombres.
45 Mas ellos no entendían estas
palabras, pues les estaban veladas para que no las entendiesen; y
temían preguntarle sobre esas palabras.
|
88.1
¿Que fue lo que pronosticaron de Jesús sobre su muerte y
resurrección? (Mr 9:31)
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89.
Jesús pagó impuestos del templo - Mt 17:24-27
Feb.
22 Cont'd - Jesús pagó impuestos del templo - Mt 17:24-27
|
Mt 17:24
Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que
cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro
Maestro no paga las dos dracmas?
25 El dijo: Sí. Y al entrar él en
casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los
reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los
impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños?
26 Pedro le respondió: De los
extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos.
27 Sin embargo, para no
ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que
saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero;
tómalo, y dáselo por mí y por ti.
|
89.1 ¿Cómo
le dijo Jesús a Pedro que pagara por el templo?
(27)
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90.
¿Quién es el mayor del Reino? - Mt 18:1-5 Mr 9:33-37 Lu 9:46-48
Feb.
22 Cont'd - ¿Quién es el mayor del Reino? - Mt 18:1-5 Mr 9:33-37 Lu 9:46-48
|
Mt 18:1
En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién
es el mayor en el reino de los cielos?
2 Y llamando Jesús a un niño, lo
puso en medio de ellos,
3 y dijo: De cierto os digo, que
si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino
de los cielos.
4 Así que, cualquiera que se
humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.
5 Y cualquiera que reciba en mi
nombre a un niño como este, a mí me recibe.
|
Mr 9:33
Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué
disputabais entre vosotros en el camino?
34 Mas ellos callaron; porque en
el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor.
35 Entonces él se sentó y llamó a
los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el
postrero de todos, y el servidor de todos.
36 Y tomó a un niño, y lo puso en
medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo:
37 El que reciba en mi nombre a
un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me
recibe a mí sino al que me envió.
|
Lu 9:46
Entonces entraron en discusión sobre quién de ellos sería el
mayor.
47 Y Jesús, percibiendo los
pensamientos de sus corazones, tomó a un niño y lo puso junto a
sí,
48 y les dijo: Cualquiera que
reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que
me recibe a mí, recibe al que me envió; porque el
que es más pequeño entre todos vosotros, ése es el más grande.
|
90.1
¿Qué lección dio Jesús para responder a la pregunta de
quien es el máximo en el reino de los cielos?
(Mr 9:36-37)
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91. Juan está reprendido por Jesús – Mt 18:6-14 Mr
9:38-50 Lu 9:49-50
Febrero 23
- Juan está reprendido por Jesús – Mt 18:6-14 Mr
9:38-50 Lu 9:49-50
|
Mt 18:6
Y cualquiera que haga
tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le
fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y
que se le hundiese en lo profundo del mar.
7 !!Ay del mundo por los
tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero !!ay de
aquel hombre por quien viene el tropiezo!
8 Por tanto, si tu mano o tu pie
te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar
en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser
echado en el fuego eterno.
9 Y si tu ojo te es ocasión de
caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en
la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.
10
Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo
que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre
que está en los cielos.
11 Porque el Hijo del Hombre ha
venido para salvar lo que se había perdido.
12 ¿Qué os parece? Si un hombre
tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las
noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había
descarriado?
13 Y si acontece que la
encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que
por las noventa y nueve que no se descarriaron.
14 Así, no es la voluntad de
vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos
pequeños.
|
Mr 9:38
Juan le respondió
diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera
demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos
seguía.
39 Pero Jesús dijo: No se lo
prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que
luego pueda decir mal de mí.
40 Porque el que no es contra
nosotros, por nosotros es.
41 Y cualquiera que os diere un
vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os
digo que no perderá su recompensa.
42
Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen
en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al
cuello, y se le arrojase en el mar.
43 Si tu mano te fuere ocasión de
caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo
dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado,
44 donde el gusano de ellos no
muere, y el fuego nunca se apaga.
45 Y si tu pie te fuere ocasión
de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo
dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser
apagado,
46 donde el gusano de ellos no
muere, y el fuego nunca se apaga.
47 Y si tu ojo te fuere ocasión
de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un
ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno,
48 donde el gusano de ellos no
muere, y el fuego nunca se apaga.
49 Porque todos serán salados con
fuego, y todo sacrificio será salado con sal.
50 Buena es la sal; mas si la sal
se hace insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened
sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con los otros.
|
Lu 9:49
Entonces respondiendo
Juan, dijo: Maestro, hemos visto a uno que echaba fuera demonios
en tu nombre; y se lo prohibimos, porque no sigue con nosotros.
50 Jesús le dijo: No se lo
prohibáis; porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.
|
91.1
Enseña como Jesús enseñó que el reino del cielo era más
grande de los que nos imaginamos.
(Lu 9:50)
91.2
¿Qué tan grande es el juicio de aquellos que causan que las
criaturas caigan?
(Mt 18:6)
91.3
¿Cómo describe Jesús los horrores del infierno?
(Mr 9:43-48)
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92.
Pecado y Perdón entre hermanos
- Mt 18:15-35
Febrero 24
- Pecado y Perdón entre hermanos
- Mt 18:15-35
|
Mt 18:15
Por tanto, si tu
hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si
te oyere, has ganado a tu hermano.
16 Mas si no te oyere, toma aún
contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos
conste toda palabra.
17 Si no los oyere a ellos, dilo
a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y
publicano.
18 De cierto os digo que todo lo
que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que
desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.
19 Otra vez os digo, que si dos
de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de
cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está
en los cielos.
20 Porque donde están dos o tres
congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
21 Entonces se le acercó Pedro y
le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque
contra mí? ¿Hasta siete?
22 Jesús le dijo: No te digo
hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
23
Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso
hacer cuentas con sus siervos.
24 Y comenzando a hacer cuentas,
le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.
25 A éste, como no pudo pagar,
ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que
tenía, para que se le pagase la deuda.
26 Entonces aquel siervo,
postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y
yo te lo pagaré todo.
27 El señor de aquel siervo,
movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.
28 Pero saliendo aquel siervo,
halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y
asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.
29 Entonces su consiervo,
postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo,
y yo te lo pagaré todo.
30 Mas él no quiso, sino fue y le
echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.
31 Viendo sus consiervos lo que
pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor
todo lo que había pasado.
32 Entonces, llamándole su señor,
le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me
rogaste.
33 ¿No debías tú también tener
misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?
34 Entonces su señor, enojado, le
entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.
35 Así también mi Padre celestial
hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su
hermano sus ofensas.
|
92.1
Damos pasos que debemos tomar para restaura a un hermano?
(15-17)
92.2
¿Qué tan seguido le dijeron a Pedro que tenia que perdonar?
(21-22)
92.3
¿Qué ilustración no dio Jesús para enseñarnos que si
debemos perdonar si deseamos ser perdonados?
(23-35)
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93.
Sacrificio
por servirle a Cristo – Mt 8:19-22 Lu 9:57-62
Febrero 25
- Sacrificio
por servirle a Cristo – Mt 8:19-22 Lu 9:57-62
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Mt 8:19
Y vino un escriba y le
dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.
20 Jesús le dijo: Las zorras tienen
guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene
dónde recostar su cabeza.
21 Otro de sus discípulos le dijo:
Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre.
22 Jesús le dijo: Sígueme; deja que
los muertos entierren a sus muertos.
|
Lu 9:57
Yendo ellos, uno le
dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas.
58 Y le dijo Jesús: Las zorras
tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del
Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.
59 Y dijo a otro: Sígueme. Él le
dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre.
60 Jesús le dijo: Deja que los
muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de
Dios.
61 Entonces también dijo otro: Te
seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que
están en mi casa.
62 Y Jesús le dijo: Ninguno que
poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el
reino de Dios.
|
93.1
Enseña que es lo que los que siguen a Jesús deben hacer para
servirle.
(Lu 9:57-62)
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94.
Los hermanos de Jesús'
le piden que se vaya Jerusalén -
Jn 7:2-9
Febrero 25
Cont'd - Los hermanos de Jesús'
le piden que se vaya Jerusalén -
Jn 7:2-9
|
Jn 7:2
Estaba cerca la fiesta de
los judíos, la de los tabernáculos;
3 y le dijeron sus hermanos: Sal de
aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras
que haces.
4 Porque ninguno que procura darse a
conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al
mundo.
5 Porque ni aun sus hermanos creían
en él.
6 Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo
aún no ha llegado, mas vuestro tiempo siempre está presto.
7 No puede el mundo aborreceros a
vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus
obras son malas.
8 Subid vosotros a la fiesta; yo no
subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido.
9 Y habiéndoles dicho esto, se quedó
en Galilea. |
94.1
¿Cuál era la actitud del hermano de Jesús' hacia él?
(5)
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95.
El viaje privado hacia Jerusalén - Lu 9:51-56 Jn 7:10
Febrero 25
Cont'd - El viaje privado hacia Jerusalén - Lu 9:51-56 Jn 7:10
|
Lu 9:51
Cuando se cumplió el
tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro
para ir a Jerusalén.
52 Y envió mensajeros delante de
él, los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos
para hacerle preparativos.
53 Mas no le recibieron, porque
su aspecto era como de ir a Jerusalén.
54 Viendo esto sus discípulos
Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda
fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?
55 Entonces volviéndose él, los
reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois;
56 porque el Hijo del Hombre no
ha venido para perder las almas de los hombres, sino para
salvarlas. Y se fueron a otra aldea.
|
Jn 7:10
Pero después que sus hermanos habían subido, entonces él
también subió a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto.
|
95.1
¿Que era lo que Jacobo y Juan querían hacer con los
Samaritanos por no haberlos recibido?
(Lu 9:54)
Concurso en las secciones
76-95 en Armonía
de los Evangelios
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Horario de la
Lecture del NT
Guía de Estudio
PARTE -
UNO
DOS
TRES
CUATRO
CINCO
SEIS SEITE
OCHO
NUEVE
DIEZ
ONCE
DOCE
TRES